Las canciones de Gustavo Cerati permanecen vivas en el recuerdo de todos quienes lo admiramos, y no existe nadie más adecuado que Benito para apropiarse del encanto imperecedero de instantes que marcaron de modo indeleble a varias generaciones de nuestro rock nacional. Nadie mejor que él para resonar con una obra musical grandiosa y visionaria; el músico nacido en 1993 posee un talento que no vislumbra límite alguno en su horizonte, de cara a una carrera en permanente ascenso, sabiendo disfrutar de la estima unánime de sus pares. En completo dominio de su arte, entrega cuerpo y alma en el escenario. Es imposible no querer a Benito. Del micrófono al teclado y sin abandonar su guitarra, con los ojos clavados en el público. ¡Baila, precioso torbellino! Por momentos, nos parece escuchar al mismísimo Gustavo, sus registros vocales son llamativamente similares; desbordamos de emoción, entramos a la zona de promesas. No es una noche más para nuestro rock la cita del 23 de octubre del corriente, fecha en la que celebramos el natalicio de dos leyendas como Charly García y Federico Moura. Y porque siempre es hoy, allí está Benito compenetrándose de forma conmovedora, en un acto de celebración y compromiso artístico que quedará en la historia grande del talento desplegado sobre un escenario que viera brillar a luminarias de nuestra música popular.
A la altura de lo esperado, las tablas del Centro Cultural Kirchner (CCK) se incendian de gloria musical. Derrochando energía, entusiasmo y carisma, Benito presentó, junto a excelsa compañía, “Viajando en la Luz”, un concierto homenaje a dos discos emblemáticos, a tres décadas de su lanzamiento: “Dynamo” y “Colores Santos”, autoría de su padre. Cambiantes años ’90, tiempos en los que Gustavo, faro sin fin, se erigía como una referencia insoslayable de la segunda generación del querido rock nacional.
El pasado 25 de marzo el almanaque recordó la aparición del álbum “Colores Santos”, compuesto por la virtuosa dupla integrada por Gustavo Cerati y Daniel Melero. El disco se convirtió en una inmediata obra de vanguardia, combinando una colección de canciones que fusionó elementos de la música pop, el rock y la electrónica, aunque -como era de intuir- nunca se hizo una presentación formal en vivo. Al tiempo de editar este trabajo, ambos músicos, junto a Zeta Bosio y Charly Alberti, comenzaron las grabaciones de “Dynamo”, sexto álbum de Soda Stereo y una gema experimental dentro de su discografía, lanzado el día 2 de noviembre del mismo año en formatos CD, cassette y vinilo.
Para rememorar lo mejor de sendos discos y repasar sus pegadizas melodías, se presentaron en el destacado recinto porteño, sito en calle Sarmiento, grandes invitados como Charly Alberti, histórico baterista de Soda y receptor de la ovación más grande de la velada; fieles continuadores de la obra de Gustavo, como Lisandro Aristimuño y Emmanuel Horvilleur; auténticas columnas vertebrales de su trayecto solista, como Richard Coleman, Leandro Fresco y Fernando Nalé; el enorme saxofonista Gillespi, la inmensa corista Anita Álvarez de Toledo; y las talentosas y versátiles Lucy Patané, Andrea Álvarez y Brenda Martin, entre otros.
A lo largo de dos horas de duración, el recorrido nos entregó bellas y aggiornadas reversiones del imprescindible “Colores Santos”: sonaron “Vuelta por el Universo”, “Marea de Venus”, “Tu Medicina”, “Cozumel”, “La Cuerda Planetaria” y “Hoy Ya No Soy Yo”, entre algunas de ellas. Mientras que, intercalándose con precisión, el segmento Soda nos convidó de brillantes homenajes a perlas como “En Remolinos”, “Fue”, “Luna Roja”, “Primavera Cero”, “Toma la Ruta” y “Nuestra Fe”.
El concierto se transmitió en vivo por las redes sociales del CCK (se puede ver acá: (https://www.youtube.com/watch?v=DOkoaDZ95Fk) y a través de radio Sonido Cultura.
Acerca de “Dynamo”
En 1992, Soda Stereo se adentró en la grabación de “Dynamo”, al cabo de concluida una gira por España. La banda atravesaba momentos de intermitencia luego del receso post “Canción Animal” (1990): enfrascado en proyectos personales, Gustavo Cerati concretaba junto a Daniel Melero“Colores Santos”, un disco de fuerte impronta electrónica. Eran tiempos de crisis y replanteo acerca de la genuina capacidad de seguir produciendo música en conjunto, evitando el tedio y la reiteración de tocar en vivo instantáneos clásicos, producto de un incesante camino en la industria por más de una década.Ante la incógnita generada y la escasez de nuevas ideas originales, Soda Stereo se proyectó sobre su siguiente trabajo discográfico teniendo apenas esbozado nuevas creaciones tales como “Primavera Cero”, “En Remolinos” y “Claroscuros”. Deseosos de recuperar la inspiración, contaban -por primera vez en su carrera- con un estudio de grabación propio, ubicado en el barrio de Belgrano. La magia que rodea a todo acto creativo renovaría la espontaneidad de antaño durante los tres meses de grabación del futuro álbum.
Junto al aporte de Daniel Melero, un infaltable que ya había colaborado en “Canción Animal”, Soda Stereo exploró nuevas texturas sonoras, involucrándose en instrumentaciones afines al paladar musical de Gustavo, un incansable pionero musical. “Dynamo” es un disco que nos habla de las diversas formas que adquiere el amor y las relaciones humanas, atravesando pérdidas y abandonos. Este particular eje temático utiliza el sonido como un conductor conceptual que navega estados de ánimo contrastados, al tiempo que se convierte en un abanderado del rock psicodélico aportando diversas influencias de grupos extranjeros, más específicamente del rock alternativo shoegazing, surgido a fines de los ’80 en Reino Unido. Recordamos al genial Adrián Taverna, portando orgulloso sus credenciales de cuarto integrante. Masterizando el disco en Estados Unidos, la mega banda lograba una optimización sonora poco frecuente para nuestra industria.
“Dynamo” se presentaría en el Estadio Obras, agotando seis funciones. Paradójicamente, aquellos conciertos se desarrollarían durante los mismos días que marcaban el regreso de Serú Girán en River Plate -diciembre de 1992-luego de una década de distanciamiento. De aquellos shows en el mítico templo del rock, se recuerda su ostentosa puesta en escena: proyectando imágenes con movimiento en el fondo del escenario, así como en el techo del estadio, Soda Stereo se colocaba nuevamente a la vanguardia audiovisual.Poniendo a sus fans a bailar, su música invitaba a una arrebatadora aventura onírica, insertos en la perfecta maquinaria pop trazada por un grupo intergaláctico. A paso avasallante, la banda se mostraba potente en escena y dueña de un sonido renovador.
Acerca de “Colores santos”
Una profunda mirada hacia el universo de la obra solista de Gustavo Cerati nos devuelve el reflejo resplandeciente de un compositor comprometido íntimamente con su arte, inspirado y sutil para ataviar canciones clásicas e inolvidables. Si su trascendencia junto a Soda Stereo lo había posicionado como uno de los músicos de rock más influyentes de su generación, la libertad creativa de la que gozó en su carrera posterior llevó su legado artístico hacia horizontes aún más lejanos. La música deCerati, durante su fructífero período solista iniciado en 1992, parece llamarnos desde el futuro, con anticipación fidedigna. Uno entre mil, viajar hacia la génesis de sus mágicos acordes representa un tentador paseo inmoral que descubre la obra atemporal de un precursor que suena como un disco eterno, dispara imágenes como un revólver y se rodea de bellos instrumentos para mutar en elegantes melodías.
Estimulante resulta la escucha de una obra que despegó del legado Stereo para cobrar vida propia en el trayecto que inicia este trabajo a dúo, fruto de su gran amistad y camaradería con Daniel Melero. Los temas “Hoy Ya No Soy Yo”, “Colores Santos”, “Vuelta por el Universo”, “Marea de venus” y “Tu Medicina”se convirtieron en infaltables de su repertorio en vivo. Tanto “Vuelta por el Universo”como“Hoy Ya No Soy Yo”sumaron videos promocionales, en tanto que el álbum contó con la colaboración del recordado Flavio Etcheto en trompetas y de Carola Bony en coros para el track “Pudo Ser”. Si bien nunca pudo ser presentado en vivo, los fans disfrutaron años después de una edición extra, titulada “Colores Santos: The Remixes”, en donde la permanente inquietud sonora de la dupla compositiva los llevó a incursionar en terrenos de riesgo e improvisación, mezclando quince nuevas remasterizaciones digitales en los estudios Supersónico. El material sería publicado por Sony en 1995.
Reconstruir su período creativo fuera de Soda, desde la alianza que posibilitara el exquisito “Colores Santos” (1992), trasluce la mirada musical de un artista incesante en la experimentación, maduro artísticamente y portando las ropas de un pionero inexorable. La música electrónica, la psicodelia y el ambient confluyen en una obra que recurre a la técnica de sampleos (incluyendo fragmentos de Seal, The Stone Roses y The Beatles).Generadoras de sensaciones tan movilizantes, la decena de canciones incluidas aquí nos devuelven la génesis de la música como imprescindible aliada: las melodías de Cerati serán siempre un lugar de refugio, consuelo, compañía y libertad. Inspirado, sutil, moderno y carismático, compuso canciones clásicas y nos legó un puñado de discos memorables. A treinta años de su estreno, resulta una referencia insoslayable.Surcando galaxias de evanescente fertilidad creativa, Gustavo fue un perfecto arquitecto de sonidos, dueño de un legado trascendente.