Primera parte
'Si fuera un árbol sería un Spinetta…’, escribió una vez Charly. Guiño al frondoso legado que nos ha dejado Luis Alberto. Un brillante sendero de canciones, discos y bandas, sintetizados en ritmos que dotó de su aleccionadora poesía, fuente de vida infinita. Parte del tesoro a descubrir, a oídos de las nuevas generaciones: Spinetta y su sortilegio, el hálito de Dios, un cariz angelado. Flaco, por siempre, vida siempre. Por los siglos será nuestro padre estrella, guerrero referente y guía espiritual; seguimos su inextinguible melodía. Una rueda del tiempo, heredero de la sabiduría ancestral de Carlos Castaneda y también fascinado por los poetas simbolistas. Su ruido de magia alumbró nuevos mundos posibles. Su arte al ataque nos despabiló de tiempos de masividad, consumismo y sumisión.
En cuarenta y cinco años de resplandeciente carrera, Luis Alberto Spinetta (Buenos Aires, 23 de enero de 1950) plasmó, en igual cantidad de discos, un estilo original, único e inimitable. Su visionaria concepción musical se evidencia desde sus trabajos en solitario, como “Mondo Di Cromo” (1983), “Tester de Violencia” (1988) y “Don Lucero” (1989), a la formación de bandas fundamentales que marcaron nuestra música (Almendra - Pescado Rabioso - Invisible - Spinetta Jade - Los Socios del Desierto), en donde El Flaco diseminó su sensible mirada y se mostró -de modo invariable- adelantado al resto de los mortales, en incesante evolución estética.
El Centro Cultural Kirchner celebró la obra discográfica del prócer de nuestro rock con el ciclo “Luis Alberto Spinetta: Discos esenciales”, dedicado a revisar parte de un trayecto poético y musical que permanece intacto entre nosotros, a diez años de la desaparición física del entrañable compositor. Durante el presente año, se llevaron a cabo una serie de conciertos que tuvieron como eje a discos fundamentales dentro de la prolífica producción de El Flaco, mediante un trabajo de cuidadosa curaduría del que participaron músicos amigos y antiguos compañeros de viajes creativos.
Agenda del ciclo
Almendra - Almendra (1970)
Dirección: Andrés Beeuwsaert y Nadia Larcher
Sábado 14 de mayo, 20 h - Auditorio Nacional
Con dirección de la cantante Nadia Larcher y el pianista Andrés Beeuwsaert, contó con invitados especiales como Ricardo Mollo y Nicolás González (Sig Ragga), y la participación de la artista visual Sol Carta.
Principales canciones del disco: “Muchacha, Ojos de Papel”, “Ana no Duerme”, “Para Ir”, “Color Humano”, “Laura, Va” y “Figuración”.
La belleza poética hecha canción
Luis Alberto Spinetta excede la figura de quintaesencia del rock argentino para convertirse en un ícono de nuestra música popular, gracias a un aporte siempre innovador y original, dueño de un registro genérico sumamente abarcativo. Su nutrida obra durante la etapa de Almendra es fiel testimonio de un artista que experimenta con la canción, tal cual se la concebía por aquellos años, llevándola hacia un terreno de propia reescritura del canon.
Dotando de tal impronta a su primera auténtica banda eterna, bajo cuyo liderazgo se permitieron explorar terrenos poco frecuentes como el folclore y el jazz, aunándolos al rock, Spinetta pergeña sonidos habitantes de un futuro interestelar. Visionario sin igual, su aporte no posee parangón dentro de nuestra industria. Su huella es luminosa e incandescente. Su arte es poesía estallando al espacio sideral. Cincuenta años después, la luz que emana de las canciones de Almendra continúa señalando el camino a las nuevas generaciones.
Acaso si existiera una canción de amor por excelencia, esa es “Muchacha (Ojos de Papel)”, editada en el disco debut de la banda, integrada por el cuarteto Spinetta - García – Del Guercio - Molinari. Lanzado por RCA, la placa (cuya portada contara con la icónica figura del hombrecito, caricatura que realizara el propio Flaco) abre con este emblemático tema, destinado a ocupar un selecto lugar dentro de la historia de nuestra música popular. Fue inspirada por el primer amor de Luis Alberto Spinetta, Cristina Bustamante, una joven que conociera gracias a Emilio Del Guercio.
Pescado Rabioso - Artaud (1973)
Dirección: Loli Molina y Hernán Jacinto
Sábado 11 de junio, 20 h - Auditorio Nacional
Con dirección del pianista Hernán Jacinto junto a la cantante Loli Molina, contó con la participación de Juan Pablo Arredondo en guitarra, Diana Arias en contrabajo y Hernán Hecht en batería. Y se sumaron invitados de lujo: el cantante uruguayo Fernando Cabrera, la intérprete Noelia Recalde y el cantante y guitarrista Mat Alba.
Principales canciones del disco: “Bajan”, “Cementerio Club”, “Todas las Hojas son del Viento”, “Cantata de Puentes Amarillos”, “Las Habladurías del Mundo” y “A Starosta, el idiota”.
El guerrero solitario
La lírica del rock es, ante todo, reescritura sobre cierta forma de comprender la realidad. Y en aquellos años, gracias a algunos pioneros como Spinetta, el rock en nuestro idioma supo reconocerse parte de un nuevo lenguaje y aceptar su identidad, permeable a impregnarse de referencias culturales. Si nos adentramos en ciertas corrientes literarias vanguardistas del último siglo, podemos encontrar nexos visibles a través de los cuales percibir su temprana cosmovisión. Luis Alberto es, quizás, el músico de nuestro rock que más se ha nutrido a sí mismo y a su obra de influencias literarias.
Fiel a su espíritu inquieto y en la más absoluta soledad compondría su obra más personal: “Artaud” (1973). Esta joya irrepetible de nuestro rock no tiene comparación con nada concebido en su tiempo. El poder interpretativo de El Flaco se magnifica en belleza poética, encanto acústico y arrebatador lirismo. El famoso manifiesto que fungiera como mecanismo de ignición validaría las credenciales ideológicas de un Spinetta contestatario e independiente de toda etiqueta industrial, conviviendo con influencias musicales anglosajonas y plumas literarias simbolistas.
“Artaud” fue una declaración de principios, tanto como la conjugada en “Rock: Música Dura, la Suicidada por la Sociedad”, un escrito de una integridad tal, del cual pocos artistas pueden estar a la altura. Spinetta vuelve presente, pertinente y contemporáneo a Antonin, trasladándolo a la convulsa Argentina de los años ’70, reflejando el pulso de una industria musical que se hacía camino entre cataclismos políticos, sociales y culturales. “Artaud” contó con la participación de ilustres invitados como Gustavo -su hermano- en batería y Emilio Del Guercio -ex Almendra- en bajo, y fue elegido como Mejor Disco de la historia del rock nacional, por una lista elaborada para la prestigiosa revista Rolling Stone, en 2007, con motivo del 40° aniversario de la fundación de nuestro género más convocante.
Pescado Rabioso - Pescado 2 (1973)
Dirección: Carca
Sábado 6 de agosto, 20 h - Auditorio Nacional
Con dirección de Carca, se presentó en formato de trío junto a Gustavo Torres en bajo y Francisco Malissia en batería. Se sumó Pablo Hadida en guitarra y arreglos, además de varios invitados.
Principales canciones del disco: “Como el Viento Voy a Ver”, “Hola Dulce Viento”, “Nena Boba”, “Poseído del Alba” e “Iniciado del Alba”.
La conjugación imposible
En 1971, una vez finalizada la primera etapa Almendra (volverían a reunirse, fugazmente, hacia 1980), Luis Alberto Spinetta convoca a 'Black’ Amaya y 'Bocón’ Frascino para su nuevo proyecto. Pescado Rabioso se estrena en 1971, con la placa “Desatormentándonos”, un disco fundacional del rock nacional. En su versión post-Almendra, El Flaco exploraba horizontes no transitados en su trayectoria. Haciendo gala de su preciosa lírica, no temía incursionar en libertades creativas a la hora de componer armonías sin precedentes en nuestra música popular.
En el espíritu transgresor de Pescado Rabioso convergía un power trío (incipiente tendencia en aquellos tiempos) con influencias de blues, enriquecidas por la posterior incorporación del tecladista Carlos Cutaia y un joven David Lebón (proveniente de Pappo's Blues). Participaría en la célebre edición del Festival Buenos Aires Rock (1972), registrado para la película de Aníbal Uset, “Rock Hasta que se Ponga el Sol” (1973). Poco tiempo después se estrenaría “Pescado 2” (1973) y Spinetta disolvería la banda, en busca de nuevos caminos musicales.
Así es como aborda su siguiente etapa musical bajo un gran torrente liberador y filosófico, plasmado en una lírica que cobraba un sentido poético sumamente críptico. En constante vértigo creativo, El Flaco experimenta con nuevas sonoridades e, influenciado por los poetas simbolistas (Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Edgar Allan Poe), otorga tal impronta a “Pescado 2” y, especialmente, a “Cristálida”, épica composición de nueve minutos, en cuya expresión de ‘no tengo más Dios’ se deja ver, explícita, la marca indeleble del poeta maldito autor de “Una Temporada en el Infierno” e “Iluminaciones”.