A seis meses de la realización del Mundial de Fútbol de Rusia (2018), El Gráfico deja un espacio imposible de llenar en el periodismo deportivo argentino. Una vez más el capricho empresarial ha obrado de manera mezquina, al disponer el cierre de un emblema, de una marca identitaria para generaciones de argentinos.
Esta situación no se da al margen de lo que sucede con las empresas periodísticas en la actualidad, tan propensas a recortar personal tenga o no una mala situación económica. Envalentonados por un gobierno que habilita y promueve los despidos, el grupo Torneos, que posee distintos emprendimientos millonarios, parece aducir razones ajenas a su responsabilidad.
"Torneos lamenta informar que ha decidido discontinuar la versión impresa de la revista El Gráfico. Esta triste decisión se tomó en un contexto global de decreciente consumo de medios impresos que ha afectado a nuestra revista. Adicionalmente, en los últimos años la empresa ha llevado adelante diversas estrategias de producto y comerciales para intentar revertir la situación económica deficitaria de la revista”, dice el comunicado de la empresa.
En el mundo editorial existen interesantes experiencias que confirman que un buen producto gráfico sigue siendo rentable. Esta idea de que el mercado editorial y la falta de interés de los lectores son los grandes factores del cierre es acompañado por un importante grupo de periodistas. Parece ser que, en vez de solidarizarse con sus compañeros despedidos, avalan los dichos de la patronal.
A pesar de la censura y de las restricciones de la empresa la calidad de sus periodistas resulta incuestionable. Su plantel de profesionales no ha perdido la histórica estampa de la publicación. Alejandro Duchini es un digno ejemplo de ello, ganador de un premio de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), el año pasado. “En el Gráfico me permitió hacer periodismo en épocas en donde casi no lo hay. En la nota premiada recorrí la Villa 1-11-14 y hablé con pibes que a través del boxeo salieron de la calle. Le pelearon a la pobreza, a las drogas, a una vida complicada a través del deporte. El periodismo deportivo es una forma de reflejar la sociedad. Con la falta de El Gráfico va a haber menos reflejos sociales”.
Torneos dista de estar en una difícil situación financiera ya que se trata de una empresa que se dedica al marketing, la producción de contenidos audiovisuales para distintas señales televisivas y la comercialización de derechos audiovisuales. Desde mediados de 2016 se encuentra asociado a Fox/Turner, holding que obtuvo los derechos televisivos del fútbol de Primera División, presión mediante.
Alejandro y Eugenio Burzaco.
Siendo una empresa vinculada al Grupo Clarín fue, durante el año pasado, el centro de un escándalo internacional, al quedar pegados al pago de coimas para asegurarse los derechos televisivos. Alejandro Burzaco, ex director ejecutivo de la empresa, y hermano del actual secretario de Seguridad de la Nación, fue detenido por la justicia estadounidense. Cuesta creer que una empresa que erogó 112 millones de dólares para ponerse a resguardo de este festival de coimas no tenga fondos para sostener un emblema del periodismo argentino
Cien años de historia
El Gráfico nació en mayo de 1919 como una revista de interés general y se convirtió en una publicación deportiva con el correr de las ediciones. Con el tiempo, se fue consolidando como la referencia ineludible en esta temática y el semillero de grandes periodistas. Por la redacción pasaron plumas como las de Ricardo Lorenzo Rodriguez (Borocotó), Dante Panzeri, Osvaldo Ardizzone, Félix Frascara, Julio César Pasquato (Juvenal), Ernesto Cherquis Bialo y Carlos Irusta, entre otros.
El esplender de la revista duró varias décadas. En los setenta tuvo a la revista Goles como un competidor, pero continúo ejerciendo su liderazgo. Cuando la Selección Nacional se consagró campeona del mundo, en julio de 1986, la revista vendió 690.998 ejemplares. Se trata de la mayor tirada de la historia.
Durante el Mundial de Francia (1998) se transformó en diario le disputó el mercado al diario deportivo Olé, matutino que afectó la venta de la revista. Luego del certamen mundialista, Torneos compró el semanario. Fue a partir de 2002 que El Gráfico comenzó a ser un mensuario. Su carrera descendente llega hasta el día de hoy.
El tiro del final
La empresa Torneos decidió terminar con una revista que en 2018 no cubrirá el Mundial de Rusia. Si bien esgrime que se están estudiando otras alternativas, diecisiete trabajadores se quedaron sin sus fuentes de trabajo.
Indudablemente, el cierre de una revista tan prestigiosa implica una pérdida irreparable para el periodismo argentino. Las palabras de Alejandro Duchini describen el panorama con toda contundencia: “La pérdida de la revista significa la falta de un medio serio, que forma buenos lectores y periodistas con buenas notas. El cierre de El Gráfico significa un vacío periodístico”.