“Buena noticia para Cristina Kirchner: no irá juicio por la causa Dólar Futuro”, posteó Clarín en su cuenta de Twitter a eso de las 14 horas del 13 de abril, cuando se conoció la decisión de la Sala 1 de la Cámara de Casación Penal de cerrar la causa Dólar Futuro y dictar el sobreseimiento de Cristina, Axel Kicillof, Alejandro Vanoli y otros funcionarios del gobierno kirchnerista. El tuit, en una marca de época, tiene más comentarios que interacciones positivas (Me Gusta y Compartidos), porque los y las usuarias de la red social no comen vidrio. La observación de la mayoría pasó por la decisión del medio de invisibilizar la palabra sobreseimiento en el título.
Muchos recordarán el alegato que Cristina dio el 4 de marzo pasado, justamente en la causa Dólar Futuro. Fue histórica, no solo por el tono, la gestualidad de la vicepresidenta, sino también por el tenor del discurso, los conceptos que desplegó frente a los magistrados. Habló de la importancia de la presencialidad y la publicidad de las instancias judiciales, porque de esa manera se le conocen las caras a los y las protagonistas y aparte la sociedad tiene la posibilidad de conocer los hechos de primera mano. Luego se metió de lleno en la causa judicial, y recordó por ejemplo que la denuncia fue realizada por los jefes de bloque de las fuerzas políticas que componían Cambiemos, Mario Negri por el radicalismo y Federico Pinedo por el PRO, nada menos que cinco días después de la elección general de 2015, y de cara al balotage que se realizaría menos de un mes después. O que Bonadío allanó el Banco Central el 15 de noviembre, a pocos días de la elección que ganaría Macri, generando así un revuelo mediático de dimensiones planetarias.
Fue la primera causa penal que le tiraron encima a Cristina. La acusaron de administración fraudulenta con recursos del Estado, cuando se trató de una decisión de política económica de un gobierno soberano elegido democráticamente en las urnas. La causa recayó en el juzgado del juez federal Claudio Bonadío, y el fiscal federal que tenía el rol de acusar en nombre del Estado, en el fuero federal, era Raúl Pleé. Ambos, se sabe, formarían fervientes integrantes del esquema de persecución político, judicial y mediático que conduciría Mauricio Macri durante todo su gobierno a través de lo que hoy se conoce como Mesa Judicial y el aparato estatal de espionaje ilegal que también incluyó operaciones para hacerse de un botín económico, como sucedió en la última dictadura cívico y militar.
El fallo de la Sala 1 de la Cámara de Casación Penal fue unánime. En sus casi 100 páginas argumentan por qué consideran que no hubo delito.
Si se realiza el ejercicio de hacer una búsqueda en los portales de noticias, las cuentas de Youtube de los canales de noticias, y el archivo de programs de radio, se notará que la causa Dólar Futuro consumió ríos de tinta y decenas de horas de editoriales y noticias. Se trató de un insumo que la prensa ahora opositora, utilizó para influir en el electorado, la opinión pública, y facilitar así el triunfo de Mauricio Macri, para terminar con los doce años de distribución del ingreso y ampliación de derechos de las mayorías, una época en la que afectó los intereses de los sectores de privilegio de la Argentina.
La movilización del 13 de abril de 2016 a los tribunales de Comodoro Py, fue inédita, histórica.
Le dijo Cristina a los integrantes de la Cámara, en un pasaje de su alegato, el 4 de marzo pasado: “Díganme si ustedes no tienen que ver en lo que pasa en el país. Lo sobreseyeron en el 2001 y ahora lo vuelven a sobreseer y el señor sigue dando clases en Columbia (se refiere al ex presidente del Banco Central de De la Rúa primero y del gobierno de Cambiemos después: Federico Sturzenegger). Y el Presidente que nos volvió a endeudar devaluando y devaluando va a ver partidos de fútbol a Qatar. Y nosotros, Axel Kicillof mi ex Ministro de Economía, hoy gobernador de la provincia de Buenos Aires, sentados acá conmigo junto también a Pesce, Presidente del Banco Central. Fue mi Vicepresidente del Banco Central y de Néstor durante 12 años y medio”.
¿Será que los integrantes de la sala de Casación terminaron con la aberración jurídica de Dólar Futuro, en parte también para evitar la publicidad de un juicio oral que significaría un bochorno, no solo por la falta de consistencia en la acusación y pruebas, sino también por un nuevo alegato de Cristina, que cada vez que realiza una aparición pública genera un revuelo institucional mayúsculo?
Es bastante probable.
Lo concreto es que ayer 13 de abril se cumplieron cinco años del día -una mañana de lluvia copiosa- que Cristina tuvo que presentarse en el despacho de Bonadío como imputada justamente en la causa Dólar Futuro. La acompañó no solo su abogado Carlos Beraldi, sino también cientos de miles de manifestantes que colmaron la avenida que se extiende frente al playón de ingreso del edificio emblema del fuero federal. Era su primera aparición pública desde el 9 de diciembre del año anterior, cuando se despidió de su pueblo y su gobierno, una vez más, ante una multitud. Arriba de un acoplado, luego de haber presentado un escrito en Comodoro Py, habló de la necesidad de conformar un frente ciudadano para enfrentar a un gobierno que ya estaba dañando con fiereza el aparato productivo, y que en alianza con los grandes medios y un sector del poder judicial, había lanzando una cacería con fines políticos, como en los momentos más oscuros de nuestra historia.
Exactamente cinco años después, el máximo tribunal penal de la Nación, sobreseyó a Cristina y el resto de los funcionarios y funcionarias de su gobierno. Ella había había sido muy clara: no pediría el sobreseimiento, sino que los jueces apliquen la ley y la Constitución. En el medio gobernó Macri, Bonadío murió y una buena parte de la población se convenció -y con mucho resentimiento- de que Cristina es una corrupta que llegó a la política para enriquecerse. Aparte, el poder judicial incurrió en gastos de presupuesto y recursos humanos que podrían haberse utilizado para agilizar el trámite de otras causas, por ejemplo, o mejorar la infraestructura edilicia, que se cae a pedazos. ¿Hay manera de resolver ese daño social? No. Pensando en que no se produzca un episodio similar en el futuro, se puede evitar el nombramiento o mal desempeño de jueces y fiscales de notable parcialidad y complicidad con un sector de la política y el poder económico, que no deberían ocupar cargos de semejante relevancia institucional.
Por otra parte, habría que juzgar a los funcionarios del gobierno de Macri que efectivamente hicieron negocios con el contrato de Dólar Futuro, como es el caso de Mario Quintana, entonces vice jefe de Gabinete, que hizo un negocio millonario con el precio del dólar, a partir de la mega devaluación del peso que generó su propio gobierno de Cambiemos.