El mundo del deporte se vio conmovido por la desaparición física de Braian Toledo, luego de que un accidente en moto provocase su muerte, tan joven, y a pocos meses de su participar de su tercer Juego Olímpico. Se trataba de uno de los mejores deportistas argentinos y con un presente y futuro extraordinario. El atleta, oriundo de Marcos Paz, fue el símbolo de lo mejor de la política deportiva del período peronista 2003-2015.
Detrás de la figura de Braian se encuentra una historia de sacrificio, dedicación y humildad. Nació el 8 de septiembre de 1993 en el barrio Martín Fierro de la localidad bonaerense de Marcos Paz. Allí vivió una infancia feliz, aunque con muchas carencias. Su madre trabajaba como empleada de limpieza y apenas ganaba para parar la olla. La realidad de la familia era similar a la de millones de argentinos. Aquellos años se vivieron en medio de una profunda crisis política y económica, que explotó en 2001.
A Braian le gustaba el fútbol. Su incursión en otros deportes se produjo cuando conoció a su profesor de gimnasia en la primaria, Gustavo Osorio, quien fue el que lo invitó a sus clases de atletismo. Así fue que en 2006 comenzó a practicar el lanzamiento de jabalina, la disciplina que lo llevó a la fama. En aquel año ganó su primer torneo en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), al lanzar 38 metros con una jabalina de 400 gramos. En 2007 obtuvo el primer lugar en los Torneos Juveniles Bonaerenses. En 2008 participó en los Juegos Nacionales Evita y salió victorioso luego de lanzar 81,40 en la categoría Sub-18, y alcanzar un récord nacional con un implemento de 600 gramos.
“Soñé durante mucho tiempo superar los 80 metros, era un objetivo que nos planteamos con mi entrenador y al fin se me dio, en los Juegos Evita y con el apoyo de todo el país”, dijo el atleta ante las cámaras en aquel momento.
Sus notables condiciones requerían un respaldo para confirmar su evolución. Fue ahí cuando el Estado nacional lo asistió, sin hacer especulaciones de ningún tipo. El 10 de agosto de 2009 la Secretaría de Deporte lo otorgó una beca para apoyar su carrera deportiva. Este mismo año consiguió el tercer lugar en el Mundial de menores de la IAAF, al alcanzar una distancia de 73,44 metros.
Su consagración llegó en los Primeros Juegos Olímpicos de la Juventud (2010), disputados en Singapur. Allí obtuvo la medalla dorada al lanzar 81.78 metros, un récord que aún no fue superado en esa competencia. Toledo ya no era un promesa sino, más bien, una firme realidad.
“A Braian se lo apoyó, se lo acompañó, se le abrió las puertas del Cenard para que trabajara allí. Se le pagó la beca, se lo acompaño en viajes. Después aparece el Enard y refuerza todo esto”, reflexionó Claudio Morresi, al ser consultado por Kranear.
Morresi fue secretario de Deporte y ahora es legislador porteño por el Frente de Todos. Crédito: Página 12.
El atleta también consiguió otros logros; fue cuarto en los Panamericanos de Guadalajara (2011), Campeón Iberoamericano al año siguiente. Su primer Juego Olímpico fue en Londres (2012) y cuatro años después, en Brasil (2016) fue finalista de la disciplina.
Sus condiciones fueron potenciadas por las políticas públicas implementadas en aquellos años. Su caso no fue aislado, sino todo lo contrario...
Un Estado presente
Braian Toledo rompió el mito del pensamiento liberal, que sostiene que el deportista debe valerse por sí mismo, sin ayuda externa. Este joven atleta fue el emblema de una política que entendió al deporte como parte esencial de la cultura de los pueblos. Se retomó la premisa de acompañar a los deportistas para desarrollar sus potencialidades.
Toledo fue parte de un proyecto más amplio en el que el desarrollo de los jóvenes deportistas era fundamental. “Braian fue el producto más claro de lo que era una política de Estado. Porque tenía unas condiciones inmensas, pero si el Estado no estaba presente en su desarrollo no hubiera llegado. Cuando su madre comenzó a trabajar en el Programa Argentina Trabaja tuvo un ingreso un poco más digno para que su hijo tuviera una vida un poco más digna. Y cuando detectamos a Braian comenzó a cobrar la beca y comenzó a potenciar todas sus virtudes”, le contó Morresi a Kranear.
El Estado nacional, a través de la Secretaría de Deporte de la Nación, impulsó la actividad. El incentivo a las promesas estaba estipulado en uno de los tres ejes del Plan Estratégico 2008-2012 de la Secretaría de Estado. Se trataba del ítem denominado “Desarrollo Deportivo”, destinado a ser el articulador entre el deporte de base y de de alta competencia, y que un pasaje dice.
“El desarrollo deportivo debiera entenderse como una política pública estratégica, toda vez que se promueve el acceso y permanencia de jóvenes potencialidades, para su continuidad deportiva mediante un proceso racional de entrenamiento y asistencia planificada. Con el tiempo, dichos talentos se irán convirtiendo en el recambio natural que todo proceso a largo plazo requiere; y sin lugar a dudas, el deporte, es un proceso de largo alcance”.
De esta manera se produjo un interesante trabajo de detección de deportistas a través de los programas deportivos desplegados por todo el país. Para potenciar esta política pública, se construyeron más de treinta Centros de Desarrollo Deportivo para albergar a una creciente cantidad de atletas. En 2009 se creó el Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enard), ente mixto entre el Estado y el Comité Olímpico Argentino (COA) para sostener la planificación en la alta competencia. Aparte, se otorgaron becas a más de 1.500 deportistas y entrenadores, siendo fundamental para sostener esta política.
Brian siempre reconoció públicamente el apoyo del Estado nacional, en aquel momento a cargo de Cristina Kirchner.
Durante la etapa peronista 2003-2015 también se produjeron otros avances en la materia. Se aumentó el presupuesto, se construyó infraestructura deportiva y se obtuvieron importantes logros deportivos. En el caso del nivel olímpico se ganaron dieciséis medallas, cinco de las cuales fueron de oro. Asimismo se crearon importantes leyes, como la del Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enaded), la actualización de la Ley del Deporte (27.202) y la Ley de Clubes de Barrio y de Pueblo (27.098).
Braian Toledo fue la cara de la política deportiva del kirchnerismo. En la figura del atleta se puede vislumbrar lo mejor de una etapa que tuvo avances y aciertos. En 2011 el deportista realizó un spot político en apoyo a la planificación en este ámbito, y a la reelección presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. Precisamente, la vicepresidenta de la Nación lo despidió en las redes sintetizando el sentir de los argentinos. “Braian Toledo… Todavía recuerdo cuando lo conocí… a él y su historia de humildad, de trabajo, de esfuerzo y de superación.
Gracias Braian por llevar la bandera Argentina tan lejos como tu jabalina”.