Solo en la Ciudad de Buenos Aires hay unos 1.800 clubes de barrio. Se trata de un fenómeno social, y también deportivo, que no debe ser tan frecuente en otros lugares del mundo. Su inserción en los territorios es notoria, y suelen funcionar como espacios de contención cuando el Estado se retira, o las crisis económicas hacen estragos en la comunidad (en general, los responsables de los dos hechos son los mismos).

El fútbol convoca, nos lo inculcan desde que aprendemos a caminar –y más todavía después del campeonato del mundo en Qatar-, pero también hay miles de pibes y pibas que practican básquet, hockey, handball, o juegos de mesa como el ajedrez y el truco, entre otros. Muchos de nosotros pasamos por un club en algún momento de nuestra infancia o adolescencia, o participamos de alguna actividad en una fecha patria, en el cierre de un torneo, una jornada solidaria o para jugar un bingo. Los conocemos. Son parte de nuestra realidad efectiva.

La militancia política también forma parte de una tradición en nuestro país, en especial entre los jóvenes, pero también entre los adultos, y la participación crece cuando la política resuelve las demandas de la sociedad, y pierde credibilidad cuando los gobiernos le dan la espalda al pueblo y entregan sin ponerse colorados el patrimonio nacional.

Nicolás Schamo y David Pizarro Romero son dos militantes populares que cambiaron la militancia orgánica en distintas organizaciones, para poner el cuerpo, el tiempo y el deseo en el funcionamiento de un club de barrio, pero no uno del montón, sino uno peronista. Lo fundaron hace dos años, y se llama Club Social y Deportivo Justicialista.

Nicolás es el presidente, y David, uno de los secretarios. Kranear se juntó con ellos, una tarde de feriado, bajo la sombra de árbol, en una terraza del barrio de Saavedra, para conversar sobre la iniciativa.

Kranear: ¿Cuándo nació la idea de fundar el club?

Nicolás: En el 2015 se la tiré a un grupo compañeros de la UB El sol del 25 de Mayo, en Almagro, Comuna 5, en la que militaba en aquel momento, y nadie me dio bola, pero la idea quedó dando vueltas en mi cabeza.

K: ¿Qué te imaginabas en ese momento?

N: Un club de barrio que tenga identidad compañera, que sus símbolos sean peronistas, que las canciones de la tribuna sean las nuestras, y todo así. Sé que hay muchos clubes con compañeros peronistas en sus comisiones directivas, o que son socios, pero acá hablamos de un club que sea casi una extensión del PJ, aunque formalmente, lo aclaro, no tuviésemos, ni tenemos hoy, una relación con el partido.

K: Y en un momento se dio.

N: Pasaron los años, llegó a su fin mi experiencia en la básica, y le volví a tirar la misma idea a otro grupo de compañeros, y se prendieron.

K: ¿Año?

David: 2021. Éramos un grupo de compañeros que por un lado veníamos de una militancia orgánica y territorial en distintas organizaciones del peronismo, y que aparte nos interesaban temas como la defensa, la seguridad y la industria nacional. Aparte, todos teníamos una relación con el deporte, y nos prendimos enseguida con la idea de formar un club justicialista.

N: Nosotros hicimos la experiencia inversa a la de muchos clubes, que primero se largan, comienzan a funcionar, y al tiempo avanzan con su estructura jurídica, pero nuestro temor era que terminara el gobierno del Frente de Todos y no pudiésemos tramitar la asociación civil.

D: Teníamos miedo de perder las elecciones y que no pudiésemos armar un estatuto justicialista, en lugar del estándar que te da la IGJ (Inspección General de Justicia), y nos apuramos para tener la personería jurídica.

N: En ese momento era política de Estado que la IGJ habilitase las personerías jurídicas de los clubes de barrio.

K: Los ayudó el momento.

N: Sí, y la personería buscamos que nos saliese para el 17 de octubre de 2022.

D: Y salió. O sea que nuestro club se fundó en esa fecha.

K: ¿Y a partir de ahí?

N: Con los papeles en la mano, nos pusimos a llenar de contenido al club. Y lo primero que hicimos fue anotarnos en los E-Sports. Once chicos que desde sus casas, representaron a nuestro club en un campeonato nacional del juego FIFA (en la Play). Un pibe por jugador. Fue nuestra primera experiencia y nos dio la posibilidad de relacionarnos con otros clubes. Después arrancamos con las disciplinas tradicionales. Fútbol femenino, un equipo de truco, basket masculino, y la última incorporación es un equipo de hockey, también femenino.

Basket, hockey y fútbol son algunas de los deportes que practican los casi cien socios del club.

K: ¿Y dónde entrenan?

N: Como nos tenemos una sede -se los llama “Clubes sin techo”-, alquilamos canchas, tanto en el ámbito público, como un polideportivo de la Ciudad, o privado. Y aparte tenemos una pata social y política.

K: ¿Cómo es eso?

N: Más que nada se trata de charlas-debates en las que hablamos de distintos temas, y junto a actores de distintas organizaciones y sectores del peronismo. En el último tiempo organizamos una charla sobre el Maradona político en una unidad básica de la agrupación Aires, en Villa Soldati, junto al Profe Signorini, nos juntamos con Kim, el candidato a jefe de gobierno de Guillermo Moreno en las últimas elecciones para hablar de deporte en el ámbito de la Ciudad, hicimos una charla sobre Fútbol y Mujeres, junto a Mónica Santino, una referente del tema, y aparte participamos de una charla sobre periodismo deportivo en tiempos de Milei que organizó la comisión de Deportes del Instituto Patria, a cargo de Claudio Morresi.

K: ¿Cuáles son los próximos pasos?

D: Nuestro objetivo es encontrar una sede social, y poder establecernos en algún barrio de la ciudad.

K: No debe ser fácil.

N: No. Primero porque no hay políticas nacionales en relación a los clubes. Y ni hablar de conseguir un terreno a partir de un programa del Estado.

D: Casi nos sale algo en General Rodríguez, pero se nos hacía muy difícil por la distancia, tanto a nosotros como a los pibes y pibas socias del club, aparte de los profes.

N: Lo que está pasando en CABA es que muchas inmobiliarias se meten en las comisiones directivas de los clubes que están en una fase de extinción por problemas económicos o la edad de los integrantes de la comisión, y transferían el club a una constructora para demoler y luego levantar una torre.

D: Nos ayudó meternos en FODA (Federación de Organizaciones Deportivas de la Argentina), porque pudimos intercambiar experiencias, entre otros, con los clubes sin techo, y también con los que tienen instalaciones pero no tienen personería jurídica. Y nos damos una mano. Ahí por ejemplo nos facilitaron material para entrenamiento: conos, pecheras, pelotas.

//

El estatuto del club es una declaración de principios. “Somos el Club Social y Deportivo Justicialista (C.S.D.J), un espacio en el que el deporte se une con los valores de nuestro movimiento. En uno de los primeros puntos establecen que “En nuestro club, nos comprometemos a promover la inclusión, la solidaridad, la justicia social y la igualdad de oportunidades para todos los miembros de la comunidad, sin importar su origen, género, orientación sexual, religión o condición social”. También ponen límites: “Se prohíbe en las instalaciones y/o eventos deportivos/sociales del C.S.D.J el uso de cualquier símbolo o representación de la bandera británica” y “queda prohibida la conversión del Club Social y Deportivo Justicialista en una sociedad anónima o cualquier otra entidad con fines de lucro”.

Nicolás y David, militantes peronistas.

//

K: ¿Cómo están hoy, a dos años de la fundación?

N: Lo que hoy nos pasa, por no tener una sede, es que podemos tener una cuota muy baja, y además creamos una red de descuentos para emprendedores compañeros. Esa es nuestra forma de atraer nuevos socios.

D: Remeras, libros, restaurantes, servicios.

K: ¿Cómo llega a ustedes la gente que se asocia?

N: Por el boca en boca y las redes sociales.

K: ¿Cómo llegaron a los profesores de las distintas disciplinas?

N: Abrimos una convocatoria para los distintos deportes, se sumaron, y cabe aclarar que tiene total libertad para trabajar. También en relación a la zona de los entrenamientos, siempre en el ámbito de la Ciudad.

D: Alguna simpatía por nosotros, o el justicialismo, tienen.

K: Quizá también, cada tanto les cae un distraído, que ni se fija en el nombre.

N: Sí, pero macrista o libertario, seguro que no.

K: ¿Y qué pasa con las preferencias políticas de cada uno de ustedes hacia el interior del peronismo?

N: Convivimos con ellas. El año pasado, por ejemplo, cuando se realizó la  interna entre Masa y Grabois, hicimos una votación, y decidimos que el club iba a posicionarse por el ganador, que fue Massa, pero no estábamos en contra de Grabois.

D: Y hace unos días, con la interna entre Cristina y Quintela, hicimos una encuesta, y ganó cómoda Cristina.

N: En el club tratamos de no ser una réplica de una organización y tratamos de no meternos en lo partidario.

//

Nicolás militó diez años en La Cámpora, y David otros tantos también en La Cámpora, y la organización Peronismo Militante. Son parte de la generación que se sumó a la política atraída por las conquistas y los avances de los gobiernos kirchneristas. El primero es abogado, y el segundo, historiador y docente. Aparte ellos, hay media docena de compañeros en la conducción del club, y entre todos se dividen para acompañar las actividades y entrenamientos de los equipos, estar ahí siempre al pie por si los profes o las socias y socios necesitan algo. Le ponen el cuerpo a la representación. Son peronistas.

Ellos mismos refuerzan la idea:

D: Nosotros apostamos al club porque sabemos que tienen un rol fundamental en los barrios, y más todavía en este momento donde todo se está desarticulando y donde muchos buscan una salida individual. Con los clubes eso se puede romper.

N: Reforzamos todo el tiempo esto que decía Perón en relación a la comunidad organizada, y que nadie se salva solo en una comunidad que no se realiza. A mí me pasó que entré en crisis con la militancia tradicional, y ahora con este proyecto vuelvo a sentir esa mariposa en la panza que hace que me levante con todas las pilas, en un momento, aparte, en el que tener una zanahoria para meterle para adelante vale un montón. Te da orgullo ver a una piba o un pibe con los colores del club, o que las chicas de hockey llevan un año y medio en club y sean amigas.

K: ¿Cuántos socios tienen?

N: Somos casi cien.

K: ¿Cuáles son los colores del club?

N: Celeste y blanco, y el escudo , si le mirás el detalle, vas a ver mucha reminiscencia peronista.

¿Por ejemplo?

N: La palabra justicialista está escrita con la tipografía del auto justicialista de los años 50, producido por la IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), tiene entre sus elementos el gorro frigio y los laureles del escudo justicialista, y la pelota es la Azteca, la del campeonato mundial de 1986 del Diego.

El escudo tiene varios detalles justicialistas.

//

En su cuenta de Instagram, herramienta clave para darle difusión a sus ideas y propuestas, en el último tiempo, entre otras iniciativas, con el club repasaron los hechos que llevaron al Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, “El Lobo”, a sumarle a su nombre la frase “de Eva Perón”, en honor a la Jefa Espiritual de los Humildes, luego de que falleciera, el 26 de junio de 1951.

El 1 de noviembre pasado fueron invitados al Club Nápoles, con motivo del segundo aniversario del club social con sede en La Boca, y el cumpleaños de Diego Maradona, en el que hablaron, entre otros asuntos, del intento de Macri y Milei en avanzar con las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).

Con el irrupción del corredor Franco Colapinto, los compañeros del club aprovecharon para realizar un posteo con el que repasaron algunos de las obras que realizó el peronismo, durante sus dos primeros gobiernos, en materia de infraestructura deportiva. Por ejemplo, la construcción del Autódromo de Buenos Aires.