Texto y fotos: Diego María Gallardo.
Los tiempos han cambiado y los líderes deben estar a tono con el nuevo momento histórico. América Latina sufre a diario el embate neoliberal que con furia y saña quiere recuperar los casilleros perdidos. La implementación de políticas de ajuste sólo funciona cuando se consolida la opresión del pueblo y se proscribe a los líderes populares: reprimir, encarcelar e invisibilizar. El nuevo proyecto establecido en el continente se basa en políticas punitivas.
Joaquim Piñero aseguró que tanto en Argentina como en Brasil las élites políticas y económicas han llegado al Estado para beneficiar a algunos pocos y cambiar el paradigma que se había naturalizado años atrás. Tanto allá como acá el sistema democrático ha entrado en crisis durante el 2016. Los nuevos gobiernos de Mauricio Macri y Michel Temer proponen achicamiento del Estado a la par de la persecución de todo líder popular.
Mientras en Brasil un puñado de políticos inescrupulosos le quitó la presidencia a Dilma Rousseff, en Argentina le crean causas insostenibles a Cristina Fernández de Kirchner. En nuestro país vecino persiguen a los militantes populares del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) y aquí ponen tras las rejas a Milagro Sala de la Tupac Amaru por otorgarle dignidad al pueblo jujeño. La oligarquía recuperó las riendas de América Latina.
Avanzan sin temor y a paso firme
Joaquim Piñero enfatizó que “solamente con lucha venceremos a las fuerzas conservadoras de nuestra sociedad y al golpe. La represión por parte del gobierno es muy violenta y especialmente ahora en contra del MST”. Un caso reciente es el de la invasión policial a la Escuela Nacional Florestan Fernandes en São Paulo, que ocurrió sin orden judicial en noviembre de 2016. La escuela es un espacio de formación política de los trabajadores rurales del MST. La invasión ilegal fue la forma en que las fuerzas de seguridad intervinieron en un conflicto entre agricultores y una empresa maderera. “Buscan reprimir a los movimientos populares, pero nuestra única salida es manifestarnos en la calle ante el atropello de este nuevo gobierno.”
Los nuevos gobiernos de la región tienen un solo objetivo entre cejas y es la restauración neoliberal. “La movilización es el camino. Debemos construir unidad entre los movimientos populares del campo y ciudad, juventud, estudiantes, centrales sindicales, partidos progresistas y sectores demócratas de nuestra sociedad”, aseguró Piñero.
La alegría no es sólo brasilera y menos en estos tiempos que ahogan toda posibilidad de cambio. En la República hermana del Brasil la violencia se ejerce desde el Estado y es dirigida por Michel Temer, líder del Golpe antidemocrático. “El golpe en Brasil fue ejecutado para la implantación del neoliberalismo. Sea por el voto o por golpes, la derecha está poco a poco retomando su posiciones”, afirmó Piñero.
Vale remarcar que el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra sostiene la consigna “Fora Temer” y por eso su batalla es en la calle y en las instituciones democráticas de Brasil. El MST es un movimiento político-social brasileño de inspiración marxista que lucha por la reforma agraria y la justicia social. Ellos buscan a través de la organización la redistribución de las tierras improductivas.
Medidas de un gobierno para pocos
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, diseñó un proyecto de ley que liberaría la venta de tierras en ese país a empresas y ciudadanos extranjeros. La medida es rechazada por la población y el MST. Así, el Gobierno de facto de Temer pretende facilitar el acceso y la compra venta de tierras en ese país a inversores, pese a que las leyes brasileñas no lo permiten actualmente.
El proyecto establece que el inversor extranjero puede comprar un máximo de 100.000 hectáreas de tierra (unos mil kilómetros cuadrados, tres veces el área de la ciudad de Belo Horizonte) para la producción y también se puede alquilar otras 100 hectáreas. De este modo, empresarios extranjeros tendrían 200.000 hectáreas de tierra disponible.
Como respuesta al proyecto, el líder nacional del MST, Joao Pedro Stédile, aseguró que reaccionarán con ocupaciones si el Gobierno de Temer materializa el proyecto. “Vamos a dar un aviso a las empresas: si se toma esa medida irresponsable, no se atrevan a comprar terrenos aquí, porque nosotros vamos a ocupar todas las áreas que fueran cedidas al capital foráneo”, dijo Stédile.
Los tiempos han cambiado y los líderes deben estar a tono con el nuevo momento histórico. América Latina sufre a diario el embate neoliberal que con furia y saña quiere recuperar los casilleros perdidos. La implementación de políticas de ajuste sólo funciona cuando se consolida la opresión del pueblo y se proscribe a los líderes populares: reprimir, encarcelar e invisibilizar. El nuevo proyecto establecido en el continente se basa en políticas punitivas.
Joaquim Piñero aseguró que tanto en Argentina como en Brasil las élites políticas y económicas han llegado al Estado para beneficiar a algunos pocos y cambiar el paradigma que se había naturalizado años atrás. Tanto allá como acá el sistema democrático ha entrado en crisis durante el 2016. Los nuevos gobiernos de Mauricio Macri y Michel Temer proponen achicamiento del Estado a la par de la persecución de todo líder popular.
Mientras en Brasil un puñado de políticos inescrupulosos le quitó la presidencia a Dilma Rousseff, en Argentina le crean causas insostenibles a Cristina Fernández de Kirchner. En nuestro país vecino persiguen a los militantes populares del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) y aquí ponen tras las rejas a Milagro Sala de la Tupac Amaru por otorgarle dignidad al pueblo jujeño. La oligarquía recuperó las riendas de América Latina.
Avanzan sin temor y a paso firme
Joaquim Piñero enfatizó que “solamente con lucha venceremos a las fuerzas conservadoras de nuestra sociedad y al golpe. La represión por parte del gobierno es muy violenta y especialmente ahora en contra del MST”. Un caso reciente es el de la invasión policial a la Escuela Nacional Florestan Fernandes en São Paulo, que ocurrió sin orden judicial en noviembre de 2016. La escuela es un espacio de formación política de los trabajadores rurales del MST. La invasión ilegal fue la forma en que las fuerzas de seguridad intervinieron en un conflicto entre agricultores y una empresa maderera. “Buscan reprimir a los movimientos populares, pero nuestra única salida es manifestarnos en la calle ante el atropello de este nuevo gobierno.”
Los nuevos gobiernos de la región tienen un solo objetivo entre cejas y es la restauración neoliberal. “La movilización es el camino. Debemos construir unidad entre los movimientos populares del campo y ciudad, juventud, estudiantes, centrales sindicales, partidos progresistas y sectores demócratas de nuestra sociedad”, aseguró Piñero.
La alegría no es sólo brasilera y menos en estos tiempos que ahogan toda posibilidad de cambio. En la República hermana del Brasil la violencia se ejerce desde el Estado y es dirigida por Michel Temer, líder del Golpe antidemocrático. “El golpe en Brasil fue ejecutado para la implantación del neoliberalismo. Sea por el voto o por golpes, la derecha está poco a poco retomando su posiciones”, afirmó Piñero.
Vale remarcar que el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra sostiene la consigna “Fora Temer” y por eso su batalla es en la calle y en las instituciones democráticas de Brasil. El MST es un movimiento político-social brasileño de inspiración marxista que lucha por la reforma agraria y la justicia social. Ellos buscan a través de la organización la redistribución de las tierras improductivas.
Medidas de un gobierno para pocos
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, diseñó un proyecto de ley que liberaría la venta de tierras en ese país a empresas y ciudadanos extranjeros. La medida es rechazada por la población y el MST. Así, el Gobierno de facto de Temer pretende facilitar el acceso y la compra venta de tierras en ese país a inversores, pese a que las leyes brasileñas no lo permiten actualmente.
El proyecto establece que el inversor extranjero puede comprar un máximo de 100.000 hectáreas de tierra (unos mil kilómetros cuadrados, tres veces el área de la ciudad de Belo Horizonte) para la producción y también se puede alquilar otras 100 hectáreas. De este modo, empresarios extranjeros tendrían 200.000 hectáreas de tierra disponible.
Como respuesta al proyecto, el líder nacional del MST, Joao Pedro Stédile, aseguró que reaccionarán con ocupaciones si el Gobierno de Temer materializa el proyecto. “Vamos a dar un aviso a las empresas: si se toma esa medida irresponsable, no se atrevan a comprar terrenos aquí, porque nosotros vamos a ocupar todas las áreas que fueran cedidas al capital foráneo”, dijo Stédile.