Desidia, duelo e impacto político

• Por Mariano Abrevaya Dios
•   10 de Agosto de 2023

Crédito foto: La Nación

La Argentina está de duelo por la muerte de Morena, una nena de 11 años, en un asalto. El caso desgarra toda sensibilidad, porque resulta inaceptable cualquier muerte evitable, pero más aún, de una criatura que se dirigía a cursar su quinto grado, en la escuela. Uno piensa: llevará décadas recomponer el tejido social, para que otros dos hermanos, luego de una larga noche de jerga, como se comenta, se vayan a dormir, en lugar de abordar arriba de una moto a una nena en edad escolar, para robarle el teléfono, la mochila, o trescientos pesos, con el objetivo –también se comenta- de comprarse una dosis más de paco, ese veneno que te come por dentro, que siempre pide más, que te nubla la razón y pervierte el alma.

La muerte también duele, golpea y lastima, en términos colectivos, porque los que ganan con estos hechos aberrantes son los que predican la mano dura, los pregoneros del discurso punitivista, los que piden bala, los que están dispuestos a terminar con un Estado de Derecho que garantiza, aún en momentos de fragilidad, el funcionamiento de la República y el sistema democrático. Ya lo dijo Cristina: corren tiempos de insatisfacción democrática, porque el capitalismo es salvaje, porque de un momento a otro irrumpen fenómenos muy dañinos e imponderables como una pandemia, pero también porque la política no está pudiendo resolver algunos de los durísimos problemas que sufren millones de compatriotas.

Es una pésima noticia que se hayan cancelado los cierres de las campañas electorales, de cara a las primarias del próximo domingo 13 de agosto. No había margen, porque no se puede hacer promesas ni mucho menos celebrar arriba de un escenario con una herida profunda y todavía abierta en el corazón de un barrio, una familia. Pero es indudable que pierde la política, y una vez más: ganan los que sueltan eslóganes cazabobos, gancheros, pero que a la hora de gobernar hacen agua por todos lados, y en especial, en materia de seguridad, un terreno para el que el PRO y sus aliados solo tienen respuestas represivas, cuando se trata de un asunto público y muy delicado, que se desde el Poder Ejecutivo se abordar con voluntad y responsabilidad, aparte del compromiso de los otros dos poderes del Estado.

El caso de Grindetti es revelador: un intendente en licencia por haberse ido a presidir del Club Atlético Independiente, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en el esquema de Patricia Bullrich, que vive en Caballito, y no solo no pudo prever la muerte de la nena, y aparte se deslindó de manera cobarde de sus responsabilidades, sino que dio el visto bueno para que el área de prensa y comunicación del municipio realice dos operaciones de prensa muy miserables, al tope de la miserabilidad humana y política en circunstancias tan dramáticas: responsabilizar por el crimen a un chico de catorce años –y de paso cañazo seguir alimentando el fuego del discurso punitivista contra los menores que delinquen-, y asociar a uno de los supuestos ladrones con la diputada cartonera Natalia Zaracho, quien forma parte del Frente Patria Grande, cuyo referente es Juan Grabois.

Fue desde ese mismo armado político que en las últimas horas informaron que Morena es hija de Hugo Domínguez, un hombre que hace cinco años trabaja como operario en la Cooperativa Amanecer de los Cartoneros, ligada al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), cuyo referente es también Juan Grabois. La pareja de este hombre, por su parte, es candidata de una de las listas de Unión por la Patria, en Lanús.

El gobierno comunal de Lanús, al sur del conurbano bonaerense, que ayer mostró su falta de reacción estatal  para resolver la urgencia médica que padecía la nena, ya que según informó la propia fiscalía a cargo de la investigación por su muerte, la ambulancia tardó cuarenta minutos en llegar al lugar del robo, una cantidad de  tiempo excesiva, fatal. Tal como suele suceder con los dirigentes y funcionarios de Juntos por el Cambio, pasan más tiempo en los estudios de televisión que en las calles y barrios de sus municipios. Diego Kravetz, secretario de Seguridad, y candidato a reemplazar a Grindetti en la intendencia, es el mejor ejemplo, espécimen de la vieja política, operador en las sombras y propagador de un discurso cínico y peligroso. Ninguno de ellos tuvo la valentía de ir a poner la cara frente a la familia o los vecinos que se manifestaron frente a la comisaría, durante la tarde, o la municipalidad, cuando ya había caído la noche.

El ausentismo electoral era hasta ayer uno de los fantasmas que desde Unión por la Patria se venía tratando de ahuyentar, tanto desde lo discursivo, como en la calle, a través de las bases. Ahora, es bastante probable que ese mismo ausentismo crezca, producto de la bronca que genera un suceso tan deshumanizante como la muerte de una nena de once años. Y la oposición, una vez más, se beneficia con su estrategia de sistemático carancheo, y la idea de cuánto peor, mejor, que incluye, sin sonrojarse, la utilización  de la hija menor de Macri, por el propio Macri, para criticar la realidad del país, hace solo unas horas. ¿Dónde?  En un estudio de televisión.

Por su parte, el Estado de la Provincia de Buenos Aires, mostró una rápida y efectiva reacción de sus instrumentos y capacidades, primero al capturar a los supuestos responsables, como consecuencia de la investigación a cargo de la fiscalía, y por el lado del poder ejecutivo, al realizar un operativo de contención para la familia, en una muestra de sensibilidad, y responsabilidad, que nos permiten confiar en que no todo está perdido.

Se verá qué sucede el domingo. Uno de los ejes puestos en juego es, justamente, más o menos Estado para atender y resolver las necesidades de una buena parte de la sociedad.