Cultura

El arte no pide permiso

Hace unos días, lxs artistas callejerxs nucleados en distintas organizaciones se movilizaron al Ministerio de Cultura de la Ciudad para exigir la implementación de un Registro No Excluyente, ya que denuncian arbitrariedades y persecución de parte de las juntas comunales, los órganos facultados para otorgar o negar los permisos. La posición del Frente de Artistas Ambulantes Organizados.

23 de Julio de 2021

Por Pablo Leibson (*)

Buenos Aires es una ciudad diversa, multicultural, que ofrece una variada agenda de actividades que se realizan en teatros, centros culturales, museos, cines, clubes de música en vivo, teatros independientes y comerciales, entre otros. Pero no sólo eso, sino que también el espacio público porteño (es decir, sus parques, plazas, veredas y esquinas, pero también el subte, el colectivo o el tren) se convirtió en un laboratorio de experimentación creativa y cultural, que además es de acceso libre y gratuito. A pesar de la resistencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lxs artistas callejerxs forman parte del sector cultural de nuestra ciudad, favoreciendo el desarrollo de escenas culturales en todos sus barrios. Sus actuaciones son a la gorra; es decir que reciben una colaboración por parte del público luego de cada espectáculo. Como no venden entradas, no generan vínculos comerciales con el público. Por eso, su actividad artística en el espacio público no implica una contravención.

Desde hace algunas semanas, lxs artistas callejerxs se encuentran en una suerte de asamblea permanente debido a la Resolución 167 que publicó en el Boletín Oficial el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). Aunque su objetivo principal es otorgar mayores competencias a las autoridades de las juntas comunales, la norma tiene implicancias directas para la actividad de lxs artistas callejerxs. Entre las competencias que el ejecutivo descentraliza a las comunas aparece “la tramitación de permisos de uso del espacio público para la realización de actividades artísticas” que expiden los presidentes de cada comuna para poder actuar -o sea: para poder trabajar-.

Cuando los representantes de la Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO) consultaron sobre este tema a sus interlocutores en el Ministerio de Cultura, les dijeron que desconocían la resolución y que no los habían consultado. Ante esa situación, el Frente y otras organizaciones se movilizaron hace unos días al Ministerio de Cultura de la Ciudad para exigir que se derogue esta resolución y que se retome una agenda de trabajo, para lograr la implementación de un Registro No Excluyente de Artistas Callejerxs, gestionado por el GCBA, a partir del cual se los reconozca como trabajadores culturales y se establezcan sus derechos laborales.

Durante esa asamblea presencial que se realizó en la puerta del ex Edificio La Prensa (donde funciona la cartera de Cultura porteña), los representantes de la FAAO le contaron a los y las colegas del arte callejero que habían ganado tres de los cuatro carriles de la Avenida de Mayo, que con la intención de desactivar la asamblea y plantear un cuarto intermedio, las autoridades les habían comunicado que existiría la posibilidad de tramitar el permiso de manera presencial (el trámite vía el sitio web de Trámites a Distancia –TAD-, tal como está previsto en la Resolución 167, excluye a quienes no tienen domicilio en CABA).

Aquello implicó un avance, pero no alcanzó. Sobre todo, porque sigue en vigencia la resolución que exige los permisos para utilizar el espacio público y porque las autoridades del Ministerio de Cultura siguen sin poder responder muchas de las preguntas que tienen lxs representantes de lxs artistas callejerxs, como por ejemplo cuáles son los criterios que utilizarán los presidentes de cada comuna para decidir si aceptan o no los permisos. A pesar de los esfuerzos de los funcionarios del Ministerio por convencerlos que van a salir a defenderlos frente a casos de discriminación o de abuso de autoridad, nadie les creyó.

Así terminó aquella jornada de protesta y asamblea callejera del 14 de julio pasado.

Los y las artistas se movilizaron al Ministerio de Cultura porteño.

Según los representantes del FAAO, la Resolución 167 es ilegal, injusta y discriminatoria. En primer lugar, consideran que es ilegal porque va en contra del Código Contravencional ya que el artículo 83 señala que las actividades de artistas callejerxs no implica una contravención. No tienen dudas sobre la protección que les otorga el Código Contravencional y anticipan una oleada de denuncias - junto a los abogados de Defensoría del Pueblo- en el poder judicial porteño a todo aquel que intente frenar o prohibir el normal desarrollo de sus actividades. Tarde o temprano, esperan, los jueces empezarán a fallar a favor suyo, para de esa manera empezar a sentar jurisprudencia sobre este tema.

Desde la FAAO dicen que la resolución es injusta porque los encargados de resolver los permisos son los presidentes de las comunas, que no necesariamente tienen antecedentes en el mundo de la cultura; pero que sí tienen muchos prejuicios sobre las actividades que realizan lxs artistas callejerxs en el espacio público. Denuncian que en las comunas 6 y 14 las autoridades actúan como si fueran los dueños del espacio público, que deciden qué actividades se pueden realizar y cuáles no. Además, denuncian que el exigirles tramitar un permiso por comuna, no respeta uno de los principios centrales su trabajo: la itinerancia. Por último, advierten que cada vez que la policía o los agentes comunales les prohíban su actividad, perderán un día de trabajo.

Desde la FAAO señalan que la Resolución 167 es discriminatoria, ya que aunque el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por la situación de la pandemia, incentiva la realización de todo tipo de actividades sociales, artísticas, recreativas y culturales (como pueden ser clases de educación física, eventos culturales, talleres artísticos, reuniones familiares) en parques, plazas y otros espacios públicos, porque son lugares que naturalmente cumplen con las normas para evitar la propagación del COVID 19, a lxs artistas callejerxs se les exige permisos de trabajo para poder actuar en esos mismos lugares.

¿Por qué se puede realizar una clase de gimnasia en una plaza, pero un payaso no puede hacer su rutina en un parque? ¿Por qué una familia puede festejar el cumpleaños de sus hijxs y familiarxs en lugares al aire libre, pero un grupo de música o una murga no pueden ensayar en ese mismo lugar? Parecería que algunas actividades cumplen con los requisitos de convivencia ciudadana y otras, no. Lo que queda claro entonces es que esta medida inconsulta no busca solamente ordenar el espacio público, sino también pretende hostigar y perseguir a lxs artistas callejerxs y a la cultura popular.

La Resolución 167, en realidad, es una de las tantas acciones que impulsa el Ministerio de Cultura y otros organismos del Gobierno de la Ciudad para desprestigiar y criminalizar a lxs artistas callejerxs y a su actividad cultural (y a las culturas populares, en general). Estas políticas públicas son parte de las líneas estratégicas que impulsa el macrismo para el desarrollo de una ciudad injusta y desigual, en términos económicos, culturales, sociales y políticos.

Al gobierno porteño les molesta visualmente la presencia de artistas callejerxs en el espacio público; parecería que ese tipo de actividades no cumplen con los requisitos del código de convivencia urbano que pretenden para Buenos Aires, y uno de los mecanismos que tienen desde el Ejecutivo para impedir la actividad de estxs artistas, sin negar -desde el Ministerio de Cultura porteño- su importancia para el desarrollo de una ciudad creativa y diversa, es a través del control de las actividades que se pueden realizar, o no, en el espacio público.

(*) Integrante de la Mesa de Cultura de La Cámpora Ciudad de Buenos.

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