Política Militancia Editoriales

Representar a las víctimas del ajuste

La última jugada política y electoral de CFK despierta debates al interior del campo nacional y popular. La experiencia fundante del primer peronismo y el recorrido todavía muy fresco del kirchnerismmo en el poder, son vitales. Interrogantes y desafíos para derrotar a una nueva edición del neoliberalismo salvaje.

8 de Julio de 2017

Por Federico Bondarovsky. Crédito fotos: Infobae

Con la derrota electoral y el avance del proyecto neoliberal sobre los intereses de los trabajadores y trabajadoras, se plantea un nuevo escenario que interpela al campo nacional y popular en la estrategia para construir nuevas mayorías y representaciones. Tras el acto de CFK en el estadio de Arsenal de Sarandí comenzó un debate en el seno de las organizaciones populares y los sectores politizados de la sociedad acerca de la “duranbarbarizacion” del peronismo en su vertiente kirchnerista. Algunos un tanto extremos planteaban que Cristina comenzó un proceso de “desperonización del discurso” con una estrategia más marketinera, que apela al costado emotivo del electorado y que deja de lado el discurso de organización política y programa.

Más allá de los planteos acerca de la eficacia de las herramientas de marketing en la comunicación del campo nacional y popular, lo relevante es el contenido político del mensaje. Lo que intenta construir CFK es claro y sencillo: representar a las víctimas del ajuste. Y esto no es nuevo en la historia del peronismo y el campo popular.

El peronismo surgió como la expresión política de la confluencia de diversos sectores de la sociedad argentina que en mayor o menor medida se encontraban perjudicados por el viejo orden agroexportador: sectores medios empobrecidos, parte del empresariado nacional que destinaba sus productos al mercado interno, parte del ejército, la iglesia y por supuesto los trabajadores explotados del incipiente sector industrial que se venía forjando a partir de los años 30.

Esta confluencia de clases y sectores con intereses incluso hasta contrapuestos tenía como trasfondo un único objetivo: que la Argentina rompa con la dependencia y deje de ser la “granja de su Majestad”. Las víctimas de aquel modelo agroexportardor y la dependencia con el imperio británico encontraron en el peronismo la expresión de sus intereses y un canal por donde encauzar sus demandas.

En esta nueva coyuntura es necesario repensar con qué instrumentos y metodologías se vuelve a representar. Para construir mayorías es indispensable recuperar el liderazgo en el campo de las ideas y los proyectos políticos. Néstor Kirchner planteaba que el mapa político de la sociedad argentina tendía hacia la configuración de dos polos contrapuestos emergentes de la crisis política y social del 2001-2002, uno de centro derecha, que en aquel momento se encontraba disperso pero que cuya expresión se sintetizaba en la figura de Mauricio Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y por el otro una expresión de centro izquierda cuya columna vertebral sería el peronismo, más sectores progresistas que abogaban por un proyecto nacional con centralidad en la industrialización, el rol activo y protector del Estado, la expansión del mercado interno, la distribución del ingreso, la promoción de la inclusión social, la integración latinoamericana y el respeto por los derechos humanos.



Siguiendo esta línea, la derrota sufrida en 2015 fue electoral y no cultural, y el desafío es construir desde abajo, en las fábricas, las cooperativas, las escuelas, los barrios y en las organizaciones libres del pueblo, la densidad social necesaria para ponerle fin al modelo de saqueo que Macri está implementando en la Argentina, por medio de la generación de una representación política que encauce las demandas de las tres grandes plazas del pueblo movilizado de marzo de este año: la plaza del movimiento de mujeres, la de los trabajadores y trabajadoras organizados y la de los organismos de derechos humanos.

El intento de construcción de hegemonía durante el primer periodo kirchnerista tuvo que ver con presentarse como una opción de ruptura con el neoliberalismo que había terminado con el estallido de diciembre de 2001, y edificar una nueva esperanza para los millones de argentinos y argentinas agredidos por décadas de políticas neoliberales . Hoy la tarea es construir la representación de las víctimas del ajuste que lleva adelante la Alianza Cambiemos, asumiendo los errores o deudas pendientes del proceso político de doce años que incluyó a millones de compatriotas, dando lugar a nuevas demandas y discursos como la defensa del medio ambiente y la despenalización del aborto, pero apelando siempre a la memoria histórica de un pasado reciente con un proyecto político que le garantizó a la mayoría de los argentinos irrefutables mejoras en las condiciones de vida e hizo de la defensa de la soberanía nacional, del empleo, del salario, del mercado interno, de la integración latinoamericana y de los derechos humanos sus pilares fundamentales

En este sentido pareciera ser que los candidatos de Unidad Ciudadana se enfocarán sin distracciones sobre la política económica del gobierno nacional y sus víctimas, los hombres y mujeres de carne y hueso.

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