La melancolía de la tarde que va oscureciendo

• Por Maximiliano Curcio
•   18 de Febrero de 2024

En 1980, Manuel Puig se radica en Rio de Janeiro, tramo cronológico que será llevado a la gran pantalla por Javier Torre, hijo de Leopoldo Torre Nilsson en el film “Vereda Tropical” (2003). En Brasil compondrá su última novela, editada en 1988, dos años antes de su fallecimiento, y dueña de una lúcida y moderna mirada sobre la condición femenina.

Por únicas cinco funciones “Cae la Noche Tropical” regresa al Teatro Astros de calle Corrientes, de la mano de las destacadas actrices Leonor Manso e Ingrid Pelicori, acompañadas por Eugenia Guerty y para una nueva puesta en la versión escénica adaptada por Santiago Loza y Pablo Messiez, con dirección de reposición de la propia Leonor. Exhibiéndose en el Teatro San Martín durante los años 2018 y 2022, la presente obra cuenta con música original de Carmen Baliero, vestuario de Renata Schussheim y escenografía de Mariana Tirantte.

La sensibilidad del autor nos lleva a reflexionar acerca del paso del tiempo, la vejez y la finitud, la pérdida de seres queridos y nuestro lazo a ellos, el exilio y la muerte…la muerte, inexplicable, siempre rondando la existencia de estas dos hermanas, mujeres frágiles y compinches que llegaron allí en busca del tropical clima carioca a modo de refugio. Quienes, ante la amenaza permanente de lluvia, deciden quedarse bajo techo y conversar –léase, chismosear- acerca de las aventuras románticas de su peculiar vecina. ¿El voyeur que todos llevamos dentro?

La última novela de Puig.

La una a la otra, censuran anécdotas picantes para luego soltarlo todo; evocaciones de un tórrido amor en el cual pueden reconocer ese escalofrío justo antes de decir ‘basta’. Estas entrometidas octogenarias nos despiertan total compasión y ternura. Huella reconocible, el elemento autobiográfico de Puig se hará presente, mencionando el accionar de la Triple A (¿tenemos suficiente memoria para recordar?), así como el masivo exilio (la mitad de la Argentina, dicen). En tiempos de correspondencia de papel y teléfono fijo, hay cosas que no cambiaron: la inflación es un fantasma que ronda y “Cae la Noche Tropical” luce vigente.

La vida y los silenciosos ciclos de las plantas fungen como indispensable metáfora, a medida que su cuidado y preservación guarda primordial relevancia en el drama familiar que desencadenará. La entrega sobre el escenario de sendas actrices resulta deslumbrante y digno de aplauso de pie. El trabajo gestual, corporal y vocal, a la hora de recrear a las simpáticas Luci y Nidia, es conmovedor: las inmensas Ingrid y Leonor consiguen, literalmente, desaparecer bajo sus respectivas caracterizaciones. Mérito de dos de las más grandes intérpretes de nuestro medio.