A través de dispositivos como el mega Decreto de Necesidad y Urgencia, y el proyecto de Ley Ómnibus, el gobierno de Javier Milei pretende avanzar sobre derechos conquistados y sobre sectores que colocan a la Argentina en lo más alto a nivel mundial. La cultura en alerta.
Kranear conversó con el productor y director cinematográfico Marcelo Pavan, quien milita en el sector de la cultura hace más de treinta años: estuvo implicado en la sanción de la Ley de Cine en 1994. “Soy un poco parte de ese proceso que hoy están queriendo sacar de nuestros derechos”, cuenta.
Además de productor y director, Marcelo es docente en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde da un taller para la preparación de la tesis de los futuros licenciados en artes audiovisuales. También da clases en la Universidad de Mar del Plata, donde dirige la cátedra de documental.
Hace cinco años que vive en Villa Gesell, y que milita a favor de cuidar y profundizar la cultura de la ciudad.
K: ¿Cuál es hoy la agenda de preocupaciones y demandas del sector de la cultura?
M: Son las que ya hemos expresado públicamente, se va a suprimir el Instituto Nacional del Teatro, así como el Fondo Nacional de las Artes. Estos organismos fueron creados por ley, y los quieren sacar a fuerza de un decreto, que es lo más absurdo que he visto en mi vida. Es como si yo creyera que la ley de cine no sirve, entonces hago un decreto y digo que voy a sacar esto y aquello, y después se lo doy a un estudio de abogados para que me lo redacte, y le de forma. Ese es el DNU que está presentando el gobierno.
Evidentemente es algo absolutamente arbitrario, sin ningún conocimiento de lo que es el sector de la cultura.
Respecto de la Ley de Cine, quiero aclarar que el Instituto se financia por dos o tres canales diferentes. Quieren quitar el 25% que ingresa por el ENACOM, que es una masa de dinero importante, y solo quedaría el 10% de las salas, con lo cual van a desfinanciar el fondo de fomento a la mitad. Además van a cerrar las escuelas de cine que tiene el instituto, que son regionales, una por cada región del país.
Es un disparate absoluto porque el cine se autofinancia con recursos propios, no saca ni un peso del tesoro nacional y además es una actividad industrial multiplicadora que brinda conocimiento sobre nuestro país en el exterior. Exportamos un montón de cine y es ridículo pensar que con ello se va a ahorrar algo. Al revés, lo que vamos a hacer es dejar de hacer películas que compiten en festivales y en los mercados mundiales y vamos a generar un déficit muy grande en la generación de contenidos que hoy nos mantiene en mucha consideración en el mundo.
K: ¿Cómo se están organizando frente a este avasallamiento?
M: A nivel nacional en asambleas culturales, y en la provincia de Buenos Aires además tenemos unas asambleas multisectoriales que está impulsando el gobernador Axel Kicillof, que nos parece un buen camino para empezar a oponerse no sólo a este DNU y a la Ley ómnibus, sino a las medidas que quiere tomar el gobierno. Por ahora hemos hecho asambleas todas las semanas y la respuesta es muy buena por parte de la gente de Gesell y también de los turistas que nos visitan.
K: ¿Cómo vieron la intervención de Santiago Mitre, director de la película 1985, en el plenario de comisiones del Congreso de la Nación?
M: Conceptualmente es lo que maneja toda la industria del cine, que como decía antes, es multiplicadora, porque genera muchos puestos de trabajo, divisas para el país. Es mentira que el cine de pérdidas, porque se financia con los mismos aportes que hace la gente que ve cine. Y además es un ente autárquico que no necesita ninguna asistencia del tesoro nacional.
Mitre, al igual que Lucrecia Martel, son voces que nos sirven, porque son respetadas en el mundo, cuentan con muchos galardones, son directores importantes que demuestran que es un absurdo tocar la Ley de Cine y su financiación.
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