Roberto Jorge Santoro nació un 17 de abril de 1939. Ya pasaron 86 años. Uno atrás del otro. Una gran cantidad de años que Santoro no vivió porque una patota de la dictadura le arrancó la vida a sus 38 años. 

Santoro estaba en la Escuela Nacional de Educación Técnica N ° 25 del Barrio de Once, en Buenos Aires, donde trabajaba como preceptor en las clases del turno noche. Era 1° de junio de 1977. Tres militares de civil entraron a la escuela y preguntaron por Santoro. Uno de ellos dijo ser el hermano de un alumno. Santoro se presentó, los tipos sacaron sus armas de fuego y se lo llevaron. Aún permanece desaparecido. 


yo amo

tú escribes

él sueña

nosotros vivimos

vosotros cantáis

ellos matan


Verbo irregular se llama ese poema, uno de los más populares. En 2008, Ediciones Razón y Revolución publicó su Obra poética completa que reúne los poemas que Santoro escribió entre 1959 y 1977. Dolores Méndez, quien fuera su esposa, y Paula Santoro, su hija, aportaron los manuscritos.

Su poesía sigue sumando lectores. Estamos en 2025 y sus poemas se viralizan en las redes sociales. En cuanto a su relación con la escritura, a Santoro no le importaba tanto publicar libros. Para él, los poemas tenían que ser graffiteados en las paredes, fileteados en camiones y colectivos, pintados en las banderas y anotados con marcadores en los carteles al ritmo de la unidad de los trabajadores en marchas y manifestaciones. 

Nació en el seno de una familia obrera. Al terminar la escuela, ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires pero tuvo que suspender los estudios para incorporarse al servicio militar. Fue un hombre de muchos oficios. Fue vendedor ambulante, pintor de brocha gorda, tipógrafo, periodista y puestero en un mercadito, por mencionar algunos de sus trabajos. Siempre poeta. Y militante político también. Fue miembro del PRT-ERP, militó activamente en el Frente de Trabajadores de la Cultura y en el FAS, junto con Haroldo Conti y Humberto Costantini. 

En los 60, Santoro fundó la revista Barrilete junto a un grupo de poetas con quienes llevaba adelante esa militancia. Imprimían poemas en papelitos, los repartían en la calle, en cualquier esquina y en las filas que se armaban afuera de los teatros, los cines y el estadio Luna Park. 

Santoro salía con sus compañeros y dejaban pedacitos de poemas en los parabrisas de los autos, en los mostradores de los comercios, en las barras de los bares. Hacían recitales de música y poesía. Hacían grabaciones con poemas recitados y musicalizados. Organizaban lecturas en las fábricas, en las sociedades de fomento, en las universidades, en las escuelas, en los clubes. Armaban carpetas con poemas ilustrados para vender en los kioskos de diarios y revistas.

Santoro consideraba que el poema debe tomar estado público. “Mi patria tiene forma de poema/ hay que llevarla crucificada al hueso/ ayudarla a salir/ amarla y desamarla”, anotó en un poema. En su Obra reunida, Series abre el apartado de su obra inédita. Seguramente muchos de esos poemas, versos sueltos, fragmentos, hayan sido impresos para repartir por la calle y llevar a las marchas. 

Copla

nos tienen los que tienen

nos entretienen los que quieren tener

somos y no quieren que seamos

seremos ya van a ver


Política

mantener la palabra

contra el enemigo


Ideología

dirigir la palabra

hacia el pueblo.


Prohibición

el que ensucia las palabras

no puede lavarse las manos.


Jugarse la palabra es jugarse la vida, decía. El 3 de junio de 1976, un año antes de su secuestro, Roberto Santoro escribió una carta dirigida a la Confederación de Escritores Latinoamericanos, con sede en México, para denunciar la desaparición de personas. Difundió el escrito por todos lados. Su carta es anterior a la famosa carta que escribió Rodolfo Walsh el 25 de marzo de 1977. En aquella carta, Santoro denunció la tortura y la desaparición de muchos de sus conocidos periodistas y escritores como por ejemplo el secuestro de su amigo Haroldo Conti. Comparto un fragmento de esa carta:

“Hasta aquí los datos que poseo – finaliza la misiva-. El presidente, no obstante, habla de la libertad y la democracia. Se liberan los precios. Hay cesantías en masa. Distribuyen una cartilla para prevenir actividades subversivas en las escuelas. El presidente dice que rechaza la prensa complaciente, la planta Ford de General Pacheco, que ocupa 4.800 trabajadores, cierra por cinco semanas. E.E.U.U. acepta el plan del ministro de economía, hombre ligado a los monopolios; los obispos hablan de la paz y rezan. Borges declara que la literatura y el arte son formas de placer (…). Lo cierto es que los compañeros siguen presos y es necesario que ustedes, a través de la Confederación de Escritores Latinoamericanos, nos den una mano, la de la solidaridad, (…) y a favor de la causa popular testimonien el atropello de las burguesías sobre el proletariado (…) Hermanos, discúlpenme la letra, no tengo maquina donde estoy. Compréndanme, compréndannos. De todas maneras somos optimistas. Esto recién ha comenzado. El presente es la lucha, el futuro es nuestro”.

Santoro fue detenido y desaparecido el 1 de junio de 1976.

“Capangas del olvido/ ¿dónde pusieron/ el país que había?”, se preguntó en un poema tiempo después. Las dedicatorias de sus libros son entrañables. “A mi compañera, siempre”, anotó un par de veces. También dedicó sus poemas a los amigos, a sus padres, a los artistas y compañeros que admiraba. Desde la primera página de sus libros hay toma de posición y hay humor. “A todos los que desprecian esta poesía”, escribió en una dedicatoria. Pero también: “A todos los que sufren este infierno” y “A los que vendrán para seguir luchando”. 

Su libro No negociable publicado en 1975 no lleva dedicatoria, lleva una Declaración jurada, literal.

Declaración jurada

Si mi poesía no ayuda a cambiar la sociedad

no sirve para nada.

Santoro firmó la Declaración al comienzo del libro cuyo primer poema se llama El gran bonete y empieza así: “a mi país se le han perdido muchos habitantes”. No negociable fue su último libro publicado. El último poema que encontramos en esas páginas se llama Descanso y está vacío.

mientras haya una esquina y a pesar de todo

y una luna y un tiempo y un bolsillo

mientras haya una mano y una calle

y una boca y un grito

una ventana

mientras estemos