Entrevistas Política Militancia
“Tenemos un jefe comunal que administra el municipio como si fuese una empresa familiar”
Con la primera imagen que nos topamos al poner un pie en la plaza del pueblo de San Vicente es un campamento de municipales. Treinta trabajadores toman mate y conversan debajo de dos gacebos, mientras desde un equipo de audio suena a todo volumen una canción de protesta. Varias banderas cuelgan entre las columnas de luz y los árboles. A un costado están arrinconados dos bombos y un redoblante. La mayoría de vecinos y vecinas de San Vicente pasan frente a ellos con indiferencia. Pero no se puede tapar el sol con la mano. Hacía un par de décadas que los trabajadores del municipio no encabezaban un plan de lucha por la defensa de sus puestos de trabajo y su salario.
Cuando llamamos a Nicolás Mantegazza, jefe de bloque de concejales de Unidad Ciudadana (UC) y presidente del Partido Justicialista local, para avisarle que ya estábamos allí, nos pide que hagamos cinco kilómetros más hasta su pueblo, en el que nació, creció, fundó un club y edificó su carrera política: Alejandro Korn.
La gestión de Cambiemos al frente del municipio hace agua por todos lados.
En el camino tuvimos la posibilidad de disfrutar del típico paisaje de pueblo bonaerense: veredas anchas, casas antiguas y bajas con terrenos verdes en el frente o el fondo, arboles por todos lados, pocos comercios, chicos con delantales blancos que van y vienen con la mochila en la espalda, un agente que ordena el tránsito, motos, bicicletas, algún colectivo y el horizonte ancho para donde uno levante la vista. A medida que abandonamos el centro emergen a los costados casas quintas, calles de tierra y más verde. Caballos. Una vaca pastea al costado del asfalto.
Nepotismo al palo
Lo primero que nos cuenta Nicolás es que en las últimas horas la señal de noticias C5N levantó una denuncia de UC, por nepotismo, en contra del intendente de San Vicente, Mauricio Gómez. El ex empresario del rubro de los servicios fúnebres que le había arrebatado al peronismo, en 2015, la jefatura comunal, subido a la ola amarilla de la Alianza Cambiemos, hizo crecer la planta de empleados del municipio de 1.00 a 1.400, y aparte triplicó la planta política con su esposa, hijos, hermanos, padre y yernos, entre otros. Un escándalo.
“En un distrito en el que viven 100 mil personas, y que depende casi de modo exclusivo de la coparticipación provincial y nacional, los nombramientos significan un golpe muy duro para el presupuesto”, cuenta Nicolás en un bar en el que hacemos la primera parada. Son las 13.15 de la tarde y en una gran pantalla juegan Bélgica-Dinamarca. Cuando entramos se saludó con un cliente. El dueño del comercio y la camarera que nos atiende también lo reciben con cariño.
El ex funebrero y actual intendente de Cambiemos, Mauricio Gómez.
“¿Y qué piensan hacer desde el bloque de UC?”, preguntamos. “Vamos a presentar una ordenanza municipal para poder regular este tipo de situaciones. Los nombramientos no son ilegales sino ilegítimos e inmorales. No es lo que la gente quiere de nosotros”.
Durante la mañana lo habían entrevistado la señal TN y la denuncia se terminó de nacionalizar. Se trata de una bomba mediática que sacude aún más la política local. Nicolás nos cuenta que la gestión está transitando su peor momento, como le sucede a Vidal y a Macri. Consultado por una radio, el jefe comunal declaró que puso a toda su familia en el municipio porque confía solo en ellos. En otro programa de radio, llamó como oyente, y calificó de payasos a los municipales, presentes en el estudio. “No se puede creer la impunidad con la que maneja”, se lamenta Nicolás.
La entrevista
Luego de almorzar los sándwiches e intercambiar opiniones sobre el mal arranque de la selección nacional en Rusia, volvemos a la calle. El concejal saluda a una pareja que almuerza en las mesitas de la vereda. Hacemos cinco cuadras arriba del auto, hasta una de las unidades básicas del espacio político que preside Nicolás: Las tres banderas. Ahí conversaremos, mate de por medio, sobre la el país, la provincia, el municipio, su club, la unidad del peronismo y su carrera política.
Nicolás se dirige a una pequeña cocina, adosada el salón principal, y pone a calentar una pava de agua.
¿Qué opinás de la crisis socio económica, la corrida cambiaria y el acuerdo con el FMI que selló el Gobierno nacional?
San Vicente no está ajeno a la crisis y a la realidad de la provincia de Buenos Aires. En cada una de las recorridas y en las charlas con los vecinos vemos cómo afecta en las familias la falta de trabajo, el sueldo que no alcanza. Vemos cómo han aumentado los comedores y merenderos. Desde el primer momento, las decisiones del gobierno beneficiaron a un solo sector, el del poder concretado.
¿Qué te parecen los cambios en el gabinete que anuncio Macri en las últimas horas?
Es una medida especulativa para cambiar el eje de la crisis o para poner un chivo expiatorio. No tenemos que olvidarnos que los ha bancado durante todo este tiempo. No es que los está sacando del gobierno, los está reubicando en otras funciones. Más bien los ha premiado.
Mantegazza tiene un gran proyección política en su distrito.
Trascendió que altos funcionarios como Arribas están disfrutando del mundial en Rusia, cuando anunciaron que no iba a viajar ningún funcionario.
Este gobierno se ha jactado de ser dialoguista, de escuchar, de reivindicar los valores de la República, y la verdad es que son la antítesis de eso. Lo hacen en todos los niveles de gobierno, nacional, provincial y local. Han tendido cortinas de humo para dispersar la atención pero el pueblo argentino ya se esta dando cuenta. En campaña le han dicho al pueblo lo que quería escuchar y han hecho totalmente lo contrario.
Nicolás va hasta la cocina, vuelve con el termo y ceba el primer mate. Le suena el celular, pero corta sin atender. Tiene un día agitado, ya nos lo contó, por la denuncia contra el intendente. Mantegazza se convirtió en concejal por UC en las elecciones intermedias de 2013. Luego de las elecciones de 2015, comenzó a presidir el bloque, y en 2017 encabezó la lista de la fuerza política que conduce Cristina Fernández de Kirchner, luego de ganar una interna.
En las elecciones de 2017 acá en San Vicente, UC ganó por 400 votos, ¿no?
Sí, desde nuestra patria chica pudimos hacer nuestro aporte ya que Cristina ganó -y ganaron también en la categoría concejales; aunque perdieron en la terna diputados provinciales-. Uno pensaría que después de dos años del triunfo del intendente, con los recursos del municipio, con gobiernos del mismo signo a nivel provincial y nacional, y todo a favor, podrían haber transformado la realidad de los sanvicentinos. Está claro que le han dado la espalda al pueblo, no escucharon y el vecino les dio un golpe importante en las elecciones legislativas.
¿Qué proyectos presentaron el Consejo Deliberante con el bloque de UC durante el último tiempo?
Entre otros, impulsamos proyectos de obras hidráulicas para los barrios del Rosedal, Santa Ana y La Esperanza, una deuda histórica con los vecinos que cada vez que llueve se inundan. Estos proyectos están aprobados pero desde el ejecutivo municipal los cajonearon.
Todos los fondos que recibió San Vicente producto del endeudamiento de la provincia de Buenos Aires para infraestructura, los volcaron para pagar sueldos. Hicieron un paseo costero a lo largo de la laguna que frenó todas las obras, las mejoras de las calle que repercute en un mal servicio en la recolección de residuos, en la circulación de ambulancias y patrulleros.
Las calles de tierra y el cielo celeste, una postal del pueblo.
¿Cuáles son las principales problemáticas que aquejan a los vecinos de san Vicente?
En los últimos dos años todos los problemas de San Vicente se agravaron, pero existe una gran preocupación por la ola de delito, que aumentó particularmente en Alejandro Korn. La inseguridad se volvió una costumbre.
¿Incide la crisis socio económica?
Sí, pero hay que tener una política clara a nivel local para coordinar acciones. Tenemos la policía local, la de la provincia y el personal del centro de operaciones municipales. No hay una coordinación de las fuerzas. Hasta el 2015 había presencia de Gendarmería Nacional. El delito se va disipando en función de cómo uno lo ataque. Se trata de una problemática compleja que se ha corrido hacia San Vicente. El trabajo de la policía saturando los centros y no coordinando la periferia hace que tengamos delitos en casi todos los barrios. Tuvimos algunas entraderas, delitos que no se han visto nunca.
¿En salud y educación cómo está el municipio?
Muy mal. El distrito creció muchísimo y este año tuvimos 2.000 chicos sin vacantes, fundamentalmente en los jardines de infantes y en primaria. Donde mas tiene que estar el Estado tenemos los problemas mas graves.
Tomando la voz de la comunidad educativa, presentamos un proyecto para declarar la la emergencia educativa. El gobierno local no lo quiere reconocer, siguen mirando para otro lado, la mejor forma de encarar un problema es reconocerlo y trabajar en conjunto. Nosotros generamos los ámbitos de debate para generar consensos y definir estas prioridades pero el gobierno local sigue sin escuchar. Seguimos sin tener resuelto incluso que los que están dentro del ciclo lectivo tengan una silla y una mesa.
El mate ayuda a ponerle el pecho al frío. No hay calefacción ni tevé para espiar algún gol mundialista. Nos frotamos las piernas, tomamos notas en el cuaderno. Del otro lado de la puerta de madera se aprecian los rayos que el sol derrama sobre el piso de cemento de la entrada.
¿Qué reclaman los municipales que vimos hoy en la puerta de la intendencia?
San Vicente es un municipio chico en términos de recursos propios, y está muy atado a la coparticipación provincial. Con los nombramientos de familiares y amigos hicieron estallar el presupuesto municipal, y ataron de pies y manos la discusión paritaria. En este último presupuesto la incidencia de la masa salarial es del 94% de los recursos propios y solo el 6% para el funcionamiento del municipio. Aun no se han cobrado los aguinaldos. La situación es crítica. Tenemos un jefe comunal que producto de la soberbia y la prepotencia, administra el municipio como una empresa familiar.
¿Y la gestión de la gobernadora Vidal?
Vemos lo mismo que hace el presidente Macri: solo discurso y cortina de humo. Goza de un blindaje mediático importante. Por ejemplo la educación depende de la provincia, o sea que la situación de los chicos de San Vicente es responsabilidad de ella. La situación de la inseguridad también, mas allá de los aportes que se pueda hacer desde el municipio. La gran mayoría de los problemas son de la provincia y la poca capacidad de gestión de la intendencia local. No han resuelto nada de los problemas de los bonaerenses, los han agravado. El endeudamiento, la fuga de divisas, nuestra generación, la de nuestros hijos y nietos van a pagar toda esta deuda. Nosotros nos preguntamos ¿dónde están esas obras? En San Vicente no las vimos. Uno recorre y no ve que se salden esas deudas históricas con los bonaerenses como se había comprometido la gobernadora.
¿Creés que pese al inmenso aparato de prensa y propaganda que tiene a su favor Cambiemos, el ciudadano de a pie está comenzando a ver que el gobierno no representa sus intereses?
Sí, hay mucho descontento. La clase media está siendo muy golpeada, los comerciantes y las pymes también. La situación económica, los tarifazos, la baja del consumo está golpeando a muchísimos vecinos. Nosotros venimos diciendo hace tiempo de que este gobierno de ricos, de Ceos, no iba a gobernar generando derechos para el pueblo sino que iba a generar retrocesos, y los vecinos se están dando cuenta porque lo están padeciendo. Les dieron beneficios a las mineras, la liberación de las importaciones, la especulación financiera, todas medidas que no fueron acciones aisladas, sino que son parte de un programa político y económico.
Vemos un giro en gran parte del sector docente, en los empleados del Banco Provincia, vecinos que han acompañado a este gobierno y que mostraron un gran descontento con la reforma de la caja previsional, el sector farmacéutico, los jubilados. Hoy por hoy se ven congelados los beneficiarios de la ANSES, que no se lo han quitado pero quedó en el tiempo, la inflación se los comió. Esperemos que desde el peronismo podamos sintetizar una verdadera alternativa de cara a los vecinos que los exprese, que los represente para que en las próximas elecciones podamos desde un proyecto nacional que gobierne para los cuarenta y dos millones de argentinos y devolverle la alegría a nuestro pueblo.
¿Vas a ser candidato a intendente de San Vicente en el 2019?
Desde nuestra fuerza política logramos imponernos en las últimas elecciones y ahora aspiramos a recuperar San Vicente en 2019 y que el distrito vuelva a brillar, sí. Hay que trabajar desde el lugar que tenemos en el Concejo Deliberante, trabajar para los vecinos de nuestras tres localidades siendo su voz, peleando por sus necesidades e impulsando proyectos y propuestas. Tenemos una aspiración clara para el 2019 pero hoy estamos centrados en el trabajo diario en este momento difícil que están atravesando los vecinos.
El bendito peronismo
A un costado, contra un codo de la pared, y en una lona de campaña, Nicolás posa junto a Cristina. Él encabeza la lista de concejales; ella, la de senadores. Enfrente, sobre el piso de ladrillos, hay apiladas algunas banderas. Todo el material de campaña tiene la marca de Las tres banderas. Ganaron la interna, y luego la elección. Aparte, Nicolás ganó la conducción del Partido Justicialista local. El peronismo es tema obligado de la entrevista. De nuevo le entra un llamado y otra vez corta sin atender. Chupamos el mate y lo devolvemos.
Durante toda nuestra estadía en el pueblo, fuimos testigos del cariño que Nicolás recibe de parte de vecinos y vecinas.
¿Habrá unidad del peronismo para el 2019?
Creo que la unidad se tiene que dar de modo indefectible porque tenemos que entender que el enemigo de nuestro pueblo son las políticas del gobierno, tanto nacional, como provincial y en nuestro caso, también el local. Ese punto de inflexión tiene que lograr que todos los dirigentes entendamos que el enemigo no lo tenemos al lado, sino enfrente. Como peronistas y siendo parte del campo nacional y popular, tenemos que dejar de señalar a determinados compañeros o compañeras, y tratar de mirar para adelante, teniendo claro que hoy la gente la está pasando mal y necesita tener una esperanza, y el único modo de construirla es ampliando una base de sustento político y electoral.
Con todos adentro.
Sí. No sobra ningún compañero. Aquellos que dicen que el límite es tal o cual, está equivocado. Nuestro límite es Macri, la máxima expresión de estas políticas del ajuste y del hambre.
¿Qué opinás sobre la intervención del PJ Nacional?
Se trata de una medida que carece de sustento jurídico y tiene que ver con una movida del gobierno. Por supuesto que cuentan con la ayuda de un grupo que les es funcional para tratar de romper al peronismo.
¿Qué te parecen los encuentros #Hay2019?
Celebro ese tipo de encuentros; es ahí donde nos encontramos los compañeros para que podamos comenzar a transitar la unidad. Tenemos que dar todas las discusiones que haya que dar y limar las asperezas que haya que limar, y eso se logra con trabajo en este tipo de encuentros.
¿Vamos hacia una gran PASO?
Posiblemente sí, y si algún sector quiere que dar una discusión lo tiene que hacer para adentro, para no ser funcionales a la estrategia de Cambiemos, que es dividir el voto del peronismo. Las discusiones internas deben ser saldadas antes de ir la elección general.
¿Cómo es la discusión al interior del PJ Bonaerense que dicen que hay que desconurbanizar al peronismo y tomar las demandas del interior de la provincia?
La provincia de Buenos Aires es muy amplia y en cada una de sus regiones tienen sus propias particularidades. En el caso de San Vicente, tenemos problemas que tienen que ver con el tercer cordón del conurbano. Para algunos somos conurbano y para otros somos el Gran Buenos Aires, es fino el límite, pero recibimos una gran inmigración producto de la crisis habitacional del primer y segundo cordón, o la misma Capital Federal, y en los últimos años hemos crecido de modo exponencial, y ese crecimiento no fue acompañado, por ejemplo, con infraestructura, salud, educación, seguridad. Por eso, creo que cada región de la provincia, o las secciones electorales, tienen particularidades que deben ser atendidas cada una a su manera.
Estrella del Sur
Nicolás siempre tuvo un vínculo con el deporte, en particular con el fútbol. Se le nota en el cuerpo. Tiene 33 años pero parece menos. Alto, flaco, un atlético estado físico. Como central defensivo, o lateral derecho, hizo inferiores en varios de los clubes más importantes de la zona sur del Gran Buenos Aires. “Me gustaba más lograr un buen quite que meter un gol”, nos confesó hace un rato, en el almuerzo, con una de las tantas sonrisas que se le dibujaron en la cara durante la jornada. Pero a los dieciséis/diecisiete años decidió que lo suyo era la educación física. El lugar elegido, luego de finalizar el secundario en el pueblo, fue el Instituto Superior de Educación Física Nro. 2 Federico Dickens, del barrio porteño de Parque Chacabuco. Una institución estatal.
La cancha de once del Estrella del Sur.
Nicolás contó con el apoyo total de sus padres, tanto por la elección de la carrera como en lo económico, ya que tenía que viajar todos los días cincuenta kilómetros. Con los estudios superiores coronó una formación que en todos los niveles se había forjado en la escuela pública.
“Cuando me inscribí en la carrera lo hice para seguir vinculado al deporte y no tanto al trabajo escolar”, señala, “pero durante los primeros años de estudio tuve la oportunidad, primero de trabajar con las juveniles del club Atlético Huracán, y más tarde de poner la piedra fundamental, acá en el barrio, que terminaría en la fundación del club Estrella del Sur de Alejandro Korn”, su lugar en el mundo.
“No me voy a olvidar nunca”, dice con los ojos bien abiertos y otra sonrisa en la boca: “El club lo fundamos junto a un grupo de amigos y vecinos el 14 de marzo de 2006”. Y afirma, orgulloso: “Hoy, 12 años después, contamos con una institución modelo, con sede propia, en la que entrenan 400 chicos y chicas, no solo fútbol, sino también patín y jockey, entre otras actividades”. Hace pocos días inauguraron un salón cerrado para realizar actividades sociales y culturales.
“Para Cambiemos las políticas públicas vinculadas al deporte son un gasto –dice, y cita el caso de la selección nacional de fútbol femenino, que el torneo internacional de hace un mes atrás denunció la falta de apoyo oficial- y para nosotros el deporte, en términos sociales, es una alternativa a la esquina. Es también una manera de llegarle a los más chicos y a los jóvenes para poder incluirlos no solo al sistema sino también para ofrecerles la posibilidad de trasmitirles valores. El deporte es una herramienta fundamental”.
Las canchas de césped sintético son un gran logro de la institución.
“¿Vamos a ver el club?”, proponemos. “Por supuesto”, dice. Nos ponemos de pie, él limpia el mate y vacía el termo en la cocina y salimos. Son las 15.30 y el sol todavía entibia la tarde. En la calle lo saluda una mujer que lleva de la mano a una nena de edad escolar. Recorremos unos quinientos metros arriba del coche. Cruzamos una vía, un hombre en bicicleta estira el brazo para saludarnos y un perro nos ladra desde la puerta de una casa. Transitamos con cuidado entre los pozos de una calle de tierra. Una soga de la cuelga ropa limpia bailotea al ritmo de una brisa muy fresca. Estacionamos en el frente del club. El encargado nos abre una puerta de alambre tejido. A Nicolás le da un abrazo.
Estrella del Sur juega un torneo federal en representación de su localidad. La cancha de once jugadores se despliega a lo largo de los cien metros de extensión de la calle de tierra que la bordea a un costado. Ahora luce vacía y con una cantidad aceptable de césped. No hace falta revisar una galería de fotos: Ahí se jugaron cientos de partidos, finales, alguna vueltas olímpica y también alguna batahola con unas cuantas trompadas. Más adelante están las canchas de césped sintético y también las de cemento. Ahí juegan ahora una decena de pibes de doce y trece años. Vamos hacia allá. El piberío tiene puestas camisetas de fútbol y pantalones cortos, a pesar del frío. Todos le dan un beso a Nicolás. Nos sacamos un par de fotos. Él les propone que formen como un equipo de fútbol, con dos hileras. Lo hacen. Algunos, incluso, cruzan los brazos. Bélgica le ganó tres a cero a Panamá, nos cuenta uno de rulos.
La recorrida por el club finaliza en la construcción más nueva, donde hay vestuarios, un pequeño buffet y un salón cerrado para eventos culturales. Todo hecho a nuevo. El encargado sonríe con orgullo.
Los pibes son los grandes protagonistas del club.
¿Hoy en día le estás pudiendo prestar atención al club?
Hay un equipo de gente al frente de la gestión, y más aún el año pasado, cuando estuve al frente de la campaña electoral. Me apoyo muchísimo en ese grupo de personas, fundamentales para que el club siga creciendo. Hoy mi rol en la institución es otro, pero cuando arranqué hacía pozos, ponía ladrillos, ataba las redes a los arcos, me ponía al frente de una práctica de fútbol, iba a la liga, lavaba las camisetas o buscaba publicidad para el club.
¿El contexto de los años anteriores ayudó al crecimiento de la institución?
Claramente. Nosotros no hubiésemos logrado cumplir este sueño sin el apoyo de vecinos y amigos, que aparte de aportar su esfuerzo, tenían resueltas varias necesidades básicas.
De hecho hoy en día uno de los grandes afectados por el programa económico de Cambiemos son los clubes de barrio.
Tal cual. Los tarifazos y la crisis económica que están viviendo las familias, repercute de modo directo en estos espacios. Vemos la imposibilidad de pagar las cuotas, hacemos un esfuerzo cada vez más grande para pagar los servicios, organizamos eventos para solventar cuestiones básicas.
Estamos otra vez en la puerta del club. Detrás del alambre de tejido queda la institución que tanta importancia tiene para Nicolás y su gente. Le vuelve a entrar un llamado y él vuelve a cortarlo. Es hora de volver a casa. Frente a un paredón que todavía tiene una pintada con la fórmula de campaña de UC, y sobre la calle de tierra, hacemos las últimas preguntas. La primera es bien personal: su familia.
Nicolás tiene cuatro hermanos y junto a sus padres crecieron en Alejandro Korn. Luego de armar su propia familia se mudó a siete cuadras de la casa familiar en la que se crió. Su compañera es contadora y ejerce su profesión en la zona. Tienen un nene de tres años y medio.
¿Ya juega al fútbol?
Arrancó en la escuelita de futbol del club, obvio. Es un orgullo poder verlo con la camiseta que unos cuantos alguna vez soñamos.
¿Qué te parece el fenómeno político del movimiento de mujeres y la media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo?
Lo celebramos y acompañamos desde nuestros lugares de trabajo y militancia. Estamos muy contentos. Acá en San Vicente vivimos la media sanción con mucha expectativa, y como allá, está lleno de estudiantes secundarias con el pañuelo verde en las mochilas.
¿Cómo ves la realidad del movimiento obrero?
Esperemos que toda la dirigencia sindical esté a altura de las circunstancias, que escuche al pueblo y a sus afiliados, que en su gran mayoría no la están pasando bien, que han retrocedido mucho en derechos y en conquistas, que están sufriendo la flexibilización laboral y muy malas condiciones de trabajo. No perdemos la esperanza ya que vemos que un sector del sindicalismo está rompiendo con el estatismo y la inacción de cierta dirigencia.
Cincuenta kilómetros separan el municipio de San Vicente de la Capital Federal.
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