Políticas Públicas Salud Militancia
El mundo es un pañuelo verde
Cada dos años, la Campaña por el Aborto legal, seguro y gratuito presenta proyectos de Ley que pierden estado parlamentario porque no obtienen dictamen en su respectiva comisión. La novedad de estos días es que este nuevo proyecto tendrá el respaldo de más de cien firmas de adhesión, además de que se está evaluando la posibilidad de presentarlo por primera vez en la Cámara de Senadores, mucho más reactiva a debatir este tipo de problemáticas. Figuras como la del Diputado Máximo Kirchner mostraron ayer explícitamente su apoyo a la convocatoria del “Pañuelazo”, un hecho de fuerte carga simbólica, teniendo en cuenta el rechazo que Cristina Fernández de Kirchner tuvo siempre en relación a la legalización del aborto.
Los alrededores del Congreso eran zona liberada para usar pañuelo verde, como vincha, al cuello, en la muñeca, o en las mochilas y bolsos. Las mujeres salían del subte, se bajaban del bondi, y enseguida, como con un amuleto, se ponían sus pañuelos en un gesto orgullosamente combativo. Quince minutos después de iniciada la convocatoria, se agotaron los 1.000 pañuelos que las organizadoras habían llevado para repartir. Así, se desbordó la expectativa que había en las horas previas.
En promedio, las manifestantes no tenían más de los 25 años. Todo un signo de época, que se conjuga con las asambleas multitudinarias que se vienen realizando los viernes en la Mutual Sentimiento (en el barrio porteño de Chacarita), como antesala del Paro Internacional de Mujeres del #8M, en las que miles de activistas discuten de modo colectivo los puntos centrales de los reclamos que se darán a conocer el día de la huelga.
O quizás se conjugue también con la explosión de feminismo a la que asistimos en los últimos tiempos en los medios de comunicación, espacios que sin duda es necesario ocupar para lograr permear otras capas de la sociedad a las que de otra forma sería difícil interpelar. No es un dato menor que el día que Señorita Bimbo habló sobre aborto en el programa “Intrusos”, que conduce Jorge Rial, la palabra “misoprostol” haya sido la más buscada en Google.
Algo se está transformando, y el movimiento de mujeres, travestis y trans se está poniendo al frente de eso. Hay expresiones que hoy ya no da lo mismo usar, y reflexiones, que todavía atravesadas por un sentido común patriarcal, se ven forzadas a ser mediadas por nuevas formas de pensar los derechos y los cuerpos.
Según los cálculos de la Campaña por el Derecho al Aborto, en la Argentina se realizan alrededor de 600.000 abortos clandestinos al año, que dejan un saldo de 60.000 internaciones por diferentes complicaciones. Se trata de estimaciones ya que por tratarse de una práctica clandestina no se dispone de datos precisos. Por otra parte, según la Campaña, “la tasa de mortalidad materna era, en 2006, de 44 por 100.000 nacidos vivos, y se mantuvo estable en años posteriores. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud estima un fuerte subregistro, por lo que para el 2010 la ubica en 77 por cien mil nacidos vivos".
Se considera que cerca de un tercio (26,7%) de las muertes maternas se deben a complicaciones derivadas de abortos clandestinos. Este panorama se complejiza en las provincias Argentina. Un estudio realizado muestra grandes diferencias entre ellas: en el caso de la Ciudad de Buenos Aires era de 14 por 100 mil pero en el caso de Formosa llegaba al 166 por 100 mil, casi 12 veces más alto. Las jóvenes hasta 20 años explican el 23% de las muertes maternas, las mujeres de entre 20 y 34 años, el 53,8% y las mujeres de 35 años o más, el 35% restante. El 26% de las muertes ocurren después de la semana 20 de gestación.
Esto significa que legalización es seguridad y es justicia social, y en su contrapunto, la criminalización es clandestinidad, peligro y muerte. También significa que la complicación y la muerte la sufren los sectores vulnerados. El aborto farmacológico con Misoprostol vale por lo menos 3 a 4 veces más de lo que costaría si estuviera en un circuito legal. Es decir que mientras las pobres se mueren, las ricas siguen abortando.
La cantidad de abortos va a descender solamente si se hace efectiva la Ley de Educación Sexual Integral que existe en nuestro país y que el gobierno de Mauricio Macri insiste en desarticular. La educación sexual desde el nivel inicial, la gratuidad de los anticonceptivos, y el aborto legal y seguro, es la salida fundamental a esta situación, que en nuestro país es un problema real y tangible de salud pública. No se trata de seguir debatiendo cuándo comienza la vida, o las posturas individuales y subjetivas de tal o cual dirigente político.
En el Congreso, cerca de las siete de la tarde, alguien gritó por el micrófono: “las ateas” y la multitud se unió en una consigna: “¡abortamos!”. “Las creyentes”, “¡abortamos!”, “las lesbianas”, “¡abortamos!”, “las activistas”, “¡abortamos!”, “las juezas”, “¡abortamos!”, “las diputadas”, “¡abortamos!”, “las milicas”, “¡abortamos!”, “las desobedientes”, “¡abortamos!”, “las correctas”, “¡abortamos!”, “en los consultorios”, “¡abortamos!”, “con pastillas”, “¡abortamos!”, “con vergüenza”, “¡abortamos!”, “con orgullo”, “¡abortamos!”, “todas nosotras”, “¡abortamos!”, “las mujeres”, “¡abortamos!”, “las adolescentes”, “¡abortamos!”, “todas nosotras”, “¡abortamos!”, “todes nosotres”, “¡abortamos!”, “desprotegidas”, “¡abortamos!”, “y sin leyes”, “¡abortamos!”, “varones trans”, “¡abortamos!”. Unos minutos después, se armó un gran círculo y en el medio se pintó sobre la calle la consigna de la Campaña en letras blancas y gigantes. Los pañuelos se alzaron y todo fue una marea verde aunada en un único grito de lucha: aborto legal ya.
Porque ser madre no es un destino natural e irrenunciable. Es un proyecto de vida tan invasivo que necesariamente tiene que existir deseo y un profundo sentido de la responsabilidad detrás de eso. Porque las que se mueren son mujeres pobres, las marginadas de siempre que no acceden a la seguridad de las ricas, el aborto legal y gratuito tiene que ser una política pública de salud pero también el entendimiento profundo de que las mujeres somos soberanas de nuestros cuerpos y nuestras vidas. Por todo eso, ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir!
Sigamos conectados. Recibí las notas por correo.