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Konfino: “La injusticia, como injusticia social, es la arcilla de la obra”

Demian Konfino publicó Sin pétalos, su tercera novela negra, en la que Flor Amarilla, la heroína de una saga que se completa con los libros La Mala y Operativo Mataderos, volvió convertida en una justiciera descreída en la justicia de jueces y fiscales. Hablamos con el autor, abogado, militante popular y fanático de Quilmes.

19 de Mayo de 2024

Hace unos quince años, Demián Konfino se colgó una mochila en la espalda y se largó a viajar por latinoamerica, al estilo del Che: deseaba empaparse con la lengua, cultura culinaria, costumbres, geografias y tradiciones politicas de los pueblos de la Patria Grande. De aquella experiencia fundante, parió su primer libro: Tupacamaría. Él ya era abogado y ejercía el Derecho a favor de las causas justas, en especial, en relación a los derechos humanos y sociales. Aparte, militaba con una agrupación en la Villa 31; aquella experiencia vital, personal y colectiva, que duraría varios años, también derivaría en la publicación ya no de uno, sino de dos libros: Villa 31 y Patria Villera.

La escritura, a esta altura de su vida, se afianzaba como una vocación, pero tendría que llegar el 2017 para que Demián elijiese la novela negra como canal de expresión para hablar sobre sus obsesiones: la injusticia, la desigualdad, las militancias, las revoluciones, el amor. 

Otra de sus obsesiones, o quizá haya que hablar, otra vez de amor, es el Club Atlético Quilmes, o la Ciudad de Quilmes, lo mismo da, porque son parte de su historia familiar e identidad futbolera, geográfica y política.

Flor Amarilla, la heroína de Konfino en La Mala y Operativo Mataderos, sus dos primeras novelas, ahora vuelve a encabezar la trama de la nueva novela, Sin pétalos, publicada por el sello Clara Beter Ediciones hace solo unos días atrás. 

El secuestro de Junior, el hijo de la Doctora Florencia Amarilla, preludia una sucesión de desgracias, y entonces ella se pondrá a prueba, una vez más, para ser una justiciera descreida de la justicia humana de los jueces y los fiscales.

Escribe Konfino en un gacetilla que hizo circular entre medios y editoriales: “Sin pétalos, ¿sigue siendo una flor? La respuesta es sí. Una flor distinta, quizás incompleta. Sin el brillo y el color, sin la ética y la estética, de los pétalos. Pero con eje floral. Y con ovarios. Con tripa y corazón. Como un viejo dicho. Como una canción de La renga”.

Kranear contactó a Konfino para dialogar sobre el nuevo libro.

¿En qué momento de tu vida te asaltó el proceso de escritura de tu tercera novela?

El proceso arranca en plena cuarentena por la pandemia. Tenía más tiempo y estaba inmerso, como muchos, en un proceso de introspección, de reflexión. Por suerte, lo pude canalizar en un proceso creativo. Demoré un tiempito en macerarlo. Necesité tomar distancia de lo que había escrito. Y sobre fin del año pasado decidí redondearlo.

Tal como sucede en las primeras dos novelas, ¿la trama de Sin pétalos también transcurre en barrios populares?

Sí, la protagonista Flor Amarilla camina por Villa 20. También por Villa 21-24. Y se da una vuelta por la villa de Retiro, su villa, a visitar viejas amigas. También, se sitúa en otros barrio de Buenos Aires: San Telmo, Barracas, Boedo. Se da una vuelta por el tren Roca de Constitución hasta Quilmes. También toma la lancha colectivo por el Delta. Es una historia suburbana.

¿Qué ventajas y desventajas tiene escribir una saga, en este caso protagonizado por una abogada?

Por un lado, yo hago hincapié que se puede leer cualquiera de los tres libros sin haber leído los otros. Aunque, claro, recomiendo la lectura de toda la saga para poder saborearla mejor. Por otro lado, Flor Amarilla no comenzó siendo abogada en La Mala. Ahí hay una ventaja, seguís componiendo el personaje, sobre lo que ya trabajaste. Además tenés la voz. Eso es muy relevante. Ya tenés el registro que sabés que está probado y gustó. Desventajas podés encontrar en el corset que ya te da ese registro, esa voz y ese personaje. Pero hasta ahí. Esta Flor Amarilla de Sin pétalos mantiene una esencia pero, a su vez, es muy diferente a la de La mala y a la de Operativo Mataderos. Por ejemplo, a pesar de ser abogada, ya no cree en la justicia de jueces y fiscales como sí lo hacía en los libros anteriores. Pero sigue creyendo en el valor 'justicia'. Por otra parte, le sigue gustando el sexo, pero se anima a otras posibilidades. Es decir, podés ir modificando perfiles del personaje. Obviamente, corrés riesgos. El riesgo de que el lector no concuerde con los giros. Pero es un desafío lindo. Proponer pliegues diferentes al lector de la saga y ver qué pasa con eso.

Demián suele ser invitado a colegios secundarios bonaerenses para hablar de sus libros.

Teniendo en cuenta que tus novelas se inscriben en el género negro, ¿cuáles son los temas de la realidad argentina que dialogan con la trama?

La injusticia, como injusticia social, es la arcilla de la obra. Y es nuestro contexto nacional el que, al verse reflejado, torna a la trama verosímil. La impunidad de los poderosos es la exacta contracara que también aparece en la saga. Después, los temas universales y eternos: la muerte, el amor, el miedo, la necesidad de un abrazo.

La circulación de La Mala te abrió la posibilidad de asistir a distintos colegios secundarios. ¿Qué significó para vos esa experiencia?

Es algo impresionante. Los comentarios de los pibes y las pibas. Las ocurrencias. Hay elogios, hay planteos, hay sugerencias para futuro. A veces polemizan con la protagonista. Lo disfruto mucho. Fui a colegios privados, a confesionales o a escuelas públicas y siempre se repite la curiosidad juvenil, esa necesidad visceral de saber más, de indagar. En particular, tienen curiosidad para saber en qué me basé o en quién y si los personajes son reales.

¿Qué referentes o influencias locales tenés en relación al género negro?

Adoro todo lo que escribe Saccomanno. Sasturain, ni hablar. Lo que escribió Feinmann en el género no tiene desperdicio. Dal Masetto, Alarcón. Hay mucho. Leo mucho a los autores locales del género. De los jóvenes, el que me más me gusta es Nicolás Ferraro.

A pesar de la recesión económica, y la crisis del sector editorial, elegiste/eligieron, publicar en papel. Por qué.

Yo no cambio por nada al papel. La textura. El olor a papel nuevo y tinta fresca, es incomparable.

¿Vas a presentar el libro?

Sí, en los primeros días de junio. Seguramente en el sindicato AEFIP, junto a los trabajadores y trabajadoras de ese gremio y algún colega que me acompañen en el panel. Ya les haremos llegar la invitación.

El libro ya se consigue en la tienda online de la editorial, (https://www.clarabeterediciones.com.ar/), o en las redes sociales del autor @patriavillera. Pronto estará disponible en librerías.

Viajero, y de Quilmes.

Demián Konfino publicó los libros “Tupacamaria” (Ediciones del CCC, 2010), “Villa 31” (Punto de Encuentro, 2012), “Patria Villera”, con prólogo de Osvaldo Bayer (CICCUS, 2015), “La Mala” (CICCUS, 2017) y “Operativo Mataderos” (CICCUS, 2020).

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