27 de octubre de 1943

El Coronel Perón es designado Director del Departamento Nacional de Trabajo.

27 de noviembre de 1943 

Se crea la Secretaría de Trabajo y Previsión.

28 de noviembre de 1943 

A Perón se lo designa como titular interino de dicha Secretaría.

1 de diciembre de 1943

Perón asume como Secretario de Trabajo y Previsión.

Cuenta mi querido amigo ya fallecido, Enrique Pavón Pereyra. “Para poder conseguir la Secretaría, Perón ideó una trama en estrecha colaboración con el teniente coronel Mercante que era su mano derecha. Se trataba de que el titular del Ejército, general Ramírez, rubricara el nombramiento de Perón como titular del vetusto Departamento Nacional de Trabajo, al que Perón pensaba transformarlo en el eje de su dinámica sociopolítica.

Para que el presidente Ramírez no sospechara su real deseo, encomendó a Mercante que planteara una alternativa simulando que su mandante optaba por ocupar la intervención de la Unión Ferroviaria, que era el gremio más poderos y mejor organizado en esa época.

Ramírez, tal como lo había previsto Perón, decidió que éste –para que no se saliese con la suya- debía resignarse con un premio consuelo, con su nombramiento en el Departamento Nacional de Trabajo, que era en realidad lo que Perón quería.

Unos minutos después, Ramírez recibía al General Verdaguer, íntimo del caudillo naciente, y a propósito, Ramírez se ufanó: He designado a Perón en Trabajo- ¿Ya verás cómo lo hago fracasar!”.  (Vidente y estratega consumado el hombre …)

2 de diciembre de 1943 

Palabras del flamante Secretario de Trabajo y Previsión, Coronel Perón. “Se inicia la era de la política social argentina”. 

29 de abril de 1944

Por el decreto ley N° 10.991 declárase comprendidos en las leyes de descanso de todo el país a determinados días feriados, en los cuales deberán abonarse los salarios, aun cuando no se hubiese trabajado.

El peronismo otorgó derechos universales

1 de mayo de 1944

Discurso pronunciado por el Secretario de Trabajo y Previsión, Coronel Perón: “Trabajamos para todos los argentinos (...) Ningún interés que no sea el sentido de solidaridad y el deseo del mayor bien al país, mueve nuestras intenciones; por eso lo que ya hemos hecho y lo que haremos en el futuro quedará inamovible en la historia del desenvolvimiento social de las masas obreras argentinas y en el campo de las conquistas gremiales de los trabajadores argentinos”.

23 de enero de 1945

En este día, “luego de varios años de reclamos, el entonces Secretario de Trabajo y Previsión de la Nación, el Coronel Juan Domingo Perón, instituyó el Decreto Nº 1.740 firmado por la Presidencia de la Nación. Escuchando a los Trabajadores y dando lugar a los reclamos de los Sindicatos, implementó las vacaciones pagas para toda la Clase Trabajadora.

Con esta medida, el descanso dejó de ser un lujo exclusivo para las clases más acaudaladas y se convirtió en un derecho legítimo para el Pueblo.

De esta manera, gracias a un período de días consecutivos de vacaciones remuneradas y por la definición de un programa de acceso al Turismo Social, miles de trabajadores argentinos comenzaron a viajar y a descubrir diferentes puntos turísticos de nuestro país.

Este decreto se dio en el marco de un proyecto nacional de Turismo Social, que estuvo basado en la extensión de las licencias pagas por vacaciones y a la coordinación entre el Estado y la Fundación Eva Perón con asociaciones, particularmente sindicales, para garantizar el hospedaje a trabajadores y facilitar el transporte a los nuevos turistas.

Es importante resaltar que, a pesar de estar atravesando y haber atravesado Gobiernos que aplicaron ajustes a la clase trabajadora, no pudieron eliminar este derecho. El desarrollo del Turismo Social, cuando el Estado toma la iniciativa, junto a la fundamental presencia del turismo sindical; generó no solo las condiciones, sino también una fuerte identidad cultural” (Declaración de SUTEBA. (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires).

Puede leerse en una revista de la época:Turismo popular. El gobierno del General Perón ha facilitado al pueblo la oportunidad de visitar todos los lugares de turismo que posee la Argentina. A esos efectos, se han construido hoteles y establecido campamentos y colonias que, a precios accesibles a las posibilidades de los trabajadores, les permiten disfrutar de reparadores descansos frente a magníficos panoramas de mar, sierras y selvas. En la Argentina Justicialista, el conocimiento del país y sus bellezas ya no es privilegio de los favorecidos por la fortuna”. (Caras y Caretas. Noviembre de 1951). 

20 de septiembre de 1945

“De acuerdo con la establecido en las leyes de descanso semanal y su decreto reglamentario, la delegación regional de la Secretaria de Trabajo y Previsión de La Plata, ha prevenido a los rematadores que actúan en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires, que estando prohibido el remate en días domingos de artículos cuya venta no se permite en los comercios respectivos deben abstenerse de hacerlo, ya que ello significa incurrir en infracción que es penada con multa. Asimismo, se hacen pasibles de las penas que establecen las leyes respectivas, los comerciantes e industriales que, sin estar expresamente autorizados por la autoridad del trabajo, ocupan a personal femenino en días domingos”. (diario La Época). 

20 de diciembre de 1945

Por Decreto Ley 33.302, el Gobierno crea el Instituto Nacional de Remuneraciones y se instituye el aguinaldo.

Las empresas periodísticas (con diarios oligárquicos, conservadores y liberales) desde poco tiempo atrás habían comenzado una campaña de editoriales denunciando la inconstitucionalidad de una medida gubernamental, propiciada por el Coronel Perón.

Sin embargo, una conquista obrera llega para siempre: el aguinaldo obligatorio, es decir, se implementa la obligación a la patronal, de abonar a cada trabajador un sueldo anual complementario, correspondiente a la doceava parte de lo percibido durante el año.

Varias observaciones sobre las reacciones que despertó la medida. La Unión Cívica Radical hace saber públicamente que “rechaza y repudia la política demagógica que conscientemente ofrece a los obreros el paraíso terrenal, formado sobre la ruina de todas las industrias y de todas las empresas y rechaza el absurdo de que para mejorar la condición de los más humildes sea necesario empobrecer a los pudientes” (mire amigo, si usted ve un pudiente pobre, me avisa…).

La Unión Industrial, el Colegio de Abogados y la Cámara de Comercio consideran que la medida provocará “un grave daño a la masa de asalariados” (?) y que el decreto “llevará a la miseria, porque nadie puede violar impunemente las leyes económicas” (les falta agregar “del liberalismo”).

El diario oligárquico La Prensa, asegura que “el decreto influirá en perjuicio de la economía del país” (¿no será de sus intereses de clase?).

El Partido Comunista da su parecer a través de la palaba de Rodolfo Ghioldi: Lo ve como un “engaño fascista y electoralista de los prestidigitadores que acabarán dejando un saldo tremendo de carestía y empobrecimiento” (siempre la misma cantinela: Perón es nazi o fascista).  

La oligarquía vernácula sin tanta verba expresiva, se reúne en el local de la Bolsa de Comercio y trata de imponer su voluntad brutalmente, que es como están acostumbrados.

Entre los que emiten un comunicado están Eustaquio Méndez Delfino (hombre de la casa), José Maria Bustillo (terrateniente) y Alejandro Shaw (banquero). Acusan a la nueva norma legal por sembrar la lucha de clases” y muy sueltos de cuerpo aseguran que “las erogaciones que el decreto impone y no puedan cumplirse, no se habrán de cumplir”. Nadie en el mundo puede obligar a dar lo que no se puede y menos lo que no se tiene”. (Y lo dijeron serios, sin ponerse colorados de vergüenza. Pues bien, Perón los obligó y debieron pagar para siempre y hasta la fecha siguen pagando). 

Luis J. Medrano. Calendario de la firma Alpargatas, en el año 1947.

11 de enero de 1946

La Cámara que reúne a las Grandes Tiendas (Harrod´s –de capitales ingleses-, La Piedad, Gath & Cháves, etc.) dispone el cierre de sus locales en repudio al decreto sobre aguinaldo y aumento salarial.

Como respuesta obreros y empleados ocupan sus lugares de trabajo. La medida patronal alcanza su máxima virulencia entre los días 14 y 16 del mismo mes, cuando también adhiere la industria.

El radicalismo con esa puntería que tiene para mear siempre fuera del tarro, ve en esta acción empresarial “un repudio a medidas netamente autoritarias y dictatoriales, que buscan la nivelación de la miseria”.

La Federación Universitaria Argentina (FUA) no se queda atrás en su evaluación de los hechos, atacando los aumentos de sueldo y la obligatoriedad del aguinaldo: “Son medidas inoperantes que amenazan aniquilar la independencia sindical, estableciendo la desigualdad y la injusticia económica” por lo que ven en el cierre patronal “el claro sentido político de resistencia a las arbitrariedades de la dictadura”. 

23 de diciembre de 1946

Una nueva ley establece el pago del aguinaldo, ahora, para todo el personal del Estado.