Por Kranear
Contactamos al sanitarista y ex vice ministro de Salud de la Nación, Mario Róvere, para que nos ponga al tanto sobre las novedades de un conflicto gremial que viene afectando a decenas de profesores de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), ya que si bien a mediados de marzo de 2017 realizamos una cobertura (http://kranear.com.ar/2017/03/21/el-silencio-no-es-salud/), la situación empeora a medida que pasan los días y se profundiza la estrategia de estigmatización y persecución gremial que impulsa la Alianza Cambiemos, con el apoyo irrestricto de los grandes medios de comunicación.
K: Mario, por favor contanos qué está sucediendo en la Universidad Nacional de La Matanza.
MR: En la Carrera de Medicina, creada y aprobada apenas en diciembre del 2011, se había logrado un enorme reconocimiento de la comunidad académica, de los vecinos de La Matanza y de instituciones del campo que se refleja en que es hoy la carrera más demandada de la universidad. En mayo del 2015, bajo el aspecto de una "normalización", intervinieron el Departamento con un Decano vinculado a Médicos Municipales de la CABA, y ahí comenzaron las hostilidades. La agresión a la Carrera se agravó desde el cambio de gobierno y en un período de 18 meses concretaron la desvinculación de más de 100 docentes, cuando aún no se ha graduado la primera promoción de estudiantes.
K: ¿Cuándo se conformó el Sindicato de Investigadores y Docentes de la Universidad Nacional de La Matanza (Sidunlam), y por qué?
MR: Durante el gobierno anterior -las autoridades de la Universidad- no se animaron a tomar medidas tan extremas, pero mantuvieron un permanente aluvión de amenazas, recortes horarios, aparte de desmantelar estructuras académicas; en consecuencia, los docentes decidieron organizarse en un sindicato, en el marco de la CONADU (Federación Nacional de Profesores Universitarios).
K: En enero de 2017 realizaron un paro de actividades, una clase pública y difundieron vuestra situación gremial y laboral. La respuesta de la universidad fue descalificar al movimiento docente y en particular sobre tu figura. ¿Por qué?
MR: Cuando aun no se había expresado ninguna respuesta a la cesantía de 21 docentes, entre ellos toda la directiva del sindicato, utilizaron la estrategia de "la mejor defensa es el ataque". Para explicar políticamente lo inexplicable debían darle un encuadre político y no encontraron mejor forma que asociar a los docentes con Martín Sabbatella -ex titular del AFSCA y referente de la organización política Nuevo Encuentro-. Una operación política difundida en medios afines que sabían falsa pero eficaz para un lector poco informado y que les sirvió luego para darle un aspecto de pelea a la nueva re-re-reelección "por unanimidad" del Rector.
K: ¿No hubo un fallo de una cámara laboral en el mes de abril para que reincorporen a los 21 docentes despedidos?
MR: Efectivamente, pero la Universidad desacata a la Justicia -por el momento- bajo el débil argumento que si un convenio colectivo de trabajo no es "internalizado" por la Universidad carece de operatividad. Sería como si yo me defendiera diciendo que las leyes de la Nación que formalmente no acepté no se aplican sobre mi persona.
Róvere y Kreplak comparten el ámbito de la Fundación Soberanía Sanitaria.
K: Hablamos de un caso de persecución gremial invisibilizado en los grandes medios de comunicación. ¿Quiénes los están acompañando en la pelea?.
MR: Básicamente contamos con el apoyo y la inscripción del propio conflicto gremial de la CONADU, pero este es un conflicto multidimensional en lo académico. Hemos recibido el apoyo de numerosos decanos del Foro de Facultades y Escuelas Públicas de Medicina que tuvimos el privilegio de ser co-fundadores y que ven con preocupación este "academicidio", ya que incluso tres nuevas Universidades contaron con nuestro apoyo y se inspiraron en nuestra currícula, del mismo modo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había tomado nuestra currícula como un modelo para sus líneas de cooperación en este campo.
En lo político, la última gestión del Ministerio de Salud de la Nación -bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner- declaró públicamente la importancia de un programa de estudios que involucre precozmente a los alumnos con su realidad social, preocupados por el escaso interés que muestran los graduados de las universidades públicas en cubrir los cargos de residentes y en radicarse allí donde se les necesita. De hecho, el ex ministro Daniel Gollán abrió las actividades académicas del Departamento con una Clase Magistral en abril del 2015.
K: ¿Cuál es vuestro plan de lucha?.
MR: Al igual que muchas otras injusticias que se viven en el momento actual, nadie imagina un rápido y favorable desenlace. Sabemos que la causa que nos anima "ofrecer una educación médica alternativa y comprometida por el derecho a la salud de nuestro pueblo" tiene muchos enemigos pero también muchos aliados en nuestro país y en el mundo. Estamos ampliando los frentes y amplificando el debate con medios como el de ustedes, porque se trata de un colectivo de docentes fortalecido en la adversidad que no luchamos solo por un cargo o un salario, también contra toda forma de autoritarismo en la universidad pública y por poner a la universidad al servicio de las necesidades de nuestro pueblo.
K: Al rector Daniel Martínez lo recordamos junto a Cristina Kirchner, en 2013, cuando el aquel entonces gobierno nacional impulsó la reforma del poder judicial. ¿Dónde lo ubicamos en el escenario político actual?
MR: También lo podríamos recordar como quien expandió sobre-actuadamente en medios como Clarín y Radio Mitre "su dolor" por las declaraciones de CFK en la Universidad de Harvard, o como quien fue interpelado por la Legislatura bajo la sospecha de recomendar al espía Ciro James al Gobierno de Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entiendo simplemente que no se mantiene una persona como Rector por décadas sin una gran capacidad "adaptativa" y también creo que no se hubiera animado a cesantear a 100 profesores en el marco de un gobierno popular.
Gollán la tomó juramento a Róvere en mayo de 2015.
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Mario Roberto Róvere es un médico sanitarista argentino que cuenta con un amplio reconocimiento de parte de sus colegas. Fue viceministro de la cartera nacional de Salud durante los últimos meses del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchber, y ex decano organizador de las carreras de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Aparte, es consultor académico en institucionales nacionales e internacionales, coordina posgrados en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Rosario y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y forma parte del equipo de sanitaristas de la flamante Fundación Soberanía Sanitaria, un espacio que está produciendo informes estremecedores sobre la gestión en salud de la Alianza Cambiemos.
Contactamos al sanitarista y ex vice ministro de Salud de la Nación, Mario Róvere, para que nos ponga al tanto sobre las novedades de un conflicto gremial que viene afectando a decenas de profesores de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), ya que si bien a mediados de marzo de 2017 realizamos una cobertura (http://kranear.com.ar/2017/03/21/el-silencio-no-es-salud/), la situación empeora a medida que pasan los días y se profundiza la estrategia de estigmatización y persecución gremial que impulsa la Alianza Cambiemos, con el apoyo irrestricto de los grandes medios de comunicación.
K: Mario, por favor contanos qué está sucediendo en la Universidad Nacional de La Matanza.
MR: En la Carrera de Medicina, creada y aprobada apenas en diciembre del 2011, se había logrado un enorme reconocimiento de la comunidad académica, de los vecinos de La Matanza y de instituciones del campo que se refleja en que es hoy la carrera más demandada de la universidad. En mayo del 2015, bajo el aspecto de una "normalización", intervinieron el Departamento con un Decano vinculado a Médicos Municipales de la CABA, y ahí comenzaron las hostilidades. La agresión a la Carrera se agravó desde el cambio de gobierno y en un período de 18 meses concretaron la desvinculación de más de 100 docentes, cuando aún no se ha graduado la primera promoción de estudiantes.
K: ¿Cuándo se conformó el Sindicato de Investigadores y Docentes de la Universidad Nacional de La Matanza (Sidunlam), y por qué?
MR: Durante el gobierno anterior -las autoridades de la Universidad- no se animaron a tomar medidas tan extremas, pero mantuvieron un permanente aluvión de amenazas, recortes horarios, aparte de desmantelar estructuras académicas; en consecuencia, los docentes decidieron organizarse en un sindicato, en el marco de la CONADU (Federación Nacional de Profesores Universitarios).
K: En enero de 2017 realizaron un paro de actividades, una clase pública y difundieron vuestra situación gremial y laboral. La respuesta de la universidad fue descalificar al movimiento docente y en particular sobre tu figura. ¿Por qué?
MR: Cuando aun no se había expresado ninguna respuesta a la cesantía de 21 docentes, entre ellos toda la directiva del sindicato, utilizaron la estrategia de "la mejor defensa es el ataque". Para explicar políticamente lo inexplicable debían darle un encuadre político y no encontraron mejor forma que asociar a los docentes con Martín Sabbatella -ex titular del AFSCA y referente de la organización política Nuevo Encuentro-. Una operación política difundida en medios afines que sabían falsa pero eficaz para un lector poco informado y que les sirvió luego para darle un aspecto de pelea a la nueva re-re-reelección "por unanimidad" del Rector.
K: ¿No hubo un fallo de una cámara laboral en el mes de abril para que reincorporen a los 21 docentes despedidos?
MR: Efectivamente, pero la Universidad desacata a la Justicia -por el momento- bajo el débil argumento que si un convenio colectivo de trabajo no es "internalizado" por la Universidad carece de operatividad. Sería como si yo me defendiera diciendo que las leyes de la Nación que formalmente no acepté no se aplican sobre mi persona.
Róvere y Kreplak comparten el ámbito de la Fundación Soberanía Sanitaria.
K: Hablamos de un caso de persecución gremial invisibilizado en los grandes medios de comunicación. ¿Quiénes los están acompañando en la pelea?.
MR: Básicamente contamos con el apoyo y la inscripción del propio conflicto gremial de la CONADU, pero este es un conflicto multidimensional en lo académico. Hemos recibido el apoyo de numerosos decanos del Foro de Facultades y Escuelas Públicas de Medicina que tuvimos el privilegio de ser co-fundadores y que ven con preocupación este "academicidio", ya que incluso tres nuevas Universidades contaron con nuestro apoyo y se inspiraron en nuestra currícula, del mismo modo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había tomado nuestra currícula como un modelo para sus líneas de cooperación en este campo.
En lo político, la última gestión del Ministerio de Salud de la Nación -bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner- declaró públicamente la importancia de un programa de estudios que involucre precozmente a los alumnos con su realidad social, preocupados por el escaso interés que muestran los graduados de las universidades públicas en cubrir los cargos de residentes y en radicarse allí donde se les necesita. De hecho, el ex ministro Daniel Gollán abrió las actividades académicas del Departamento con una Clase Magistral en abril del 2015.
K: ¿Cuál es vuestro plan de lucha?.
MR: Al igual que muchas otras injusticias que se viven en el momento actual, nadie imagina un rápido y favorable desenlace. Sabemos que la causa que nos anima "ofrecer una educación médica alternativa y comprometida por el derecho a la salud de nuestro pueblo" tiene muchos enemigos pero también muchos aliados en nuestro país y en el mundo. Estamos ampliando los frentes y amplificando el debate con medios como el de ustedes, porque se trata de un colectivo de docentes fortalecido en la adversidad que no luchamos solo por un cargo o un salario, también contra toda forma de autoritarismo en la universidad pública y por poner a la universidad al servicio de las necesidades de nuestro pueblo.
K: Al rector Daniel Martínez lo recordamos junto a Cristina Kirchner, en 2013, cuando el aquel entonces gobierno nacional impulsó la reforma del poder judicial. ¿Dónde lo ubicamos en el escenario político actual?
MR: También lo podríamos recordar como quien expandió sobre-actuadamente en medios como Clarín y Radio Mitre "su dolor" por las declaraciones de CFK en la Universidad de Harvard, o como quien fue interpelado por la Legislatura bajo la sospecha de recomendar al espía Ciro James al Gobierno de Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Entiendo simplemente que no se mantiene una persona como Rector por décadas sin una gran capacidad "adaptativa" y también creo que no se hubiera animado a cesantear a 100 profesores en el marco de un gobierno popular.
Gollán la tomó juramento a Róvere en mayo de 2015.
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Mario Roberto Róvere es un médico sanitarista argentino que cuenta con un amplio reconocimiento de parte de sus colegas. Fue viceministro de la cartera nacional de Salud durante los últimos meses del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchber, y ex decano organizador de las carreras de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Aparte, es consultor académico en institucionales nacionales e internacionales, coordina posgrados en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Rosario y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y forma parte del equipo de sanitaristas de la flamante Fundación Soberanía Sanitaria, un espacio que está produciendo informes estremecedores sobre la gestión en salud de la Alianza Cambiemos.