Por Laura Fuhrmann

Hace un tiempo atrás, el sociólogo, historiador e investigador del peronismo Roberto Baschetti, presentó en el Instituto Patria un nuevo libro: “Peronistas que estudian”. Como en toda presentación que se precie de tal, el autor se explayó generosamente sobre el contenido de su nueva obra, como así también acerca de la exhaustiva investigación realizada para la construcción de este documento, que incluyó una extensa galería de fotos de su archivo personal, afiches, volantes y recortes periodísticos de la hemeroteca de Facundo Carman, aparte de las tapas y los escritos más importantes de todos los libros de lectura primaria de aquella época (1946-1955) que fueron luego prohibidos y más tarde destruidos o quemados por la oligarquía que derrocó por la fuerza de las armas al gobierno constitucional de Juan D. Perón. Presentamos una síntesis.

Se trata del cuarto libro de la colección No me olvides.

Haciendo honor a la contundente afirmación del General que predica: “Se debe dedicar a la cultura y a la educación el más grande presupuesto que podamos porque es allí donde vamos a incidir sobre la reconstrucción del Hombre que es lo más importante (…)”, Baschetti rememora, con orgullo y fervor, muchos de los logros del peronismo en materia educativa. Así, nos trae a la memoria, por ejemplo, la creación del Ministerio de Educación – ya que hasta 1946 existía el Ministerio de Agricultura pero no el de Educación ni tampoco el de Salud- y otros avances profundos en distintos niveles educativos.

En el nivel pre-escolar -que, es menester recordarlo, se inicia con Perón- se construyen 1.064 jardines de infantes y se capacitan maestros a tal efecto, y aparte se organizan colonias de vacaciones en todo el país. Además se instalan comedores escolares gratuitos en los centros educativos.

La célebre Ciudad de los niños fue inaugurada en 1951.

Respecto del nivel secundario, uno de los hitos que reviste, sin dudas, mayor importancia es la creación de los colegios industriales, como un factor estratégico que lleva adelante el gobierno para industrializar la Nación. También cabe recordar la denodada lucha llevada adelante por los estudiantes peronistas a través de una nueva UES –durante el período que va del 73’ al 76’- con el fin de organizar a los alumnos e incorporarlos a la lucha política y social.


Estudiantes que participaban de la UES.

Finalmente, en materia universitaria, fue fundamental aquel Decreto 29.337 de Gratuidad de la Enseñanza Universitaria, que permitió el acceso de todos los sectores sociales a los estudios superiores, firmado por Juan D. Perón el 22 de noviembre de 1949. Luego vendrá la construcción de las ciudades universitarias de Tucumán, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, la Facultad de Ingeniería en San Juan, la de Ciencias de la Educación en San Luis y también la Universidad Nacional de La Plata y en Rosario, las facultades de Humanidades, Medicina y Ciencias Económicas entre otras.

Además, se establece la Universidad Obrera Nacional -puesta en funcionamiento el 17 de marzo de 1953- cuya misión fue la creación de técnicos especializados, muy necesarios en la nueva Argentina que surgía con perfil industrial. Fueron construidas regionales en Santa Fe, Rosario, Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca, La Plata, Tucumán y Avellaneda y las algunas de las especialidades que se le ofrecían a los alumnos eran construcción de obras, hormigón armado, obras sanitarias, construcciones mecánicas, automotores, transportes y mecánica ferroviaria, instalaciones eléctricas, construcciones electromecánicas, construcciones aeronáuticas, y mecánica rural, entre otras.

Claro que no todo es color de rosa… En 1955, con la “Revolución fusiladora” –como la denominó Baschetti-, aquel ideal peronista de educación laica “se suspende hasta nuevo aviso”: ya no serán sino los estudiantes mejor posicionados económicamente quienes puedan asistir a la universidad, devenida institución elitista. Pero este abrupto retroceso no durará mucho ya que la polémica “libre vs laica” empieza a agudizarse dando lugar a grandes enfrentamientos que culminarán en la recordada “Noche de los Bastones Largos” (29-7-66), en la que la policía del dictador Juan Carlos Onganía y el jefe de la misma, el general Mario Fonseca, entró a las facultades para reprimir violentamente a los estudiantes, hecho que politizó aún más a la población estudiantil que se volcó al poco tiempo y de modo masivo al Peronismo (recordemos que menos de tres años después ocurre el Cordobazo, y al año siguiente la organización Montoneros secuestra y ejecuta a Aramburu, responsable directo de los fusilamientos a militares y civiles peronistas en junio de 1956 y acusado de ser el que dirigió el operativo con el que se secuestró el cuerpo de Evita).

Luego de la Noche de los bastones largos las organizaciones peronistas se multiplicaron como hongos luego de la lluvia.

Desde entonces y hasta las elecciones del 11 de marzo de 1973, y enmarcadas en la gigantesca lucha popular que lleva como consigna “Luche y Vuelve”, en clara alusión al líder desterrado, nuestras facultades se llenarán de siglas peronistas que luchaban por la liberación nacional y social de nuestra patria.

Por último, en tiempos macristas de ajustes desmedidos, también en materia educativa (por estas horas nos desayunamos con la buena nueva de la baja del Plan PROGRESAR) no podemos dejar de destacar que, entre todos los mencionados logros, durante la gestión peronista se duplica el sueldo de los maestros y se establece una bonificación para aquellos que enseñan en lugares alejados e inhóspitos; se construyen en todo el territorio nacional - entre el 46' y el 55'- 8.000 escuelas (más que la totalidad construida desde 1810 hasta 1946), lo que contribuye a que el índice de analfabetismo baje del 15% al 3% en todo el país y se implementa la enseñanza nocturna para que los adultos puedan completar la primaria y la secundaria, ampliando de este modo considerablemente su bagaje educativo, su autoestima y la posibilidad de conseguir mejores trabajos remunerados.

“Peronistas que estudian” es el cuarto texto de la colección “No me olvides” de la editorial Jirones de mi vida, luego de haber publicado “Tercer mundo y tercera posición”, “Mundo peronista” y “Mujeres son las nuestras”. Todos los trabajos están ilustrados por su compañera Nora Patrich. El autor presentará el quinto libro de la saga, “Eva Perón: Acción de gobierno y mito popular”, el próximo 15 de agosto en el Instituto Patria.