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Berta vive

Se presentó un homenaje musical al legado de Berta Cáceres, valiente defensora ambientalista hondureña, asesinada hace nueve años. “Rebenque en flor. Cancionero Popular transfeminista” es un proyecto de la autora y compositora Ana Iniesta que se propone ir al encuentro de diferentes referentes de la música latinoamericana. Un encuentro plural y diverso de voces para cantar las historias de lucha de aquellas mujeres y disidencias que han dejado huella en nuestra memoria colectiva.

Ilustración portada: Dani Beracochea.

Se cumplieron 54 años del nacimiento de Berta Cáceres y 9 años desde que una patota la asesinó en su casa de La Esperanza, en el sur occidental de Honduras, un 2 de marzo de 2016. Berta, líder indígena lenca, defensora ambientalista y activista feminista del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) tenía 45 años y era reconocida en todo el mundo por su lucha ambientalista.

Durante años la persiguieron por defender la vida, la tierra y la soberanía indígena. Berta denunciaba la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, una represa en el río Gualcarque, lugar sagrado para las comunidades nativas de esa zona del noroeste hondureño. Gran parte de su familia ya había abandonado Honduras ante las recurrentes amenazas. Berta dormía cada noche en un lugar diferente para que no la encuentren. No es una novedad. Es muy peligroso vivir en América Latina y dedicarse a la defensa del ambiente.

Un año antes de su asesinato, Berta recibió el Premio Goldman, también llamado Nobel Verde, el mayor reconocimiento del mundo para ambientalistas. “¡Despertemos! ¡Despertemos, humanidad! Ya no hay tiempo”, dijo Berta Cáceres al comenzar su discurso en esa ceremonia frente a líderes de todo el mundo: “Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la auto destrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal. El río Gualcarque nos ha llamado, así como los demás que están seriamente amenazados en todo el mundo. Debemos acudir. La Madre tierra militarizada, cercada, envenenada donde se violan sistemáticamente derechos elementales nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida. Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y de sus espíritus”.

En  2021, el Tribunal de Sentencia de Honduras declaró culpable a David Castillo (exgerente de la empresa Desarrollos Energéticos DESA S.A. y responsable del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca) como coautor intelectual del asesinato de Berta. Castillo fue la octava persona condenada después de tres sicarios y cuatro personas vinculadas a DESA y al Ejército de Honduras. 

Vos tenés la bala. Yo la palabra. La bala muere al detonarse. La palabra vive al replicarse”, decía Berta. Toda la vida luchó contra la privatización capitalista de los ríos y la tierra nativa en Honduras. Avanzó firme y con convicción enseñando que ni la tierra ni los cuerpos son territorios de conquista. Le importaba otra cosa también: la contra ofensiva sensible. Hablaba del cariño y la solidaridad como herramientas desobedientes para seguir caminando en un mundo hostil. “Y la esperanza porque yo creo que nosotras no podemos renunciar a eso, no podemos despegarnos de la esperanza”. Su vida fue un testimonio ético político, su coraje fue lúcido, su certeza amorosa. 

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'Berta vive' se llama la nueva canción de Rebenque en flor, un cancionero popular y transfeminista dedicado a homenajear a aquellas mujeres y disidencias que han dejado huella en nuestra memoria colectiva. “No sólo San Martín hizo historia. ¿Quiénes son parte de nuestro panteón popular y transfeminista? Marielle, Evita, Lohana Berkins y Berta Cáceres, por ejemplo”, dice Ana Iniesta, la compositora de Rebenque en flor, la banda que tiene la particularidad de presentar sus canciones en la calle mientras se pinta un mural. La idea es intervenir los espacios públicos, ocupar la calle, ponerse en movimiento y alzar la voz para cantar en comunidad. En tiempos difíciles, nada mejor que insistir en las tramas comunes.

Ana Iniesta investiga las historias, compone música y letra. Luego supervisa sus versos junto a su amiga, poeta, periodista y astróloga Paula Jiménez España. De ahí el tema pasa a la cocina de arreglos de la guitarrista Cecilia Zavala y de allí cada canción va al encuentro de la voz que interpreta. La creación es cuidadosamente artesanal y colectiva. Marielle abrió el cancionero un 14 de marzo, día de su femicidio, fue cantada por María Paula Godoy; la Zamba Cueca del 3 de junio por Marta Gómez, Georgina Hassan, La Colmena, entre otras cantoras; Pascuala Menesses por Micaela Vita; Mariposa (Lohana Berkins) por Mocchi; Eva por la propia Ana Iniesta y ahora Berta Vive por María Pien. Equipos de ensueño y voces potentes. Ellas saben que todavía quedan muchas historias para cantar. La poesía y la música nos recuerdan cuán necesario es preservar las palabras, cuán en peligro estamos cada vez que bastardean las palabras, cada vez que nos arrebatan las palabras, cada vez que las someten a operaciones y negligencias varias. Cómo tejer un destino o un rumbo para tejer otros, más suaves, justos y amorosos. Desde Traslasierra, Córdoba, Ana Iniesta responde para Kranear.

¿Cómo llegó a tu vida la historia de Berta Cáceres? ¿Qué quisieras transmitir con esta canción?

Berta Cáceres fue siempre un referente fuerte dentro de los feminismos del abya yala. Su muerte fue muy cerquita a la de Marielle, momento en el que empecé a escribir estas canciones. Sabemos que una canción no es un recorte periodístico o una placa explicativa de las redes. Su sensibilización es otra, de repente estás cantando un estribillo y te preguntás ¿quién era esta persona? ¿qué hizo? ¿por qué le hicieron una canción? El trabajo previo en la producción de la misma se siente al escucharla. Quisiera transmitir en Berta Vive el valor por la vida como defensora de los ríos, que se sepa su brutal asesinato en manos de la empresa Agua Zarca.  Que se conozca su mirada y perspectiva como mujer lenca porque es inspiradora. No salen en los diarios las muertes de les ambientalistas y son muchas. Temo que estas historias se hagan cada vez más comunes en nuestro territorio. Por eso hay que recordarla, transmitir su verdad y que siembre fuerza y sabiduría. Nuestros recursos naturales están siendo el blanco, cada vez es mayor la violencia e impunidad. El despliegue de Berta como líder del COPINH trajo respuestas de muchas preguntas que nos hacemos: ¿Cómo se organiza un pueblo frente al extractivismo? ¿Qué importancia tiene conocer y trabajar en territorio? ¿Es posible una grupalidad anti patriarcal donde exista equidad a la hora de usar la palabra, la razón y el poder de acción colectivo? ¿Cómo hicieron para lograrlo? ¿Qué vital es la espiritualidad  que recuerda el agua para el pueblo lenca? ¿Cuál es la nuestra, por ejemplo, en un pueblo del sur oeste de Córdoba?  ¿Cómo se lleva adelante una vida de lucha con una persecución constante? ¿Cuál es el límite? ¿Hasta dónde pueden llegar los intereses económicos? ¿Qué pasa después? ¿Cómo se hace justicia? Van 9 años sin Berta y está más presente que nunca. Ella y todas las respuestas que supo dar en conjunto con el COPINH.

¿Qué historias componen el cancionero popular de Rebenque en flor

Son historias de todas las épocas y colores. Estrenamos el primer EP con una líder actual:  Marielle Franco. Una referente villera, negra, lesbiana, pura potencia, asesinada fatalmente a balazos cuando volvía de una reunión en la villa. También cantamos a Evita, personaje central de la historia argentina por su fuerza y manera inédita de hacer política y dar representatividad en el campo popular además de abrir camino para que muchas otras empiecen sus carreras. Pascuala Menesses quien batalló en el Ejército de los Andes como un personaje queer y abrir el interrogante para quitarle binariedad a la historia cuando hablamos de “mujeres que se disfrazan de hombres para realizar lo que desean” y preguntarse si realmente se percibía mujer. La idea siempre es traer y agradecer la lucha de quienes nos precedieron, hacer pertenencia en la ternura y la alegría que habita en las luchas. También cantamos a la gran Lohana, que en su lengua trava nos enseñó tanto de la vida y de la importancia de los derechos para su comunidad, con qué lucidez los abrazó. Este cancionero propone que invoquemos en este devenir incierto, a la canción que nos nombra. Me emociona que exista un ramo de poemas en las que estemos juntas. Cada una me conmueve por razones distintas.

Tapa del disco Rebenque en Flor, Cancionero Popular Transfeminista.

¿Cómo pensás la relación entre poesía y política?

Ojalá exista un día donde la política se acerque más a la retórica de la poesía y nos demos la oportunidad de ser más felices.  Mientras tanto permanece la utopía y a resistir en la trinchera. Poesía y política para mí se inscriben en la misma línea. Vengo de la escuela de Diana Bellessi, escribimos con el cuerpo y él sabe muy bien lo que tiene para decir. 

¿Cómo es tu relación con Diana Bellessi?

Diani es parte de mi vida desde mis 8, 9 años porque mi mamá (Ana Lía Schifis, poeta fallecida en el 98) hacía taller con ella, era parte de NUSUD, una editorial cooperativa de los 80 y 90s. Las fiestas para recaudar fondos para editar libros y la revista “El Desierto” (aún no existía el FNA, solo la Fundación Antorchas) se hacían en mi casa de Palermo Viejo, también las reuniones. Desde siempre, muy a mi pesar en ese momento, fui a lecturas, charlas, conferencias. Seguro eso me preparó la oreja. Para mi mamá, que falleció al poco tiempo, Diana era una persona súper importante y así lo sentí siempre yo. Luego nos seguimos viendo porque compartíamos el Arroyo Marchini en el Delta, así que pasé muchos veranos y otoños con Diani y Ali Genovese, otra súper vecina, en el muelle tomando mate y charlando de todo. Luego de editar mi primer libro se lo mandé y ¡me aceptó!  Estudié con ella tres o cuatro años. Diana es mi maestra amada, como lo es su obra. Entiendo que es un sentimiento que llevamos muchas pero muchas escritoras y escritores.

¿Qué implica hacer memoria transfeminista en estos tiempos en el que se cuestionan los derechos adquiridos y se promueve la violencia desde el poder?

Qué buena pregunta. Cambió mucho el panorama. El año pasado en un taller sobre racismo con Lu Peker hablábamos de eso y me dijo “hay que cambiar la estrategia” en lo que tenés para decir. Ella hablaba de hacer lugar al “yo no odio” como hashtag y tal cual. De ese taller nació una canción que se llama Para el odio nada (parafraseando la de Marta Gómez), que sale en mi disco solista Perdedora este año si les dioses me lo permiten. Rebenque nació en el 2021 en plena pandemia con la Zamba Cueca del 3 de junio cuando no podíamos por segundo año consecutivo salir a marchar. Y fue un canto colectivo donde estuvieron desde Andrea Echeverri a Ana Prada, aún ya nos veíamos venir -por la magnitud y manipulación en ese encierro- que empezaba una era de retroceso de derechos, todavía sentíamos el sabor de los logros como la reciente sanción de la Ley del Aborto. Ahora es tan pero tan oscuro que se siente el quíntuple de exposición y que somos pocas porque cunde el pánico y esto generó un repliegue en las personas que sentían empatía por los derechos conseguidos. Siento que es un lindo momento para cantar y hablar de Berta, Lohana, Evita, Marielle porque ya no tenemos la libertad que teníamos antes, la estamos perdiendo y ellas estarían acá, haciendo. Atravesar esta etapa de ultra derecha implica tener estómago y las cantoras sabemos que alzando la voz es más llevadero. Es un muy buen momento para refugiarse en la poesía, estar en la calle y sus celebraciones.


author: Jimena Arnolfi

Jimena Arnolfi

Poeta y periodista. Publicó los libros “Campamento de supervivencia”, “Hay leña” y “Todo hace ruido”, entre otras publicaciones.

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