Políticas Públicas Cultura deportiva

Crece el flagelo de las apuestas deportivas

Se trata de un fenómeno social que creció durante la pandemia, y entre los jóvenes. El juego online empezó a legalizarse durante el gobierno de Cambiemos y hoy representa un negocio para pocos y un flagelo para muchos. En el Congreso, Eduardo Toniolli presentó un proyecto de ley para regular la publicidad de las plataformas de apuestas.

Las apuestas deportivas desembarcaron en el país con una potencia demoledora. Su penetración arrasó sin límites ni reparos e impuso un nuevo hábito para consumidores ávidos de recompensas económicas. La maquinaria montada para capturar clientes no advierte sobre los riesgos que implica jugar en exceso.

Los juegos online son un fenómeno de los últimos tiempos. Las nuevas tecnologías aggiornaron el viejo sistema de pronósticos deportivos que imperó durante décadas. La inmediatez, la publicidad tanto por redes como por medios convencionales y los nuevos hábitos convirtieron este juego en uno de los mas rentables.

El proyecto para implementar los juegos online en nuestro país data de mucho atrás, pero se concretó durante la presidencia de Mauricio Macri (2016-2019). La disolución de Lotería Nacional a principios de 2018 evaporó cualquier forma de controlar de los juegos de azar en el territorio nacional. Desde ese momento, la regulación le corresponde a cada una de los distritos provinciales. La provincia de Buenos Aires, gobernada en ese entonces por María Eugenia Vidal, lo aprobó durante los últimos días de diciembre, mientras que la Legislatura portenia hizo lo propio en mayo de 2019. Fueron la fuerza necesaria para multiplicar este negocio practicamente sin limitaciones.

Aquel presagio del Padre Pepe Di Paola de que con los juegos de azar en línea “se instalaba un casino en cada casa”, no resultó exagerado. Las apuestas se instalaron con mucho arraigo durante y luego la pandemia. Las apuestas deportivas se transformaron en un fenomeno arrollador. Creció en los sectores humildes de manera preocupante; y en ese sentido, el deterioro económico fue determinante.

Cambio de época

Las casas de apuestas ocupan una buena cantidad de segundos en medios tradicionales y digitales. El producto se cuela casi inadvertido con un mensaje sugerente y seductor. Periodistas, comunicadores y relatores consagrados “venden” sus nombres para promocionar estas casas de apuestas, que no son un invento argentino, sino que forman parte un mecanismo global.

El capital transnacionalizado logró instalarlo en gran parte del mundo. Más allá de las diferencias idiosincráticas que pueden existir entre unos y otros se pueden advertir características similares. La inversión millonaria en sponsoreo y publicidad, la utilización de las nuevas tecnologías, la desviación del fair play deportivo y la adicción de los consumidores son algunas de ellas.

Hasta la década del ochenta el deporte profesional en nuestro país tuvo su protagonismo durante los fines de semana. El fútbol, pasión popular de los argentinos, tenía reservado los sábados para los partidos de ascenso y los domingos para la Primera División. Luego de aquellos años la rutina deportiva se trastocó por completo y, replicando a Europa, fue ganando la agenda semanal.

Las fronteras entre lo deportivo, la tecnología y lo comercial se evaporaron de tal manera que en la actualidad resulta imposible pensarlos de manera separada. Los partidos de los veintiocho equipos de la Liga Profesional del fútbol argentino que son televisados por dos grandes cadenas multinacionales, son transmitidos casi todos los días. Como complemento están los partidos de todas las ligas del mundo, además de otros deportes que también son parte de este sistema.

La publicidad indiscriminada y sin límites tienen gran impacto. El sponsoreo en las camisetas de muchos clubes de Primera (Boca Juniors, Newell’s, Racing Club, River Plate, Rosario Central) y de la propia AFA denota la inversión realizada por estas empresas. Sin ir más lejos, el torneo de la Liga que se desarrolla actualmente lleva el nombre de una de ellas.

Los jugosos contratos de publicidad resultan oportunidades casi imposibles de rechazar para las instituciones. Estas empresas intentan negociar con los clubes más poderosos para posicionarse en el mercado. El mundo del fuútbol lo normalizó, prácticamente sin espacio para la crítica. La excepción resulta ser Vélez Sársfield, cuyos socios pidieron explicaciones a sus directivos por llevar el nombre de una casa de apuestas en su camiseta.

Otra de las problemáticas versa sobre sospecha de resultados amañados. Se trata de un negocio pasible de crear sistemas clandestinos fraudulentos. En distintos lugares del mundo se descubrieron redes integradas por banqueros, dirigentes, representantes y futbolistas para arreglar resultados deportivos.

Pero nuestro país tampoco es la excepción.

En marzo de 2022 El Porvenir echó a casi una decena de jugadores del primer equipo por ir a menos a cambio de una suma de dinero. En aquella oportunidad el club emitió un comunicado oficial describiendo la situación. “En el día de ayer, nos llegó la información de que algunos jugadores del plantel estarían involucrados en hechos que transgreden las normas del fair play deportivo. Producto de eso habrían condicionado su rendimiento en los partidos que disputaron durante el presente torneo en detrimento de nuestro club”.

Se presume que este hecho, que salió a la luz por el accionar de los propios jugadores, no es el único. Los futbolistas que militan en el ascenso parecen ser el tesoro preciado de las redes clandestinas que buscan “voluntades” para montar estas prácticas.

La inclusión del VAR en los partidos de Primera División es un elemento a tener en cuenta. No son pocos los partidos en los que hubo jugadas con decisiones polémicas -por acción u omisión- de quienes utilizan esta tecnología para sancionar.

Las apuestas deportivas no son un hecho aislado sino que forma parte de un proyecto más amplio, que incluye a las sociedades anónimas deportivas, la circulación de fondos no declarados y la venta del patrimonio del deporte nacional

No resulta casual que los promotores de las apuestas online durante la presidencia de Mauricio Macri son los mismos que hoy ocupan lugres de importancia en el deporte argentino. Diógenes de Urquiza, actual Director General del ENARD, fue uno de los principales impulsores de las apuestas deportivas cuando era Titular de Agencia Nacional de Deportes en aquellos años.

Periodistas de primer nivel publicitarn las plataformas en sus programas de tevé, radio y streamming.

El flagelo que crece

Las estadísticas mundiales sobre ludopatía señalan que el 30% de la población tiene alguna vinculación con el juego; de ese universo el 3,5 % son jugadores problemáticos y el 1,5 son jugadores compulsivos. Nuestro país aún no cuenta con estadísticas oficiales que permitan mensurar este flagelo. Sin embargo, la enorme cantidad de casos que se conocen diariamente evidencian que luego de la pandemia la tendencia de los argentinos de jugar a través de medios online creció exponencialmente. El sector adolescente resulta uno de los más preocupantes.

Uno de los principales inconvenientes radica en el hecho de que el acceso para apostar es sencillo y al alcance de cualquiera. Si bien es cierto que los juegos de azar está prohibido para los menores de edad sus restricciones son extremadamente franqueables. Cualquier adolescente puede acceder a las plataformas ingresando los datos y cuentas de sus padres. Esta circunstancia deriva en apuestas indiscriminadas y cuantiosas deudas para la economía familiar.

La ludopía juvenil es un fenómeno que se manifiesta de manera silenciosa pero que provoca un flagelo para esta franja etaria. En muchos casos esta problemática es observada por los docentes que advierten comportamientos compulsivos en sus alumnos. En algunos casos los mismos jóvenes cuentan su situación cuando se encuentran en una situación límite.

En este marco existen iniciativas para restringir acceso a las apuestas deportivas y juegos de azar. El diputado nacional de Unión por la Patria, Eduardo Toniolli, presentó un proyecto para restringir y regular las publicidades de estas plataformas. O sea: una normativa para prohibir la publicidad masiva para los sitios de apuestas deportivas y juegos de azar online. De esta manera no se podría publicitar por medio de los medios de comunicación masiva, cartelería, espectáculos deportivos y camisetas de fútbol, entre otros.

Además del proyecto de Toniolli, existen otras de similares características. Si bien existe el compromiso legislativo para su tratamiento, el lobby empresarial constituye una dificultad para su concreción.

author: Osvaldo Jara

Osvaldo Jara

Periodista, integrante del Movimiento Social del Deporte, autor de 'Peronismo y Deporte II.

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