Por Luis Gras
Una amiga mía de Facebook escribió: “Me quedo con la frase del himno que dice sean eternos los laureles que supimos conseguir”, y me dejó pensando. Nosotros, ¿qué laureles supimos conseguir? Porque el himno hace un homenaje a aquellos que pelearon contra los españoles, contra los ingleses y contra sus socios vernáculos, que los había, y muchos. Recuerdo que san Martin se tuvo que ir del país, perseguido por el gobierno de Bernardino Rivadavia, quien lo acusaba de robarse un ejército. ¿Se los actualizo? “Ze dobo un ejedcito”. ¿Ahora le suena más? Sí, señores. Esta pavada de acusar a los luchadores de delincuentes no es nueva, ni acá ni en el resto del mundo.
Pero volvamos a los laureles. Aquí por el 1800 la lucha no era solo contra el invasor o colonizador extranjero, sino también contra los cipayos argentinos que añoraban ser esclavos y sometidos por un extranjero, sobre todo si era rubio y blanco.
Fue así que se fueron conformando los movimientos populares que desde siempre lucharon en las calles por la defensa de los derechos de los que habitan nuestro suelo, como así también en defensa de los intereses de la Patria. Y claro, a la oligarquía no les gustaba que fuéramos libres, ya que siempre fue adoradora del sometimiento y los privilegios.
Por eso es que prácticamente desde que somos una República, esta clase trabajó esforzadamente en mostrar al pueblo que seriamos un gran país si fuéramos colonia de unos o de otros. ¿Y quiénes compraron este discurso? Por supuesto, la clase media o la clase tilinga, según mi visión. Una clase que depende de la situación política y social para existir.
La clase media no es más que una clase trabajadora que ha sido beneficiada económicamente gracias a los gobiernos nacionales y populares y como les gusta cagar más alto que el culo, al mejorar su situación económica se sienten parte de la oligarquía o creen que van a llegar a serlo.
La realidad es que la oligarquía jamás los va aceptar ya que ellos sí saben que son simples laburantes con un poco de plata. Allí, en esa clase tilinga están la mayoría de los cipayos que antes mencionábamos.
Y hoy tenemos un gobierno conformado por una parte de la oligarquía y otra parte de la clase tilinga, ambos intentando someter a los luchadores populares tratando de demostrar que todos los males de este país es porque, “los negros de mierda” son vagos y no quieren laburar mientras ellos saquean en cifras millonarias las arcas del Estado.
Hoy entonces, quería homenajear a esos luchadores populares que muchas veces han dado la vida en las calles y aun lo siguen haciendo mientras los tilingos de siempre miran por televisión diciendo “a esos negros, hay que matarlos a todos”.
Una amiga mía de Facebook escribió: “Me quedo con la frase del himno que dice sean eternos los laureles que supimos conseguir”, y me dejó pensando. Nosotros, ¿qué laureles supimos conseguir? Porque el himno hace un homenaje a aquellos que pelearon contra los españoles, contra los ingleses y contra sus socios vernáculos, que los había, y muchos. Recuerdo que san Martin se tuvo que ir del país, perseguido por el gobierno de Bernardino Rivadavia, quien lo acusaba de robarse un ejército. ¿Se los actualizo? “Ze dobo un ejedcito”. ¿Ahora le suena más? Sí, señores. Esta pavada de acusar a los luchadores de delincuentes no es nueva, ni acá ni en el resto del mundo.
Pero volvamos a los laureles. Aquí por el 1800 la lucha no era solo contra el invasor o colonizador extranjero, sino también contra los cipayos argentinos que añoraban ser esclavos y sometidos por un extranjero, sobre todo si era rubio y blanco.
Fue así que se fueron conformando los movimientos populares que desde siempre lucharon en las calles por la defensa de los derechos de los que habitan nuestro suelo, como así también en defensa de los intereses de la Patria. Y claro, a la oligarquía no les gustaba que fuéramos libres, ya que siempre fue adoradora del sometimiento y los privilegios.
Por eso es que prácticamente desde que somos una República, esta clase trabajó esforzadamente en mostrar al pueblo que seriamos un gran país si fuéramos colonia de unos o de otros. ¿Y quiénes compraron este discurso? Por supuesto, la clase media o la clase tilinga, según mi visión. Una clase que depende de la situación política y social para existir.
La clase media no es más que una clase trabajadora que ha sido beneficiada económicamente gracias a los gobiernos nacionales y populares y como les gusta cagar más alto que el culo, al mejorar su situación económica se sienten parte de la oligarquía o creen que van a llegar a serlo.
La realidad es que la oligarquía jamás los va aceptar ya que ellos sí saben que son simples laburantes con un poco de plata. Allí, en esa clase tilinga están la mayoría de los cipayos que antes mencionábamos.
Y hoy tenemos un gobierno conformado por una parte de la oligarquía y otra parte de la clase tilinga, ambos intentando someter a los luchadores populares tratando de demostrar que todos los males de este país es porque, “los negros de mierda” son vagos y no quieren laburar mientras ellos saquean en cifras millonarias las arcas del Estado.
Hoy entonces, quería homenajear a esos luchadores populares que muchas veces han dado la vida en las calles y aun lo siguen haciendo mientras los tilingos de siempre miran por televisión diciendo “a esos negros, hay que matarlos a todos”.