Texto: Mariano Abrevaya Dios. Foto portada: Alejandro Amdan
La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) es una organización que nuclea quince mil agricultores sin tierra, un sujeto social que abastece de frutas y verduras el mercado interno, a pesar de trabajar en condiciones de explotación, y que logró una fuerte visibilización con los Verdurazos que realizaron en puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires y otros grandes centros urbanos, en especial, durante los años que gobernó la Alianza Cambiemos.
La UTT tiene presencia en quince provincias del país, tanto en los cinturones hortícolas que bordean los grandes centros urbanos, como también monte adentro, por medio de distintas comunidades campesinas. La mayor parte de las familias de pequeños productores viven y trabajan en el Gran La Plata, provincia de Buenos Aires.
El objetivo más importante que persigue la organización gremial es que sus representados accedan a mejores condiciones de trabajo, y de vida, y que el Estado les garantice sus derechos. En esa línea, desde 2016 vienen impulsado la sanción de una ley de acceso a la tierra. Aparte, enfrentan el agronegocio que no solo le llena los bolsillos a unos pocos sino que también envenena el medio ambiente y los alimentos, y en su lugar, impulsan un sistema de producción y comercialización de frutas y verduras más justo, solidario y sano, de tipo agroecológico.
En el marco de la pandemicia, la UTT está organizando Verdurazos ya no para visibilizar sus reivindicaciones sectoriales, sino para ejercer su músculo solidario con aquellos que peor la están pasando.
Kranear conversó con uno de los voceros de la organización, Elias, un productor que vive y trabaja en las afueras de La Plata, para que brinde detalles sobre las jornadas solidarias, y también sobre las dificultades que atraviesa el sector con la propagación del coronavirus, la resistencia contra el plan de ajuste de Macri, el modelo de producción agroecológica y el desafío que implica para la UTT que uno de sus integrantes haya sido designado al frente del Mercado Central de Buenos Aires.
Verdurazo en Constitución, a mediados de mayo. Foto: Alejandro Amdan.
¿Qué balance hacen de la campaña de donaciones de frutas y verduras que están realizando en puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires y otros puntos del país?
“Para nosotros es una alegría enorme poder realizar las donaciones en distintos puntos del país. Le llegamos a miles de familias de barrios que no solo son del Gran Buenos Aires, sino de todo el país, ya que las donaciones se realizan en varias provincias también. Nuestro balance es que es muy importante lo que vecinos haciendo hasta ahora, como productores, y aportando nuestro grano de arena. Los beneficiarios de la campaña son centralmente los comedores y merenderos que hoy funcionan en los barrios”.
“La gente está muy agradecida, porque con la pandemia no pueden salir a trabajar. Fue duro ver a tantos con sus viandas yendo a buscar comida. Fue muy chocante para nosotros, una realidad distinta a la que estamos viviendo en el campo. Para ellos fue un alivio y para nosotros, una alegría, y también una preocupación.
¿Cómo está afectando la pandemia a los agricultores y agricultoras de vuestra organización?
“La pandemia está haciendo que todo suba”, contó. Y detalló que “la mayor parte de los costos de nuestra producción está en dólares, por ejemplo las semillas, y aparte están los servicios públicos, que por más que estén congelados son precios altos. También tenemos el problema de los alquileres, que suben todo el tiempo y estamos viendo cómo resolverlo”.
La UTT nació en 2010, para representar al sujeto social del cordón hortícola que rodea a la Ciudad de La Plata. Son familias de quinteros que alquilan un pedazo de tierra para cultivar fruta y verdura, la misma que termina en la mesa de millones de argentinos y argentinas.
En su sitio web, la UTT plantea que el problema del modelo productivo que impera en la mayor parte del país, es que requiere de grandes cantidades de insumos (semillas y fertilizantes, entre otros), producidos en su mayoría por un puñado de empresas multinacionales. Por eso es todo tan caro, y aparte, insalubre.
¿Qué significó para ustedes el gobierno de Macri? ¿Qué medidas de resistencia organizaron?
“Fue el peor gobierno que tuvimos, que devaluó un montón de cosas, que aumentó un montón de cosas, y que llevó casi hasta la extinción a varios productores”, explicó Elías. “Lo padecimos muchísimo, más que nada por la suba del dólar, ya que toda la producción está en dólar y nosotros vendemos en pesos. Es injusto pero es nuestra realidad”, asumió.
En 2016, la UTT impulsó un proyecto de ley de acceso a la tierra. Una especie de Procrear Rural, para que los pequeños agricultores puedan pagar la tierra, en lugar de alquilarla. El oficialismo de aquel entonces bloqueó cualquier posibilidad de avance parlamentario.
Otra imagen del verdurazo en Constitución. Foto: Alejandro Amdan.
¿Creen que con el nuevo gobierno hay más chances de que se sancione vuestro proyecto de ley de acceso a la tierra?
“Hasta ahora no cambió el panorama”, señaló Elías. “Pero esperemos que cuando pase todo esto tengamos soluciones reales a los problemas que aborda el proyecto de ley que presentamos”, agregó, y explicó que con la norma que impulsan “no pedimos regalías ni que nos regalen nada, sino un fondo fidusiario para poder comprar la tierra, en lugar de pagar un alquiler, para que nosotros podamos pagar nuestra propia tierra”.
“Somos productores sin tierras, y la mayoría de los pequeños productores, de las distintas provincias, pasan por la misma situación, e incluso peores situaciones comparados con los que vivimos y trabajamos en el Gran Buenos Aires”.
El color distintivo de las banderas, pecheras y gorras de la UTT, es el verde. Su mayor pico de exposición fue en febrero de 2019, cuando la Policía de la Ciudad reprimió un verdurazo en Constitución, una jornada que quedó sintetizada con una foto que se viralizó en pocas horas, que consensaba la marca de época: hambre y represión. En la imagen se puede ver a una jubilada que se agacha para agarrar del suelo una berenjena, mientras atrás suyo un cordón de la infantería avanza sobre los productores.
¿Qué desafíos se presentan para ustedes, como organización, por tener a cargo la presidencia del Mercado Central de Buenos Aires?
“Más que un desafío es algo que tenía que suceder en algún momento. Creo que la fortaleza que tiene nuestra organización es que sabemos que cuando llegamos un lugar, llegamos para cambiar las cosas, transformarlas. En este contexto –por la pandemia del coronavirs- creo que mucho no se puede hacer, pero aun así decidimos que nuestro compañero esté ahí – por Nahuel Levaggi– afrontando esta difícil tarea, porque es algo así como un municipio aparte, y para nosotros, como organización también es un riesgo, y no podemos dar un paso en falso. Más allá de eso, el compañero está fortalecido por la organización. Le vamos a torcer el brazo a quien sea. La idea es cambiar el tipo de comercialización. Esperemos que lo podamos hacer de la mejor manera y en las mejores condiciones. Nuestras armas son el trabajo y la lucha. Siempre”.
A medida que el espacio gremial crecía, sumaba voluntades, también se fueron dando un marco de mayor organicidad interna. Discuten en asambleas, son representados por delegados. Se dieron un marco para abordar las distintas violencias de género en el ámbito rural. También avanzaron con un plan de alfabetización para los productores no tuvieron la posibilidad de instruirse.
Colonia Agroecológica de Jáuregui, Luján.
“Hoy tenemos compañeros floricultores que no están pudiendo vender sus rosas, y se están volcando a producir verduras, de manera agroecolócica. Hay unos cuantos que están dando el salto de una actividad a otra, ya que los costos de producción son menores. Para cambiar de modelo de producción, para trabajar lo agroecológico, se necesita rebeldía”, se despidió Elias, siempre por medio de audios del WhatsApp. De fondo se escuchaba el rugido de un motor. “Estoy arriba del tractor”, se disculpó.
La UTT viene impulsando y haciendo crecer, desde 2013, un modelo de producción agroecológico, libre de veneno e insumos impagables, en su mayoría importados. Hoy cuentan con unas 250 familias que cultivan y cosechan sus alimentos por medio de ese esquema, a lo largo y ancho de unas trescientas hectáreas. Cuentan con recursos técnicos, un sistema para producir los insumos y hasta un circuito comercial propio, que consta de tres almacenes de venta al público. Dos en CABA y un tercero en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría. También cuentan con una Feria Agroecológica en el partido de Luján.
Hace unas horas, desde el área de prensa de la organización, emitieron un comunicado para apoyar la denuncia del ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Poder Ejecutivo Nacional, Juan Cabandié, quien criticó el uso del glifosato, y a su vez aprovecharon para reclamar políticas públicas para favorecer la agroecología.
Colonia Agroecológica de Jáuregui, Luján.
La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) es una organización que nuclea quince mil agricultores sin tierra, un sujeto social que abastece de frutas y verduras el mercado interno, a pesar de trabajar en condiciones de explotación, y que logró una fuerte visibilización con los Verdurazos que realizaron en puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires y otros grandes centros urbanos, en especial, durante los años que gobernó la Alianza Cambiemos.
La UTT tiene presencia en quince provincias del país, tanto en los cinturones hortícolas que bordean los grandes centros urbanos, como también monte adentro, por medio de distintas comunidades campesinas. La mayor parte de las familias de pequeños productores viven y trabajan en el Gran La Plata, provincia de Buenos Aires.
El objetivo más importante que persigue la organización gremial es que sus representados accedan a mejores condiciones de trabajo, y de vida, y que el Estado les garantice sus derechos. En esa línea, desde 2016 vienen impulsado la sanción de una ley de acceso a la tierra. Aparte, enfrentan el agronegocio que no solo le llena los bolsillos a unos pocos sino que también envenena el medio ambiente y los alimentos, y en su lugar, impulsan un sistema de producción y comercialización de frutas y verduras más justo, solidario y sano, de tipo agroecológico.
En el marco de la pandemicia, la UTT está organizando Verdurazos ya no para visibilizar sus reivindicaciones sectoriales, sino para ejercer su músculo solidario con aquellos que peor la están pasando.
Kranear conversó con uno de los voceros de la organización, Elias, un productor que vive y trabaja en las afueras de La Plata, para que brinde detalles sobre las jornadas solidarias, y también sobre las dificultades que atraviesa el sector con la propagación del coronavirus, la resistencia contra el plan de ajuste de Macri, el modelo de producción agroecológica y el desafío que implica para la UTT que uno de sus integrantes haya sido designado al frente del Mercado Central de Buenos Aires.
Verdurazo en Constitución, a mediados de mayo. Foto: Alejandro Amdan.
¿Qué balance hacen de la campaña de donaciones de frutas y verduras que están realizando en puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires y otros puntos del país?
“Para nosotros es una alegría enorme poder realizar las donaciones en distintos puntos del país. Le llegamos a miles de familias de barrios que no solo son del Gran Buenos Aires, sino de todo el país, ya que las donaciones se realizan en varias provincias también. Nuestro balance es que es muy importante lo que vecinos haciendo hasta ahora, como productores, y aportando nuestro grano de arena. Los beneficiarios de la campaña son centralmente los comedores y merenderos que hoy funcionan en los barrios”.
“La gente está muy agradecida, porque con la pandemia no pueden salir a trabajar. Fue duro ver a tantos con sus viandas yendo a buscar comida. Fue muy chocante para nosotros, una realidad distinta a la que estamos viviendo en el campo. Para ellos fue un alivio y para nosotros, una alegría, y también una preocupación.
¿Cómo está afectando la pandemia a los agricultores y agricultoras de vuestra organización?
“La pandemia está haciendo que todo suba”, contó. Y detalló que “la mayor parte de los costos de nuestra producción está en dólares, por ejemplo las semillas, y aparte están los servicios públicos, que por más que estén congelados son precios altos. También tenemos el problema de los alquileres, que suben todo el tiempo y estamos viendo cómo resolverlo”.
La UTT nació en 2010, para representar al sujeto social del cordón hortícola que rodea a la Ciudad de La Plata. Son familias de quinteros que alquilan un pedazo de tierra para cultivar fruta y verdura, la misma que termina en la mesa de millones de argentinos y argentinas.
En su sitio web, la UTT plantea que el problema del modelo productivo que impera en la mayor parte del país, es que requiere de grandes cantidades de insumos (semillas y fertilizantes, entre otros), producidos en su mayoría por un puñado de empresas multinacionales. Por eso es todo tan caro, y aparte, insalubre.
¿Qué significó para ustedes el gobierno de Macri? ¿Qué medidas de resistencia organizaron?
“Fue el peor gobierno que tuvimos, que devaluó un montón de cosas, que aumentó un montón de cosas, y que llevó casi hasta la extinción a varios productores”, explicó Elías. “Lo padecimos muchísimo, más que nada por la suba del dólar, ya que toda la producción está en dólar y nosotros vendemos en pesos. Es injusto pero es nuestra realidad”, asumió.
En 2016, la UTT impulsó un proyecto de ley de acceso a la tierra. Una especie de Procrear Rural, para que los pequeños agricultores puedan pagar la tierra, en lugar de alquilarla. El oficialismo de aquel entonces bloqueó cualquier posibilidad de avance parlamentario.
Otra imagen del verdurazo en Constitución. Foto: Alejandro Amdan.
¿Creen que con el nuevo gobierno hay más chances de que se sancione vuestro proyecto de ley de acceso a la tierra?
“Hasta ahora no cambió el panorama”, señaló Elías. “Pero esperemos que cuando pase todo esto tengamos soluciones reales a los problemas que aborda el proyecto de ley que presentamos”, agregó, y explicó que con la norma que impulsan “no pedimos regalías ni que nos regalen nada, sino un fondo fidusiario para poder comprar la tierra, en lugar de pagar un alquiler, para que nosotros podamos pagar nuestra propia tierra”.
“Somos productores sin tierras, y la mayoría de los pequeños productores, de las distintas provincias, pasan por la misma situación, e incluso peores situaciones comparados con los que vivimos y trabajamos en el Gran Buenos Aires”.
El color distintivo de las banderas, pecheras y gorras de la UTT, es el verde. Su mayor pico de exposición fue en febrero de 2019, cuando la Policía de la Ciudad reprimió un verdurazo en Constitución, una jornada que quedó sintetizada con una foto que se viralizó en pocas horas, que consensaba la marca de época: hambre y represión. En la imagen se puede ver a una jubilada que se agacha para agarrar del suelo una berenjena, mientras atrás suyo un cordón de la infantería avanza sobre los productores.
¿Qué desafíos se presentan para ustedes, como organización, por tener a cargo la presidencia del Mercado Central de Buenos Aires?
“Más que un desafío es algo que tenía que suceder en algún momento. Creo que la fortaleza que tiene nuestra organización es que sabemos que cuando llegamos un lugar, llegamos para cambiar las cosas, transformarlas. En este contexto –por la pandemia del coronavirs- creo que mucho no se puede hacer, pero aun así decidimos que nuestro compañero esté ahí – por Nahuel Levaggi– afrontando esta difícil tarea, porque es algo así como un municipio aparte, y para nosotros, como organización también es un riesgo, y no podemos dar un paso en falso. Más allá de eso, el compañero está fortalecido por la organización. Le vamos a torcer el brazo a quien sea. La idea es cambiar el tipo de comercialización. Esperemos que lo podamos hacer de la mejor manera y en las mejores condiciones. Nuestras armas son el trabajo y la lucha. Siempre”.
A medida que el espacio gremial crecía, sumaba voluntades, también se fueron dando un marco de mayor organicidad interna. Discuten en asambleas, son representados por delegados. Se dieron un marco para abordar las distintas violencias de género en el ámbito rural. También avanzaron con un plan de alfabetización para los productores no tuvieron la posibilidad de instruirse.
Colonia Agroecológica de Jáuregui, Luján.
“Hoy tenemos compañeros floricultores que no están pudiendo vender sus rosas, y se están volcando a producir verduras, de manera agroecolócica. Hay unos cuantos que están dando el salto de una actividad a otra, ya que los costos de producción son menores. Para cambiar de modelo de producción, para trabajar lo agroecológico, se necesita rebeldía”, se despidió Elias, siempre por medio de audios del WhatsApp. De fondo se escuchaba el rugido de un motor. “Estoy arriba del tractor”, se disculpó.
La UTT viene impulsando y haciendo crecer, desde 2013, un modelo de producción agroecológico, libre de veneno e insumos impagables, en su mayoría importados. Hoy cuentan con unas 250 familias que cultivan y cosechan sus alimentos por medio de ese esquema, a lo largo y ancho de unas trescientas hectáreas. Cuentan con recursos técnicos, un sistema para producir los insumos y hasta un circuito comercial propio, que consta de tres almacenes de venta al público. Dos en CABA y un tercero en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría. También cuentan con una Feria Agroecológica en el partido de Luján.
Hace unas horas, desde el área de prensa de la organización, emitieron un comunicado para apoyar la denuncia del ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Poder Ejecutivo Nacional, Juan Cabandié, quien criticó el uso del glifosato, y a su vez aprovecharon para reclamar políticas públicas para favorecer la agroecología.
Colonia Agroecológica de Jáuregui, Luján.