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El peronismo dignifica
La Patria es el otro, dijo Cristina a finales de abril de 2013, durante un acto de gobierno en Casa Rosada. La frase pasaría a la historia, por lo menos para la militancia del campo nacional y popular, por representar uno de los cimientos de la década ganada: la búsqueda irrenunciable de la justicia social en nuestro país.
Se sabe, para lograr un escenario de esas características, y más todavía en un país como el nuestro, hay que tocar intereses, hay que limitar el poder de los sectores de privilegio, que a lo largo de los doscientos años de historia siempre estuvieron representados por los gobiernos de facto y también los democráticos, o pseudo democráticos.
Son algunos representantes de esos mismos sectores de privilegio, o por lo menos acomodados, los que hoy Aerolíneas Argentinas comienza a repatriar desde distintos puntos de Europa y los Estados Unidos, en el marco de la pandemia del Coronavirus que ha puesto el mundo patas para arriba.
Ayer martes 17 de marzo, en horas de la madrugada, tocó suelo argentino uno de los últimos vuelos regulares antes del cierre de la frontera, y el comandante Parrado compartió unas palabras por el sistema de audio con los pasajeros. El video se hizo viral por su fuerte contenido emocional, y también, porque sus palabras pusieron de relieve que la aerolínea de bandera, alineada con el gobierno popular de Alberto Fernández, realizará sus tareas de repatración a puro orgullo y con plena responsabilidad sobre los hechos apocalípticos que golpean al mundo.
Hoy a las 8.30 partió el primer vuelo con destino Miami, que arribará mañana a nuestro país, a eso de las 5 de la mañana, con 270 argentinos y argentinas. Un rato después, y en una conferencia de prensa, el titular de la aerolínea de bandera, Pablo Ceriani anunció la programación tres vuelos desde Miami, los días 21, 23 y 24 de marzo, y dos vuelos desde Madrid, el 23 y 24 de marzo; además confirmó dos vuelos especiales a Lima. Anunció también que la empresa está trabajando en la programación de diez nuevos vuelos especiales para Miami y New York.
En total, son 22, con más de 5.700 plazas a disponibilidad de aquellos argentinos que por haberse cancelado las operaciones de otras compañías aún no pudieron volver al país.
Aerolíneas Argentinas es quizá el botín predilecto de los proyectos neoliberales a la hora de desarrollar su relato sobre la supuesta austeridad y disminución del gasto público que hay que realizar en beneficio de la República. Por el contrario, desde la óptica del quienes impulsan la idea de un proyecto nacional de país, la aerolínea fundada por Juan Perón es una herramienta vital para generar trabajo, unir los distintos y lejanos destinos turísticos y estratégicos de nuestro país, y fortalecer la soberanía nacional.
El gobierno entregador de Carlos Menem le regaló la empresa a capitales españoles. La Alianza Cambiemos, en alianza con los medios masivos de comunicación, esmerilaron la imagen pública de Aerolíneas durante la gestión de Mariano Recalde, que puso a la empresa en el podio de las aerolíneas más exitosas del mundo. Al asumir su gobierno, los socios y socias de Macri volvieron a desfinanciarla, para de esa manera darle juego a las llamadas empresas de “Low Cost”, y seguir alimentando la única obsesión que tienen estos personajes nefastos para los intereses de la Nación: la acumulación del capital.
Hoy Aerolíneas está en boca de millones de compatriotas por encabezar una campaña de repatriación de argentinos y argentinas, probablemente en un gesto muy poco común para la mayor parte de las naciones, sin hacer ninguna distinción entre los pasajeros, entre los que se incluye a aquellos que le compraron boletos a otras aerolíneas y quedaron varados porque las empresas se niegan a devolverlos al país.
Mirá qué distintos somos, dice una oración de un tema del cancionero de las organizaciones populares que sonó en unidades básicas, plazas, teatros y estadios durante el segundo gobierno de Cristina, cuando el enfrentamiento con los sectores de privilegio y sus representantes institucionales se había puesto picante porque nunca nadie antes los había enfrentado de la manera que se lo estaba haciendo por aquellos días.
Cristina lo repetía de modo permanente en sus discursos: gobierno para los cuarenta millones de argentinos. La quieran o no, la hayan votado o no, porque gobernar era y sigue siendo una responsabilidad institucional, todo lo contrario a lo que hizo Macri al frente del Poder Ejecutivo, ámbito desde el que se dedicó a matar, encarcelar, perseguir, estigmatizar y fomentar el odio y la división.
Alberto Fernández, a cargo del Comité de Crisis que hoy está defendiendo los intereses de los cuarenta y cuatro millones de argentinos, como buen peronista, lo tiene muy claro: por más que los turistas argentinos que hoy busquemos a Miami, el año que viene van a votar a Patricia Bullrich, nuestro trabajo es repatriarlos.
El amor vence al odio es otra de las frases del decálogo kirchnerista. Puede que sea así, o no. Algún día se verá. Pero la historia ya dejó en claro que el peronismo, a la hora de las responsabilidades, trabaja, cumple, dignifica.
Los y las trabajadoras de Aerolíneas Argentinas encabezarán hoy a la noche la operación especial que traerá de Madrid, con un Airbus 330, y con rumbo al aeropuerto internacional de Barajas, para traer a casa a cientos de argentinos y argentinas, aunque algunos de ellos se quejen por distintas incomodidades, como se pudo ver hace unas horas en un par de videos.
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