Un detective de verdad

• Por Maximiliano Curcio
•   6 de Septiembre de 2023

Durante los años 2017 y 2019, a través de la plataforma de streaming HBO, conocimos las dos primeras temporadas de “El Jardín de Bronce”, un relato de neto corte policial e infrecuente hallazgo en nuestro medio. Basado en el best-seller de Gustavo Malajovic, guionista de cada temporada y también de la exitosa “Los Simuladores”, esta coproducción de Pol-Ka, dirigida por Hernán Goldfrid (“Tesis de un Homicidio”) cimentó su propia estética, ambientando en la ciudad de Buenos Aires un frenético thriller acerca de casos de secuestros no resueltos.

Con la incorporación del realizador Benjamín Naishtat para labores compartidas en dirección, la tercera temporada, de flamante estreno, continúa adentrándonos en la rutina de un padre, quien, en su deseo de hacer justicia, se involucra de lleno en un nuevo rapto que sacude a los medios. Los fantasmas del pasado siempre acechan, y es así como la trama se centra en la desaparición de una pequeña, nieta de un empresario poderoso; tras su captura se ocultan oscuras intenciones que el espectador deberá desentrañar.

El presente ejercicio continúa la tónica de las primeras dos temporadas (de las cuales solo la primera se encuentra basada en el citado libro), envolviéndonos en un argumento enredado, visceral y sórdido. Plagado de vueltas de tuerca, este policial negro convencional vira hacia la mixtura de géneros, haciendo foco en el entramado vincular. Nuevamente, el recorte urbano porteño y algunos de sus edificios más característicos se vislumbran como un personaje más dentro de un cóctel atrapante.

Si bien el tratamiento del desarrollo temporal se consolidó como un guiño habitual de la serie -en el uso de elipsis y flashbacks-, el mismo ha sido dejado de lado aquí, eligiendo primar sobre las emociones del convulso presente de un apellido ilustre que podría estar conviviendo con el propio enemigo. Con guión de Marcos Osorio Vidal, “El Jardín de Bronce” se puebla de situaciones turbias que involucran las altas esferas del poder, reforzando un punto en común con las dos previas entregas: un desenlace inesperado.

Joaquín Furriel, centro absoluto del relato, interpreta a Fabián Danubio, un arquitecto reconvertido en detective, a causa de la desaparición de su hija Moira. Su trágica y dolorosa historia es aquello que lo motiva e impulsa: es alguien que descubre que tiene aptitudes fuera de lo convencional. Aun padeciendo las secuelas emotivas de un pasado de heridas abiertas, Danubio agudiza sus sentidos y habilidades de rastreador en una denodada lucha contrarreloj. Es el encargado de restaurar el orden extraviado, camino a unir pistas que lo conduzcan a rescatar a la víctima y encarcelar al responsable.

La serie refuerza su valor congregando, una vez más, a un gran elenco. Si en el pasado, ilustres nombres como Claudio Tolcachir, Norma Aleandro, Luis Luque, Paola Barrientos, Julieta Zylberberg y Gerardo Romano integraron el reparto, aquí consiguen lucirse Jazmín Stuart, Maité Lanata, Alejandro Awada, Luis Ziembrowski, Agustín Rittano y Juan Leyrado. Además, capítulo a capítulo, la misma cuenta con participaciones especiales de Elisa Carricajo, Rafael Spregelburd, Norman Briski y Pepe Soriano; un auténtico seleccionado actoral.

“La serie tiene un valor histórico y cultural que merece ser reconocido”

• 2023-08-02

Adictiva y digna de maratón, esta efectiva unión entre HBO y Pol-Ka (a cuya factura también pertenece la recordada “Epitafios”) goza de un holgado presupuesto que le permite concebir un producto de notable calidad audiovisual, garantizando altas dosis de entretenimiento a lo largo de ocho vertiginosos capítulos.