Derechos Humanos Militancia

“Estoy en la búsqueda de un refugio”

A Sergio Maldonado, la desaparición seguida de muerte de su hermano, le cambió la vida para siempre. El viernes 1 de agosto se cumplen ocho años del inicio de un periplo macabro y agotador que él enmarca en un proceso de violencia estatal, no institucional. Kranear lo entrevistó en relación al libro que presentará el mismo viernes, en el SUTERH, y sobre su militancia por el acceso a la verdad y su la lucha contra factores de poder, la mayor parte del tiempo, en soledad.

Paso a buscar a Sergio por la ronda de las Madres, con quienes tiene una relación de afecto y admiración. Primero me acerco por los gacebos de Madres Asociación, donde un grupo de militantes y seguidores escucha las palabras de Hebe que amplifican unos parlantes: su presencia sigue viva y pujante. Como no lo veo, cruzo hacia el otro lado de la pirámide, y me asomo entre la gente que acompaña el cierre de la actividad de Línea Fundadora. Ahí está, charla con alguien. Viste su boina y sigue teniendo barba canosa, modelo candado.

- Me dijeron que estuviste allá – le señalé la ronda de Madres Asociación.

- Sí, y luego vine a saludar acá.

Son las cuatro y media de la tarde del jueves, y una brisa helada cruza la plaza de un lado a otro. Muchos descienden la boca del subte A para regresar a sus hogares. Otros, caminan en dirección a Casa Rosada, que emerge detrás de un largo vallado de hierro que la policía cierra por completo cuando hay manifestaciones en la zona.

Tal como habíamos acordado, nos dirigimos a pie al Centro Cultural Caras y Caretas, en el SUTERH, el sindicato de los encargados de edificios, ya que él tiene que cerrar los últimos detalles de la presentación de su libro “Olvidar es imposible”, el próximo 1 de agosto, a ocho años de la desaparición seguida de muerte de su hermano Santiago.

¿Cuándo y por qué decidiste avanzar con la escritura del libro?

El primero en hablarme del libro fue Pedro Saborido, uno de los prologuistas. Yo no tenía ni idea de cómo escribir, así que me tiró algunas ideas y sugerencias, pero mucho no avancé, y luego vino la pandemia. Otro motivo fue que el 2 de agosto del 2019 escucho, en el programa de Matías Martín, que alguien presenta un libro y tira varias mentiras sobre Santiago. Me dio mucha bronca e impotencia (se refiere al libro La muerte es el olvido, de Felipe Celesia, en el que recorre la historia del Equipo Argentino de Antropología Forense).

Y cuándo te pones a escribir, ¿entonces? 

En 2022, cuando firmo un contrato con la editorial Marea. No se me hacía fácil la tarea. Entonces probé con narrarle de modo oral los hechos a una asistente, y ella escribía, pero tampoco funcionó. Estaba mareado.

¿Cómo lo resolviste? 

Me fui a en Bariloche, y le empecé a pasar los textos a una persona para que me los corrija, porque aparte en la editorial me habían dicho que la voz tenía que estar en presente, y con el aporte de mi compañera Andrea, quien me ayudó a completar el rompecabezas de esta historia con datos que a mí se me habían bloqueado, pudimos completarla de manera cronológica. Así está contado el libro.

¿El punto de partida es el 1 de agosto de 2017? 

No, el 2, porque el 1 no me enteré de lo que había pasado. Empiezo a contar desde ahí, y también desarrollo todo lo que me fue pasando por ser un tipo que no tenía ni idea de cómo enfrentar al poder y todas las adversidades con las que nos fuimos chocando.

¿Y hasta dónde llega esta cronología? 

Lo iba a cerrar en 2024, con el fallo de la cámara de apelaciones y el cambio de juez en la causa, pero vimos que era un montón de información, y que ahí había otro libro, entonces decidimos focalizarnos en 2017. De ahí surge el título: “Olvidar es imposible”.

Un título que remite a la lucha histórica de los organismos de derechos humanos. 

Sí, porque cuando vos ves todo lo que va pasando a lo largo del tiempo, y no lo podés dejar atrás, es porque resulta imposible olvidarlo.

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En la promoción del libro que realiza la editorial Marea en su sitio web, apuntan que “Olvidar es imposible es una crónica atrapante, metódica, con la exhaustividad de quien movió cielo y tierra para encontrar la verdad. Y aquí cuenta por primera vez, y en carne viva, su odisea”.

En las notas que tanto le costaron escribir y compilar a Sergio, con la ayuda de su compañera, el lector se encontrará, entonces, con un detalle diario del calvarios que sufrieron durante los 78 días que Santiago estuvo desaparecido. La búsqueda del ser querido, las operaciones y manoseos de un gobierno perverso, el rol cómplice de los grandes empresas periodísticas del país y el entorpecimiento del poder judicial en la investigación. Y quizá lo más crudo, una vez que aparece el cuerpo, y como consecuencia del rol jugado por la Alianza Cambiemos y la complicidad de los medios de comunicación: la instalación de una infamia, que todavía hoy una parte la sociedad repite: que Santiago se ahogó.

El calvario de los 78 días que la familia buscó el cuerpo de Santiago, narrados en primera persona.

*

En el bar de Caras y Caretas pasamos por el mostrador del bar para pedirnos una merienda. Yo elijo la promoción de café con leche y dos medialunas, y él prefiere un café doble, negro petróleo. En la mesa, antes de retomar la entrevista, me cuenta que hacía treinta y cuatro días que no come harinas ni bebe alcohol. Las fechas y las cifras, comprobaré durante la charla, serán un asunto recurrente.

¿Cómo llevás hoy el cambio de vida que significó para vos aquel hecho de violencia institucional, hace ocho años, contra tu hermano?

Fue muy difícil porque no está más el Sergio previo al 1 de agosto del 17, y la exposición, el nuevo entorno, la nueva vida, me fue cambiando un montón de cosas. No la personalidad, pero sí la vida social. Tengo nuevas amistades, en nuevos lugares, donde me siento contenido, y que tienen otra percepción del mundo, más comprometida con la realidad.

Imposible no pensar en la experiencia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a quienes la desaparición de un familiar también les cambió la vida para siempre. 

Y te cambia en todo, sí. No tengo una vida, o sí: pasa por acá. Me tiene absorbido por completo.

¿Del perfil productivo que tenías no quedó nada? 

Cuando pasa lo de mi hermano, mi entorno laboral, que era conservador y hasta en algún punto, facho, empieza a correrse, y entonces yo comienzo a perder clientes, los proveedores dejan de responderme, y desde los medios dicen que Santiago era un terrorista, o el sobrino de Vaca Narvaja, o que yo cobraba un subsidio del Estado, algo totalmente ridículo. Entonces todo eso, que era una verdad para una parte de la sociedad, te empieza a perjudicar si vas a un banco y te niegan un préstamo por ser una persona conflictiva o expuesta públicamente, como me dijeron, o hasta un comentario en un partido de futbol con amigos, y pasas a ser algo así como un exiliado dentro de tu propio país. Es muy raro.

*

Sergio, al igual que Santiago y Germán, nacieron y crecieron en el pueblo bonaerense 25 de Mayo, a 300 kilómetros de la Capital Federal. Su madre se ganó la vida como maestra de escuela, y su padre, como trabajador de Vialidad Nacional. A sus 18 años –Santiago recién tenía 2-, Sergio dejó el pueblo y se mudó a Buenos Aires, como hacen tantos otros jóvenes al finalizar la secundaria. Allí conoció a Andrea, su compañera de toda la vida. Trabajó en el sector privado, buscó asentarse, adaptarse, pero no lo logró. Un accidente de tránsito lo convenció que debía buscar nuevos rumbos, y en 1999 se mudó a Bariloche. Y arrancó, ahora sí con placer –o pasión, como dice él-, con distintos emprendimientos productivos. Tenía una fábrica de productos regionales, con la que le iba muy bien, cuando le llegó la noticia que su hermano mochilero, artesano, que en las fiestas en la casa familiar lo tildaba entre risas de pequeño burgués, había desaparecido en un operativo de la Gendarmería Nacional.

*

¿En qué espacios o personas encontraste una trinchera y una compañía en tu militancia por el caso de tu hermano?

Yo me preguntaba como alguien que fue con vos a la escuela, se ponía del lado de un espacio político partidario, para no involucrarse, y alguien que no te conoce, te respalda, como distintas personas de un ambiente en el cual yo jamás me hubiera acercado en la calle a saludar por vergüenza, llámese Pedro Saborido.

Con quien sí tenía un lugar de pertenencia, era con Norita Cortiña. Con ella sí tenía un vínculo cercano. Iba con ella a muchas actividades. Con ella sentía una especie de madrinazgo, era una especie de madre protectora. Cuando ella muere, sentí un vacío y quedé medio huérfano.

Estás cerca de HIJOS, ¿no? 

Sí, me cobijaron. También las Abuelas, que me tratan como un nieto más, y lo mismo con otros organismos. Voy a recitales, bandas de música. Ellos también me dieron un lugar de contención, pero cerrás la puerta de tu casa, estás solo. A mí me gustaría en un espacio, no sé si orgánico, pero sí saber que vamos todos juntos y volvemos todos juntos. Yo me muevo mucho solo, entonces también eso hace que sea a veces medio incómodo. Estoy en la búsqueda de un espacio para estar.

Y tu pareja te viene bancando desde el principio. 

Sí, fue durante mucho tiempo un sostén, pero hace un tiempo, por una cuestión de salud, ya que ella necesitaba también rearmar su vida, se refugió en el arte; a ella fue eso lo que la salvó. Como te decía más arriba, yo también estoy en la búsqueda de un espacio para refugiarme.

¿Y dónde te ves? 

No lo sé, porque perdí el vínculo que tenía con lo que hacía en la fábrica, y ahora es como estar haciendo un test vocacional, a los 52 años. Es una búsqueda constante de prueba y error.

Ustedes no tienen hijos. 

No, y eso también me permite dedicarle el tiempo completo a esta causa. E incluso me abrió la puerta que me habilitó a acompañar otros casos.

¿Por ejemplo? 

La desaparición de Luis Espinosa, lo de Rafael Nahuel. Después estuve con el caso de Facundo Castro, acompañando a la madre, pero era pandemia. Ahora, con la familia de Pablo Grillo, y en todos los casos desde un lugar nada invasivo, sino, como te digo, para aportar mi experiencia. Nada de figurar. Yo tuve la suerte de contar con el acompañamiento de las Madres, que fue un vínculo muy fuerte, en especial de Línea Fundadora.

El 25 de julio Santiago hubiese cumplido 32 años y Sergio lo recordó en redes sociales con esta foto.


¿A Hebe la conociste? 

Sí, la conocí, se presentó al principio, en realidad lo acompañó mi hermano en la primera marcha que se hizo el 7 de agosto del 2017, pero yo terminé vinculado a Norita Cortiña, Tati Almeyda, Lita Boitano.

Entiendo que vos tenés un hermano, aparte de Santiago. 

Germán.

¿Por qué vos y no él? ¿Por qué no tus padres?

Desde el primer momento entendí que tenía las herramientas para buscar a Santiago. Sentía que estaba preparado para poder dialogar, unificar todo lo que tenía que ver con partidos políticos, sindicatos, y otros actores, que tenía esa cintura para poder hacerlo. Aparte yo estaba en Bariloche, cerca del lugar donde había pasado todo. No quería que perjudiquen a mi hermano Germán, y que a su vez quería cuidar a mis viejos, no exponerlos. Mi madre estaba sola y mi viejo tenía algunos problemas de salud y de hecho nunca fue a una marcha.

O sea que sos vos.

Sí, y lo que siento es que si yo no estoy, la causa se apaga. En otros casos se armó un movimiento, una asociación, una fundación, con las que se puede seguir sosteniendo la lucha, pero acá no hay nada. Y armar algo tampoco sería posible porque no podría representar las ideas de Santiago, que era anarquista, y yo, entonces yo no puedo hacer algo relacionado a Santiago porque tendría mi sello y no la identidad de él.

En tu caso, y el de la familia de ustedes, ¿la búsqueda tiene que ver con que sea haga justicia? 

No, para mí tiene que ver con la verdad. Después lo de la justicia vendrá aparte. La verdad de los hechos, lo que sucedió aquel día. Y puede ser que no sea lo que uno espera, no lo sé. Pero sí tengo la necesidad de saber qué pasó.

¿Cuál es tu hipótesis?

Y me quedo con lo que tengo a mano, lo que está probado. Una represión. En esa represión, yo voy y el cuerpo de Santiago no está. Hay tres rastrillajes en el mismo lugar donde no estaba y aparece después. ¿Dónde lo tuvieron? No lo sé.  ¿Cuál fue el sentido o por qué lo tuvieron en otro lado? Tampoco lo sé. ¿Quiénes participaron? No lo sé. Solo sé de los que estuvieron en el lugar por los datos que se fueron arrojando, y de hecho uno de ellos es un gendarme que vive en España; no sé si fue ese el que participó o no, pero probablemente algo sepa. Lo tengo a Pablo Noceti.

¿Qué sabes de él? 

Pablo Noceti que estuvo a cargo del operativo del 1 de agosto de 2017. Cuando lo matan al docente Fuentealba era asesor del gobernador Sobisch, y cuando lo desaparecen a Julio López era abogado de genocidas. Entonces en estas tres casos resonantes, este hombre está involucrado. Después tenés que ingresaron 140 gendarmes al territorio, atrás de 10 manifestantes.

Por eso se califica el operativo como ilegal.

Exacto, y aparte todo eso está denunciado por la ex ministra de seguridad, Sabina Frederic. Entonces, no es que yo lo imagino, sino que ella sí hizo una investigación sobre eso. Y después están los peritajes palinológicos y de veterinarios, que no dan cuenta de que el cuerpo estuvo ahí.

¿Por qué crees que primero el juez federal Otranto y luego su colega Guido Lleral durmieron o entorpecieron la causa?

Porque el macrismo manejaba el Poder Judicial. Y lo sigue manejando ahora. Lo sorprendente de todo esto es que a fin de noviembre del 2018, después de un año de la aparición del cuerpo de Santiago, Lleral intenta cerrar la causa. Durante cinco años estuvimos apelando primero a la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, después vinimos a los Tribunales en Comodoro Py, y por último a la Corte Suprema.

Vos sos querellante y Verónica Heredia tu abogada, ¿no?

Sí. También son querellantes el CELS, la APDH, la Comisión por la Memoria y la agrupación de ex detenidos y desparecidos. Con las idas y vueltas, la causa sigue abierta porque me presenté en la Corte Suprema y puse el depósito de garantía para poder seguir avanzando. Y esa es otra de las cosas que demuestran que la justicia no es gratis, y no es para todos.

La primera marcha para exigir la aparición con vida de Santiago fue el 11 de agosto de 2017 y se realizó en la Plaza de Mayo.

*

El juez federal de Esquel, Guido Otranto, fue el primero en tramitar la causa. Duró un mes y medio en el cargo, porque fue recusado por la familia y los organismos de derechos humanos, acusado de parcialidad a favor Gendarmería y el gobierno de Macri y Bullrich. Unos días después, la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia nombró al nuevo juez: Gustavo Lleral, quien ordenó el quinto rastrillaje, en el que Prefectura encontró el cuerpo de Santiago, el 27 de octubre de 2017, y luego de permanecer 78 días desaparecido. El 20 de octubre, dos días antes de la elección nacional de diputados y senadores, luego de la autopsia, en declaraciones preliminares, el juez dijo que el cuerpo no presentaba lesiones y que la causa de muerte no estaba establecida. El 24 de noviembre se publicó el informe pericial y el juez Lleral le dijo a la prensa que Santiago había fallecido por ahogamiento e hiportemia en el Río Chubut. La familia lo cruzó rápidamente, con un comunicado en el que advertían que aún no se conocía cómo, cuándo y dónde había fallecido Santiago, por lo cual, la lucha debía continuar. A finales de noviembre de 2018, Lleral cerró las dos causas que tenía en relación a Maldonado, y dio por concluida la investigación. Para él, no había responsables.

Sergio y los organismos de derechos humanos querellantes en la causa, apelaron el fallo de Lleral, pasaron por la Corte Suprema de Justicia –como contó Sergio- y tuvieron que transcurrir otros cinco años, para que en enero del 2019, la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia rechazara la apelación y sostuviera en su cargo a Lleral.

*

Ya no queda casi nadie en el bar, y sobre la calle Venezuela, la tarde de vacaciones de invierno comienza de a languidecer. Por el pasillo lateral se ve movimiento de adolescentes y jóvenes que hacen deportes y actividades sociales en el edificio.

“Nosotros llegamos a la Corte Suprema, que resuelve que todo vuelva para atrás, que el juez tiene que investigar otra vez y no descartar ninguna hipótesis, entre ellas la desaparición forzada, pero con Lleral, quien sigue durmiendo la causa, y dos días antes de las elecciones del 2023,  otra vez intenta cerrar la causa y absolver a todos los gendarmes. Apelamos de nuevo y en febrero del año pasado, la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, la misma que nos había rechazado, ahora nos dice que tenemos razón, apartan al juez y ordenan volver a reabrir la causa'.

¿Qué análisis hacen del desempeño de Federico Calvete, el nuevo juez de la causa?  

Todavía no se la remitieron de Esquel. Ya pasaron catorce meses, desde mayo del año pasado.

¿Y cómo justifican ese atraso? 

Porque la causa pesa 350 kilos, y para mandarla por tierra tienen que hacer aduana y entrar a Chile, y pasaría por las manos de Gendarmería. Se podría enviar por aire, pero tampoco avanzaron.

¿El juez no puede enviar a diez empleados a que le fotocopien el expediente?

Sí, claro, aunque en realidad tendría que estar toda la causa escaneada. Ahí es donde ves todas las dificultades que van apareciendo, cómo pasan los años y todavía no tenés ni siquiera una reconstrucción de lo que sucedió del 1 de agosto del 2017. Y para tener una reconstrucción tenés que tener todos los peritajes hechos, porque si no tampoco tiene mucho sentido.

Y cuando vos salis a buscar peritos, todos trabajan para el Estado. Ahí te encontrás que muchos no se quieren involucrar por miedo a perder el trabajo, o que los marquen. Y tengo conocimiento de muchos que fueron apretados. En el INTI, donde se peritaron las ropas, por ejemplo, a esos los apretaron.

Ninguno de los dos primeros jueces de la causa fue investigado, ¿no?

No, y en todo este tiempo uno sufre un desgaste emocional, te alejas de los hechos en el tiempo, se pierden pruebas, hay un gran gasto económico y un montón de cosas que se van perdiendo, y aún así yo nunca le hice juicio civil al Estado, para que quede claro que no tengo interés económico en esta búsqueda, como me dicen.

Por qué decís que el caso de tu hermano no es violencia institucional, sino violencia estatal. 

Porque la violencia la genera una institución, pero para que eso genere impunidad depende de otras instituciones, la política, la judicial. Entonces ya pasa a ser todo un grupo que conforme una violencia estatal. No es solo una fuerza de seguridad. El caso de Santiago no es un hecho más, sino que es el primer caso en el que interviene una fuerza federal, avalado por el gobierno al que pertenecía Patricia Bullrich, quien no voy a hacer la injusticia de tirar un gendarme por la ventana. Entonces lo sostiene. Cuando se va en el 2019 le entregan un sable que tiene grabada esa frase, y de esa manera, sellan un pacto de impunidad. Entonces, hay una política de Estado para violar los derechos humanos y que deje de ser una violencia institucional. Así como Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado por los crímenes de la dictadura, me gustaría que venga un gobierno pida perdón en nombre del Estado para las víctimas en democracia y que diga que el 8 de mayo, que es el día la violencia institucional, pase a ser el día de la violencia estatal, porque no hemos podido erradicar el nunca más y no es solamente una institución, sino son distintas patas que están violando los derechos humanos.

Luego un apretón de manos y un abrazo, damos por terminado el encuentro, con la promesa de mi parte de participar de la presentación del libro. Para él será una noche especial.

- ¿Estás listo para hablar frente a ciento cincuenta personas?

- Después de agarrar un micrófono frente a miles de miles, en la plaza, ya no me tiembla la voz.

La sonrisa apareció en el final de la entrevista.

*

Sergio presentará el libro mañana viernes 1 de agosto, a partir de las 18.30 horas, en el Centro Cultural Caras y Caretas, Venezuela 330, CABA, junto a la prologuista Ana Careaga, los periodistas Fernando Borroni y Nora Veiras, y una representante del sello Marea.

author: Mariano Abrevaya Dios

Mariano Abrevaya Dios

Director de Kranear. Escritor.

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