Con la participación de nombres propios de raigambre internacional, como Salma Hayek y Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez), en labores de producción, arribó al streaming la notable serie “Santa Evita”, estrenada en julio de 2022, en coincidencia con el setenta aniversario del nacimiento de María Eva Duarte de Perón. El desafío de llevar el best seller homónimo editado en 1995, autoría de Tomás Eloy Martínez, al formato audiovisual se convirtió en realidad, para una producción íntegramente llevada a cabo por Star +, bajo el asesoramiento de Blas, hijo del fallecido escritor.
El reconocido director Alejandro Maci (“Los que Aman Odian”) dirigió con gran pulso cada uno de los siete episodios, en donde lo apócrifo y lo documentado se entremezcla, cimentando la leyenda de un personaje amado y odiado con igual fervor. Dos guionistas mujeres (Marcela Guerty y Pamela Rementería) consiguen adaptar la novela y brindar una mirada feminista sobre tamaña figura pública, fundamental pilar a la hora de luchar por aquellos más necesitados y, especialmente, responsable en otorgar a la mujer los mismos derechos civiles que a los hombres de su época. Esperanza de divino esplendor para miles de argentinos que encienden velas a su honor o llevan en sus solapas un prendedor con su rostro.
Mediante una gran puesta en escena y efectos de digitalización la serie recrea fundamentales locaciones de la Buenos Aires de los años ‘40 y ‘50 para luego trasladarse a las décadas del ‘60 y ’70. “Santa Evita” focaliza su interés en retratar la obsesión con ese cuerpo inerte: la acción de embalsamar su cuerpo inmediatamente acontecido su deceso cobra forma de mito. Diversas son las hipótesis que alrededor de sí tan truculenta historia teje. Tres años después de la muerte de Eva, Perón es derrocado por el general Pedro Eugenio Aramburu. En aquel tiempo, los preponderantes estratos del poder son dominados por hombres obsesionados en perpetrar, vejar y violentar un cadáver. La conducta monstruosa emprendida sobre su cuerpo simboliza los cataclismos que vivía un país atravesado por golpes militares que atentaban e interrumpían regímenes democráticos de forma sucesiva.
Mixturando registros de la novela histórica, la crónica policial y la investigación periodística, “Santa Evita” consigue capturar la esencia literaria plasmada por el escritor y periodista, guionista de cine, ensayista y editor de la revista Primera Plana. Ficción y realidad conviven a la hora de retratar el derrotero desde los orígenes humildes en el pueblo natal de Los Toldos (Junín) hasta su llegada a la gran ciudad, en busca de cumplir sueños de actriz a través de nóveles desempeños en radio. Una precisa cronología rastrea el comienzo del romance con Juan Domingo Perón (en la piel de Darío Grandinetti). Delante de nuestra pantalla doméstica, somos testigos de la transformación de una figura icónica: Eva adquiere voz, poder, estima y peso propio. Sigue su vocación y su destino…aquella vida de sacrificio incomprensible. Elige al hombre que será el hombre de su pueblo. Como telón de fondo, las rivalidades antagónicas plantan la semilla de violencia describen con elocuencia la vida política del siglo XX en Argentina.
Colocando especial énfasis a la intrigante investigación periodística, la serie evalúa contingencias de las coordenadas culturales y políticas que atravesaba nuestro país. Férreas normas rigen el comportamiento modelo de lo que se espera debe describir a ‘un milico’ y espejar en este su compañera afectiva, como síndrome de una sociedad machista y patriarcal. La compañera de Juan Domingo Perón no lograba consenso entre sus pares. Quién por entonces se desempeñaba como secretario de Trabajo y Previsión, se apunta, iba en contra de lo castrense. De igual manera, y con gran acierto, “Santa Evita” reproduce momentos históricos como el trágico terremoto de San Juan en 1944, las multitudinarias congregaciones en Plaza de Mayo y la llegada al poder del tres veces presidente electo, por primera vez, en 1945. A su lado estaba Eva; carismática, su trascendencia en la vida política del último siglo no deja indiferente a ningún ciudadano argentino más allá de simpatías partidarias.
Eva es un personaje que suscita incesante interés en los medios audiovisuales argentinos. ¿A quién recordará la historia como la más lograda entre todas ellas? Entre sus principales abordajes se recuerda Esther Goris, en la película “Eva Perón” (1996), dirigida por Juan Carlos Desanzo y con guion de José Pablo Feinmann. Cristina Banegas, por su parte, dirigió e interpretó la obra unipersonal “Eva Perón en la hoguera”, basada en un poema homónimo de Leónidas Lamborghini. Nacha Guevara, en tanto, la encarnó en su obra más recordada: “EVA, El gran musical argentino”. Igualmente destacado resultan las labores de Laura Novoa, en “Ay, Juancito!” (2004), de Héctor Olivera; Julieta Díaz en el film “Juan y Eva” (2011), de Paula de Luque; y Elena Roger, en la ópera musical “Evita” (2006), de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice.
A la altura de lo esperado, Natalia Oreiro logra una gran recreación de la ex Primera Dama, sabiendo llevar a cabo un arco evolutivo físico y emocional notable, liderando un reparto en el cual sobresalen actuaciones de Diego Velázquez, Ernesto Alterio, Guillermo Arengo, Diego Cremonesi y Camila Mateos (como una Eva adolescente). El excelso nivel de detalle técnico la hizo acreedora de un total de nueve Premios Cóndor en el apartado de series, entre los que se incluyen los premios al mejor maquillaje y peluquería para Clarisa Reynoso; mejor fotografía para el emblemático Felix Monti; mejor diseño de arte para Mercedes Alfonsín; mejor vestuario para Beatriz Di Benedetto, mejor montaje, compartido por Rosario Suárez y Ana Remón; y mejor música original para Federico Jusid.
Sin poder descansar en paz, el cuerpo malogrado de quien fuera presidenta del Partido Peronista Femenino viajó por más de dos décadas alrededor del mundo, sufriendo cantidad de percances en su morboso periplo. El cadáver errante fue ocultado por motivos políticos y finalmente logrará encontrarse con Perón, en su exilio español, a dos décadas de su muerte, para finalmente ser enterrada en la bóveda familiar del cementerio de la Recoleta, hacia 1974. Primordial resulta rescatar el valor documental y la importancia histórica de una serie que aborda un personaje mítico de la política argentina del siglo XX, y cuyo rodaje fuera interrumpida producto de la pandemia. Disponible de modo exclusivo en Star +, se encuentra acompañada por un making off de media hora de duración, detallando de forma pormenorizada testimonios de sus protagonistas y el detrás de escena de su grandiosa producción.