¿Por qué les dolió tanto Eurolat?

• Por Franco Metaza
•   16 de Abril de 2022

Por Franco Metaza (*)

Eurolat Argentina 2022

Nuestro país fue sede de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana conocida como Eurolat. Este importante ámbito de cooperación parlamentaria bicontinental se inscribe en la asociación estratégica entre América Latina y Caribe y la Unión Europea. Su primera asamblea fue en Bruselas, Bélgica en el año 2006 y sesiona anualmente alternando entre un continente y otro. Esta fue la primera vez que se celebró en Argentina.

Eurolat reune a 150 parlamentarios: 75 del Parlamento Europeo y 75 en representación de distintos parlamentos regionales latinoamericanos. Sus principales objetivos son debatir y acordar posicionamientos políticos y emitir recomendaciones de leyes que luego puedan ser consideradas en los distintos parlamentos nacionales. En suma, los parlamentarios reunidos en asamblea representan a 1.200 millones de personas de ambos continentes.

Esto para la oposición macrista es algo intolerable. Ellos siempre quisieron construir la idea de que estamos “aislados del mundo”, pero ese relato choca con esta asamblea organizada exitosamente por el Congreso Argentino en la que participan 27 estados de Europa y 33 estados de Latinoamérica y el Caribe.

Cristina en la apertura

Corresponde en este tipo de encuentros de organismos parlamentarios internacionales que las aperturas o cierres estén a cargo de las máximas autoridades de los parlamentos anfitriones, en este caso de la Presidenta del Senado. ¿Se imaginan lo que hubieran dicho si Cristina no iba? Pero claro, no les basta una cosa o la otra, pretenden también que haya un discurso único que no avance más allá del status quo.

Muchos están acostumbrados a que en las relaciones internacionales se repitan frases monocordes políticamente correctas, plagadas de buenas intenciones, pero que no le cambian la vida a nadie. Pues con el kirchnerismo no. Como nos enseñó Cristina, vamos a discutir todo. También en los ámbitos de la diplomacia.

La Ballena del CCK, colmada para escuchar las caracterizaciones de CFK.

Me tocó estar en una sesión de apertura similar de otro organismo parlamentario internacional hace unos meses en Madrid encabezada por el Rey Felipe VI de España. El auditorio tenía una estética bastante parecida y los discursos también tuvieron declamaciones políticas de mucha potencia. Fueron aplaudidos con énfasis e incluso con algunos gritos de “que viva el rey”. Y nadie se indignó mucho. Entonces, lo que molesta evidentemente no son las formas sino las ideas que se defienden ante escenarios semejantes. Bueno, en rigor de verdad hay una diferencia fundamental. El Rey heredó la jefatura de estado de su padre Juan Carlos I; a Cristina la votó el pueblo.

La carta del bochorno

Circuló por medios de comunicación y redes sociales una carta de un puñado de parlamentarios europeos que se mostraron a disgusto con el acto de apertura. Esta media docena de eurodiputados fogoneados por un par de legisladores macristas “apuestos a todo”, pertenecen a un grupo de derecha fascistoide europea que no tiene representatividad y defienden ideas del siglo pasado, como por ejemplo la regresión en los derechos de las mujeres, porque según aducen, se deteriora la institución de la familia.

Les molestaron los aplausos y el fervor militante en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner. Los invitados a la sesisón de apertura fueron: los 72 senadores y senadoras de la Nación, los 257 diputados y diputadas de la Nación, los 43 parlamentarios del Mercosur por Argentina, legisladores provinciales de distintas provincias de nuestro país y concejales/concejalas de localidades cercanas. Es decir, Poder Legislativo en sus tres niveles nacional, provincial y municipal. Un público totalmente pertinente para un evento parlamentario.

Lo que el macrismo no comprende y debería empezar a darse por notificado, es que el proyecto político de Néstor y Cristina parió una generación de cuadros políticos que hoy ocupan precisamente esos lugares de representación ciudadana a lo largo y ancho del país. Y sí, somos y seremos siempre militantes porque no nos molesta el camino más largo.

(*) Director general de Relaciones Internacionales del Senado de la Nación.