Peronismo

El gigante invertebrado

La condena firme contra la líder de la oposición a Milei y Macri no deja dudas: es un castigo, parte de una larga persecución, por ofrecer resistencia al saqueo, el autoritarismo y la rifa de la soberanía. Este presente ajetreado se devora a los corea del centro y no posibilidades de quedar neutral.

Por supuesto que uno está de acuerdo con que cualquiera pueda ser condenado, desde la Revolución Francesa para acá. Caída de la monarquía, igualdad, libertad y fraternidad para todos. Que la ley valga para el ladrón de gallinas y para el de guante blanco o quien se quede con dinero de la obra pública por igual.

Pero se vuelve difícil aceptar la neutralidad de gente que juega al paddle con el líder del alicaído partido que se hace llamar sugestivamente republicano o con quienes se fueron a esconder a un lago homónimo de la Patagonia con estancia paga en un lugar paradisíaco. Una decisión de tres supremos que deja sin candidata no sé si a una mayoría pero sí a una parte importante de la población. Cargo casi vitalicio, juntar dos tercios para ampliar la Corte, renovarla, se vuelve una cuestión bien difícil que ni la rosca política puede destrabar. Dos tercios es mucha gente, el balotaje que consagrara a Milei fue reñido y quedó muy lejos de constituir una hegemonía que le permitiera nombrar o acordar nombrar a alguien. Lijo, Mansilla, experiencias frustradas. Los jueces no deberían poder nombrarse por decreto.

Por otro lado, en un país polarizado que se devoró la imparcialidad casi completamente, ¿dónde podemos encontrar a un neutral? ¿Quiénes serían las personalidades insospechadas de parcialidad y que pudieran comandar por ejemplo el juzgamiento de un líder político de cualquier lado de la grieta? ¿Quiénes podrían ser la CONADEP, aquella Comisión de personalidades eminentes, o el  Moreno Ocampo o el Strassera que pudiera darle un barniz de ecuanimidad a un poder judicial enchastrado en parcialidades, donde el propio juez recusado rechaza como parte del tribunal su propia recusación?

Cristina en la picota, la taba cayendo siempre del mismo lado. ¿Culpable o inocente?, preguntan los supremos arrojando una moneda al aire que tenía impresa la misma cara en los dos lados: culpable. Los medios de comunicación y un amarillismo inédito y anticipador de la noticia. Cuando Perón cayó en el 55 había innumerables juicios que lo perseguían, lo degradaron de su escalafón militar, lo excomulgaron hasta de la Iglesia. Se exhibieron descaradamente los pares de zapatos de la fallecida Eva Perón como una muestra de ostentación inaceptable.

Las organizaciones del campo nacional y popular preparan una caravana multitudinaria para acompañar a Cristina a Comodoro Py, el próximo miércoles 18 de junio. Foto: Catriel Remedi.

Pero los hechos parecen recorrer dos andariveles paralelos: las causas, los procesos judiciales ocupan a leguleyos mayormente, a letrados, a partes interesadas. Luego están los acontecimientos sensibles: la libertadora mandó fusilar gente, los aviones bombardearon la Plaza, el ingreso de los trabajadores disminuyó drásticamente en la distribución del ingreso nacional. ¿El problema era Perón o los trabajadores que lo acompañaban? ¿Qué hará usted para volver?, le preguntaron al General. Nada, todo lo harán mis enemigos.

Las causas leguleyas y la realidad sensible. El escándalo libra y no hay un peso en los bolsillos de la gente, señor Gómez. Doña Rosa putea porque no llega ni a mitad de mes. La inflación del 1,5 pero las tarifas se fueron al 1.000, el transporte un montón, los pesos se escurren, pero ahora podés comprar dólares por el homebanking.

¿Con qué, doña Rosa? ¿Con qué?

Y la condena, que afecta de forma importante a la democracia aunque tenga que haber Justicia y sentencias, como ya se dijo, y caiga quien caiga. ¿Pero qué pasa entonces con los centenares de los otros procesos que involucran a líderes políticos del otro signo y ni siquiera llegan a indagatoria? Si es para un solo lado, la Justicia deja de ser ecuánime y se vuelve castigo interesado, parcial. ¿Qué se castiga? La tozudez de resistir, de oponerse, del peronismo.

No andamos con muchas ganas de escribir últimamente, como diciéndose uno: ¿de qué vamos a contar? ¿Hacemos el parte diario de los despedidos de la semana, de los derechos mutilados, de los vetos a las compensaciones a los jubilados con el agregado de pegarles los escudados porque tienen ganas los miércoles? Estos tiempos ajetreados se devoran a los Corea del centro, ya no hay casi posibilidades de quedar neutral sin aparecer como cómplice de una censura, de una proscripción interesada. Ficha limpia de peronistas, partidos de paddle de jueces y líderes antiperonistas, condenas firmadas o ratificadas por los que van de excursión al lago Escondido.

El departamento de Cristina, en Constitución, el nuevo punto de encuentro de la militancia. Foto: Catriel Remedi.

Los resistentes se expresan, facultades tomadas, calles desbordadas esperando un invierno que se vino a adelantar. Y que necesitará del amucharse de las multitudes para darse calor en tiempos en que el Estado abandona a una peligrosa intemperie a tantos. Donde hay una necesidad, nace un derecho. Donde hay un condenado, suele ser peronista. Pero la realidad viviente de las cosas y de las crueldades sin número cometidas por una administración indolente terminará probablemente imponiéndose a la hojarasca de una causa que es un bosque de papeles que nadie nunca leyó acaso porque ya se conocía su desenlace sin suspenso. Pero el final está abierto cuando hay resistentes que no se acostumbran del todo a vivir sin derechos. Levantarse, volverse a caer. Y el volver a reconstruirse mil veces del gigante invertebrado, como lo llamaba John William Cooke en los 60. La fantasía de su extinción deseada por muchos y el renacimiento perpetuo  del peronismo porque constantemente es la representación, la identificación, el espejo donde reconocerse de los desheredados de ayer y de hoy. Y de siempre.

author: Sebastián Giménez

Sebastián Giménez

Escritor y trabajador social. Autor del libro Victoria siempre (Editorial Sudestada), y de relatos cuervos y otros libros setentistas.

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