Es imposible no sentir cierta nostalgia cuando uno escucha a Cristina en las presentaciones de su libro Sinceramente, mientras repasa frente a una multitud distintos momentos de su gestión de gobierno, o analiza el presente del país. Esta vez fue en La Matanza, el municipio más poblado de la Provincia de Buenos Aires, o la "Disneylandia del peronismo", como la describió Marcelo Figueras, el escritor que oficia de conductor en estas presentaciones.

En este municipio bonaerense el peronismo gana desde 1983. El mismo que ahora tiene a su primera mujer intendenta y futura vicegobernadora de la provincia, Verónica Magario. Ahí a Cristina la esperaban los matanceros reafirmando un amor que se apoya en hechos que ella misma se encargo de citar, y lo mismo ocurre en cada territorio que pisa, porque donde ella va recupera de la memoria doce años de gestión de gobierno que en el contraste con el presente, son abrumadores.

Miles de matanceros y matanceras agradecidas acompañar a Cristina durante la presentación de su libro.

Hay dos frases que se repiten entre los que asisten a escuchar a Cristina: "Me quedé sin trabajo y no consigo nada", y otra que dicen que quienes vieron pasar varios gobiernos y saben muy bien de lo que hablan: "Con Néstor y con Cristina viví los mejores años de mi vida".

El evento empezó con el recuerdo de Néstor Kirchner y su visita a Villa Palito con una foto icónica, impensanda para los funcionarios y funcionarias de Cambiemos, que evitaron desde el primer día el roce con el pueblo salvo que se trate de montajes para la televisión y las redes sociales. "Esa foto es él, Néstor era La Matanza", sentenció ella. Se trata de recuerdos que vienen acompañados de lágrimas, ya que hasta Fernando Espinosa, ex Intendente y hombre fuerte de La Matanza, que estaba acompañado en primera fila por Axel Kicillof y Verónica Magario, no puedo disimular la emoción.

Cristina siguió enumerando las obras como un futbolero recuerda de punta a punta al equipo campeón de antaño. "Prestamos para pymes, urbanización del barrio Almafuerte, lanzamiento de la cooperativa Agua y Trabajo, inauguración de la planta distribuidora de Coca Cola, inauguración del Shopping de La Matanza que fue el segundo en ventas de la Argentina, o el McDonald's de Laferrere que fue el segundo en ventas de hamburguesas", detalló.

Esta es la foto a la que se refirió Cristina.

Pero no solo fueron momentos de recuerdos sino de un presente personificado en una anécdota que pinta de cuerpo entero la dura realidad del país: "Cuando vinimos a inaugurar la red de agua potable ese día me enteré que hacían falta dos hospitales, y me fui a la Casa Rosada a buscar partidas presupuestarias para ver de dónde podíamos sacar el dinero. Ahí me di cuenta que había asignado un monto muy importante para renovar el Tango 01, enseguida lo llame Alberto para que se venga con los planos del hospital", compartió frente a los cientos que habían logrado ingresar a la carpa en la que se realizaba el acto, y los miles que la esperaban afuera.

Esos hospitales serían el Rene Favoloro y el Néstor Kirchner, instalaciones que María Eugenia Vidal no inauguró aunque ya estuvieran en condiciones de comenzar a funcionar de cara a la comunidad.

Los vecinos y vecinas la escuchan y asienten con la cabeza mientras se pasan el mate, comen un chipá y se sienten interpelados con cada definición que Cristina comparte desde escenario. Son testigos de lo que ella dice, cada obra en La Matanza los tocó de cerca, como sucede con la obra que le dio acceso al agua potable a "María de Virrey del Pino". Ella dice ante el pueblo matancero que nada fue magia sino que todo fue producto de decisiones políticas y ellos la escuchan mientras desean que vuelvan los mejores tiempos aquellos donde el pueblo de La Matanza podía ir al shopping a comerse una hamburguesa sin preocuparse en cómo llegar a fin de mes.