
“Contar lo que dolió también es una forma de sanar”
“Cruda. Hija de los ‘90” es la historia de una viajera en el espacio que se dirige hacia la estratósfera prometida y es captada por marcianos. A través de un interrogatorio contará sin inflación su década del uno a uno. Entre canciones desgarradas y coloridas, ropa de feria y altares de santos infinitos, expondrá a los seres verdes su herida abierta. Kranear dialogó con la autora Nahir Sánchez Romero sobre el origen de la obra y el contexto en el que surgió.
¿Cómo nació la idea de Cruda?
Todo empezó cuando quise escribir un libro de relatos. El primer recuerdo que me disparó esto fue una charla con mi hijo de 10 años: comencé a explicarle qué es el neoliberalismo, no en palabras para adultos, sino contándole la diferencia entre lo que pasé yo y lo que está sucediendo ahora, señalando coincidencias de los 90 con la actualidad. Le conté que cuando era chica no teníamos ciertas herramientas y que una vez, literalmente, no teníamos más que arroz para comer. Estábamos todos sentados en una pseudo mesa, porque era una tabla, y el arroz se colaba en la única canilla que había en la casa, la del patio, junto al jabón en polvo que se cayó sobre el arroz. Mi abuela lo lavó mucho tiempo y, a pesar de todo, lo comimos igual. Fue un recuerdo que tenía bloqueado, porque veníamos de años donde casi habíamos olvidado lo que era el hambre. Pasé hambre de chica, pero después todo empezó a cambiar: terminé la universidad y crecimos como familia. Algunos recuerdos habían quedado tapados, pero con el contexto de la pandemia empezaron a salir. Ese recuerdo me hizo pensar: ‘Esto alguien lo tiene que saber’. Así surgió la idea de escribir sobre la infancia villera de una niña, y sobre todo de una mujer creciendo en un barrio popular en los 90.
¿Y cómo se tradujo eso en canciones?
Después de pensar en los relatos, empecé a escribir canciones basadas en situaciones del barrio. Por ejemplo, una canción llamada Chamamé de la Caridad surgió de una donación que recibimos: una valija con las sobras de un funeral. La canción habla de todas las cosas que nos donan, muchas rotas o sucias, y es muy cruda. Ahí pensé que todos mis relatos y canciones tenían algo de crudo, y decidí hacer una obra que mezclara relatos con canciones. Al principio hice la obra sin el subtítulo ‘Hija de los 90’, con poesías muy crudas entre canciones. Pero luego, al encontrarme con David Gudiño, transformamos esos relatos en una obra de teatro musical. Él logró mantener la crudeza pero introducir ironía, de modo que los relatos te hacen reír aunque sean dramáticos. Eso crea un juego mental muy interesante.
El título es potente. ¿Qué significa Cruda para vos?
Cuando pensé en el nombre, sentí que estaba siendo muy cruda con lo que contaba y con lo que sentía al contarlo. Me sentí desnuda también. Luego, al agregar ‘Hija de los 90’, se concretó la idea de la obra musical con relatos que, como te contaba, David transformó para que sean irónicos. Así, el público no entiende inmediatamente que se está riendo de algo dramático, y eso es parte del efecto que buscamos.
¿Cuando decís que todo cambió, te referís a cambios personales o también políticos en tu vida?
No, no. Todo lo que hago es resultado de un proceso colectivo y de un Estado presente. Pude estudiar, dejar de pasar hambre y acceder a oportunidades gracias a políticas culturales y a un gobierno que se interesó por las villas. Por ejemplo, con la Ley de Retenciones y los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, mi familia pudo cambiar mucho. Hicimos un centro cultural en 2011 para dar acceso a cultura y expresión a las pibas del barrio, algo que antes era imposible.
En alguna oportunidad te encontraste con Cristina Kirchner. ¿Cómo fue ese momento?
Sí, estuve en un acto de la universidad y, como consejera graduada, podía hablar. Me trabé, pero le canté un pedacito de Taki Ongoy de Víctor Heredia que dice: “que caerá en la tierra una lluvia sin fin, un gran diluvio que apague este dolor”. Y le dije: 'Cristina sos la lluvia que va a apagar este dolor, vos hiciste que yo tenga un orgullo de mi identidad'. Le agradecí que me permitiera tener orgullo por mi identidad villera y por mis padres. Porque antes yo me escondía, ¿no? Escondía que era de la villa. Nosotros nos escondemos todo el tiempo, es más, hoy nos volvimos otra vez a esconder. Más cuando se busca trabajo, cuando salís del barrio, escondes la dirección. No es mi caso, porque yo entendí que es mi activismo y mi militancia. Pero es así acá. Acá no podés poner la dirección en una solicitud de empleo. Después recibí críticas que me preocuparon, sobre todo por mi hijo, pero decidí seguir adelante. De ahí surgió Cruda: exponer mi historia y la de mi familia con orgullo y sin miedo.
David Gudiño está a cargo de la dirección general de la obra.
¿Qué rol tuvo el Centro Cultural Lo de Carola en la obra?
El centro cultural, que lleva el nombre de mi abuela Carola, brindó talleres y apoyo al barrio desde 2009. En la obra llevamos muchos relatos de Carola, como el curanderismo, y varias compañeras del centro trabajan en producción, vestuario, maquillaje y redes. Es un equipo del barrio que acompaña la obra, y eso me encanta. Cruda refleja cómo los pobres nos curamos cuando no hay Estado presente, a través del curanderismo y otras prácticas que aprendí y sigo ejerciendo.
¿Cómo se integraron el humor y la ironía con los relatos crudos?
Mis canciones son irónicas; por ejemplo, hay una que dice que soy una ‘resentida social’ y es graciosa. David les dio una vuelta de tuerca para que sean parte de la obra y funcione todo con humor negro. No se oculta la injusticia, pero cuando la contamos no podés dejar de reírte. Una persona en el ensayo me dijo que se sentía culpable de reírse, y esa es la idea: reírnos porque no nos queda otra. La historia argentina es cíclica e irónica, y esto lo refleja la obra.
¿Qué te gustaría que le pase al público?
Quiero que el público se sitúe en el momento y disfrute. Musical y poéticamente, la obra está lograda, y transmite muchas sensaciones que se viven en el cuerpo. La catarsis artística que empieza conmigo arriba del escenario se comparte con quienes están abajo. Quiero que las personas se permitan sentir, reír y emocionarse, frenar una hora y diez minutos y vivir esas emociones.
Si pudieras hablarle a la niña cruda de los 90, ¿qué le dirías?
Le diría que lo logramos. Esto es resultado de un gobierno nacional y popular que me dio herramientas, del amor de mi familia y de encontrar personas con ganas de trabajar estas temáticas, como David. Le diría que ya no tiene que ir a la iglesia a cantar, ni preocuparse por las dificultades de la infancia: lo logramos. También se lo dedico a quienes no sobrevivieron de mi infancia, amigos y vecinos. La obra es un logro para todos nosotros.
Ficha técnica
Dramaturgia y actuación: Nahir Sánchez Romero.
Músicos en Escena: Sebastián Bistolfi, Fernando López, Leandro Paladini y Mariano Quintana.
Música y letra: Villera Vip.
Dirección Musical: Luciano Huarte.
Producción Ejecutiva: Rodrigo Bistolfi y Fernando López.
Producción General: Paula Peralta Piontti.
Asistencia De Producción: Paula Sanchez.
Fotografía: Lucho Olivera.
Diseño gráfico: Cristian Laureano.
Vestuario y Maquillaje: Yésica Quiroga.
Estrategia de Comunicación y redes: Estefania Antonela
Prensa: Prensópolis
Dirección General: David Gudiño
Funciones: 18 de octubre a las 21 hs, jueves 6 de noviembre a las 21 hs, y domingo 16 del mismo mes, a las 19 hs.
Entradas en: Alternativa Teatral
Bios
Nahir Sánchez Romero es cantautora y artista multidisciplinaria. Criada entre Paraná (Entre Ríos) y Buenos Aires, vive en Villa Soldati, donde fundó el Centro Cultural Lo de Carola.
Es Licenciada en Folklore por la Universidad Nacional de las Artes, y se formó también como Intérprete en Danzas Folklóricas y Tango. Es creadora y cantante del grupo musical Villera Vip. Sus canciones y obras buscan tender puentes entre la identidad popular y la memoria.
Villera Vip es una banda nacida en 2020, en Villa Soldati, Ciudad de Buenos Aires. Fusiona folklore, rock, rap, cumbia y punk; incorporando también poesía y danza. La banda fue pre-seleccionada en el Festival de Arte por la Identidad (FAPI) en 2023, 2024 y 2025, y fue ganadora de la Mención Especial FAUNA 2025 en categoría música popular. Villera Vip se distingue por su propuesta popular desde el humor y la variedad musical.
David Gudiño nació en Salta y creció en Tierra del Fuego. Es licenciado en actuación, dramaturgo y director teatral. Integra el colectivo antirracista Identidad Marrón. Entre sus obras se destacan 'Blizzard', una de las ganadoras del concurso Nuestro Teatro del Teatro Nacional Cervantes, y 'El David marrón', unipersonal por el cual recibió el premio revelación Trinidad Guevara y fue nominado a los María Guerrero en la categoría mejor actuación unipersonal.
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