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101 Tercer jueves

El bajista Gabriel Cuman y el poeta Fernando Bogado, junto al productor Oscar Cuman, hermano mayor del primero, materializarán el próximo jueves el encuentro centésimo primero –y presencial- de un ciclo de música y lecturas en vivo –Tercer jueves- que ya cumplió una década de rodaje en la escena cultural porteña.

Foto: Guido Roncaglia. Portada: Ramiro Abrevaya.

Fernando Bogado y los hermanos Gabo y Oscar Cuman están ansiosos por volver al escenario, luego de un año y medio, sentir en el cuerpo el cosquilleo del vivo, la boca seca, presentar a los invitados, tocar, leer, tirar unas fotos y un video, dejarse envolver por los aplausos, darse abrazos con los amigos.

Falta muy poco. Mañana jueves 16/12 -tercer jueves del mes-, romperán la marca de los cien encuentros del ciclo, con la edición 101. Será la primera luego de la vuelta a la presencialidad, y habrá tres poetas y un músico invitado, tal como lo vienen haciendo desde hace diez años, aparte de la presentación del duo BogadoCuman, un proyecto artístico muy potente que ya tiene editados dos discos y va por el tercero.

Por medio de la plataforma Zoom, Kranear conversó con los tres integrantes del ciclo que tiene ganado un lugar en la escena cultural de la Ciudad de Buenos Aires, y por el que pasaron unos trescientos poetas, narradoras, músicos, actrices y pintores, entre otras expresiones artísticas.

¿Cómo nació la idea y que balance hacen hoy diez años después de haberla parido?

“Tercer jueves nació en marzo de 2011, como una cuestión un poco caprichosa de juntarme con Gabo para amar un encuentro de poesía y música, que con el paso de las ediciones se terminó convirtiendo en ciclo”, arranca Fernando, quien en aquel momento regresaba a la Argentina luego de un viaje a Brasil que se terminó convirtiendo en una larga estadía. “La idea era embarcarse en un proyecto propio, despojado de presiones y grandes pretensiones, que sirviese para leer y tocar junto a algunos amigos y colegas”, agrega.

El debut fue en el ya extinguido bar Burlensque, en Hipólito Yrigoyen al 2500, Congreso. El primer encuentro se llamó , el segundo también, y para el tercero decidieron ponerle un nombre: como el bar solo tenía disponible el tercer jueves del mes, se quedaron con ese recorte.

Gabo ahora recuerda que el primer músico invitado de aquel primer Tercer jueves, fue Emiliano Yelatti, el mismo que tocará el jueves 16/12 en el encuentro 101.

“No sé cómo llegamos a esta instancia, es un montón”, se asombra Fernando, y cuenta que “metódicamente, todos los meses -o casi-, fuimos armando una nueva fecha de poesía y música, y al poco tiempo nos dimos cuenta que necesitábamos a alguien que laburase en la organización de los eventos, y ahí apareció Oscar, el hermano de Gabo, a quien yo conocía solo de palabra, y que hoy también es mi hermano”.

Oscar –a quien le dicen Osky- sonríe del otro lado de la pantalla –viste una remera del ciclo-, y comparte que los elogios lo ruborizan.

Fernando se enciende un cigarrillo y hace un balance de la primera década de Tercer jueves.

“Supimos mantenernos en un lugar muy particular, que es el centro de una escena en la que pasan cosas interesantes, pero también en el margen de una escena donde lo único que se busca es una respuesta rápida. Es un lugar de tensión en el que seguimos creyendo en nuestra apuesta estética, y al que seguimos invitando gente cuya producción nos interesa, y todo esto nos posiciona de otra manera en el ambiente de este tipo de eventos”.

Oscar cuenta que al momento de sumarse al proyecto, no solo no venía del palo de la cultura, sino que además no tenía ningún tipo de relación con el under porteño y mucho menos con los ciclos de lectura de poesía. “Era un terreno totalmente ajeno para mí”, refuerza. Graduado en la UBA en Administración de Empresas, ahora tenía por delante la tarea de fungir como productor de un ciclo que había arrancado con toda la polenta. “Empecé dando una mano con el cuerpo, en lo organizativo, y también con un laburo de comunicación en redes sociales, que en aquel momento se remitía solamente al Facebook”.

Gabo también hace su balance.

“Nosotros siempre dijimos que queríamos hacer el ciclo al que nos gustaría ir, y eso lo creo que lo fuimos logrando”, dice, y pondera que a lo largo de los diez años siempre priorizaron a los artistas que les gustaban, a los que les querían dar un espacio de difusión.

Gabo resalta el hecho de que “al ciclo lo podemos mirar de frente, a los ojos, de manera honesta, porque en estos diez años, jamás le pedimos a un artista que tenía que traer tanta cantidad de gente o que debía garantizarnos tal cantidad de venta de tickets”. De parte de ellos no hubo nunca condicionamientos de ningún tipo para los y las invitadas. “Un hecho bastante frecuente y leonino no solo en los ámbitos de convocatoria masiva sino también en el under”, afirma.

¿El ciclo siempre tuvo el mismo formato de poetas y músicos invitados y luego, para el cierre, vuestra propia presentación del duo?

En general sí, y al principio los encuentros eran muy extensos, duraban varias horas. Después los fuimos acortando. En aquellos años, por otro lado, con Fernando no nos presentábamos como duo, sino que simplemente subíamos al escenario, él a leer y yo a tocar. Hasta que un día, de manera espontánea, concordamos con la idea de armar algo conjunto, vos recitas algo sobre mi música, y yo toco algo sobre lo que vos lees, y en poco tiempo empezamos a motorizarlo”, cuenta Gabo.

Así fue que arrancó el Duo BogadoCuman que hoy tiene dos discos: Parciales y Yeaj.


Aporta Fernando: “como bien cuenta Gabo, el duo nació en el Tercer jueves, dos proyectos hermanados, y esto es muy satisfactorio, porque tanto él como yo, al ser un ciclo mensual, sabemos que por lo menos una vez por mes tenemos la posibilidad de presentarnos en un escenario”.

El poeta y narrador –detrás suyo se erige una amplia biblioteca llena de libros- se asume como un perezoso, pero relata que junto a su compañero -a quien define como un metódico y gran profesional-, antes de cada presentación realizan un ensayo de las piezas que van a interpretar en el escenario. En general, en la casa del bajista, que tiene montado un estudio.

¿Algunos de los textos que lees en el ciclo, o que forman parte de los discos, fueron publicados en formato libro?

“Al principio eran textos escritos con anterioridad, y que mágicamente enganchaban con los temas de Gabo, pero con el paso del tiempo, y eso es lo que me parece más alucinante y más me entusiasma de cara al tercer disco que estamos preparando, es que pasamos a armar las piezas en conjunto. Sentimos que cada vez más profundizamos la relación entre la poesía y la música, sin necesariamente falsear la búsqueda inicial”, cuenta Fernando, y agrega: “nuestras búsquedas son cada día más atrevidas”.

A las presentaciones, propias o ajenas, porque como duo ya recorrieron una larga serie de ciclos de lecturas, shows y encuentros, Gabo y Fernando llegan muy ensayados. Cada cambio de tono, de registro, volúmenes, el uso de los silencios y la relantización de la lectura, todo está pautado y ensayado en el estudio de Gabo. “Ambos creemos mucho en el trabajo puertas adentro, en el ensayo”, asume Fernando, y advierte que la búsqueda del duo pasa por “alejarse de cualquier fórmula, con todos los riesgos que eso implica, y cuyo resultado, a veces, es descontracturado, con una forma diferente; la idea siempre es ir hacia lo más nuevo y disruptivo posible”.

Algunos de los poetas, narradoras y músicos que pasaron por el centenar de presentaciones del ciclo son Mana Bugallo, Susy Shock, Mariana Enríquez, Selva Almada, Cesar Franov, Julia Arbós, Gabriela Cabezón Cámara, Michel Nieva, Rodrigo Ruiz Díaz, María Pien, Matias Mormandi, Gabriela Pignataro, Rita González Hesaynes, Ga Destéfano, Pablo Ramos, Camila Nebia, Martín Lóez Grande, Beatriz Vignoli, Ignacio Martín, Gaby Genni, Flor Otero, Melina Varnavoglou, Robin Myers, Raúl Zurita, Malena Saito, Mono Fontana, Cam Beszkin, Ramiro Abrevaya, Natalia Pellegrinet, Erno Cantero, Ariel Bermani, Margarita Roncarolo, María Ezquiaga y Guillermo Saccomanno.

Gabo interviene para poner de relieve que más allá de los autores y músicos conocidos, con nombre, carrera y reconocimiento, el ciclo se caracteriza por darle lugar a artistas nóveles, o que la vienen remando, a quienes ellos reconocen como pares, y a quienes con mucho gusto les dan un lugar para expresarse. “Emiliano Yelatti, por ejemplo, es el músico que más veces tocó en Tercer jueves”, cuenta.

En relación a la producción de los eventos, y la elección de los y las artistas para completar la grilla, Oscar destaca que “con el tiempo aprendimos a confiar en el otro, y si alguno de los tres propone una autora o un músico, los tres damos por hecho que se trata de un artista que encaja para el ciclo”.

Una década de recorrido en la escena cultural porteña.

Después de organizar las fechas durante cuatro años en el Burlesque -entre 2011 y 2014-, Tercer jueves se mudó a Palermo. Primero en El Universal, a lo largo de un año, y después a Quetzal, donde tocaron y leyeron por lo menos dos años. La última sede del ciclo fue en la radio La Tribu, en Almagro, donde los agarró la pandemia. Durante la segunda parte del 2020 retomaron el ciclo, en formato digital, pero según cuentan, el esfuerzo que realizaron fue titánico. Gracias a la campaña de vacunación, con la que se fueron sorteando las restricciones, los integrantes de Tercer jueves retomaron sus actividades presenciales, y por supuesto, en seguida se pusieron a pensar en la vuelta a los escenarios.

La edición centésimo primero se concretará en El Páramo Cultural, Carlos Calvo 3974, CABA-, y junto a los y las poetas Débora Covelo, Agustina Amábile y Marcos Kramer, y el amigo de la casa, el músico, compositor y productor, Emiliano Yellati.

¿Cómo fue el tránsito de la pandemia?

“Fue dura, pero pude trabajar mucho con las clases online, me adapté rápido, y pude agitar mucho ese kiosco”, dice Gabo. “Me sirvió para poder tapar el bache que se produjo por la ausencia de shows, de los que yo venía viviendo como sesionista. Lo de las clases estuvo muy bien, aun con todas las dificultades como que te quede la voz a la miseria o que la conexión sufra cortes. Y los alumnos, ahora que los vuelvo a ver de manera presencial, avanzaron, se nota el trabajo que hicimos.

¿Con qué expectativa llegan a la presentación del jueves, el cuerpo a cuerpo con los colegas, el público?

“Estamos a pocas horas del evento y estoy ansioso, sí”, asume Osky. “Anoche me costó dormirme, y eso no me pasaba hace mucho. Aparte de que volvemos, se trata de un lugar nuevo, que particularmente yo no conozco. Estoy ansioso, sí”.

“Yo estoy entusiasmado”, suma Gabo. “Por volver a la presentación presencial, y aparte con el duo tenemos preparadas una serie de piezas nuevas, y eso está buenísimo, porque nunca lo hicimos. Todo el material es nuevo y formará parte de nuestro tercer disco. Estamos re copados”.

Hay que escuchar algunas de las piezas del duo para dimensionar el talento que tiene el poeta, con sus versos e interpretación, y las melodías, solos y texturas sonoras que mete Gabo con el bajo. El es propio Gabo quien ahora recuerda que si bien en un principio la experiencia de fusionar letras y músicas se lograba a través de producciones previas, con el paso de las presentaciones, empezaron a componer temas y escribir versos especificamente para el proyecto del duo. En el primer disco, todas sus temas fueron compuestos de cero, y los textos de Fernando, la mitad. En el segundo, cien por cien de ambos lados. El tercero, lo mismo.

“Yo vengo componiendo con la cabeza puesta en la voz de Fer, su cadencia y expresividad, y cuando nos juntamos, lo que viene sucediendo, es que él se pone a escribir en el momento, en tiempo real”, cuenta Gabo.

En los videos se escucha que al bajo le metés efectos. ¿Sos de experimentar con el sonido?

“Sí, me gustan muchos los pedales, y ahora estoy incorporando un set de electrónica, con el Ipad y varios samplers, todo un combo que voy a usar el jueves, y en definitiva, lo que hay es una paleta tímbrica que se viene extendiendo, de manera indudable, desde el inicio del ciclo, al día de hoy”.

Su hermano levanta la mano en la pantalla. “Hace un tiempito Gabo me manda una pista en la que parecía que tocaba Race Against the Machine. Cuántos hay ahí trabajando con vos, le pregunto, y era él y su pedalera”, cuenta. “Se pasa”, tira con una sonrisa en los labios.

“El problema de eso es que todo ese moño lo tengo que hacer sonar el jueves”, devuelve ahora el bajista entre risas y el final del Zoom.

Un minuto después, Gabo envía un mensaje de audio por el WhatsApp, en el que comenta: “me quedé con ganas de decirlo recién, así que lo digo por acá: de chico, mi principal influencia fue mi hermano, porque fue el que me introdujo en el mundo de la música, y el que me marcó el camino, como hermano mayor. Me hubiese gustado decírtelo delante de él, pero igual ya lo sabe”.

El ciclo tiene una web muy linda, con buena información: tercerjueves.com

La cuenta de Instagram es @tercerjueves


Fernando Bogado publicó las novelas Lebensraum (Omnívora, 2021) y Tierra ganada al río (Letras del Sur, 2018) y los libros de poesía Jazmín paraguayo (Nulú Bonsai, 2014) y El desempleo (Nulú Bonsai, 2021). Aparte, es docente en la Universidad de Buenos Aires y en el Colegio Nacional Buenos Aires, y colabora regularmente en el suplemento Radar de Página 12. Gabriel Cuman, por su parte, editó dos discos solistas: Escenas acerca del embrujo (2008) y Fonograma (2017). Aparte, tocó con decenas de artistas, ejerce la docencia y participó de la grabación de unos cuantos discos.

author: Mariano Abrevaya Dios

Mariano Abrevaya Dios

Director de Kranear. Escritor.

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