Por Maribel Ayala
Las mujeres formamos parte de la población más vulnerada de la sociedad. El movimiento feminista crece a pasos agigantados y lucha cuerpo a cuerpo con el patriarcado, un monstruo que el capitalismo y el neoliberalismo alimentan para hacerlo invencible.
Los índices de pobreza no solo suben sino que, también, se feminizan. Las mujeres, jefas de hogares y madres solteras son las que más afectadas se ven con el estallido económico actual.
Las oportunidades laborales son menos y peor pagas, se nos atribuyen las labores domésticas, el cuidado de lxs más chicxs y otros trabajos por los cuales no recibimos remuneración alguna. La educación cada vez más vapuleada y saqueada no ofrece posibilidades para poder combinar estás actividades y el estudio, y entonces nos vemos destinadas a estar a un paso atrás, marginadas y oprimidas por aquellos hombres que, con otras posibilidades, accedieron a mejores posiciones.
La amplia mayoría de los hogares monoparentales son constituidos por mujeres, (aproximadamente un 50% de los hogares, y de ese porcentaje el 80% tiene una mujer como figura principal), muchas muy jóvenes con unx o más hijxs.
Las políticas de vaciamiento y recorte que aplica la Alianza Cambiemos seguirán incrementando la desigualdad social y sobre todo la desigualdad de género.
El presupuesto para el 2019 garantiza menos acceso a derechos universales. El porcentaje en Educación pasa de ser el 7,1% en 2018 a 5,5% en 2019; en Salud el recorte real será del 8,1%; la obra pública cae casi un 50%; las asignaciones universales tendrán aproximadamente 130 mil beneficiarios menos, pensiones y jubilaciones caerán en un porcentaje aún más alto. Todo en detrimento de la clase trabajadora. En especial las mujeres, las que llenamos ollas, las que mantenemos los merenderos, las que cuidamos y alimentamos a lxs pibes, las que nos cargamos al hombro la casa y la familia, las que laburamos dentro y fuera del hogar. A nosotras, más que a nadie, nos quieren pobres y debilitadas.
El Gobierno ha hecho campaña, como en tantos otros temas, en contra de la violencia de género. Pero los números son claros. A horas de haberse cumplido un nuevo aniversario del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y con los números del nuevo presupuesto, el año que viene el Instituto Nacional de las Mujeres sufrirá un recorte del 18%, el Plan Nacional de Acción para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres un 55% y el programa Hacemos Futuro Juntas, destinado a mujeres víctimas de violencia, un 44%.
Mujeres, no les demos el gusto y frente a un 2019 que se anuncia muy difícil, sepamos siempre que la revolución está en nuestras manos ¿En las de quién sino?
Las mujeres formamos parte de la población más vulnerada de la sociedad. El movimiento feminista crece a pasos agigantados y lucha cuerpo a cuerpo con el patriarcado, un monstruo que el capitalismo y el neoliberalismo alimentan para hacerlo invencible.
Los índices de pobreza no solo suben sino que, también, se feminizan. Las mujeres, jefas de hogares y madres solteras son las que más afectadas se ven con el estallido económico actual.
Las oportunidades laborales son menos y peor pagas, se nos atribuyen las labores domésticas, el cuidado de lxs más chicxs y otros trabajos por los cuales no recibimos remuneración alguna. La educación cada vez más vapuleada y saqueada no ofrece posibilidades para poder combinar estás actividades y el estudio, y entonces nos vemos destinadas a estar a un paso atrás, marginadas y oprimidas por aquellos hombres que, con otras posibilidades, accedieron a mejores posiciones.
La amplia mayoría de los hogares monoparentales son constituidos por mujeres, (aproximadamente un 50% de los hogares, y de ese porcentaje el 80% tiene una mujer como figura principal), muchas muy jóvenes con unx o más hijxs.
Las políticas de vaciamiento y recorte que aplica la Alianza Cambiemos seguirán incrementando la desigualdad social y sobre todo la desigualdad de género.
El presupuesto para el 2019 garantiza menos acceso a derechos universales. El porcentaje en Educación pasa de ser el 7,1% en 2018 a 5,5% en 2019; en Salud el recorte real será del 8,1%; la obra pública cae casi un 50%; las asignaciones universales tendrán aproximadamente 130 mil beneficiarios menos, pensiones y jubilaciones caerán en un porcentaje aún más alto. Todo en detrimento de la clase trabajadora. En especial las mujeres, las que llenamos ollas, las que mantenemos los merenderos, las que cuidamos y alimentamos a lxs pibes, las que nos cargamos al hombro la casa y la familia, las que laburamos dentro y fuera del hogar. A nosotras, más que a nadie, nos quieren pobres y debilitadas.
El Gobierno ha hecho campaña, como en tantos otros temas, en contra de la violencia de género. Pero los números son claros. A horas de haberse cumplido un nuevo aniversario del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y con los números del nuevo presupuesto, el año que viene el Instituto Nacional de las Mujeres sufrirá un recorte del 18%, el Plan Nacional de Acción para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres un 55% y el programa Hacemos Futuro Juntas, destinado a mujeres víctimas de violencia, un 44%.
Mujeres, no les demos el gusto y frente a un 2019 que se anuncia muy difícil, sepamos siempre que la revolución está en nuestras manos ¿En las de quién sino?