Política Peronismo

Pena inmensa

Mientras Diputados debatía el proyecto de acuerdo con el FMI, Macri se paseaba por Expoagro y hacía declaraciones sobre la actualidad de Boca Juniors. Los piedrazos contra el despacho de Cristina simbolizan el retroceso que viene sufriendo el país desde que el país, en 2015, quedó en manos del tercer proceso neoliberal de la historia reciente.

Probablemente haya que ir hasta noviembre de 2015, cuando se perdió el balotaje por un punto y medio, para ponerle palabras a la tristeza que por estas horas nos hace crujir el pecho. La tragedia se llama Mauricio Macri y la implementación durante su gobierno de un programa económico devastador, que incluyó el pedido de un préstamo al FMI, el más caudaloso que haya entregado jamás el organismo.

La pena es mucha porque como bien se narra en el video que la vicepresidenta subió a sus redes sociales, durante su gestión de gobierno el FMI fue solo un mal recuerdo, y se le hizo honor en los hechos a la máxima peronista de ejercer la independencia económica en la toma de decisiones y prescindir de tutelajes externos. Duele mucho, indigna, enfurece, entonces, que sean los mismos dirigentes de la actual oposición los que se ahora se llenen la boca con palabras como responsabilidad, institucionalidad e incluso producción, desempleo y pobreza.

Recordemos que Macri, durante su gobierno, anunció el nuevo endeudamiento en moneda extranjera por medio de una cadena nacional que duró tres minutos, con esa pose forzada y televisiva en la que siempre se lo veía incómodo, por decreto, sin pasar por el Congreso, y que ya con Alberto en la Rosada, aparte de justificar la decisión con diferentes excusas, contradictorias, infantiles, y que el espacio político que conduce dejarse sin presupuesto al país en el momento que estamos saliendo de la pandemia, o que se fuesen de la Asamblea Legislativa hace unos días, ayer, mientras se sesionaba en la cámara baja del Congreso, el hombre hacía declaraciones sobre Boca Juniors en Expoagro.

El sistema de medios opositor al kirchnerismo y una parte del poder judicial, cómplices y aliados del macrismo, son también responsables de esta nueva etapa de entrega y pérdida de soberanía, como así también del empobrecimiento generalizado, con cifras angustiantes, porque jugaron muy fuerte durante los últimos años para esmerilar la aceptación que la mayor parte de la sociedad había tenido con un proceso de transformación histórico.

El Lawfare, o Guerra Jurídica, fue una respuesta corporativa de los sectores de privilegio, del poder real, ante aquella gesta democrática que había logrado un inédito proceso de crecimiento económico con inclusión social que, aparte, parió a una nueva generación política, la misma que ayer votó en contra del proyecto de entendimiento con el FMI para refinanciar la deuda que tomó Macri.

Esa generación de cuadros militantes que hoy ocupan cargos importantes en el gobierno del Frente de Todos, que ocupan bancas en las dos cámaras del Congreso, con mucha responsabilidad y tristeza, decidieron no acompañar el proyecto de ley del Poder Ejecutivo, e hicieron públicas las razones, que son claras y eran previsibles, y que dejan abierta una discusión acerca del futuro a corto y mediano plazo: ¿quién va a costear el esfuerzo económico para pagarle al Fondo, los que están debajo de la línea de la pobreza o los que exportan granos a una Europa en la que hay una guerra, los jubilados o los tenedores de grandes fortunas?

Las imágenes de los manifestantes que apedrean los ventanales del despacho de Cristina –sean conscientes o no de que se trataba de ese lugar- simbolizan con crudeza, y una pena profunda, el delicadísimo momento que sufre nuestro país, como consecuencia, una vez más, primero del paso de Macri y Juntos por el Cambio, con su gobierno neoliberal, por la Casa Rosada, y después de una pandemia destructiva, durante la cual, estos mismos sectores, no dijeron che, paremos un poco, vamos a una tregua hasta que esto pase.

Veremos cómo salimos de esta encerrona. Propios y ajenos saben que al peronismo no hay que subestimarlo. Se levantó de muchas dolorosas derrotas y la unidad, aunque algunos rueguen a los gritos lo contrario, sigue firme.
author: Mariano Abrevaya Dios

Mariano Abrevaya Dios

Director de Kranear. Escritor.

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