Violencia y racismo en los Estados Unidos de América
Hace pocos días atrás nos enteramos de un intento de magnicidio contra el candidato republicano a la presidencia Donald Trump. Ocurrió el 13 de julio y su agresor, Thomas Matthew Crooks fue ultimado por un servicio de seguridad allí presente. Hasta ahora fue un hecho poco claro y de aristas confusas.
Pero este atentado no fue el primero en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica. Repasemos:
ABRAHAM LINCOLN (1865). Presidente asesinado por John Wilkes Booth, pro esclavista, un actor y militante del sector confederado vencido en la guerra civil estadounidense.
JAMES GARFIELD (1881). Presidente ultimado por el escritor y abogado Charles Julius Guiteau que se sintió despechado porque no se habían reconocido sus esfuerzos en el ámbito del ejecutivo.
WILLIAM McKINLAY (1901). Presidente. Acabó con su vida el militante anarquista León Czolgosz.
THEODORE ROOSEVELT (1912). Ex presidente. Baleado. Salvó la vida. Su agresor John Schrank –apresado- pasó el resto de su existencia en un hospital psiquiátrico.
HARRY TRUMAN (1950). Presidente. Intento de asesinato frustrado. Un atacante y un policía muertos en el intercambio de disparos. El otro atacante preso. Ambos civiles eran activistas independentistas puertorriqueños.
JOHN FITZERALD KENNEDY (1963). Presidente. Asesinado con disparos de un rifle de precisión por el ex marine estadounidense Lee Harver Oswald. Hasta el día de hoy se sigue discutiendo si este personaje fue el verdadero asesino. Apresado, a Oswald lo mataron al toque y nunca pudo declarar. Y Jack Ruby (Jacobo León Rubenstein) su matador –propietario de un club nocturno de baja estofa- se murió en la cárcel por cáncer de pulmón, el 3-1-67. Una de las hipótesis es que este asesinó a Oswald, como parte de un plan instrumentado por el crimen organizado para que toda investigación terminara en un callejón sin salida.
ROBERT KENNEDY (1968). Hermano del anterior. Candidato presidencial. Asesinado en un mitin por el palestino Sirhan Sirhan quien declaró que lo motivó el hecho de que este Kennedy apoyaba a Israel de forma manifiesta.
GEORGE WALLACE (1972) Candidato presidencial. Salvó su vida. Intento de asesinato contra su persona por parte de Arthur Herman Bremer, de profesión mesero, un individuo catalogado como segregacionista y racista.
GERALD FORD (1975). Presidente. Sufrió dos intentos de asesinato con 17 días de diferencia. Uno de ellos perpetrado por una mujer llamada Lynette Fromme, miembro ella, de la secta satánica de Charles Manson que oportunamente habían matado a sangre fría a siete personas, entre ellas la bella actriz Sharon Tate.
RONALD REAGAN (1981). Presidente. Lo intentó asesinar sin éxito un hombre psicótico, John Hinckley Jr. Quien declaró que lo hizo para impresionar a la actriz Jodie Foster, por quien estaba obsesionado y enamorado a su manera.
GEORGE BUSH (2005). Presidente. Intentaron asesinarlo lanzándole una granada de mano que no explotó. Por el hecho apresaron al georgiano Vladimir Arutyunian al que le dieron perpetua.
¿Qué evidencia este listado? Que estamos frente a una sociedad que dirime sus diferencias políticas y sociales a los tiros y asesinando, como se apreciará más adelante, en este mismo trabajo investigativo.
Es que existe un gobierno imperial estadounidense que siempre hizo de la violencia un modo de vida. Y que también la exportó.
Padeció una guerra civil interna (Guerra de Secesión. 1861-1865) que arrojó una cifra estimada en 650 mil muertos entre ambos bandos.
Participó de las dos guerras mundiales. En la primera (1914-1918) perdió 53.000 soldados. En la segunda (1939-1945) sumó 298.000 efectivos militares, como bajas mortales.
En agosto de 1945 tiró dos bombas atómicas: una en Hiroshima (140 mil personas fallecidas) y tres días más tarde otra en Nagasaki (74 mil personas muertas) y nunca se arrepintió de aquel suceso.
Inclusive Jacob Bleser, el militar ingeniero electrónico a cargo del radar y que estuvo en las dos misiones apocalípticas, expresó públicamente en 1995: “Lo volvería a hacer”.
Y sobre el mismo tema, ocho años atrás, -27 de mayo de 2016- Barak Obama de visita en Hiroshima no pidió perdón y solo a modo de explicación fatalista, dijo: “La muerte cayó del cielo”; eso sí, en el colmo del cinismo abogó por “un mundo sin armas atómicas”.
Ese mismo imperio norteamericano que luego de aquella segunda guerra mundial y hasta el presente contabiliza bombardeos a por lo menos 35 países del planeta; algunos de estos, más de una vez.
Más acá en el tiempo, dejará paso a los drones que directamente y con impecable limpieza quirúrgica elimina al blanco humano previsto y a su contorno si es necesario.
Y no solo a países sino también a personas.
“En un discurso con fuerte contenido político, la presidenta Cristina Fernández denunció ayer que ‘sectores concentrados’ de la economía quieren ‘voltear al Gobierno con ayuda extranjera’. En ese marco, cuestionó en duros términos a Estados Unidos y rechazó la ‘disparatada’ declaración de desacato realizada por el juez de Nueva York, Thomas Griesa, al que calificó como ‘senil’ (…) También alertó sobre su integridad física: ‘Si me pasa algo, en serio lo digo, no miren hacia Oriente, miren hacia el Norte’, remató CFK, en rechazo a la difusión mediática de un posible atentado por parte del grupo extremista Estado Islámico” (Página 12. 1-10-2014. Sebastián Abrevaya).
Como se sabe ella zafó de manera milagrosa de un atentado en Buenos Aires, Barrio Norte, Recoleta, el 1° de septiembre de 2022. Una pistola apuntada a su cabeza fue gatillada dos veces sin que los proyectiles salieran.
Otro ejemplo de esta barbarie, pero en las entrañas mismas del coloso imperial, se ha puesto de manifiesto no hace mucho, en febrero de 2023, cuando la hija del activista afronorteamericano Malcom X, ultimado 58 años atrás, culpó del asesinato de su padre e inició juicio contra la CIA, el FBI y la policía de New York.
¡Pueblo beligerante el estadounidense! y con una sociedad cada vez más enferma, porque no hace otra cosa que recibir oleadas de ciudadanos, ex militares en su gran mayoría, que vuelven desquiciados psíquicamente y mutilados físicamente muchas veces, luego de intervenir en diversos puntos de la Tierra para importar una “civilización occidental” madre de todas las desigualdades sociales.
Un ejemplo de tantos. “Robert Card, enemigo público número uno. Las autoridades siguen buscando intensamente a un reservista del ejército que abrió fuego en un bowling y en un bar-restaurante del noreste de Estados Unidos y mató por los menos a 18 personas e hirió a varias decenas en una de las peores masacres de los últimos años en un país célebre por sus ataques masivos con armas”. (Página 12. 27-10-2023).
Un dato cierto: “Las cifras hablan por sí solas. Cada día se quita la vida en Estados Unidos un militar que ha regresado de una zona de conflicto. Por ejemplo, el número total de soldados que se suicidaron desde que volvieron de Afganistán supera a la cantidad de militares muertos en combate allí. ¿Qué está fallando en la atención a los miembros del ejército de EE.UU.? El sistema está desbordado y no hay especialistas suficientes para tratar a los militares que sufren de desórdenes mentales al volver de la guerra”. (BBC Mundo. 5-6-2013. Beatriz Diez).
Información que se complementa con esta otra del mismo tenor: “Unos 300.000 soldados estadounidenses que han participado en las guerras de Irak y Afganistán sufren de síntomas de estrés postraumático o depresión, y cerca de la mitad no recibe atención a su mal. Un estudio independiente realizado por la empresa RAND Corp. también ha calculado que otros 320.000 soldados han recibido una herida posiblemente traumática en el cerebro durante sus misiones…”. (El País. Madrid, 17-4-2008).
Entonces, no deben extrañar –como se leyó antes- las matanzas por parte de alienados que entran a campus universitarios, o a shoppings, o a cines, o a locales bailables y dejan un tendal de víctimas, y que son ya cosas casi cotidianas para ese país.
“Estados Unidos es el único país en el mundo donde hay más armas que ciudadanos. La media se sitúa en un total de 120 armas de fuego por cada 100 habitantes, según la organización suiza Small Arms Survey (SAS). Esta excepcionalidad está enraizada en el derecho constitucional a portarlas que continúa dejando un reguero de muertos casi a diario. (Esperanza Balaguer. New York. 26-5-2022).
Pocos saben que, en los EE.UU., fuera de las fuerzas de seguridad, existían ya en el año 2007, entre 220 y 230 millones de armas de fuego en poder de particulares según datos del FBI. Un 33% de las familias norteamericanas poseen al menos un arma de fuego en su casa y al alcance de cualquiera de sus miembros, incluido niños.
Leo: Fuente: Clarín, jueves 28 de agosto de 2014: “En el Estado de Arizona, con un fusil UZI, una nena de nueve años mató a su instructor en los EE.UU. Fue a un local de práctica de tiro. No pudo sostener el arma cuando accionó el gatillo en modo automático”.
La Asociación Nacional del Rifle, creada en 1871, posee actualmente 50 mil instructores de tiro, 14 mil clubes distribuidos en todo el país y asegura que en el país hay 35 millones de aficionados al tiro al blanco, es decir, más aficionados que al béisbol o al fútbol americano.
¿Saben cuáles son sus consignas?
- “Menos leyes y más pistolas”. “Los revólveres salvan vidas”.
No se sabe que vidas: En un solo año, 2017, entre suicidios y homicidios se contabilizaron en los Estados Unidos 39.773 muertes.
El Archivo de la Violencia del Revólver que existe por aquellos lares, afirma que, desde diciembre de 2012, cuando un hombre mató a 20 niños y seis adultos en una escuela primaria de Connecticut, hubo 998 tiroteos masivos con armas de fuego; definidos como tales, aquellos en los que mueren cuatro o más personas en un mismo lugar.
Y a esa violencia que los acompaña desde su surgimiento como Nación se le suma su desprecio por los derechos civiles y humanos. Andan proclamando a través de sus cadenas informativas de noticias “un american way of life” que los habilita -están convencidos- para hablar de justicia e igualdad de derechos, también de democracia en todo el mundo y allá van donde haya negocios para hacer, en detrimento de los pueblos originarios de esos países que ellos invaden, blandiendo la ley del garrote.
¿Qué ejemplo y que futuro pueden ofrecernos digno de imitarse?
A nivel económico, por ejemplo..., cuando sabemos -datos de septiembre del 2014- que 46 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza -el cual se establece en 16 dólares diarios- y unos veinte millones más, lo hacen con menos de 8 dólares al día y súmesele, a estas escalofriantes cifras, que otros 10 millones de ciudadanos sobreviven con dos dólares al día. Es decir 76 millones de yanquis sobre un total de 316 están en la lona.
Por su parte, en New York, en la Gran Manzana, -una de las ciudades más ricas del mundo- ya para el 2010 -y la cosa empeoró por la crisis mundial año a año- existían 1.200 comedores populares y 38.000 personas pasaban la noche en albergues.
Actualmente, la pobreza en Estados Unidos se incrementó en 40%. Alrededor de 37,9 millones de personas en Estados Unidos son pobres, según reportó la Oficina del Censo. Con respecto a la pobreza infantil es alrededor de 15,3 millones, es decir, que uno de cada cinco niños, viven bajo el nivel de inseguridad alimentaria. (Tiempo Argentino. Anahí Rubin. 3-3-2024).
¿Y qué paradigma a nivel social pueden ofrecernos estos señores? Si recordamos que recién en 1955 -o sea solamente 69 años atrás-debió ocurrir que la ciudadana negra Rosa Parks, fuese arrestada por no ceder su asiento a un blanco en un ómnibus, lo que provocó un boicot de los negros al transporte público y marcó el inicio de la lucha por los derechos sociales. Y del mismo modo había baños públicos para blancos y baños para negros aparte, y locales de comida para unos y otros por separado.
Es que en los Estados Unidos “el racismo es una forma de organización social” asevera la historiadora Valeria Carbone, especialista en estudios sobre la sociedad norteamericana. Antes y ahora también.
Recuerdo una anécdota si se quiere graciosa al respecto.
El grande, el inmenso, el inigualable boxeador de todos los tiempos, Cassius Clay, luego Mohamed Alí, (fallecido el 3-6-2016), a comienzos de los '60 se consagró campeón olímpico en Roma y recibió una enorme medalla por su logro en representación de los EE.UU. De vuelta a Yanquilandia orgulloso, con su medalla colgada del pecho, entra a un bar, se sienta y llama a la camarera. “Un café y un hot dog”, pide.
“Aquí no servimos negros”, le dice la camarera con cara de culo.
El boxeador le replica: “Yo no le pedí un negro. No quiero comerme un negro. Quiero solamente un café y un hot dog”.
Y hay otra anécdota que desnuda los sentimientos de esta gente con poder y sin corazón.
Existe un película clásica, sobre la guerra civil norteamericana que se narra desde la óptica sureña y que todos conocemos porque fue vista y cita obligada de nuestras madres y abuelas: “Lo que el viento se llevó” con Vivien Leigh y Clark Gable.
Walt Disney a comienzos de los años '40, decide homenajear también a aquel viejo sur de abolengo y esclavista y lleva a cabo un film que se llama “Canción del Sur – Los cuentos del Tío Remus”. Crease o no, el día del estreno, al actor que personificó al Tío Remus, que era desde luego, de raza negra, no lo dejaron entrar al cine.
Cierro con un pensamiento del General Juan Domingo Perón al respecto.
“Los grandes esquemas de la política internacional son una suerte de fatalismos históricos. Esa lucha que se viene ha sido la lucha de la humanidad en todos los tiempos. Si eso sucedió con los fenicios; si eso sucedió con los egipcios; eso sucedió con los griegos; eso sucedió con los romanos; y volvió a suceder con los españoles y luego con los ingleses. ¿Por qué no va a suceder con los norteamericanos? Que es un pueblo de advenedizos, de ignorantes, sin tradición, sin historia, producto de un aluvión que llegó allí porque llegó. Si eso -la desaparición como civilización hegemónica a nivel político- sucedió con todos los demás, con civilizaciones con arraigo, con grandes antecedentes históricos ¿cómo no va a suceder con estos advenedizos e ignorantes? Es una cosa clara. ¡Yo la veo tan clara!”, terminó expresando.
Y una vez más, da la impresión que el Líder de las masas argentinas no estaba errado.
“EE.UU., por su parte, experimenta el momento de mayor ruptura, polarización y conflicto interno de su historia desde la Guerra Civil de 1861/1865, lo que implica la provisoriedad del gobierno demócrata del presidente Joe Biden, que enfrenta el doble desafío de 2022 y 2024, con la pérdida altamente probable del Congreso y la Casa Blanca. Esta es la razón por la que EE.UU. ha perdido la supremacía estratégica frente a la República Popular China, mientras transita una tendencia de fondo que coloca el poder económico y comercial en manos de China/Asia”. (Clarín. Jorge Castro. 6-10-2021).
Una China que para lograr esta supremacía mundial no ha disparado ni un solo tiro a su poderoso adversario anglosajón, que transita por un plano inclinado y en pendiente que parece irreversible.
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