En esta nota de Infobae, se mostraron los valores de empresas que cotizan en bolsa, a valor de mercado, medidos en dólares. En efecto, “según un relevamiento de Research for Traders, en lo que va del gobierno de Cambiemos, las empresas locales que cotizan en la Bolsa porteña perdieron un 17% de su valor de mercado medido en dólares”.
No hubo ninguna sorpresa al respecto. Pero no por ser obvio deja de ser importante repetirlo. La suba de las tarifas empujaron las ganancias de las empresas de electricidad. Dice el informe que “de las 64 empresas que comparan cifras entre las dos puntas analizadas, solo 21 tuvieron crecimiento en su valor de mercado. Entre ellas se destaca el rubro de la energía.
Es el caso de Transportadora Gas del Norte, con Techint como principal accionista, con una alta suba de 233,57%; Transportadora Gas del Sur (126,94%), de Pampa Energía y otros inversores; Transener, (124,28%); Camuzzi (68,5%); Capex (67,05%), Pampa Energía (48,1%), Distribuidora Gas cuyana (45,11%), Central Puerto (14,8%), y Metrogas (13%). YPF registra una caída de 16%, aunque tuvo períodos de alzas en 2017, y Naturgy (ex Gas Natural Fenosa), de 25,5 por ciento. Las transportadoras de gas son las que más ganaron”.
En otro de los pocos grupos que ganaron en valor, siempre vinculado a aumentos tarifarios, se encuentran las compañías de peajes: “Autopistas del Sol, sumó 135,2% a su valor, y Grupo Concesionario del Oeste, 179 por ciento. Las químicas como Solvay Indupa (85,37%) e Insuagro (61,79%) celebraron y se registraron subas también para Cresud, la empresa de Eduardo Elsztain que es una de las principales dueñas de tierra del país (9,68%); la cementera Holcim (86,99%); y Telecom Argentina, con 109% de incremento”. El Grupo Financiero Galicia, tuvo un valor de mercado en dólares 21,3% más alto durante la gestión de Cambiemos.
Entre las perdedoras hay alimenticias, empresas de manufacturas de origen agropecuario: Molinos Río de la Plata bajó -87,5%; la citrícola San Miguel, -30,5%; Molinos Juan Semino, -72,19%; y Bodegas Esmeralda, -22,68 por ciento.
Como se puede ver, las ganadoras, en su mayoría, son empresas de bienes no transables. Sin ninguna sorpresa las ganadoras se resumen a empresas de peaje, de clara asociación con SOCMA, la empresa insignia de los Macri, a distribuidoras de luz y gas, con vínculos e intereses en socios del macrismo y de Cambiemos, y de empresas asociadas a prebendas del Estado como son las que están en la órbita de Clarín (Telecom, Boldt, etc).
Nótese a su vez, que para caer tanto significa que el nivel era aceptable antes, no había una situación tan grave en esta valorización con anterioridad; entonces los que hablan de herencia deberían preguntarse mejor por sus afirmaciones.
En términos de cantidades, a precios constantes de 2004, el sector financiero gana entre 2015 y 2018 5,9%, según el tabulado por actividad del PBI, que difundió el Indec en marzo de 2019. Mientras que la industria pierde en los tres años de Cambiemos, 7,9% en términos reales. Este contraste es absolutamente coherente con la destrucción productiva y social que vive el país, mientras el Estado pierde poder político para regular actividades desde objetivos de planificación productiva sanos.
En conclusión, mientras no se establezcan precios relativos que favorezcan a los sectores productivos (industria, además de agro) y con mayor derrame (construcción), y en cambio el crecimiento de las finanzas se dé a la par de la caída en el resto de los sectores, es improbable que se logren avances en el nivel de producción del país. Y esto es coherente con un desempleo de 9,1%, el mayor registro desde 2006, que indica un aumento de casi 2 puntos porcentuales desde 7,2% de fines de 2017. Esto requiere un entramado institucional que esté enfocado en logros productivos, y ese entramado debe consolidarse en el largo plazo.
El año 2018 que pasó fue un año pésimo para el desarrollo del país, y no se avizora un 2019 mejor.
No hubo ninguna sorpresa al respecto. Pero no por ser obvio deja de ser importante repetirlo. La suba de las tarifas empujaron las ganancias de las empresas de electricidad. Dice el informe que “de las 64 empresas que comparan cifras entre las dos puntas analizadas, solo 21 tuvieron crecimiento en su valor de mercado. Entre ellas se destaca el rubro de la energía.
Es el caso de Transportadora Gas del Norte, con Techint como principal accionista, con una alta suba de 233,57%; Transportadora Gas del Sur (126,94%), de Pampa Energía y otros inversores; Transener, (124,28%); Camuzzi (68,5%); Capex (67,05%), Pampa Energía (48,1%), Distribuidora Gas cuyana (45,11%), Central Puerto (14,8%), y Metrogas (13%). YPF registra una caída de 16%, aunque tuvo períodos de alzas en 2017, y Naturgy (ex Gas Natural Fenosa), de 25,5 por ciento. Las transportadoras de gas son las que más ganaron”.
En otro de los pocos grupos que ganaron en valor, siempre vinculado a aumentos tarifarios, se encuentran las compañías de peajes: “Autopistas del Sol, sumó 135,2% a su valor, y Grupo Concesionario del Oeste, 179 por ciento. Las químicas como Solvay Indupa (85,37%) e Insuagro (61,79%) celebraron y se registraron subas también para Cresud, la empresa de Eduardo Elsztain que es una de las principales dueñas de tierra del país (9,68%); la cementera Holcim (86,99%); y Telecom Argentina, con 109% de incremento”. El Grupo Financiero Galicia, tuvo un valor de mercado en dólares 21,3% más alto durante la gestión de Cambiemos.
Entre las perdedoras hay alimenticias, empresas de manufacturas de origen agropecuario: Molinos Río de la Plata bajó -87,5%; la citrícola San Miguel, -30,5%; Molinos Juan Semino, -72,19%; y Bodegas Esmeralda, -22,68 por ciento.
Como se puede ver, las ganadoras, en su mayoría, son empresas de bienes no transables. Sin ninguna sorpresa las ganadoras se resumen a empresas de peaje, de clara asociación con SOCMA, la empresa insignia de los Macri, a distribuidoras de luz y gas, con vínculos e intereses en socios del macrismo y de Cambiemos, y de empresas asociadas a prebendas del Estado como son las que están en la órbita de Clarín (Telecom, Boldt, etc).
Nótese a su vez, que para caer tanto significa que el nivel era aceptable antes, no había una situación tan grave en esta valorización con anterioridad; entonces los que hablan de herencia deberían preguntarse mejor por sus afirmaciones.
En términos de cantidades, a precios constantes de 2004, el sector financiero gana entre 2015 y 2018 5,9%, según el tabulado por actividad del PBI, que difundió el Indec en marzo de 2019. Mientras que la industria pierde en los tres años de Cambiemos, 7,9% en términos reales. Este contraste es absolutamente coherente con la destrucción productiva y social que vive el país, mientras el Estado pierde poder político para regular actividades desde objetivos de planificación productiva sanos.
En conclusión, mientras no se establezcan precios relativos que favorezcan a los sectores productivos (industria, además de agro) y con mayor derrame (construcción), y en cambio el crecimiento de las finanzas se dé a la par de la caída en el resto de los sectores, es improbable que se logren avances en el nivel de producción del país. Y esto es coherente con un desempleo de 9,1%, el mayor registro desde 2006, que indica un aumento de casi 2 puntos porcentuales desde 7,2% de fines de 2017. Esto requiere un entramado institucional que esté enfocado en logros productivos, y ese entramado debe consolidarse en el largo plazo.
El año 2018 que pasó fue un año pésimo para el desarrollo del país, y no se avizora un 2019 mejor.