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Los pies fríos en la ESMA

Dos delegadas de ATE conversaron con KRANEAR sobre la preocupante situación que se vive en la ex Secretaría de Derechos Humanos, hoy devenida en Subsecretaría. Este escenario forma parte de una estrategia integral de vaciamiento y achique de sus funciones, y que tal como ellas mismas lo afirman, se da en el marco de un objetivo ideológico.

*A tan solo seis días de realizada esta entrevista, Flavia Brozzi, abogada, trabajadora del Ministerio de Justicia y referente sindical, fue despedida sin causa en el marco del vaciamiento de la Secretaría de Derechos Humanos y la persecución ideológica que impulsa el gobierno de Javier Milei y Cúneo Libarona. La solicitud del despido fue presentada por el subsecretario Alberto Baños. 


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En la Casa de la Militancia, como fue bautizado el edificio de H.I.J.O.S. que funciona en la ex ESMA, hace un frío gélido que sube desde las plantas de los pies. Cuando hace frío, en la ESMA hace siempre un poco más de frío. Hay algo en el piso, en el aire, o en el grosor de las paredes, en lo alto de sus techos. El frío penetra y se expande. Hay un silencio que retumba, parecido al que había en los inicios de la construcción del Espacio para la Memoria. En la ESMA hoy hay poco movimiento. Y el que hay es de lucha, de resistencia. 

Nos esperan ahí Paula Donadío y Flavia Brozzi, dos delegadas de ATE que desde que empezó el gobierno de Javier Milei en diciembre del 2023, y junto a otros compañeros, se pusieron al hombro una pelea -desigual y asimétrica- para defender los puestos de trabajo de la entonces Secretaría de Derechos Humanos, hoy desjerarquizada a Subsecretaría.

“¿Quieren ir afuera? Al sol quizás está más lindo que acá dentro”.

Pero nos quedamos adentro. Y el frío del otoño, y de la ESMA, se conjugó con el frío del vaciamiento, del relato de lo que están haciendo con ese lugar.

Hoy, en términos numéricos, lo que era hasta hace poco la Secretaría de Derechos Humanos, hoy devenida en Subsecretaría, fue reducida a la mitad. A fines de 2023 el organismo contaba con una planta de 1050 trabajadores y trabajadoras, que ya era chica para las funciones que abarcaba. Ahora son cerca de 500, incluyendo las delegaciones en las provincias.

Paula y Flavia: La reducción fue en todas las áreas casi por igual, y además habiendo tomado nuevas funciones, porque hay áreas de lo que fue el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, por ejemplo la Dirección de Cuidados, o de trabajo trans, el Programa Acompañar, que pasó acá, pero con muy pocos trabajadores/as, recibimos entre setenta y cien, muchas de las cuales o se han ido por los despidos o porque también las compañeras vieron que acá no iba a haber una política clara. También recibimos setenta personas del INADI, porque nuestro organismo también asumió esas tareas.

Entonces tenemos todas las tareas que ya hacíamos antes más las del INADI, más las que nos corresponden del ex Ministerio de las Mujeres, pero en un organismo que tiene la planta a la mitad, que ya no tiene representación en todas las provincias y que además, con el último cambio de estructura, hemos perdido dos organismos importantísimos que son el archivo y el sitio esma. No están más dentro de la órbita de la Secretaría de Derechos Humanos, sino del Centro Internacional de Derechos Humanos, un organismo descentralizado. 

Estamos en un momento de incertidumbre. No sabemos qué va a quedar de la subsecretaría, porque Adorni anunció que iba a reducir el 40% de las estructuras. Eso implica sacar direcciones, coordinaciones, y además una reducción del 30% de la planta de la ahora Subsecretaría.

KRANEARDada esta radiografía de lo que pasa hoy en este lugar, ¿cuál piensan ustedes que es el objetivo político en el corto y en el largo plazo?

Paula y Flavia: Creo que su objetivo es ideológico. Lo dijo Adorni cuando habló de trabajadores militantes, pero también Cúneo Libarona, cuando se jactó con un tuit, en la última tanda de despidos, de haber echado a 405 trabajadores militantes. Creo que no les interesa la Secretaría de Derechos Humanos, porque no les interesan los derechos humanos. Ellos ya venían con un relato negacionista y reivindicacionista en relación con los delitos de lesa humanidad, que es uno de los temas principales de la Secretaría, aunque no el único.

No es un gobierno que sea amigo de los derechos humanos

Lo vemos los miércoles en la Plaza de los Dos Congresos, y si uno empieza a ver las áreas en las que más desastres hicieron, y eso lo vemos como sindicato en cuanto a cantidad de trabajadores despedidos, una es Desarrollo Social, donde desmantelaron el trabajo territorial que hacía la cartera, que incidía directamente en la protección y defensa de los derechos económicos, sociales y culturales de la población. Ya nada de eso existe.

KRANEAR: ¿Y qué creen que pasó con la agenda inicial de Villarruel?

Paula y Flavia: No la dejaron participar, aunque esto no implica que ellos no tuvieran la misma idea y que por eso también en su momento se aliaron con ella. Más allá de lo que sea el terrorismo de Estado y delitos de lesa humanidad, yo creo que van contra de una columna vertebral que fue desde la recuperación de la democracia, o por lo menos desde los años 2000, que es la promoción de los derechos humanos en la línea de construir democracia. Me parece que van en contra de eso, porque lo que hacía la Secretaría de Derechos Humanos, más allá de las temáticas de la asistencia legal y el acompañamiento de los juicios, etc, era la promoción de derechos humanos para todos y todas, era la promoción del Nunca Más. Ahí nos parece a nosotros que están atacando. 

KRANEAR: Y en ese sentido, ¿qué está pasando con los juicios por delitos de lesa humanidad? 

Paula y Flavia: Los juicios continúan. Con lentitud, pero no porque no existan juicios para iniciarse, sino porque está trabada, desde el gobierno de Macri, la etapa de instrucción, de investigación. Y además porque los genocidas se están muriendo al igual que los sobrevivientes.

Y están pasando dos cosas: despidieron a muchos de los abogados que acompañaban a los testigos víctimas, y entonces ahora quedaron causas que no tienen representación, o sea, querella de nuestra parte. Y lo otro que va a empezar a pasar es que también el área de asistencia psicológica que se hace a través del Centro Ulloa, también empiece a dificultarse. No queremos ser tremendistas, no es que está pasando ahora, se está pudiendo contener la situación, y lo repetimos siempre: esto se debe al compromiso de los trabajadores, pero va a llegar un momento en que no van a poder asumir todas las tareas que se nos están pidiendo 

Fuera de los juicios y con lo que tiene que ver con la última dictadura, tenemos los espacios de memoria sin presupuesto y con la mitad de los trabajadores, tenemos el centro cultural en la memoria de Haroldo Conti cerrado desde enero. 

KRANEAR: ¿Eso está bajo una auditoría?

Paula y Flavia: No, el 31 de diciembre anunciaron por WhatsApp que lo cerraban para su reestructuración, por un mes, y todavía sigue cerrado. Y los trabajadores que quedaron (más de la mitad fueron despedidos), están en una especie de guardia pasiva que no saben qué va a pasar, si se va a reabrir. Baños viene anunciando hace tres meses que se reabre en dos semanas. 


Acerca de la estrategia del sindicato

Paula y Flavia: El 2024 fue un año muy largo y de muchísima pelea. Ya en marzo empezaron a llegar los primeros despidos y a partir de ahí no pararon: todos los meses había nuevos, y no de dos o tres compañeros, sino de cincuenta. De todos modos, a lo largo del año pasado, logramos más de la mitad de reincorporaciones. De un total de 150 despidos logramos reincorporar 68 personas, y eso fue por la lucha que dimos.

KRANEAR: Y en un momento se frenan las negociaciones, ¿no?

Paula y FlaviaSí, a partir de octubre de ese mismo año, cuando se producen cambios de funcionarios en el Ministerio de Justicia, por ejemplo con el ingreso a la jefatura de Gabinete de María Florencia Zicavo, que era quien estaba a cargo de investigar al presidente por el caso Libra. En ese momento se frena toda la negociación. Y además es ahí cuando se empieza con los retiros voluntarios, que para nosotros fueron y son retiros extorsivos. Lo que ofrecían para los trabajadores eran muy malas opciones, como un retiro extorsivo por debajo de lo que sería una indemnización por un contrato de una antigüedad de más de 20 años, y tomar otro, precario, por menos de la mitad de plata que uno venía cobrando. 

En octubre hubo como 20 despidos y en diciembre tuvimos la merma más grande: 300. En enero del 2025 hubo despidos, en febrero también, marzo lo mismo y así llegamos a los 400 desde el inicio de esta gestión. Y a ese número se suman las jubilaciones y los pases.

Y la gente que se va. Y muchos de los que quedaron, con el salario a la mitad, porque sacaron el incentivo y de esa manera no llegas a cubrir el salario que tenías antes. Entonces todo esto configura una situación casi imposible. 

Nosotros seguimos manteniendo las asambleas, seguimos haciendo actividades, que a veces son más chicas, y otras más grandes, a veces más públicas, a veces menos, pero es muy difícil porque aparte sufrimos una persecución. Hace dos semanas hicimos una asamblea en el hall de la Secretaría, y en cuanto nos empezamos a juntar, el secretario Baños mandó a la Policía Federal a que cerraran la puerta. Tuvimos que hablar con los policías para que abrieran la puerta, porque no pueden impedirle a un trabajador que asista a una asamblea. 

Así luce hoy el frente del predio de la ex ESMA.

KRANEAR: Amedrentamiento, explícito. 

Paula y Flavia: Sí. Y hostigamiento. Y tareas de inteligencia. Nosotros no nos vamos a resignar nunca a dejar este lugar. Siempre va a haber una resistencia.


Despidos a 17 delegados con fueros

KRANEAR: Tenemos conocimiento de que hubo incluso despidos a delegados que tienen fueros sindicales. ¿Tomaron alguna medida legal? 

Paula y Flavia: Sí. Primero, el contexto: las elecciones internas fueron el 18 de diciembre de 2024. El Ministerio de Justicia las impugnó un día antes y la Secretaría de Trabajo avaló esa impugnación por la cantidad de delegados, y la modalidad de contratación, que eran seis delegados para todo el ministerio. Esto está a cargo de nuestro equipo jurídico de ATE, quienes están contestando lo administrativo, para judicializar después. Con respecto a los delegados, nosotros presentamos una cautelar por el tema de ACARA en diciembre, el juez ordenó una audiencia conciliatoria para febrero, fuimos, y ese mismo día a los delegados les impusieron compulsivamente un contrato que ellos no habían firmado. Fue un solo mes y ya les dieron de baja. Eso se va a judicializar. Pero si del poder judicial se trata, son procesos largos, y encima con todo el gobierno en contra. 

KRANEAR: Uno se pregunta por qué, ante tanto avance contra derechos conquistados, no hay otros actores de la vida institucional que salgan a jugar. ¿En este caso es el fuero laboral el que tramita estas denuncias? 

Paula y Flavia: Lo de los delegados va al fuero laboral, que suele tener respuestas favorables para los trabajadores. Y por otro lado, nosotros nos hemos juntado con diputados, senadores, transitamos caminos muy largos y fuimos también a los organismos internacionales, pero lo que tiene que ver con lo judicial no tiene una solución inmediata, y esto se lo decimos a los compañeros y compañeras, porque mientras tanto el gobierno sigue avanzando. Y otra cosa que estamos haciendo es dejar sentadas las bases de que todo esto que está pasando está mal y no debería haber pasado. 

Con el tema de los organismos internacionales, el año pasado hubo una audiencia ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), que presentaron los organismos, y ATE Capital  adhirió, y la actuación de Baños, no solo mostró desconocimiento sobre cómo actúa el sistema interamericano, sino de una falta de respeto hacia las madres y abuelas que demuestra lo que son.

KRANEAR: Lo mismo puede decir de los funcionarios del gobierno que tienen a su cargo áreas como Discapacidad, Ciencia, o Desarrollo Social: desconocimiento e insensibilidad. O para ser más directos: la intención de pulverizar los resortes que tiene el Estado para solucionar, o por lo menos amortiguar, las necesidades y padecimientos de los sectores más vulnerables del pueblo. Se naturalizó por ejemplo que todos los miércoles les peguen a los jubilados y a los periodistas, que desmantelen la Secretaría de Derechos Humanos y dejen en la calle a sus trabajadores. 

Paula y Flavia: Me parece que hay que volver a las bases, y recordar que está mal que le peguen a los jubilados, que le saquen las pensiones a los pibes con discapacidad, que un médico del Garrahan cobre 700 mil pesos, que te formes en una universidad pública está muy bien. 

Estamos volviendo a decir cosas tan básicas como esas, porque ellos lograron trastocar de tal forma la realidad, que nos vemos obligados a poner un poco de racionalidad. Habrá que volver a reconstruir todo eso.

 Hay que reconstruir un montón de cosas. El hecho de que nos hayan despedido a la mitad de los trabajadores genera resignación y tristeza, y también miedo. Tenemos que sobrepasar ese miedo, no dejar que nos paralice, y convertirlo en un motor para seguir resistiendo. 

Y eso hoy se concreta en ámbitos pequeños, reuniones chicas, desayunos. Se trata de mirar al de al lado porque no nos están atacando solo a nosotros. 

Acá en la Secretaría de Derechos Humanos tenemos el enorme ejemplo de los organismos de derechos humanos, y en consecuencia, un mandato. Las Madres, los Hijos, lucharon muchos años para que llegue la justicia. Los juicios los consiguió el pueblo a través de una política pública. 

KRANEAR: ¿Y cómo sigue esto?

Paula y Flavia: Creemos que los sindicatos nos tenemos que reconfigurar, ya que esto no es el macrismo, donde la represión era mucho menor. Ahora hay miedo a marchar. Hay compañeros y compañeras que nos expresan que no quieren ir a la calle porque no quieren ser reprimidos, y es completamente comprensible porque tienen que volver a sus casas a cuidar a sus hijos y sus hijas. Es una situación muy difícil ya que muchos no tienen la libertad real para elegir lo que quieren hacer, pero también decimos que elegir quedarse acá es una forma de resistencia. 

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ATE exige la reincorporación de su compañera Flavia Brozzi. 



author: Mariano Abrevaya Dios

Mariano Abrevaya Dios

Director de Kranear. Escritor.

author: Celeste Abrevaya

Celeste Abrevaya

Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires, especialista en Políticas del Cuidado con perspectiva de género por CLACSO y Diplomada en Género y Movimientos feministas (FFyL).

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