La Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA) repudia la modificación a la Ley 26.736, sancionada el 22 de diciembre del 2011, que declaraba de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios, y por ello aseguraba el acceso igualitario a todos los medios gráficos que requerían el insumo, favorecía la producción nacional, permitía conocer el stock, impedía la discriminación en el abastecimiento y regulaba a través de un precio único de pago al contado la venta del papel de diario.
Sin embargo, todo ello se pierde a partir de la aprobación en la Cámara de Senadores, con 45 votos afirmativos y 15 negativos, sobre el cierre de las sesiones extraordinarias convocadas por el presidente Mauricio Macri, del proyecto de ley impulsado por el diputado Diego Bossio y acompañado por los bloques del Peronismo Federal, el PRO, la UCR y el Frente Renovador, dado que se derogaron los artículos 20, 21, 24, 25, 26, 27, 40 y 41 con la excusa de “corregir ciertos efectos negativos en la aplicación” de dicha ley y aprovechando el “avance del mundo digital en los medios de comunicación”, retrotrayendo los espacios ganados para la industria gráfica desde la sanción de la Ley en 2011, atentando contra la libertad de expresión y la diversidad de voces necesarias para la construcción de una democracia más justa.
Dicha modificación acentúa la concentración tanto del poder económico y los monopolios, como el formateo de opinión (para colmo ante un año electoral) dado que Papel Prensa S.A., bajo el control de Clarín y La Nación y con la participación del Estado Nacional, es la principal empresa argentina dedicada a la producción y venta de papel de diario. Por ello, en medio de un contexto de ajuste, tarifazos, devaluación, inflación, recesión y desindustrialización, la modificación a la Ley 26.736 resulta un tiro de gracia para la comunicación autogestiva que ya atravesaba una crisis producto de estas mismas políticas, tal como lo muestra la “Declaración de Emergencia” que AReCIA hizo conocer en octubre pasado. En ella dábamos cuenta que las publicaciones culturales, independientes y autogestivas registraron un aumento promedio del costo de impresión por ejemplar del 60 %, que el 50 % de las revistas redujo su tirada, que un 25 % redujo la cantidad de páginas o la calidad de impresión y que, solo de mayo a junio, los costos de las revistas impidieron la salida en papel de un 15 % de los títulos.
Frente a este ataque, además, a los miles de puestos de trabajo que sostenemos a diario, desde AReCIA hacemos un llamado a todos los sectores afectados (revistas, diarios, editoriales, canillitas) para coordinar acciones que permitan defender y potenciar el trabajo, la democracia informativa y la libertad de expresión.
Sin embargo, todo ello se pierde a partir de la aprobación en la Cámara de Senadores, con 45 votos afirmativos y 15 negativos, sobre el cierre de las sesiones extraordinarias convocadas por el presidente Mauricio Macri, del proyecto de ley impulsado por el diputado Diego Bossio y acompañado por los bloques del Peronismo Federal, el PRO, la UCR y el Frente Renovador, dado que se derogaron los artículos 20, 21, 24, 25, 26, 27, 40 y 41 con la excusa de “corregir ciertos efectos negativos en la aplicación” de dicha ley y aprovechando el “avance del mundo digital en los medios de comunicación”, retrotrayendo los espacios ganados para la industria gráfica desde la sanción de la Ley en 2011, atentando contra la libertad de expresión y la diversidad de voces necesarias para la construcción de una democracia más justa.
Dicha modificación acentúa la concentración tanto del poder económico y los monopolios, como el formateo de opinión (para colmo ante un año electoral) dado que Papel Prensa S.A., bajo el control de Clarín y La Nación y con la participación del Estado Nacional, es la principal empresa argentina dedicada a la producción y venta de papel de diario. Por ello, en medio de un contexto de ajuste, tarifazos, devaluación, inflación, recesión y desindustrialización, la modificación a la Ley 26.736 resulta un tiro de gracia para la comunicación autogestiva que ya atravesaba una crisis producto de estas mismas políticas, tal como lo muestra la “Declaración de Emergencia” que AReCIA hizo conocer en octubre pasado. En ella dábamos cuenta que las publicaciones culturales, independientes y autogestivas registraron un aumento promedio del costo de impresión por ejemplar del 60 %, que el 50 % de las revistas redujo su tirada, que un 25 % redujo la cantidad de páginas o la calidad de impresión y que, solo de mayo a junio, los costos de las revistas impidieron la salida en papel de un 15 % de los títulos.
Frente a este ataque, además, a los miles de puestos de trabajo que sostenemos a diario, desde AReCIA hacemos un llamado a todos los sectores afectados (revistas, diarios, editoriales, canillitas) para coordinar acciones que permitan defender y potenciar el trabajo, la democracia informativa y la libertad de expresión.