Discos
“Greta Garbo”, Enrique Bunbury
El prolífico y siempre inspirado Enrique Bunbury, quien comenzara su carrera en solitario en 1997, con el magnífico “Radical Sonora”, ha publicado en tal condición, a la fecha, un total de doce discos de estudio, con los que ha superado el millón de copias vendidas. En cada uno no ha cesado de superarse, y en el último de ellos asesta un golpe maestro. Su más reciente creación es la firme declaración de principios poéticos, ideológicos y estéticos de uno de los artistas musicales más sobresalientes de la actualidad. “Greta Garbo” obedece a la urgencia de recapitular un momento personal turbulento, ejercitando una respuesta creativa al trauma sufrido en uno de los tramos más oscuros en su trayecto de vida profesional.
Bunbury atestigua su castillo de naipes derrumbándose. No va a quedarse cruzado de brazos al respecto. La crisis abre camino y descubre nuevas posibilidades: este es un álbum con el peso puesto en lo personal, de cara a una segunda oportunidad. Grabado en el Desierto de los Leones (México) y sucesor del EP “El Puerto” (2021), ha sido pensado en modo vinyl, en duración máxima de cincuenta minutos. Dos caras, A y B se conforman como ejes del viaje. Mixturando el soul, el sonido de New York de los ‘60 y el “Ziggy Stardust” de Bowie, tales ejes sonoros -en palabras del artista-, la renovación de imagen es total, luciendo el intérprete igualmente rejuvenecido, entusiasta y vigoroso. Terapéutico metarrelato, en busca de consuelo y redención, estas son las reglas del mundo según Enrique Bunbury. Prepárense para ser interpelados por una obra musical colosal. Y sino, nada por aquí, circulando… “Greta Garbo” es una joya con destino de sana adicción.
“Razzmatazz”, Andrés Calamaro
Publicado a través del sello Warner Music, primeramente en edición digital y disponible de forma gratuita en plataformas, el CD en vivo “Razzmatazz” (2023) rescata una valiosa grabación directa desde los archivos personales del siempre inagotable Andrés Calamaro. La primera en su condición en casi una década, después del díptico conformado por “Jamón del Medio” y “Pura Sangre” (2014) -sin contar su colaboración con Enrique Bunbury para “Hijos del Pueblo, 2015-. Probando que un CD en vivo puede captar a la perfección la esencia y grandilocuencia de una trayectoria (o más concretamente una etapa) musical, el flamante “Razzmatazz” desnuda la impronta de un Calamaro en la cúspide.
Aspecto no menor a considerar en el apartado estético, la portada reproduce una figura de ‘kintsugi’ (tazones de carpintería de oro japoneses del siglo XV), es autoría del destacado diseñador argentino Ale Ros. El concierto se celebró en el marco de la presentación del exitoso y ecléctico “On The Rock” (2010), duodécimo disco de estudio solista para Andrelo, y, a lo largo de una hora de intenso recorrido, el tracklist cuenta con un total de veintitrés canciones, entre clásicos (“Por Mirarte”, “Mil Horas”, “El Salmón”), estrenos (“Me Envenenaste”, “El Perro”, “Los Divinos”), reversiones y pasajes instrumentales (“Madame Razzmatazz”, “MVP Blues”). El Torero sale al ruedo y está dispuesto a realizar una faena formidable.
“Temporada 75, Parte 1– Silbando en el Amanecer”, Litto Nebbia
Tal y como suele hacer, Litto no cesa en editar nuevo material. La fiel y sana costumbre que nos agasaja. Tenemos aquí trece nuevas creaciones que salen a la luz con motivo celebratorio, registradas en el estudio Del Nuevo Mundo, junto a su fiel ingeniero Mario Sobrino y a lo largo de diversas sesiones ocurridas entre 2021 y 2023, con excepción del tema “Divino” (grabado en Córdoba, por José Francisco Ingaramo), “El Pescador” (en Estudio Pez) y “What We Become” (en Estudio El Tigritto).
Como es habitual, Litto toca la mayoría de los instrumentos, contando para la ocasión con el aporte de una gran cantidad de músicos conocidos de anteriores proyectos, con quienes su estilo se amalgama a la perfección: Ariel Minimal, Leopoldo Deza, Nica Corley y Tomás Corley (integrantes de su actual quinteto), a los cuales se suman César Franov, Jota Morelli, Daniel Homer y Daniel Colombres. Quienes atesoren en sus manos la versión física, podrán apreciar los comentarios personales del ilustre rosarino, quien refrenda su última gran obra bajo palabras muy certeras, cálidas y honestas: el mundo continúa, la música sigue andando y la vida en marcha sin cesar, porque las canciones siguen siendo el motor que dará convulsión al espíritu y las melodías continuarán entretejiendo sueños. No pudo haber rubricado mejor esta celebratoria edición. Solo podemos decirle gracias.
“El Rostro de los Acantilados”, Lisandro Aristimuño
'El Rostro de los Acantilados' es el octavo álbum de estudio que estrena el destacado cantautor y productor argentino Lisandro Aristimuño. En palabras del nativo de Viedma, esta novedad podría describirse como “una gran presentación de los estilos e intereses musicales” que enmarcan su trayectoria, en donde “cada canción es un rostro” y “cada rostro es una parte vital”. Como es habitual en Viento Azul Discos, un bello diseño de arte acompaña la propuesta, a medida que profunda poesía ilustra paisajes sonoros de abundantes elementos electrónicos y orgánicos. A modo de enfoque conceptual, cada canción persigue el sentido homogéneo de evocar las variadas formas y figuras que delinea la geografía de aquel lugar de pertenencia.
Un total de trece tracks vertebran un relato inspirado en la contemplación de la silueta costera de la provincia de Río Negro, lugar que conoció por primera vez a través de paseos familiares, siendo muy pequeño. Editado por su propio sello independiente, 'Viento Azul Discos', cuenta con la participación de invitados especiales -un auténtico seleccionado musical-, entre presencias internacionales -el británico Jono McCleery-, grandes pioneros de nuestro rock -Pedro Aznar y David Lebon, la mitad de Serú Girán, ¡nada menos!- y artistas de la escena emergente -Mariana Michi, Nicolás Alfieri y Lucas Marti-.
“EADDA 9223”, Fito Páez
“El Amor Después del Amor” suena en todos lados, como un mantra. Por estos días y desde hace décadas. Primero vino el disco, obra maestra de nuestra música popular. Después los veinte años, celebrados en el Planetario de Palermo y luego en el Luna Park. Diez años después, con la tercera década a cuestas, el efecto dominó imparable. La gira triple equis, de ocho Movistar Arena a dos estadios Vélez. Cada detalle de aquel furor en el noventa y dos, parteaguas en la vida musical de Fito Páez recapitulado en sus memorias “Infancia & Juventud”. Casi como un anexo perfecto a la Fitomanía desatada, la serie tendencia en Netflix. Y coronando un año histórico para el músico, a nuestras manos llegó la reversión del emblemático álbum.
El homenaje se asume como la bandera izada con osadía por un artista que decide reescribir su opus magnum, revistiendo las canciones de texturas, variables y tonalidades renovadas. El ardid es desfachatado y el efecto es lisérgico. Es para aplaudir de pie la deconstrucción que aquí lleva a cabo, concretando uno de los proyectos más ambiciosos de su ilustre carrera. Tarea nada sencilla resulta siquiera el intento de engrandecer al mito, pero el rosarino tiene la fórmula perfecta: sabe jugar en libertad. “EADDA9223” desconoce lo convencional; es un laboratorio de experimentación. Es su última y gloriosa conquista espacial, porque el creador de esta joya imperecedera es habitante de su propia y exclusiva galaxia. Fito es un hombre navegando, piano en mano por el espacio exterior, y lanzando hacia el vacío sideral otra botella cargada de canciones para aliens. Porque “EADDA9223” tiene la huella identitaria del futuro que ya pasó.
“Río”, Julieta Díaz / Diego Presa
Editado por el sello uruguayo Bizarro y grabado, a medio camino, entre las orillas de Montevideo (en El cuarto Tavella) y Buenos Aires (en La Cocina de Beti), “Río” representa la segunda colaboración del dúo rioplatense, luego del muy recomendable EP “El Revés de la Sombra”, estrenado a mediados de 2021. La esperada nueva placa nos trae canciones con atractivas texturas, tonalidades y paisajes que vertebran un recorrido homogéneo.
Diego Presa y Julieta Díaz cumplen con las expectativas, exhibiendo solidez, madurez y evolución respecto a su anterior trabajo. En “Río”, una lograda poesía describe retratos íntimos y emocionales, reflejados en la cíclica naturaleza. Porque las heridas que sanaron traerán consigo el aprendizaje propio de la vida. Es de resaltar el valor estético puesto en la creación, al momento de adentrarse en la artesanía y concepción de un álbum. Mérito de una dupla que lo ha hecho más que bien y, desafiando al refrán: las segundas partes acaban siendo igual de buenas. Disponible en plataformas digitales y disquerías, “Río” fue estrenado el pasado 3 de junio en tierras uruguayas, en la mítica Sala Zavala Muniz del Teatro Solís.
Recitales
Joaquín Sabina en Movistar Arena (gira “Contra Todo Pronóstico", marzo)
Joaquín Sabina regresó a los escenarios para presentar una nueva gira que lo llevará a recorrer Latinoamérica, España y Centroamérica. Sí, el español más argentino de todos está de vuelta. “Contra Todo Pronóstico” desafía calendarios, infortunios y tormentas; prevaleciendo el intento de hacer posible otra quimera. Renuente al retiro, el bendito ubetense se calza saco y bombín; una postal que luce para el retrato. Sus conciertos comenzaron el pasado febrero en Costa Rica, prolongándose durante el presente mes de marzo en Colombia, Perú, Chile y Argentina, donde tiene programadas seis veladas de lleno total en el Arena de Buenos Aires, así como una presentación en el Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba -el 18 de marzo- y otra en el Autódromo Municipal de Rosario el -29 de marzo-. Pruebas de su perenne vigencia.
Sobre las tablas se sostuvo quien entregó su vida al arte de contar historias al borde del abismo. No es poco en tiempos donde el lenguaje suprime elementos y anula la especificidad. Contraste de Sabina a sol y sombra, en espejo está el mito, caminando al precipicio del renglón. La estrofa dejó atrás aquella nube negra, ya no hay porqué escapar. Con la fórmula imbatible bajo el brazo, el ídolo otoñal regresó para congregar multitudes que lo esperan porque, ‘de momento, nada de adiós muchachos’. Entre canción y canción, recitó algunos versos y enumeró todo lo que nos es posible vibrar y sentir. Esa es su patria, fuera de ello nada; otra de sus frases para enmarcar en poster. Versos que de inmediato se nos cuelan en el corazón; tal como el eximio letrista alguna vez nos enseñó: las lágrimas son para llorar cuando valga la pena. Y vale aclarar, no son de mármol. Porque otra vez, nos sobran los motivos: la pluma irreverente y canalla de un Sabina y viceversa que sobrevive intacta; la mirada chispeante que destila picardía y la ronca voz, aunque algo más rota que lo habitual, aquella que tanta falta nos hacía escuchar. El trovador profeta del vicio sigue cantando sus verdades irrenunciables, no es hora aún de quemar las naves.
Fito Páez en Estadio Vélez Sarsfield (gira “El Amor Después del Amor: Treinta Años”, abril).
Durante la noche del sábado 1 de abril, en el estadio de Vélez Sarsfield, se llevó a cabo el primero de dos recitales que continúan con la celebración de las tres décadas de 'El Amor Después del Amor', cita que contó con transmisión en simultáneo a través de la plataforma Star+. Con este par de magníficos recitales en Vélez (el domingo 2/4 se realizaría el segundo), Fito dio comienzo a una segunda parte de la exitosa gira que inaugurara el pasado año, agotando ocho Movistar Arena. Próximamente, el cantante encararía una serie de presentaciones que lo llevarían por varias ciudades y provincias de nuestro país, para luego hacer escala en New York, Orlando, Miami, Madrid, Barcelona, Venezuela, Montevideo y Santiago de Chile.
“El Amor Después del Amor” es excelencia musical y demostración cabal del sentido de lucidez intelectual de un músico que supo decodificar a la Argentina de su tiempo, en igual manera que revelarnos la esencia de su mundo privado en vital transformación. Dando el golpe de timón necesario para llevar su carrera hacia horizontes superadores, aquel muchacho de treinta años recién cumplidos alcanzaba la consagración absoluta. Tres décadas después, las cosas no cambiaron tanto: hoy es el máximo referente de nuestro rock. En permanente estado de gracia, este bendito rosarino continúa poniendo letra y melodía a nuestras vidas. No es poco para los tiempos que corren, porque, como dijo un invitado de lujo como David Lebón, ‘la música es el perfume del alma’. Agradecemos tu plenitud y divinidad, porque tu amor, Fito, nos salva.
Enrique Bunbury en Movistar Arena (gira “Shows Únicos”, diciembre)
En apoteósica y triunfal reaparición, Enrique Bunbury concretó, el pasado 5 de diciembre, su esperado renacimiento sobre los escenarios en el Estadio Movistar Arena de Villa Crespo. Superada la incertidumbre al retiro forzado que supuso la suspensión de la gira por sus treinta y cinco años de carrera (el último concierto databa de mayo del año pasado, en Atlanta, EE.UU.), debido a los profundos malestares que le causaran un componente de humo (glicol) emitido por las máquinas de efecto, el magnífico cantante, compositor y poeta aragonés deslumbró a una enardecida audiencia porteña.
A través de dos horas de show, y en el contexto de la presentación oficial de su más flamante disco, «Greta Garbo» (publicado por Warner, con producción de Adán Jodorowsky, en mayo pasado), Enrique se reunió sobre las tablas con sus queridos Santos Inocentes (Álvaro Suite, en guitarra; Jorge Rebenaque, en teclados; Jordi Mena, en guitarra; Ramón Gacias, en batería; Quino Béjar, en percusión; Robert Castellanos, en bajo; y Erin Memento, en teclados), tras dieciséis años de ininterrumpidas aventuras y en enésima muestra de la ya comprobada química en conjunto. Inmensa fortuna tiene Buenos Aires, en poder vivenciar el resurgir de un artista en el ápice de sus condiciones, exhibiendo perfecta forma física y vocal.
Fito Páez en Teatro Colón (“Foco Gandini”, Octubre)
La noche del pasado 16 de octubre no fue una más: Gerardo Gandini hubiera cumplido ochenta y siete años, y la efeméride, a una década exacta de su partida, no pudo haber sido más oportuna para homenajearlo. El concierto extraordinario anunciado hace meses tuvo a Fito Páez como protagonista sobresaliente, y formó parte de una producción exclusiva del Teatro Colón, en el marco de “Foco Gandini”, propuesta artística multidisciplinar en conmemoración del reconocido compositor argentino.
A lo largo de la velada, Paez se dirigió al público expresando su gratitud, cariño y admiración por la figura de Gandini, sin la cual Argentina no sería lo que es. El elogio viene de boca de quien alguna vez sintetizó el espíritu del recordado compositor de la siguiente manera: ‘Si alguien puso en escena la libertad, ese fue Gerardo Gandini. La música erudita y la popular fueron temas que lo hacían pensar, hacia una única dirección vinculada a la historia, su estética personal, el juego y el presente. Era un niño atrapado en el cuerpo de un hombre. Gerardo fue siempre en la búsqueda de la perfección. Un auténtico hombre utópico. Fue un artista artesano que construyó su obra con lo que tenía a mano. Hombre desprejuiciado y aventurero’. Generosas palabras, de parte de quien desborda genuino cariño y una permanente muestra de agradecimiento a un compañero de ruta insustituible. El homenaje a Gandini nace y vibra desde el alma, ese lugar donde las luces siempre encienden.
Lisandro Aristimuño en el CCK (homenaje a "Bocanada", septiembre)
A cuarenta años de la recuperación de la democracia, el Centro Cultural Kirchner presenta, en un destacado evento dentro de su abultada agenda artística, el ciclo de conciertos denominados “Discos Esenciales 1983-2023”. Entendiendo a la cultura como un derecho más y facilitando su acceso, el Ministerio de Cultura impulsa una actividad libre y gratuita, dedicada a recrear algunos de los hitos fundamentales de nuestra música. De tal modo, se realizaron, durante los pasados meses, homenajes a las obras “De Ushuaia a La Quiaca” (1985-1986-1999), de León Gieco; “Giros” (1985), de Fito Páez, y “La Dicha en Movimiento” (1983), de Los Twist. Con gran expectativa, semanas atrás se anunció la realización del homenaje destinado a “Bocanada” (1999), magistral pieza concebida por Gustavo Cerati.
Resultando una acertadísima elección, Lisandro Aristimuño, músico, productor e instrumentista, fue designado para hacerse cargo de la dirección general del evento. Así es como el cantante se presentó, el pasado domingo 20 de agosto y con localidades agotadas, en el auditorio principal del espacio multidisciplinario ubicado sobre la calle Sarmiento. Presto a recrear un disco clave dentro de la profusa historia de nuestro rock, lo hizo acompañado por una banda integrada por Mariano Domínguez en bajo, Fernando Kabusacki en guitarra, Juan Pablo Alfieri en batería, Ariel Polenta en teclados, Rocío Aristimuño en percusión y An Espil en coros. Además, como invitados especiales, el concierto contó con la participación de destacadas figuras, como Tweety González (teclados), Nora Lezano (voz) y Fernando Nalé (bajo).
Pedro Aznar en Teatro Ópera (presentación “El Mundo no se Hizo en Dos Días", junio)
El sábado 3 de junio, el brillante Pedro Aznar se subió al escenario del emblemático Teatro Ópera de la ciudad de Buenos Aires para presentar su magnífico nuevo disco «El Mundo No Se Hizo en Dos Días». Lo hizo acompañado de su fabulosa banda, integrada por Julián Semprini (batería), Alejandro Oliva (percusión), Sebastián Henríquez (guitarra) y Matías Martino (teclados). Luego de interpretar adelantos de su último álbum en los recintos porteños Teatro Gran Rex y Parador Konex, en noviembre y enero pasados, respectivamente, y de una gira por distintas localidades de nuestro país, el eximio compositor, cantante y multi instrumentista, volvió a la mítica calle Corrientes con una propuesta novedosa y exquisita para el deleite de su público, que celebró con efusividad cada intervención.
Estrenando en vivo casi la totalidad de canciones de la nueva placa (un disco doble compuesto por veinte temas), Pedro cautivó con su voz siempre perfecta, divertidos pasos de baile y un cambio radical en su vestuario, colmado de color y frescura. Con magnética presencia, bien pegadito al límite del escenario, nuestro anfitrión ofrendó todo su potencial, a lo largo de las dos horas de show. Ahí estaba Pedro, en una versión informal y descontracturada, dispuesto a hipnotizar a quienes se conectaran con él, en cuerpo y alma. Y vaya que lo hizo.
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