Fotos: Nora Lezano.
Gastón Massenzio es de esas gemas artísticas que abundan en la Argentina, pero que no tienen la visibilidad acorde a la riqueza de su obra y su trayectoria. Nacido en La Plata en 1983, lleva editados seis discos de canciones, compuso música para teatro, integró la Orchestra of Crafty Guitarists liderada por Robert Fripp y formó parte de la banda del reconocido Maxi Trusso, entre otras aventuras musicales. Cultor del yoga, a sus 38 años y con una carrera de quien podría lanzar un compilado con sus mejores canciones, Massensio elige desandar sus pasos, volver al origen y editar un disco homónimo en el que, según sus propias palabras, “es como si hubiese comenzado una nueva época en mi vida”.
Arte, yoga, peronismo y un corazón como bandera.
¿Cuál es el primer recuerdo de tu camino musical?
Estaba en una juguetería con mi abuela, ella recién había cobrado la jubilación y nos invitó a elegir un juguete. Estaba el de médico que siempre había querido (el de la electricidad) y al lado un tecladito que me deslumbró. Luego de ello no me despegué más de la música.
Contá cómo fue tu primera vez en un escenario.
Fueron varias las primeras veces que recuerdo. La muestra de fin de año, del primer año de piano, a mis 9 años, puede considerarse como la primera vez. Los profesores, padres, madres y alumnes. Algo de nervios.
Mi primera vez como solista fue a mis veinti largos, guitarra y voz. Mostrando mi música y algunos covers. Estaba extremadamente nervioso y luego, extremadamente feliz. Ese día, por cosas de la vida, fue el día que conocí a quien muchos años después se transformó en mi compañera de vida, Mailén.
¿Cuándo sentiste que se profesionalizó tu carrera?
Creo que el momento en el que edité mi primer disco, Lapsus, allá por el 2013, podría ser el puntapié inicial. Con todo ello surgieron muchas fechas y recorrer la ciudad y partes del país con mi guitarra a cuestas, tocando sin parar, vendiendo mis discos, pegando afiches, conociendo compañerxs de ruta y todo eso tan hermoso que trae la música y la canción.
¿Se mezcla o no, públicamente, la política y el arte?
Sí, y creo que hay muchas maneras de mezclarla. Siendo explícito o dándolo a entender. Si la política te atraviesa como persona es imposible evitarlo en el arte. En mi caso, la política es indivisible de la vida y siento que sería de una desconexión muy importante de parte del artista pretender mantenerla alejada. Quien me conoce como artista o como persona ya sabe claramente mi postura política, cómo me acerqué al peronismo y a sus banderas hace muchos años y también sabe que siempre que haya buena intención y consistencia en las ideas, todo debate es necesario y enriquecedor.
Desde la independencia es complejo administrar la “sábana corta”. Nunca sobran los recursos y uno tiene que tomar decisiones que desechan opciones valiosas. Por decir: o grabo en un estudio grosso o le pago a un drum doctor, o hago esta sesión de fotos re pro o filmo un video, y así. ¿Cómo vivís esa situación?
La independencia está repleta de sábanas cortas, es verdad. Creo que cuando la finalidad es hacer música sincera y de calidad, muchos obstáculos se sortean por esas simples premisas. Se pueden hacer discos hermosos con una placa y dos micrófonos y música muy mediocre con una inversión gigantesca. Pienso en los discos de Elliott Smith en una 4-track, recientemente escuché un disco hermoso de Julian Desbats grabado -si mal no recuerdo- en su propio estudio. Con un sonido impecable, texturas, y todos esos elementos que para mi son tan necesarios.
¿Sos ansioso para cerrar las canciones o les das tiempo para que se acomoden?
Honestamente, siento siempre una necesidad constante de crear. No la busco, aparece. No soy ansioso para cerrar las canciones, ahora que lo preguntas. Quedan todas abiertas en el momento de gestación de un disco y se van cerrando todas a la vez. Las emociones que me invaden son muy variadas, por lo general al comienzo, y luego de descubrir algo que me encanta, el entusiasmo es enorme, cuando las estoy terminando, sobre todo tomando como ejemplo mi nuevo disco homónimo, tuve ansiedad y un poco de miedo por la sensación de estar tan desnudo y tan expuesta mi persona en las canciones.
¿Un consejo para evitar el bloqueo creativo?
Es muy difícil buscar desbloquearse. Es casi una contradicción. A veces hago todas otras cosas que me gustan y me dan paz. Leer libros, ver cine de calidad, pasar tiempo en familia o amigues. Dejar que la neurosis se aleje, se vacíe ese vaso de ansiedad (que en el fondo creo que ese suele ser el motivo del bloqueo) y volver al instrumento cuando uno sienta la necesidad. Otra opción es tocar música de otres y olvidarse por completo del "deber" en la creación (creo que eso es algo que nos inculcó el sistema y el mercado y hay que desterrar).
¿Te presiona la idea de “pegarla”?
Me entusiasma la idea de que mi música llegue cada vez más y más a la gente. Si logro que mi música la pueda llegar a escuchar mucha gente, la repercusión de eso tiene que decantar naturalmente. Lo difícil es lograr que llegue a los lugares de escucha masiva. Es un trabajo constante y dedicado de comunicación estratégica prensa y difusión. Con este nuevo disco estoy en el momento de tener esperanza y entusiasmo, dado que estamos teniendo una gran repercusión y muy lindas devoluciones, además de tener mucho trabajo duro.
Hay algo de “clásico” en tu nuevo disco “Gastón Massenzio”, se siente en el sonido, en la producción, las referencias, el arte de tapa y por el hecho mismo de ser un álbum en la era de los singles. ¿Cómo pensaste la estética y porqué la decisión de sacar estas canciones en formato disco?
No concibo la idea de sacar música de otra manera que no sea en formato disco porque siempre la escuché así. Cuando compongo los temas suelo componer todos a la vez, van creciendo durante un tiempo sin cerrarse y los voy cerrando conjuntamente. Casi nunca, un tema a la vez. Para cuando el resultado en las maquetas está listo, la duración es la de un disco. La estética tuvo que ver con el trabajo entre Claudio Lafalce, el productor del disco, y yo. Buscando referencias sonoras de discos que amamos, como para tener un eje sonoro desde el cual erigir la construcción. La instrumentación responde en realidad a lo que sentíamos que las canciones pedían. Y en lo que respecta al arte del disco, fue la genial Nora Lezano la que luego de escuchar el disco me manifestó que le gustaba mucho y que quería crear un personaje, algo barroco, algo trash, para que fuera en sintonía con mis influencias y con el contexto personal y global.
El álbum tiene título homónimo, como quien lanza su primer disco y se da a conocer, aunque en tu caso es tu sexto disco. A su vez, no tiene colaboraciones, en un momento en el que la mayoría apuesta a las colaboraciones para sumar energías y ampliar el público. ¿Qué hay detrás de esta apuesta?
Otra cosa que nunca hice fueron los feats. No es que tenga un rechazo puntual, pero nunca lo pensé como herramienta. Si en algún momento se da que compongo música con alguien más, creo que sería un tema a dúo o de composición compartida. No termino de estar seguro de si realmente la herramienta del featuring amplía el público. En este disco tuve invitades y en los otros también pero la letra y música fue mía.
Decido ponerle mi nombre al disco porque siento que resume mi historia, influencias, pasado, presente y futuro. Fue una apuesta fuerte en lo que respecta a mi nuevo punto de partida, como si hubiese comenzado una nueva época en mi vida
En este disco trabajaste con próceres como Samalea y Nora Lezano. ¿Cuáles fueron sus aportes?
Sama (Samalea) apareció un día en el estudio cuando yo estaba grabando los pianos, no sabía que iba a venir. Cuando vuelvo del estudio luego de media hora de grabar, lo encuentro con Claudio Lafalce escuchando las maquetas y le encantaron. Yo no tenía definido si iba a programar las baterías o no, no tenía baterista definido. Y él se ofreció a grabarlas. Fue una emoción muy grande. Grabó más de la mitad del disco, el resto lo hicieron Lucy Patané y Sebastián Briganti. Enormes músicos. El triunvirato de bateristas fue un honor.
Con Nora, luego de su atenta escucha de las mezclas, fue el de crear este personaje que menciono en la pregunta anterior, sumado a un trabajo enorme de vestuario de Tamara Blanca y de Maquillaje de Corla Nation. Barajamos algunas propuestas y una vez que elegí la que más me cerraba me dejé llevar. El trabajo de Dirección de Arte de Nora es un lujo y me sigo sorprendiendo al verlo..
¿Proyectos para lo que resta del año, 2022?
Una vez que pase todo esto, si es así, quisiera comenzar los ensayos a banda completa en el estudio Kimono y definir una fecha de presentación a todo trapo. Seguir aprendiendo nuevos caminos en la música y componiendo. Estar con mi familia y compartir el día a día.
Para el cierre, vamos con l@s Nº1 de Massenzio.
EL/LA prócer del rock nacional: Luis Alberto Spinetta (porque ya no está en este plano).
EL/LA Músic@: Charly García (porque está en este plano, en un futuro -espero muy distante- el podio será por igual con L.A.S).
LA Banda: Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota.
LA Canción: No soy un extraño.
EL género musical: Rock (Nacional y Angloparlante).
EL Instrumento: Piano
EL Disco: Jazz (Queen)
EL Show que hayas visto: Radiohead (2009)
LA Peli: Acorazado Potemkin
EL/LA Escritor@: Raymond Carver
El/LA President@ de Argentina: Cristina Fernández de Kirchner
LA Bebida sin alcohol: Mate
LA Bebida alcohólica: Vino tinto Malbec.
LA Comida: Ravioles de ricota y nuez al fileto.
EL Postre: Tiramisú
EL estilo de Yoga: Iyengar
LA Ciudad: Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Quebec
LA Canción compuesta por Massenzio (¡no vale decir “La que está por venir”!): Pasos Perdidos
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