Retroceso supremo
27 de Junio de 2022
Por Cecilia Morón Ramírez. Foto: Agencia AFP.Que la Corte Suprema de Estados Unidos diera marcha atrás en un fallo histórico que protegía el derecho al aborto es un retroceso inmenso, ya que de esta manera se crea un precedente negativo desde todo punto de vista que afecta directamente la vida de las mujeres y los derechos adquiridos.
Si bien cada Estado podrá adherir o no utilizando para ello como justificación lo determinado por el fallo retrógrado que acaba de emitir la Corte Suprema, no menos cierto es que se acaba de cerrar una puerta para que se sigan cerrando otras.
Roe vs Wade
El fallo Roe vs Wade fue la carta de garantía que le permitió a todas las mujeres estadounidenses practicarse abortos sin consecuencias penales en los últimos 50 años.
¿Qué pasó ahora entonces?
La decisión de la Corte de hoy revoca el Roe vs Wade y, por lo tanto, deja la regulación en manos de cada uno de los estados, muchos de los cuales tienen leyes locales restrictivas del aborto y otros, gobernados por los republicanos, podrían prohibirlo a partir de ahora.
¿Por qué pasó todo esto?
El punto de partida es Donald Trump.
Mientras Barack Obama estaba en el gobierno, la Corte Suprema estaba equilibrada: de los nueve jueces, había cuatro demócratas con perfil liberal (lo que acá llamaríamos progresismo ), cuatro republicanos conservadores, y uno que estaba en el medio y solía desempatar: Anthony Kennedy.
Sucedió que en 2016 murió uno de los conservadores, Antonin Scalia, y Obama quedó con la posibilidad de inclinar la balanza a favor de los demócratas. Sin embargo, como era año electoral, los republicanos le pidieron que espere a que pasen las elecciones, y Obama aceptó.
Durante 2020, meses antes de las elecciones, murió la más progresista, Ruth Bader Ginsburg. Los demócratas entonces le pidieron a Trump que respete el criterio que había aceptado Obama en 2016, o sea esperar que pasen las elecciones. Adivinen qué hizo Trump, quien aparte rápidamente realizó el nombramiento de otra conservadora, Amy Coney Barrett. Fue así que la Corte quedó conformada con mayoría conservadora de 6 a 3.
Al asumir Biden, los demócratas más liberales ( progres), cómo es el caso de Bernie Sanders, le solicitaron que amplíe la Corte y nombre más jueces, pero Joe decidió no hacerlo por el famoso "diálogo, consenso y coso" (tal como lo denominó el periodista Rinconet), que allá también suele flamearse como bandera.
Los demócratas, en un intento por anticiparse al fallo, hace unos días buscaron sancionar una ley en el Congreso que legalice el aborto, pero el proyecto se les trabó en el Senado, en el que demócratas y republicanos tienen 50 bancas cada uno. Es decir que Kamala Harris, la vicepresidenta, podría haber dirimido. Sin embargo, la ley del aborto no salió porque uno de los demócratas, Joe Manchin, votó en contra.
Con esta decisión, la Corte estadounidense demuestra que tiene el poder para ir contra otros derechos consagrados a nivel federal como el matrimonio igualitario, por ejemplo, y el hecho enciende una alarma mundial, porque las coyunturas políticas y relaciones de fuerza cambian, y los derechos que parecen haber sido conquistados para siempre, pueden sufrir reveses.
Con este fallo, los sectores más conservadores y reaccionarios de cada sociedad se están frotando las manos. En nuestro país, por ejemplo, hace solo unas horas, el ex diputado nacional y negacionista Nicolás Massot, integrante del PRO, sostuvo en declaraciones públicas que “la discusión del aborto no quedó saldada en la Argentina”.
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