Gremiales Industria nacional

Un pingüe negocio

Un afiliado de un sindicato aeronáutico ofrece argumentos para entender por qué la alianza Cambiemos impulsa el arribo y funcionamiento de las llamadas líneas aéreas de "Low cost". Palos para la Administración Nacional de Aviación Civil y una denuncia central: quieren asfixiar a Aerolíneas Argentinas.

1 de Agosto de 2017

Por Sergio Mercau (*)

La Audiencia Publica Nº 218 realizada el 27 de diciembre de 2016 es un claro ejemplo del retroceso hacia los ´90 que nuestro país está sufriendo en materia de política aerocomercial. Lo anunciado por el ministro de Transportes, Guillermo Dietrich, en relación a que las líneas aéreas de bajo costo permitirán al 50% de la población optar por pasajes aéreos en lugar de terrestres, es una falacia. Otorgar rutas aéreas a cualquier precio y a quienes no acreditan tener experiencia en el rubro, es un pingüe negocio para unos pocos “vivos”.

Es como si usted y varios “amigos” armasen una “vaquita” y con la “venia” del Gobierno se presenten en esta licitación de rutas y aporten 6.000 dólares (el caso de FB Líneas Aéreas, más conocida como Fly Bondi), les otorguen las rutas y luego las venden a capitales extranjeros por sumas millonarias, y en dólares. Esto significa un “negocio redondo” con mas ganancia que lo que hoy dejan los bonos Lebac, probablemente.

Las líneas aéreas tienen sus ganancias después de ocupar en cada vuelo el 70% de su plaza y completar sus bodegas con la carga y el 30% del pasaje. Es una ecuación a nivel mundial que puede variar en un par de puntos, no más que eso. Ahora intentan hacernos creer que estas cinco seudo compañías aéreas, de las cuales solo Andes Líneas Aéreas acredita credenciales -opera desde Aeroparque Jorge Newbery-, pueden “colaborar” con Aerolíneas Argentinas, Austral y Lan Argentina para llegar a otros destinos de cabotaje e internacionales.

La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) aprobó de forma irresponsable 135 rutas locales e internacionales a “empresas fantasmas” como American Jet (13 permisos), Alas del Sur (21 permisos), Avían Líneas Aéreas (16 rutas) y FB líneas Aéreas (78 autorizaciones), ésta última con la clara intención de desterrar el transporte terrestre.

Desde que Mauricio Macri y varios de los miembros de su gabinete tienen puestas sus “fichas” en varias de las empresas que solicitaron rutas, y sus actuales directivos fueron parte y son de Mc Air (compañía aérea de la familia Macri), como en otros casos, los sres. Marcos Peña y Mario Quintana están apañando a otros postulantes de la licitación.

La real intención de la Alianza Cambiemos es poner en desigualdad de condiciones a las empresas aéreas que operan en el país, y llevar a la línea de bandera a una asfixia económica, ya que su función es cubrir los 36 capitales de provincias y sus ciudades más importantes, con réditos dispares, pero cumpliendo con la soberanía de prestar un servicio publico para todos los habitantes de nuestra patria.

En la audiencia, que en principio iba a realizar en marzo de este año, hubo intención de compañías aéreas como Azul y Gol de Brasil para operar el cabotaje argentino, junto a la autorizada Sky de origen chileno, que ya cubre vuelos entre Mendoza y Santiago de Chile. Curiosamente, la otra empresa privada que opera cabotaje e internacional es Lan Argentina, y no se presentó en la audiencia a solicitar más rutas, mientras que durante la gestión del gobierno anterior pujaba por traer mas aviones y cubrir mas destinos.

Un claro ejemplo de las consecuencias que puede tener operar con empresas aéreas de bajo costo, es el caso de Lamia, que produjo el lamentable accidente aéreo del plantel de futbol Chapecoense, con la pérdida de casi todos sus integrantes y tripulación, por escatimar aeropuertos alternativos y no pagar multas para reabastecerse de combustible.

Si a usted le ofrecen un pasaje “mucho más barato” que los que hay en plaza, no es difícil deducir: ¿Dónde está la ganancia de estas compañías? Usted se tiene que imprimir su propio pasaje, sistematizarlo en su celular y presentarse en el aeropuerto de salida. Sin esos requisitos cumplidos, un empleado del aeropuerto (tercerizado, no de la compañía), le dirá que por no haber impreso su pasaje "on boarding", tiene que abonar la suma de tantos dólares, y aparte tendrá que llevar su maleta al avión por su cuenta, ya que en caso contrario, se cobrará otros tantos dólares. Si quiere comer algo en el trayecto del viaje, tendrá que abonarlo, porque no está incluido el servicio de catering, y si tuvo la mala suerte que se rompa su valija, o le falten pertenencias, o peor aún, se la perdieron, los empleados que tomarán su reclamo no son de la compañía que usted voló; o sea: arréglese.

¿Cómo le dan los números a estas compañías? Muy fácil: tercerizan todo el personal de aeropuerto, mecánicos y Call Center, vuelan a pérdida a destinos en los que una vez que ganan la plaza, extorsionan a los comerciantes y representantes que sin el aporte de la comunidad, no volarán más, y suben los costos de los pasajes en forma unilateral, dejando a ciudades sin conexión y derribando competidores de la actividad.

Un claro retroceso que vimos en esta Argentina en los `90 y 2000, con empresas que aún no siendo “bajo costo”, tuvimos que lamentar por medio de accidentes de aviones de Lapa y y Sol Líneas Aéreas, aparte de varios incidentes en las desaparecidas Dinar.

Todo está inventado en la actividad comercial. No hay que raspar la olla para conseguir más negocios. Si escatimamos en seguridad, el mantenimiento de las aeronaves, el combustible, el catering y la atención al cliente, alguien tendrá que pagar los platos rotos, y ¡ojala no sea su tu vida o la de tus familiares!

(*) Miembro de APA (Asociación de Personal Aeronáutico) y Congresal de FAPA (Federación Argentina de Personal Aeronáutico). Miembro de la Comisión de Transporte del Instituto Patria

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