Carlos Belloso es sin dudas uno de los actores más prestigiosos y versátiles de nuestro país, capaz de interpretar a un tierno como “El Vasquito” en la telenovela “Campeones de la vida”, personaje que lo catapultaría a la popularidad en el año 1999, o un reo y siniestro capo de un pabellón en “Tumberos” que lo terminaría de instalar en la televisión argentina.

Además del formato televisión, Belloso incursionó en el cine y en el teatro, y tal como cuenta en esta entrevista, es arriba de las tablas es donde se siente más cómodo y realizado. Hoy está dirigiendo la obra “Operarius”, de Julieta Grinspan, todos los sábados, en el Teatro Trilce de la Ciudad de Buenos Aires, y aparte actúa en otras dos.

Con un teléfono de por medio, Belloso conversó con Kranear sobre su rol como director, la obra con contenido social, sus otros trabajos como actor, y sus comienzos en la televisión, la fama que le dieron sus inolvidables personajes, aparte de la actualidad del país, el ataque a la Cultura de parte del gobierno de Milei, la falta de ficción en la televisión y las plataformas digitales como nueva fuente de trabajo.

“Operarius”, la obra que estás dirigiendo, ¿tiene contenido social?

Sí, se trata de una obra que tiene como pretexto también desarrollar alguna teoría social o poner a jugar distintas fuerzas de luchas de clase para encontrar soluciones dentro de un producto artístico, y también para ver qué estoy diciendo y no traicionar mis ideales. Siempre me pongo a trabajar sobre conceptos que defiendo desde hace mucho tiempo.

Aparte, ahora en septiembre, reestrenas tú unipersonal “El Aparato”, y se comenta que esta obra predijo la llegada de Milei al gobierno.

Yo lo pensé como una crítica al sistema capitalista, así abiertamente, yo había leído a lo largo de mi vida mucho material sobre el capitalismo, y en esos últimos meses (antes de la asunción de Milei) yo veía como una ola muy neoliberal y de derechas en todo el mundo, y dije esto me suena como que hay que combatirlo con ideologías, con la batalla cultural, y me puse hace dos años a elaborar un unipersonal apoyado en “1984” de George Orwell, viéndolo del signo  contrario, como el capitalismo invertía todo su potencial y era totalitario, con democracias dirigidas, burocráticas.

Y puse a un personaje vinculado a la literatura distópica como “El mundo feliz”, personaje que se sentía feliz en un sistema opresivo, y surgió una mezcla de cosas, pero básicamente describía el aparato represivo de un Estado de una sociedad distópica de derecha, pero le tenía que poner una cara al dictador, y pensé en los personajes de derecha vernáculos que están dando vuelta, y le puse la cara de Milei, o intenté hacer un monstruo con la cara de ese payaso porque era el más ridículo, y de ahí lo tomé como el dictador monstruoso, y bueno resultó que ganó Milei y resultó ser peor de lo que yo me había imaginado.

Obviamente no comparto nada de este gobierno, la crueldad que tiene con respecto a la gente de bajos recursos, y como toma determinadas medidas impunemente sin hacer caso a nada ni a la Justicia. Eso lo convierte en una figura dictatorial sardónica, pero el tema con eso puede haber detrás de eso un capitalismo salvaje que es terrible, y que en el teatro lo podés ver.

Son los grupos concentrados que les conviene tener a uno que tome esas medidas de manera impune, como se está conoció el tema de la visita a los represores a la cárcel, una historia que nosotros creíamos pasada, y que ahora se ratifica mucho más, porque el Proceso de Reorganización Nacional era eso: tortura, desaparición y muerte, tapando el vaciamiento de un país, un plan de miseria como escribió Rodolfo Walsh en la “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”

¿Te sorprende que Milei siga teniendo una imagen positiva?

Evidentemente esta fogoneado por los medios hegemónicos para que vos pienses que estás en el mejor de los mundos con en “Mundo feliz” de Aldons Huxley, pero al mismo tiempo la pobreza y la indigencia crecen, la clase media está cada vez más empobrecida y todo se desprecia, y unos pocos disfrutan del cambio de la renta.

Esto pasó siempre, tampoco nos hagamos los inocentes: en el Proceso de Reorganización Nacional, que cuando vinieron hicieron mucho daño y después hay que reconstruirlo de alguna manera, y a veces no se pude reconstruir haciendo gobiernos malos como el de Alberto Fernández.

Que para coronar todo lo mal que hizo ahora lo denunciaron por de violencia de género.

Sí, eso es terrible, y al mismo tiempo puntualmente la denuncia llega en un momento donde los números, la inflación, dan negativos para el gobierno; nada es casual, todo está armado, lo tienen muy bien pensado, son muchos años que han pensado en un Estado maldito libertario, anarco capitalista, tiene todos los condimentos.

¿Vos la viste venir? ¿Te imaginabas que Milei podría llegar a ser presidente?

No puntualmente con él, lo que si iba a haber una inoperancia, pero lo que se está viendo es que hay todo un armado entre Federico Sturzenegger, Toto Caputo y Patricia Bullrich, los mismos que estaban en otros gobiernos desastrosos como el de De la Rúa -y Macri-. El presidente tiene muchos conceptos impunes, más otros de la vicepresidenta, que tiene una línea de pensamiento para dejar salir de la cárcel a los genocidas y sus nuevas prácticas militares. Para mí es un mecanismo articulado que no se lo imaginó nadie, intuí que podía tener políticas antipopulares, pero de esta magnitud, realmente me sorprendió.

Cuando le comenté a mis allegados que le iba a entrevistar nada más ni nada menos que a “Carlos Belloso”, en seguida mencionaron a personajes como “El Vasquito” o “Quique” de “Sos mi vida”. ¿Cómo te llevas con esos personajes? ¿Renegas de ellos? ¿Sos como esos músicos que odian tocar sus mejores éxitos?

No, no, es trabajo hecho y al mismo tiempo como a la gente le gustó, la marcó, por eso le recuerda ese personaje, más que al actor. Eso al actor le da mucha felicidad porque habla bien de su trabajo.

El entrañable personaje televisivo, El Vasquito.

Sin dudas el personaje de “El Vasquito” en “Campeones de la vida” fue el que te hizo popular. A la televisión no hay con que darle.

Claro, ahí empezó la popularidad, además fue una novela que se vio mucho, duró dos años, cuando generalmente las novelas suelen durar solo uno.

Recuerdo que durante el carnaval de 2000 los chicos se disfrazaban del Vasquito, me mandaban fotos, fue muy fuerte eso. La popularidad fue todo un tema para mi carrera también, porque viste que te identifican con un personaje y después te piden que hagas siempre el mismo, y yo quería hacer otra cosa, quería hacer varios personajes y no uno solo, ojo, no juzgo a quien lo hace, por ejemplo, Juan Carlos Altavista con Minguito estuvo toda la vida y lo hizo muy bien.

Yo quería otra cosa, aguante, aguante, hasta que llegó “Tumberos”, que fue lo segundo más popular que hice.

Con tu personaje de “Willy” en “Tumberos” yo esperaba que fuera gracioso, como los anteriores personajes.

En Tumberos había un humor más negro, hablábamos de otras cosas. Tumberos fue una crítica al sistema carcelario y todo lo que pasaba ahí adentro, más allá de las historias. Y esa crítica prendió mucho en la gente. Había personas que estuvieron en la cárcel y me contaban lo que habían pasado ahí adentro, para que esas historias después se cuenten en el programa. Tengo anécdotas fuertes, de gente que ha cambiado de cárceles y solo pedían que les dejaran ver el programa u otros que me decían yo veía todas las noches el mismo techo que veían ustedes… Tumberos los incluía.

Los jueves miro “Botines” en el Canal Volver, en la que también actuaste. ¿Extrañas la ficción en la televisión argentina?

Si, la ficción no existe en la televisión por falta de presupuesto, por un montón de cosas, el último bastión que quedaba era POLKA que puso al aire la última ficción y la TV Publica también armaba buenas ficciones, de bajo presupuesto, pero muy interesantes, yo hice varias cosas en la TV Pública, lo último fue: “Los 7 locos” y “Dos 20” con Fabio Posca. Ahora las plataformas tomaron mano de obra y muchos actores trabajan ahí, es lo único que nos está salvando, aparte de algunas películas.

El trabajo del actor tiene eso de que no siempre a uno lo llaman y hay que rebuscársela de alguna forma; son pocos los actores que se dan el lujo de esperar a que los llamen. 

Sí, ese es el fantasma del actor. Antes te sentabas al lado del teléfono esperando que suene, y si no te llamaban era como que estabas perdido. Ahora hay otras posibilidades: uno trabaja en otros formatos, en los streaming, en las redes sociales, algunos hicieron mucha plata ahí y ganan más que haciendo una película, y algunos como yo, que no nos gustan las redes, tratamos de escribir nuestras propias obras. Siempre estoy pensando ideas, pero son más teatrales. Yo trabajo mucho en micro teatro, que es un formato más chico, y el tiempo no es como una temporada, pero es laburo seguro.

De todo lo que haces, ¿dónde más cómodo te sentís es arriba de las tablas? 

Sí, porque fue lo primero que abrace a nivel artístico, y que aglutinaba un montón de cosas. Cuando un trabaja mucho en teatro, el tema de la gente es como una droga, porque te alimentas del público. No es lo mismo que hacer una película, donde al público lo vez solo en el estreno. A partir de ahí todo mi desarrollo fue teatral, no solo como actor, sino también como director, escenógrafo. Escribí varias obras de teatro.   

Hoy estás actuando en “Terapia integral”. ¿De qué trata la obra?

Hay un maestro panadero que nos enseña a hacer pan y se puede ver la personalidad de cada uno de los participantes en ese curso, y a partir de ahí se genera como una terapia que tiene que ver con el pan: la mezcla, el amasado, el horneado y se va generando algo bueno, algo diferente también, porque ¿viste que todas las obras son de cena con amigos? Esta me pareció interesante porque estamos todo el tiempo amansando pan, y hay otra dinámica.

No hiciste personajes o novelas que tenían que ver con tu participación en Malvinas, pero sí participaste de un proyecto en Canal Encuentro. ¿Cómo fue eso?     

Fue un pedido por encargo que me hizo una productora, y me pareció que cerraba muy bien. A mí me hicieron varias propuestas de películas que hablaban del tema, pero preferí no hacerlo, por un montón de motivos: primero porque el reclamo sigue, yo soy un veterano de guerra no reconocido, estuve en el litoral marítimo, en el Teatro de Operaciones, fui artillero antiaéreo y recibí como ordenes de combate la custodia de Rio Gallegos. A partir de que el Estado no me reconoció como veterano, ahí surgió el reclamo permanente, que tiene susceptibilidades dentro de la veteranía; hay veteranos que me reconocen y otros veteranos reconocidos que no me reconocen, y por eso opté por no actuar, para que nadie se sienta mal. Lo de Canal Encuentro unió Malvinas con el teatro y eso me pareció que era algo que me identificaba totalmente.     

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La obra Operarius, de Julieta Grinspan, dirigida por Belloso, e interpretada por la misma Julieta Grinspan, Julia Nardozza y Esteban Parola, dialoga con uno de los temas más complejos de la actualidad: la crisis habitacional, y aparte plantea interrogantes sobre las formas y condiciones de trabajo. Todo esto se representa a través de una empresa constructora que cavó un pozo tan grande que la ciudad se desmorona. El desafío de su dueño es encontrar quien pueda llenarlo y construir su tan ansiado complejo habitacional. En medio de temblores y derrumbes, iniciará una búsqueda para encontrar a un albañil, pero ya no queda nadie que quiera trabajar para él.

Acá se pueden comprar las entradas (a 10 mil pesos): 

Aparte, durante septiembre, y por solo tres funciones, en el Teatro Chacarerean del barrio de Palermo, Carlos reestrenará su unipersonal “El aparato”. Por último, entre los jueves y domingos, Belloso actúa en “Terapia integral”,  junto a Juan Leyrado - Carola Reyna - Paola Krum, y se presentan en el Teatro Metropolitan.

Como actor, Carlos estudió en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Buenos Aires, y a lo largo de su carrera dirigió diversos grupos de teatro independiente, ya que su formación parte del teatro under, sobretodo en el mítico Parakultural. En 2013 formó parte del elenco de Le Prénom (El nombre) una comedia dirigida por Arturo Puig, y ese mismo año ganó un Premio Tato por su actuación en el episodio “Padre del aula”, del unitario “Historia clínica”, en el que  interpretó a Domingo Faustino Sarmiento. En 2015, protagonizó el film de suspenso “Baires”, en el que interpretó al peligroso psicópata narcotraficante Eric Le Blanc. En 2018, protagonizó la obra “El test” y el musical “Aladín”.

A lo largo de su carrera, Belloso ganó seis premios Martin Fierro.