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Aristimuño homenajeó a Cerati en el Centro Cultural Kirchner

El músico oriundo de Viedma interpretó junto a su banda el disco Bocanada del ex lider de Soda Stereo, en el marco del ciclo Discos Esenciales 1983-2023 que organiza el Ministerio de Cultura de la Nación. Crónica del show y reseña de un disco fundamental del rock nacional.

Fotos: Centro Cultural Kirchner.

A cuarenta años de la recuperación de la democracia, el Centro Cultural Kirchner presenta, en un destacado evento dentro de su abultada agenda artística, el ciclo de conciertos denominados “Discos Esenciales 1983-2023”. Entendiendo a la cultura como un derecho más y facilitando su acceso, el Ministerio de Cultura impulsa una actividad libre y gratuita, dedicada a recrear algunos de los hitos fundamentales de nuestra música. De tal modo, se realizaron, durante los pasados meses, homenajes a las obras “De Ushuaia a La Quiaca” (1985-1986-1999), de León Gieco; “Giros” (1985), de Fito Páez, y “La Dicha en Movimiento” (1983), de Los Twist. Con gran expectativa, semanas atrás se anunció la realización del homenaje destinado a “Bocanada” (1999), magistral pieza concebida por Gustavo Cerati.

Resultando una acertadísima elección, Lisandro Aristimuño, músico, productor e instrumentista, fue designado para hacerse cargo de la dirección general del evento. Así es como el cantante se presentó, el pasado domingo 20 de agosto y con localidades agotadas, en el auditorio principal del espacio multidisciplinario ubicado sobre la calle Sarmiento. Presto a recrear un disco clave dentro de la profusa historia de nuestro rock, lo hizo acompañado por una banda integrada por Mariano Domínguez en bajo, Fernando Kabusacki en guitarra, Juan Pablo Alfieri en batería, Ariel Polenta en teclados, Rocío Aristimuño en percusión y An Espil en coros. Además, como invitados especiales, el concierto contó con la participación de destacadas figuras, como Tweety González (teclados), Nora Lezano (voz) y Fernando Nalé (bajo).

Mereces lo que sueñas

Experimentación sonora, fusión de géneros, gusto por la electrónica, vanguardismo, riesgo estético, eximia condición como guitarrista y vocalista. Estas son algunas de las cualidades que tienen en común Gustavo Cerati y Lisandro Aristimuño, dos de los músicos más talentosos, completos y representativos de los últimos cuarenta años de nuestra música popular. Las influencias se extienden en rasgos reconocibles, desde el uso de sampleos en canciones a la permanente búsqueda de texturas sonoras que embellezcan la propia visión poética. Fácilmente podemos reconocer en Lisandro una serie de características que lo convierten en natural heredero del legado de Gustavo, un artista que se erige como faro ineludible para el compositor nativo de Viedma.

Experto conocedor de la obra del ex líder de Soda Stereo, Aristimuño incluyó una reversión del tema “Avenida Alcorta” (del disco “Amor Amarillo”, 1993) en su álbum en vivo “En Concierto” (2015). Esta es apenas una de incontables muestras de admiración, respeto y cariño; porque así es la esencia de Lisandro: nunca se cansa de agradecer a aquellos maestros que le forjaran un camino pleno de música y libertad. Gustavo fue guía y bisagra, un antes y un después para la trayectoria del músico impulsor del sello independiente Viento Azul. Conociendo la seriedad y el profesionalismo con los que Aristimuño suele abordar esta clase de homenajes (colaboró en numerosas ocasiones con motivo de celebrar la obra de Luis Alberto Spinetta, otro gran referente), el acontecimiento vivido el pasado domingo adquiere magnitud trascendental para la trayectoria del querido compositor patagónico.

Pasadas las veinte horas, la magia se adueñó de los cientos de cuerpos y almas presentes, arriba y debajo del escenario, merced al encomiable talento de un cantautor bendecido con el don de hacer suyas algunas de las clásicas gemas de su gran maestro. “Discos Esenciales: Bocanada”, se transmitió en vivo a través de radio Sonido Cultura, y, a lo largo de una hora y cuarenta minutos de show, un pletórico e iluminado Lisandro -cumpliendo ‘el sueño del pibe’, como él mismo expresó- repasó de forma íntegra el tracklist del álbum que se constituyera como piedra angular de la segunda etapa solista del siempre añorado Gustavo. En una velada inolvidable, atravesada por intensas emociones, la precisa recreación de esta joya moderna nos regaló pasajes sublimes, de principio a fin; interpretados con enorme destreza por una banda que exhibió calidad, conocimiento y compromiso con la obra abordada.

Setlist: "Tabú”, “Engaña”, “Bocanada”, “Puente”, “Río Babel”, “Beautiful”, “Perdonar es divino”, “Verbo carne”, “Raíz”, “Y si el humo está en foco...”, “Paseo inmoral”, “Aquí & ahora (Los primeros tres minutos)”, “Aquí & ahora (Y después)”, “Alma” y “Balsa”.

En pocos días, el concierto podrá disfrutarse a través de la TV Pública y será publicado en el canal oficial de YouTube del Centro Cultural Kirchner.

Acerca de “Bocanada”

Una profunda mirada hacia el núcleo de la obra solista de Gustavo Adrián Cerati nos devuelve el reflejo resplandeciente de un compositor involucrado íntimamente con su arte. Si su trascendencia junto a Soda Stereo lo había posicionado como uno de los músicos de rock más influyentes de su generación, la libertad creativa de la que gozó en su estadio posterior llevó su legado artístico hacia horizontes aún más lejanos. La música de Gustavo Cerati, durante su fructífero período solista, parece llamarnos desde el futuro, con anticipación fidedigna.

“Bocanada” es un antes y un después, por varios motivos: en las semanas previas a su cumpleaños número cuarenta, Cerati decide comenzar la siguiente etapa de su carrera desde un lugar completamente renovador. Era hora de escribir el primer renglón de una página en blanco significativa como pocas veces antes. Se trataba de un nuevo vocabulario musical en ciernes; una piedra de toque abriéndose paso en un relanzamiento solista que conllevaba el riesgo de distanciarse lo más posible de su proyecto más duradero hasta entonces.

El fin del milenio encuentra a un Gustavo inspirado y sutil, de cara a un profundo renacer personal y profesional. Luego de un prolongado paréntesis, retoma -al fin- su carrera solista: inhala una genuina bocanada de aire fresco. Surcando galaxias de evanescente fertilidad creativa, este perfecto arquitecto de sonidos concibe una de las obras más trascendentes y esenciales de las últimas cuatro décadas de nuestro rock nacional. Un abordaje estético-conceptual que resume las inquietudes musicales de un superdotado, y cuyas canciones nos devuelven la génesis de su música como imprescindible aliada, porque las melodías de Cerati nos brindan un lugar de eterno refugio y compañía.

Editado por el sello BMG, “Bocanada” está compuesto por un total de quince canciones de compleja ingeniería sonora. Publicado el 28 de junio de 1999, su corte de difusión fue, extrañamente, una composición de ligazón folclórica: “Raíz”. Y, como casi siempre suele ocurrir, el título de la placa devela posibles sentidos acerca de un tiempo particularmente fructífero. Directo a consumar el acto alquímico las cenizas vuelven al papel, y el humo viaja por el aire para convertirse en un elemento de primordial inspiración. Cerati pita otro cigarrillo más y el humo parece estar en foco. El efecto de provocar una especie de aureola sobre su cabeza es captado a la perfección por la histórica foto de Gaby Herbstein para la portada diseñada por el ultra creativo Alejandro Ros, toda una autoridad en nuestra industria discográfica.

En “Bocanada”, Gustavo, ambicioso y perfeccionista hasta la obsesión, como suele ser costumbre en sus trabajos, se proponer realizar un definitivo viaje hacia la redención. Incorpora arreglos orquestales, con la colaboración del maestro Alejandro Terán, y lleva su música a terrenos majestuosos. Del disco toma partido The London Orchestra, incorporando a los músicos internacionales Gavin Wright, Peter Cobbin y Joel Gregg. Con la asistencia en producción de su habitual ingeniero y mezclador Eduardo Bergallo, es grabado en Casa Submarina, en la ciudad de Buenos Aires, excepto la intervención de la citada orquesta sinfónica, cuyo registro corresponde, nada menos, que a los míticos estudios Abbey Road de Londres.

Acompañan al cantante, Martín Carrizo en batería y Fernando Nalé en bajo. Se suma como invitado un referente de la talla de Tweety González en teclados (para “Beautiful”). Como si fuera poco, las colaboraciones se multiplican, tema a tema; Gustavo congrega un auténtico seleccionado de músicos. El ascendente artista Francisco Bochatón colabora con la letra de un clásico instantáneo: “Paseo Inmoral”. Junto a su inseparable Flavio Etcheto compone las bellas gemas “Alma” y “Perdonar es Divino”. Casi sin quererlo, un entusiasta Leo García termina aportando aquel exquisito hallazgo a las líneas finales de “Puente”, en eso de que ‘usa el amor como un puente’. Alimentando el juego de palabras en un delicioso guiño, el ‘gracias por venir’ (originalmente fue ‘porvenir’) se convertirá en un rito ineludible de cada concierto, coreado por estadios y recintos repletos.

El tracklist abre con un ejemplar como “Tabú”, estructurado en base a un tempo de seis por ocho. Montado sobre mágicos acordes, Gus juega a gusto y piacere. En estado de gracia, el compositor fluye sin un fin a través de senderos que se bifurcan, y allí aparece la inspiración literaria para conceder citas directas en “Río Babel” y “Aquí y Ahora”. Diversificando sus fuentes de inspiración, en “Engaña”, el cantante y compositor recurre a sus habituales sampleos, esta vez utilizando como apoyatura a “Circle of Love”, de Steve Miller Band. Su búsqueda musical persigue nuevos rumbos con el instrumental “Balsa”, mientras que, la sugestiva “Verbo Carne” viene a trazar nostálgicos lazos con la recordada “Té Para Tres” (“Canción Animal”, 1990).

Por aquellos años, Gustavo continuaba su incesante coqueteo con la electrónica, gracias a su incursión en proyectos como Plan V. Dicha afinidad también se hace presente aquí, a través de la canción “Y Si el Humo Está en Foco”. A lo largo de una hora de duración, la placa consigue gestar un nuevo canon de canción rock. No debería de asombrarnos; la escena representa un paseo inmoral que descubre el carácter atemporal de un precursor. Una figura de relieve dentro de la música latinoamericana, quien, en el ápice de su popularidad, sabe sonar como un disco eterno, disparar imágenes como un revólver y rodearse de bellos instrumentos para mutar en elegantes melodías.

Reconstruir la maestría de “Bocanada”, trasluce la mirada musical de un artista incesante en la experimentación: seductor y carismático; maduro artísticamente y consciente de que porta las ropas de un pionero inexorable. Adentrarse en el universo Cerati implica contemplar una concepción musical en evolución permanente. Una travesía sónica de onda expansiva, apoyada en tres pilares inamovibles: una poesía sofisticada, una impronta visual vanguardista y una arriesgada estética sonora jamás conformista. Estimulante resulta la escucha de una obra que se instituye como punto de quiebre en su trayectoria, y a través de la cual despegó de la marca y herencia Stereo para cobrar vida propia, como artista solista en plenitud de facultades.

author: Maximiliano Curcio

Maximiliano Curcio

Nació en la ciudad de La Plata, Argentina en 1983. Es escritor, docente y comunicador, egresado de la Escuela Superior de Cinematografía

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