Por Mariana Zalazar
Durante el anteúltimo fin de semana de junio, siempre por la noche, personas no identificadas accedieron a una de las escuelas del polo, robaron griferías y bronces del baño, se llevaron computadoras con información de los estudiantes y destruyeron las instalaciones. El lunes siguiente, cuando el personal llegó a la escuela bien temprano a la mañana, se encontraron con los destrozos, y decidieron suspender las clases. Como si hubiese sido insuficiente, los hechos delictivos se volvieron a repetir esa misma noche, las autoridades volvieron a realizar la denuncia y lograron que se les asigne una consigna policial, pero el miércoles por la noche volvieron a ingresar intrusos, esta vez por atrás del edificio. El jueves, entonces, al abrir la escuela, el persona se chocó con el mismo cuadro: roturas y destrozos.
Las clases siguen y la lucha también
Pese a todo, los y las docentes decidieron clausurar los baños rotos para utilizar los de otra planta del edificio y continuar con las clases; sin seguridad, sin baños, sin gas y sin calefacción, pero abrir la escuela y brindar clases, en especial, por los alumnos y sus familias. Y así vienen trabajando, con episodios como este, desde 2016. Se trata de una realidad que contrasta con el discurso del Gobierno de la Ciudad, los grandes medios de comunicación, e incluso algunos vecinos, que sostienen que los docentes y autoridades no quieren trabajar.
El viernes 28 de junio, mientras se dictaban las clases del turno mañana, en la esquina de Av. Piedrabuena y Zuviría se realizó una protesta que constó de un abrazo simbólico, y una radio abierta, encabezada por los docentes de los otros turnos del Polo Educativo, de la que también participaron integrantes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), organizaciones populares del barrio, autoridades de la junta comunal 8 y el legislador porteño por Unión por la Patria, Juan Modarelli, vecino de Villa Lugano.
Tres noches consecutivas de robos y destrozos.
Planificación de la (in)Seguridad
Los docentes le contaron a Kranear que el gobierno porteño reemplazó la seguridad privada que funcionaba en los establecimientos, o la figura del sereno, por un sistema de alarmas, pero que en el caso de la escuela 1 del distrito 20 (la damnificada por tres robos consecutivos) el sistema no abarca todas las instaciones.
Los y las trabajadores del Polo informaron que el registro de las cámaras de seguridad de la zona no puede ser solicitado por la escuela, sino que primero tienen que registrar un “alerta” a través de la plataforma virtual educativa, para que el gobierno accione el pedido a la Policía. Según los testimonios de los docentes, ninguna de esas alertas fue respondida, teniendo además una comisaría a menos de dos cuadras de las escuelas. Existe el caso de un jardín de infantes que activó 16 alertas por robos, y ninguna fue resuelta.
Reclamos históricos
El Polo Educativo Comandante Piedrabuena se inauguró en 2016, cumpliendo así –parcialmente- la ley de la Ciudad de Buenos Aires 4.436/2012 que determinó la construcción de una escuela media, tres iniciales, una primaria y una especial (que todavía no se construyó).
Desde ese entonces el Polo tiene problemas de infraestructura que nunca se resolvieron: la escuela no tiene gas instalado, lo cual no solo impide que haya calefacción, sino también el que funciona en el comedor (las viandas las trae una empresa); debido a falta de calefacción se restringió el horario escolar para que a la mañana los alumnos ingresen más temprano y a la noche salgan más tarde; la instalación eléctrica, por su parte, está mal hecha (por ese motivo no se instala el gas), y hay que compensarla con un generador eléctrico que no da abasto y genera contaminación en las aulas debido al ruido y el humo que ingresa por las ventanas.
Carolina, docente de la escuela 1, le contó a Kranear, que “no es sólo una cuestión de bienestar y seguridad en la escuela sino que también afecta el propio derecho de los chicos a educarse y a estar en el espacio que les corresponde en el tiempo que tienen que estar. Les estamos sacando horas de estudio”. Aparte, sostuvo que “esta vez fue algo más que un robo, todos estos hechos posiblemente tengan que ver con el clima de época, con el desprecio a la Escuela y a la Educación.”
El gobierno porteño incumple la ley y no finaliza las obras.
El legislador porteño Juan Modarelli, recordó que el Gobierno porteño viene incumpliendo la Ley del Polo Educativo Piedrabuena hace varios años y que a su vez, esto es consecuencia de un problema de fondo que tiene que ver con “el abandono general que existe en esta comuna 8, en todo el sur de la ciudad, en general, y en el barrio Piedrabuena, en particular, en el que hace veinte años que no se hace nada”.
La falta de planificación en materia de seguridad, no es algo que sólo ocurra en las comunas del sur, sino que se evidencia en toda la Ciudad de Buenos Aires. “Hace 6 meses que venimos escuchando que se fugan los presos, que quieren armar una alcadía, casi una cárcel, en Villa Soldati. Pero del plan de prevención de seguridad, de los circuitos seguros, del aumento del patrullaje no se habla”, afirmó Modarelli.
El pasado domingo 28 de junio, por la tarde, en el portal de noticias de UTE se publicó que la comunidad educativa del Polo había logrado obtener una respuesta de parte del gobierno porteño, quienes prometieron un esquema de seguridad privada, que supuestamente comenzaría a funcionar a partir de esas mismas horas.
De la actividad participaron militantes populares del barrio.