24 de Enero de 2020
Esta columna juega a ser una especie de ayuda memoria para que cuando te pongas impaciente por el día a día del gobierno de Alberto Fernández recuerdes que venimos de estar bajo las directrices del peor equipo de los últimos 50 años, y que el Frente de Todos se hizo cargo de un país devastado en lo económico, en lo social y en lo cultural. Lejos quedamos de parecernos a la Argentina desendeuda y con proyección a futuro que recibió Mauricio Macri el 10 de diciembre de 2015, y en tan sólo cuatro años nos dejaron en una situación bien parecida a la que atravesamos en el 2001.
Vale diferenciar a este gobierno de aquel compuesto por CEOs porque acá no hay un jefe de Estado que en tono psicópata te dice que tiene que estar tranquilo porque si se pone nervioso puede ser muy peligroso. Tampoco tenemos un presidente reconocido mundialmente por estar implicado en el caso Panama Papers o haber asumido su presidencia procesado por un caso de escuchas ilegales. Alberto no es el único que se diferencia del equipo anterior, porque difícilmente un integrante de este gobierno se saque una foto con un policía que mata por la espalda.
La oposición al Frente de Todos puede estar tranquila porque durante estos cuatro años ninguno de ellos será perseguido judicialmente, no aparecerán en pijamas y esposados junto a dos policías. Tendrán que rendir cuentas, eso sí, pero todo será dentro del marco de la ley y el Estado de Derecho. Lejos estará este gobierno de financiar oficinas dedicadas a hostigar opositores por las redes sociales, acá no habrá ejércitos de trolls justificando la quita de remedios a los jubilados o los subsidios a los discapacitados.
Acá no habrá jueces promovidos por decreto ni obras públicas asignadas a amigos de toda la vida. Este no será un gobierno recordado por llegar a tener cuarenta días de vacaciones en el año. No hay que olvidarse que tuvimos un presidente que hizo del descanso un hábito, y que mientras más días se tomaba, más se alejaba el laburante de poder pasar aunque sea un feriado en la costa junto a su familia. Los integrantes de Cambiemos se encargaron de hacerle saber al pueblo que el ocio no era para todos, no era normal salir todos los fines de semana.
Venimos de un gobierno que hizo de la timba financiera un deporte nacional, esperemos que el gobierno de Alberto Fernández haga todo lo posible para exigirle a los integrantes del gabinete de Cambiemos explicaciones de dónde está todo el dinero que le pidieron al FMI (el préstamo más importante en la historia del organismo). Dujovne hoy se pasea libremente luego de haberse enriquecido de manera obscena mientras fue ministro de economía.
Ni hablemos de pensar que en la campaña de Axel haya sido financiada por aportantes truchos como si lo fue la de la Ex Gobernadora Maria Eugenia Vidal un hecho de corrupción del cuál también esperamos un esclarecimiento. Hablamos de apenas un casos turbios de la gestión anterior y es inevitable no preguntarse por Laura Alonso una mujer que ocupo un cargo para el cual no estaba capacitada y sin embargo lo ejercio impunemente. Podrán decir lo que quieran del Frente de Todos pero no van a caer en cosas tan turbias como las que ocurrieron del 2015 al 2019 en este país .
Seguramente por todo lo que no será y por lo que aspira a ser al Frente de Todos le espera una tarea titánica, a diferencia del gobierno de Néstor que llegó al poder con muy pocas expectativas de parte del pueblo hoy de Alberto Fernández se espera que encamine al país a algo parecido a lo que vivimos los argentinos durante los12 años de kirchnerismo. Pero eso lleva tiempo y la tarea no es nada fácil, el país esta en llamas por culpa de la fiesta PRO.
Con una oposición que está lejos de retirarse después de la derrota electoral, con sectores como el campo que no piensan dar nada de su riqueza y que están dispuestos a dar batalla, mientras EEUU mide hasta donde deja mover al actual gobierno. El Frente de Todos intentará moverse en benefició del pueblo haciendo equilibrio para no caerse. En comparación con lo que sufrimos los argentinos durante los últimos cuatro años es mucha la diferencia, podemos quedarnos tranquilos que vamos por buen camino pero también tenemos el deber de armarnos de paciencia para los tiempos que se vienen.
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