Yacaré Manso nació en Santo Tomé, Corrientes, pero está radicado en Buenos Aires hace dos décadas. Es músico, productor y gestor cultural. Es uno de los grandes exponentes de la canción litoraleña y un referente de la música argentina. El sábado 7 de octubre presenta su séptimo disco, Eucalipto, en el Café Berlín, noche en la que festejará sus 25 años de trayectoria.
Siempre es un placer hablar con Rauly Martínez, más conocido como Yacaré Manso, porque como su seudónimo lo indica tanto su música como lo que tiene para decir siempre suena muy apacible. En esta charla con Kranaer por medio del correo electrónico, contó como fue la producción de del nuevo disco, a cargo de Víctor Volpi, que tiene con invitados a Franco Luciani en armónica, Enzo Demartini en voz y acordeón y a Lissa Tinooco en voz.
Yacaré también habló sobre la realidad del país y las elecciones presidenciales: “Desde mi lugar trato de ser objetivo y aportar siempre con ideales firmes y sin tibieza alguna. No soy de especular. Mi pensamiento y mi música van de la mano”.
¿Alguna vez, en tus comienzos, soñaste o imaginaste una carrera de 25 años?
Si, siempre supe, desde el primer día que subí a un escenario, desde mi primera canción en el salón de actos de mi escuela, en el primer desfile con mi amada comparsa Marabú en 1997, desde el primer recital con la Joaquina, la banda que armamos con amigos de la escuela y del barrio en 1998. Siempre supe que esa era mi pasión. La música, los escenarios, los tambores, los disfraces. Hoy más que nunca, sabiendo que desde este lugar puedo hacer un aporte para ayudar un poco a desahogar esas emociones contenidas, o simplemente poner mi granito de arena en la concientización por el amor y el cuidado al planeta.
La última vez que hablamos fue hace dos años por la salida de tu anterior disco, “YacaRock Nacional”, que posteriormente fue nominado como “Mejor Disco De Chamamé” en los Premios Gardel. Cuándo un artista recibe este tipo de reconocimiento, gane el premio o no, es una satisfacción, un reconocimiento al laburo hecho en el estudio. ¿Qué siente uno en ese momento?
Claramente es un mimo, un reconocimiento por parte de los colegas y de la industria, que a nosotros como productores de nuestros proyectos nos incentiva a seguir por la misma senda. Más allá de no haber ganado el premio, la nominación fue algo hermoso para todos y todas las que formaron parte de este homenaje al rock y al chamamé. Sentimos un orgullo colectivo porque ganó el federalismo cultural.
Hablemos de “Eucalipto”. Te juntaste con Víctor Volpi para la producción. ¿Qué buscaste en él para que se suba a este viaje?
Víctor es la otra mitad del árbol. Además de ser tremenda persona, es un tremendo músico, arreglador y técnico. Él sabe direccionar y plasmar como nadie cada concepto, cada sugerencia, color, textura que le fui proponiendo para cada canción. Además, luego se encargó de la mezcla del disco, como si fuera poco, y ahí también termina de hacer crecer y potenciar cada pista, cada instrumento y a la canción en sí, aportando un sinfín de matices que son el resultado final.
Me encanto el disco. La canción Uma selva no coracao no dejo de escucharla. Me gustó esa guitarra del comienzo, y la combinación de la juventud de Enzo Demartini en el acordeón y toda la experiencia de Lissa Tinoco en la voz. ¿Cómo llegaste a ellos, de dónde los conoces?
Son dos potencias sudamericanas. Lissa es una gran exponente de la música de su tierra, trayendo el forró para estos pagos, con una voz que me recuerda a María Betania, una voz muy personal, genuina, pero sobre todo, con mucha presencia. Es un lujo compartir con cantoras de Brasil. Cuando voy a Brasil les digo que soy un “Brasilero nacido en Argentina”, realmente me siento así por ese río Uruguay que nos une. Con Enzo nos conocimos hace tres años por redes. Lo descubrí tocando una versión de “Muchacha ojos de papel”, que luego le terminé pidiendo lo mismo pero en clave de chamamé para el YacaRock Nacional. Desde entonces compartimos un montón, tanto de música como de charlas. Tiene un futuro prometedor a nivel nacional e internacional como fueyista litoraleño.
Definiste a este disco que fue gestado desde el desahogo, inevitable y necesario. ¿Podes desarrollar estos conceptos?
Tiempos de aprendizajes. Vivencias experimentadas en este último año y medio. Haberlas convertido en canciones es una manera de sanar, ya que algunas no fueron del todo agradables para el corazón. Por suerte la música todo lo transforma. Quedó plasmado en Eucalipto y compartirlo con los oyentes es una manera de acercarme (si bien siempre estoy cerca) para que sepan que todos y todas estamos en la misma canoa.
En el tema Barrio estación suena la armónica alucinante de Franco Luciani. ¿En qué momento de la composición de la canción se te ocurrió que debía estar presente su armónica?
Creo que los trenes y las estaciones se complementan muy bien. Esa cosa blusera entre rieles y locomotoras es un paisaje muy peculiar que representa una época, un espacio y Franco supo comprender a la perfección con su sensibilidad. Sugirió melodías para el final de la canción que fueron claves para redondear el paisaje sonoro de “Barrio Estación”, este humilde homenaje a mi abuelo y todos los ferroviarios.
La tapa del disco donde aparece un árbol de eucalipto en la oscuridad de la galaxia, flotando, esas raíces que son cables, tienen como una mezcla de naturaleza con lo eléctrico, muchos colores. Este disco tiene un poco de todo esto. La portada del álbum parece estar muy ligada a la música del disco, ¿no?
La tapa hermosa que pintó Augusto Rossanigo explica a la perfección el concepto sonoro, estético y poético de Eucalipto. Supo comprender el rumbo de la idea, tanto como Víctor Volpi en la producción. Es hermoso conectar con artistas de diferentes campos. La música tiene esa magia de enlazar colores y sonidos. Es que la música es eso: colores, y las artes plásticas también tienen música en sus colores. Es como un mismo sendero con flores y pájaros.
En la música, ¿qué aparece primero, la letra o la melodía?
Depende del día. Hay días que me siento a buscar ambas. Otros donde ya hay una idea tanto musical como poético. Generalmente siempre estoy a disposición de ambas. Me siento a trabajar entre mates, cuadernos y guitarras y que baje lo que tenga que bajar, sin forzar nada. Hay días que no es, entonces simplemente guardo todo y me quedo tomando unos mates mirando el cielo o al gauchito gil.
En estos tiempos difíciles no debe ser fácil producir un disco y armar una fecha para tocarlo en vivo, sin embargo,la venta de entradas para el show del 7/10 en el Café Berlín anda muy bien. Es una bendición, ¿verdad? ¿Y qué nos podés adelantar acerca del show?
Es una bendición y también el reconocimiento a 25 años de hacer esto, lo que amo. En algún momento tiene que empezar a volver un poco todo lo puesto ahí. El show será un recorrido por los siete discos. Además, vamos a despedir los Ñandubay, banda que me acompaño durante casi diez años y a la vez vamos a presentar a Lo 'Gurise', la nueva banda que me acompañará de aquí en más. Es bueno comprender los ciclos e ir renovando energías. Por otro lado, pasarán invitados que quiero como Los del Portezuelo, Darío Jalfin, Sofi Macchi y Cintia Belén, Guido Lago, entre otres.
Estamos a dos semanas de las elecciones presidenciales, no te pido el nombre de a quien vas a votar, sino saber cómo ves al país después de lo que podría llegar a pasar si cambia de mano el gobierno.
Si la derecha toma el mando, estamos jodidos. No voy a hablar de pérdidas de derechos y todo eso conseguido en las épocas doradas de Perón y tras la llegada de la democracia, porque eso ni debería ponerse en cuestión, pero si la derecha asume estamos corriendo el riesgo nuevamente. Creo que como “socio de esta sociedad” (como dice La Renga) soy un convencido de que deberíamos ser más autocríticos todavía, para evitar tener que llegar a estos momentos extremos donde se pone en riesgo la historia de una hermosa nación como nuestro país. Desde mi lugar trato de ser objetivo y aportar siempre con ideales firmes y sin tibieza alguna. No soy de especular. Mi pensamiento y mi música van de la mano.
Discografía:
Tornasol (2016)
La Corriente (2016)
Acoplandocielo (2017)
Luar (2020)
Salto (2021)
YacaRock (2021)
Eucalipto (2023)