Cultura Militancia

Los colectivos culturales se organizan

Con Horacio González a la cabeza, más de cien representes de distintos espacios de la cultura se juntaron en el centro cultural Caras y Caretas para realizar una declaración conjunta contra el las políticas de ajuste y persecución de Cambiemos. Llamaron a una nueva reunión para el 25 de Mayo.

29 de Abril de 2017

Por Santiago J. Alonso

Un grupo significativo de colectivos culturales, entre los que figuran el Frente de Artistas y Trabajadores de las Culturas, el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), la Coalición para una Comunicación Democrática, Justicia Legítima Asociación Civil, la Asociación de Comunicadores por Internet, el Espacio Carta Abierta, la Red de Comunicación Ciudadana, el Centro Cultural Caras y Caretas, Mucompa, el espacio Teatro por la identidad, la Agencia Paco Urondo, ACAPI, Resistiendo con aguante (CABA) y el colectivo artístico Tiza y Carbón, entre otros, se reunieron en el subsuelo del centro cultural del Suterh, para aportar a la conformación de un frente nacional que sirva como alternativa al modelo neoliberal que hoy, en nuestro país, se encarna en el gobierno de la Alianza Cambiemos.

Un modelo que no respeta leyes aprobados por mayorías parlamentarias y con apoyo de amplios sectores de la sociedad, que tiene presos políticos como Milagro Sala y otros dirigentes de la organización barrial Tupac Amaru, que hostiga judicialmente con causas armadas a sus oponentes políticos con mayores posibilidades de derrotarlos en las urnas, como sucede con Cristina Fernández de Kirchner y su familia, que destruye la industria nacional, deja sin trabajo a miles de argentinos y reduce el salario de otros miles subiendo sus cargas sociales, mientras minorías poderosas, como el sector agropecuario y el financiero, las empresas mineras y petroleras son favorecidas con la quita de impuestos.



Sin dudas, el sector de la cultura es uno de los más golpeados por las medidas políticas, económicas y culturales del gobierno del Pro y los radicales en un año y medio de gestión. Esto llegó a uno de sus puntos más altos en las últimas semanas, con el ataque a los ex directores del INCAA y el ENERC, lo cual unificó a todo el sector de la industria del cine en su defensa. Pero lo que se puso en claro en el encuentro que se realizó en el centro cultural Caras y Caretas el miércoles 26 de abril, es que el gran problema, señalado por muchos de los oradores como “el enemigo a derrotar”, es el modelo neoliberal. Un recetario de medidas antipopulares y nacionales que la Alianza Cambiemos instrumenta a rajatabla, a pesar del descontento social y la devastación económica que ya ha generado en amplios sectores de la población.

Cerró el encuentro Horacio González, sociólogo, escritor, ensayista, ex director de la Biblioteca Nacional y miembro fundador del Espacio Carta Abierta, quien invitó a "hacer una lectura lúcida" del Gobierno. Señaló que "la Argentina vive en un jeroglífico. Estamos ante un gobierno neoliberal que cuenta con apoyo popular" y aseguró que "en nombre de una pseudodemocracia, utilizan instrumentos legales de forma persecutoria". "Hay una vasta tarea de crítica de las políticas económicas, sociales, jurídicas, mediáticas y culturales que están desplegando, transfiriendo al Estado su estado mayor de negocios", afirmó.



Los cien representantes que colmaron el salón plantearon "acompañar el creciente estado de movilización favoreciendo la recuperación de un proyecto de convivencia democrática, justicia social y cultura crítica" y decidieron crear una mesa de trabajo con integrantes de cada colectivo y realizar una actividad pública alrededor del 25 de mayo próximo.

A continuación incluimos el documento que difundieron los colectivos que participaron del encuentro:

DECLARACIÓN DE COLECTIVOS CULTURALES ANTE LA GRAVE SITUACIÓN DEL PAÍS

Con la conciencia de que los acontecimientos electorales de fines del 2015 no devinieron en una mera proclamada alternancia republicana, sino en un proyecto de sustitución imperativa y sin sustantivos respaldos legales de la institucionalidad democrática, de todo el andamiaje de derecho en la Argentina y de cualquier horizonte de igualitarismo social, los distintos colectivos que firman esta declaración, formados después de las elecciones o en años anteriores, conjugando diferentes tradiciones, y distintos campos científicos, profesionales y culturales, llaman a la realización de un conjunto de acciones comunes ligadas a la necesidad de actividades reparatorias que esas circunstancias nos reclaman. Es preciso acompañar el creciente estado de movilización social favoreciendo la recuperación de un proyecto de convivencia democrática, justicia social y cultura crítica. De este modo y por ello mismo, sentimos la urgente necesidad de ir creando un conglomerado en red, un ámbito compartido de discusiones, que no excluya la identidad de cada colectivo, que permita bajo deliberaciones autónomas y comprometidas, hacer una lúcida lectura de la nueva instancia gobernante. Esta colecciona las más graves herencias de las neoderechas argentinas y le agrega un particular estilo de despotismo de las maquinarias de la reproducción económica y política de la desigualdad y el disciplinamiento social, que enmascaran bajo el nombre de “sinceramiento” y la palabra “normalización” y otros artificios salidos de las oficinas creadoras de ideologías de servidumbre más ostentosas que se han conocido en la historia nacional.

La persecución político-jurídico-judicial que el Estado está orquestando contra dos mujeres: Milagro Sala y Cristina Fernández de Kirchner constituye una clara demostración de la ausencia de los límites que debieran haber generado mínimas exigibles condiciones democráticas, de las cuales los actuales gobernantes carecen. Hay por delante una vasta tarea de crítica de las políticas económicas, sociales, científico-tecnológicas, jurídicas, mediáticas, comunicacionales, artísticas y culturales que está desplegando esa derecha, que actúa transfiriendo al Estado su estado mayor de negocios. Al descubrir esta cuestión dramática, la llaman tranquilizadoramentre “conflicto de intereses” y pretenden seguir adelante amparados en protocolos con los cuales prometen autocontrolarse y al mismo seguir adelante con su misma identidad depredadora de las instituciones políticas, económicas y educativas.

Es necesario confluir en un frente nacional, popular y democrático superador, respetando la singularidad de cada sector. Un gobierno vacío de coherencia pública pero férreo en su convicción demoledora arrojada sobre el vivir en común, exige nuevas ideas de lucha y compromisos, y nuevos recursos intelectuales y morales para combatir las novedosas maniobras de sujeción espiritual y material. Si un día emplean un adjetivo que revela la penuria de su pensamiento y la estrechez ética de sus propósitos y al otro lo cambian por su contrario, no es por la perspicacia con la que exploran el ánimo social sino por la mezcla de ausencia de ideas, incluso para realizar una inconmensurable destrucción cultural, con un desvergonzado desinterés por mantener siquiera un nivel expresivo mínimamente relacionado con sus propias convicciones, surgidas cada vez más de ruinosos gabinetes de punición. Temas como la educación pública en todos sus niveles, los medios de comunicación en todos sus géneros y estilos, las ciencias jurídicas y sociales en todas sus formas de institucionalidad, ajenas a su uso persecutorio, están en las motivaciones de nuestro llamado.

La presente situación muestra un corrimiento de la frontera represiva, que afecta ahora a las Universidades públicas, donde irrumpen efectivos policiales bajo su metódico rastro de terror. La concepción del espacio público es vista ya como un ámbito de despliegue de la infantería policial o de la gendarmería. Aspectos represivos que comenzaron siendo meros indicios se ven crecientemente desarrollados y amenazan llegar a una forma plena que de consumarse nos pondría frente a la realidad aciaga de un estado policial como núcleo definitivo del macrismo, mientras una verba ya ritualizada declamaría como máscara ajada, un pluralismo faccioso. Conocida fórmula para recubrir actos dirigidos contra las libertades públicas en peligro. Es así como también amenazan todo lo referido al mundo de la imaginación literaria, la ciencia y la técnica, en todos sus niveles de creatividad, innovación y relación con la autonomía intelectual y el reclamo de financiamiento público democrático, en este caso y en todos los demás mencionados. No es olvidable, en este contexto, que hacia nuestras responsabilidades y definiciones, también debemos plantearnos nuevas exigencias relacionadas con los requerimientos de un nuevo cuño expresivo y original en nuestros medios objetivos y subjetivos de actividad política, cultural, profesional, comunicacional y científica.

El necesario acompañamiento de la movilización colectiva, nos llevan pues a firmar este llamado a la configuración y realización de acciones de compromiso común en relación a los graves problemas señalados, a fin de responder con una adecuada articulación, deliberación y producción periódica de actos y enunciados públicos con el afán de dotarlo a la vez, de más amplias bases políticas y sociales.

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