La verdad y siendo sincero no espero mucho de las deliberaciones que concluyeron el 5 de noviembre pasado en el seno de la CGT para elegir nuevas autoridades. Deseo de todo corazón estar equivocado y que ahora surja entonces una conducción a la altura de los tiempos que vivimos, que tenga claro que una vez más estamos frente a una disyuntiva fundamental como es Liberación o Dependencia y que por lo tanto lleve adelante y conduzca un enfrentamiento del inmenso campo nacional y popular a liderar, contra un gobierno apátrida lameculo de los yanquis, apoyado por una oligarquía vernácula, un círculo financiero que hace negocios y destroza a la Argentina, en tanto una parte de la clase política desde el Congreso negocia, avala y se enriquece vetando o aprobando leyes que favorecen a los poderosos.

Solamente el Peronismo puede frenar este desquicio. Y no cualquier Peronismo, sino el que surge del territorio, de los pueblos, de los sindicatos, de las fábricas, de los gremios, de las comisiones internas, de los barrios, de los vecinos, de los merenderos, de los jubilados, de los clubes, de los centros sociales y culturales, de las agrupaciones juveniles que siguen luchando para lograr un país justo, libre y soberano.    

Esto debe cambiar en beneficio de nuestro Pueblo. En este momento está en juego la existencia de nuestra Patria como tal y evitar que se siga tomando deuda que pagarán nuestros nietos y bisnietos cuando nuestra querida tierra sea una colonia y además parte de ella, sirva como moneda de cambio para pagar deudas contraídas ante los poderosos del mundo.    

La CGT realizó su Congreso en Obras Sanitarias.

Quizás muchos o algunos de los que están al frente de la CGT dirán que no es el momento apropiado, que no hay ambiente para enfrentar al (des) gobierno actual, que las condiciones no son las mejores o bien que las relaciones de fuerza nos son desfavorables.

Me permito recordarles que en 1955 fue derrocado nuestro gobierno nacional, popular y revolucionario que llevó salud, trabajo, educación, vivienda y derechos sociales y laborales a todo el pueblo argentino. Y que los usurpadores de la voluntad popular entre otras maldades bombardearon ciudades, fusilaron compañeros, torturaron obreros y encarcelaron a miles de trabajadores. Quisieron matar a Perón en su exilio caraqueño y se robaron los restos mortales de la compañera Evita. Proscribieron al Peronismo electoralmente y si ganaba como ganó elecciones, las mismas eran anuladas de un sablazo.

¿Y que hizo el Pueblo peronista? ¿Se quedó llorando en un rincón y lamentando su mala suerte? ¿Esperó condiciones favorables para entablar la lucha?  No, compañeros. Salió a dar pelea, sumó generaciones juveniles a su causa y conformó la heroica Resistencia Peronista ante el atropello. Y lo más importante es que a la larga, triunfó.

Ahora, si bien la coyuntura es totalmente diferente a aquella, también es cierto que los actores sociales son los mismos de antes. Un poder que nos quiere destruir como nación y un pueblo que lo enfrentará a como de lugar.

Compañeros de la CGT, pongan lo que hay que poner y el pueblo los seguirá. 

Precisamente, en base a lo dicho hasta el momento a través de estas líneas, recupero dos programas revolucionarios del Movimiento Obrero Argentino que han hecho Historia y que fueron parte de mi primer libro “Documentos de la Resistencia Peronista 1955-1970”: La Falda y Huerta Grande. Muchos se asombrarán de lo que estos compañeros trabajadores volcaron en un papel con la finalidad de -como solía decir Perón- lograr la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.

Plenario de las delegaciones regionales de la CGT y de las 62 organizaciones. La Falda, Córdoba (1957).

Antecedentes históricos

El golpe del 16 de septiembre de 1955 encontró inmediata respuesta en la clase trabajadora: movilizaciones de las bases, asambleas en fábricas, huelgas y sabotajes serían una constante ante el atropello impuesto por los “libertadores”, que intervinieron a la CGT, asaltaron con comandos civiles los sindicatos, inhabilitaron a miles de dirigentes en su mayoría peronistas, e hicieron de las cárceles el destino de muchos de estos.

Todo ello lo realiza la dictadura de Aramburu para llevar adelante el Plan Prebisch, favorable a la oligarquía y los monopolios. Así se liquidó el IAPI, las empresas estatales del DINIE, se prohibió el símbolo y propio nombre de Perón o Peronismo, se derogó por decreto la Constitución de 1949 buscando retrotraer el país a la época de la Década Infame.

La respuesta de lucha de los trabajadores se realizó en forma espontánea en manos de cuadros de segunda y tercera línea del Movimiento Peronista conjuntamente con los dirigentes que quedan al frente de la CGT Auténtica como Andrés Framini (textiles), Dante Viel (estatales) y Natalini (Luz y Fuerza) ante la deserción de las primeras líneas. Ellos protagonizaron junto con dirigentes surgidos después de 1955, delegados o miembros de comisiones internas de fábricas, una lucha frontal, masiva y directa contra el régimen, que va a durar hasta el 9 de junio de 1956. (Fracaso de la insurrección del general Valle y fusilamientos)

A partir de allí, demostrada la imposibilidad de una recuperación rápida del gobierno, se hizo necesario replantear la lucha, variando de un enfrentamiento directo a uno indirecto. La posibilidad y la necesidad de recuperar los sindicatos en manos de los interventores militares motoriza al activismo gremial, que conforma con este objetivo las Agrupaciones Sindicales.

1957. Acto de las 62 organizaciones en el Luna Park.

En los años 1956 y 1957, la lucha por la recuperación de los gremios se centró fundamentalmente en los sindicatos industriales.

La gran mayoría de los nuevos dirigentes como Sebastián Borro en el Frigorífico Lisandro de la Torre, fueron peronistas y su lucha tuvo un verdadero carácter nacional. Así, la primera CGT Regional recuperada fue la de Córdoba, que el primero de julio de 1957 elige en el Plenario General a Atilio López de UTA como Secretario General (CGT legal).

Los sindicatos y delegaciones recuperadas formaron la “Intersindical” que el 12 de julio de 1957 lanzó un paro general que fue acatado en todo el país, obligando al gobierno a convocar al Congreso Normalizador de la CGT intervenida hasta ese momento por el Capitán de Navío Patrón Laplacette.

(Nota: Laplacette era su apellido materno, y fue agregado al marino en la presentación al gran público para disimular, porque resultaba demasiado fuerte que al frente de la intervención a la central obrera estuviese un “patrón” a secas).

1961. Huelga Ferroviaria.

En este Congreso los intentos del interventor por lograr una dirección dócil apoyado por los sindicatos que habían sido entregados por los gorilas a los grupos sostenedores del sindicalismo amarillo, fracasan. De los 94 gremios presentes se retiran 32. Esta actitud lleva a la ruptura del Congreso y el nacimiento de las “62 Organizaciones” integradas por los sindicatos que permanecieron en el recinto. 

(Nota. El origen del término “sindicalismo amarillo” explicado por el periodista e historiador Daniel Parcero. “La caracterización surge de la historia del sindicalismo francés, cuando a fines de 1890 un grupo de mineros que rechazaban las huelgas fundó un sindicato que promovía la reconciliación de clases, repudiando las medidas de fuerza. Las ventanas del local de reunión estaban cubiertas de papel transparente amarillo, color que fue elegido para distinguirse del rojo que utilizaban los sindicatos socialistas. En nuestro país –sigue diciendo Parceo- se adjudicó el término ‘amarillo’ al sindicalismo de características reformistas y a dirigentes participacionistas de gobiernos antiperonistas, conciliadores con las respectivas patronales y/o sumisos a los regímenes de facto”).   

Vuelvo al tema. Este hecho histórico revitalizó al Peronismo en su conjunto ya que constituyó la culminación de un esfuerzo por vertebrar una rama gremial peronista en las difíciles y duras condiciones impuestas por el régimen oligárquico.

En ese mismo año 1957, en el mes de julio, la dictadura militar decide convocar a elecciones constituyentes para reformar la Constitución. La oligarquía y el imperialismo no podían soportar la vigencia de la Constitución de 1949 y era necesario derogar los principios que afirmaban la vigencia de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, para ir preparando las condiciones políticas y jurídicas que darían piedra libre a las inversiones extranjeras. 

Dante Viel.


En las elecciones de Constituyentes el Peronismo proscripto adoptó la táctica voto-blanquista, y más de dos millones de votos en blanco expresaron claramente el repudio del pueblo a esta convocatoria.

El Movimiento Obrero continuó asestando golpes al gobierno dictatorial a pesar del Estado de sitio, de los encarcelamientos y proscripciones de dirigentes. El 27 de septiembre de 1957 cuarenta gremios recuperados convocaron a un paro nacional, que fue unánime.

En ese marco de resistencia obrera y lucha política del Peronismo contra las proscripciones y la entrega, la CGT de Córdoba convocó a un Plenario Nacional de Delegaciones Regionales de la CGT y de las 62 Organizaciones, realizado en la localidad de La Falda, provincia de Córdoba, donde se aprobó un programa obrero, que constituyó un auténtico programa de gobierno, claramente antioligárquico y antiimperialista enmarcado en las grandes banderas históricas del Peronismo y un verdadero aporte del Movimiento Obrero Argentino en la lucha por la Liberación Nacional y Social de nuestra Patria.     

El programa se puede leer acá.

Plenario Nacional de las 62 organizaciones. Huerta Grande, Córdoba (1962)

Antecedentes históricos

El avance de los trabajadores en su lucha, la gran presión popular y la agudización de la crisis obligaron a la oligarquía a dar por finalizada la etapa encabezada por Aramburu y Rojas. Se dispone la convocatoria a elecciones generales con la participación de los partidos “democráticos” y la absoluta proscripción del peronismo, al que solamente le quedaba la posibilidad de votar en blanco u optar por el mal menor apoyando a alguno de los partidos autorizados.

El razonamiento de la oligarquía consistía en que el Movimiento Peronista se iría disgregando paulatinamente, incorporándose a otros partidos existentes. Perón estaba muy lejos de su patria, por lo tantosolo quedaba que algunos de estos partidos lograran el apoyo de los dirigentes gremiales a través de una inteligente política de persuasión, presión, dádivas y corrupción.

1962. Perón Vuelve.

En lo económico, se inicia un período de concentración monopólica y desarrollo dependiente de sectores claves de la industria. Este proceso será acompañado del intento a nivel político de encauzar bajo la hegemonía de la gran burguesía monopólica a la clase trabajadora.

Esta política es lo que representa el frondizismo (Frondizi) a nivel de los partidos políticos y dio origen a la tendencia “integracionista” dentro del sindicalismo; y sería luego el vandorismo (Vandor), como concepción, quien más fielmente se adaptará a una nueva situación política, económica y social del sistema de dependencia.

Los votos peronistas ante las elecciones presidenciales de 1958 se dividieron entre los que se emitieron en blanco y aquellos en los que se acató la orden del General Perón de votar a Frondizi, dada a último momento a raíz del compromiso que éste último había asumido al firmar el acuerdo en base a una defensa de lo nacional y popular (incluía la devolución de la CGT y la sanción de una ley de asociaciones profesionales que respetara la estructura y principios del sindicalismo nacional). El incumplimiento de dicho acuerdo dejaría al gobierno sin base de sustentación social, como ocurrió en diciembre cuando Frondizi definió con claridad sus propósitos.

Sebastián Borro.


En enero de 1959 y a raíz de la huelga general de solidaridad lanzada por las 62 Organizaciones con los obreros del Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre que se oponían a su privatización, Frondizi pone en marcha el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado) y desata una represión masiva contra el pueblo trabajador.

Comienza aquí una nueva etapa de dura y violenta lucha contra la represión y el régimen pro imperialista. La defensa de la Soberanía Nacional y la reconquista de la CGT serán grandes banderas del Movimiento Obrero, que alcanzará en marzo de 1961, a través de la “Comisión de los 20”, la devolución de su central sindical, la CGT.

En el plano político, el Movimiento Peronista, se aprestaba, esta vez, a enfrentar al régimen de una manera positiva: dentro de sus propias leyes y armas, librando la batalla electoral frente a la convocatoria para elegir gobernadores y legislaturas provinciales en 1962.

Andrés Framini.

En la provincia de Buenos Aires las elecciones van a adquirir una gran importancia política. El 18 de marzo las urnas revientan de votos peronistas constituyendo el triunfo masivo más importante que haya obtenido el Peronismo desde 1955, pese a las maniobras del régimen y las actitudes divisionistas y colaboracionistas de dirigentes como Iturbe y Vandor.

A este triunfo contribuyó enormemente, no solo el sentimiento peronista mayoritario, sino también el extraordinario apoyo de los trabajadores del Gran Buenos Aires, cuyas organizaciones obreras llevaban como candidatos, entre otros: gobernador a Andrés Framini (textiles), a diputados Sebastián Borro (Frigorífico Nacional), Jorge Di Pascuale (Farmacia), Roberto García (Caucho), Eustaquio Tolosa (Portuarios). 

Los gorilas, que habían esperado el resultado con la bayoneta calada, de la mano de la oligarquía vernácula dan el golpe y anulan el resultado de la voluntad popular. 

En esta situación nacional de honda crisis, reflejada en el derrocamiento de Frondizi por los militares, que no se deciden a tomar en sus manos directamente el gobierno por el momento, sino que permanecen vacilantes y divididos (en dos bandos: Azules; gorilas cuando hace falta y Colorados; gorilas las 24 horas); y en un marco internacional que se consideraba favorable para la lucha de los pueblos (los procesos de Cuba -Castro- y Egipto –Nasser- estaban muy presentes), el Movimiento Obrero presenta su programa.

Di Pascuale con Perón.


En un plenario Nacional de las 62 Organizaciones realizado en Huerta Grande, provincia de Córdoba, se aprueban como objetivos programáticos a imponer al gobierno, los puntos que constituirán una profundización de los contenidos anti-oligárquicos del Peronismo, de acuerdo con el “giro a la izquierda” alentado por el General Perón desde Madrid, y que fuera expresado en un largo discurso de Andrés Framini entre nosotros.

Amado Olmos, el gran dirigente del gremio de la Sanidad, fue otro de los más destacados protagonistas del encuentro y propulsor de las trascendentes definiciones alcanzadas. 

Eustaquio Tolosa.


El programa se puede leer acá.