Peronismo

La palabra de Perón

Si algo caracterizó las tres décadas de vida políticamente activa de Juan Domingo Perón, fue la especial relación que entabló con su pueblo y la inusual forma de comunicarse con él. Martín Grigera recopiló algunos pasajes de su narrativa, desplegada en discursos, cartas, y mensajes grabados en cintas magnetofónicas.

1 de Julio de 2024

Por Martín Grigera

Desde diciembre de 1943, momento que se tiene registro de los primeros discursos de Juan Domingo Perón, cuando se crea la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, hasta aquel 12 de junio de 1974, ante una Plaza de Mayo colmada, cuando comienza a despedirse con el emotivo “…llevo en mis oídos…”, son cientos los discursos y mensajes en los que increíblemente se genera un ida y vuelta entre las multitudes y su líder.

Fueron doce años de verse cara a cara con su pueblo y dieciocho aciagos años de exilio y proscripción, donde el General Perón tuvo que poner todo su ingenio e inventiva para seguir comunicándose con sus seguidores. Cartas, mensajes de sus “delegados personales”, cintas magnetofónicas, mantenían a sus fieles, aquellos que levantaban la vista al cielo esperando el famoso avión negro que les trajera de nuevo la felicidad perdida, conectados con su líder.

Hace 50 años, el Conductor del Movimiento político más relevante del siglo XX pasó a la inmortalidad, pero ¿es eso un impedimento para que deje de comunicarse con su Pueblo? La respuesta es clara y contundente: no.

Aquel que volvió de estar detenido en la Isla Martín García para generar una  gesta épica irrepetible como el 17 de octubre, el que volvió del exilio apoyado por la lucha de millones que al grito de “Luche y Vuelve” dejaron girones de su vida durante los años de la Resistencia Peronista, para ser Presidente de la República por tercera vez, no podría permitir que la muerte sea un límite infranqueable para volver a hablarle a su maravilloso Pueblo.

En días donde la comunicación es fluida e inmediata, el General Juan Domingo Perón se encargó de mover sus contactos para hacernos llegar este mensaje.

Comando Celestial, 01/07/2024.

Compañeros:

Desde hace tiempo vengo diciendo que está llegando la hora de los pueblos. Y me siento inmensamente feliz frente a esta grandiosa asamblea, porque observo que este pueblo es digno de esa hora y porque veo que este pueblo está capacitado para realizar lo que esa hora impone a los países. Los hombres que, como yo, viven solamente para el pueblo, necesitan de esa solidaridad. Por eso siempre que yo he hablado al pueblo, más que órdenes, he impartido consejos. Un presidente que aconseja, más que presidente es un amigo, y eso es, precisamente, lo que yo quiero ser de mi pueblo: un amigo. Cumpliendo siempre la primera verdad establecida en nuestro catecismo peronista, que dice que la verdadera democracia consiste en que el gobierno haga solamente lo que el pueblo quiere y defienda un solo interés: el del pueblo. (1)

Sabemos que cuando se toman estas decisiones en defensa del pueblo hay que enfrentar la injusta lucha de los intereses. El imperialismo capitalista la ha desatado ya, mediante su periodismo internacional en nombre de una libertad que no practica. La libertad, para que sea libertad, ha de ser la que el pueblo quiera, y no la que pretenden imponernos desde afuera. La lucha por la libertad, para nosotros, es la que nos conduce a la justicia social, a la independencia económica y a la soberanía política. Los argentinos tenemos nuestro régimen de libertad constitucional; pero que sería de él en la injusticia social, en la esclavitud económica o en el vasallaje político. Todo eso nos conduciría la libertad tan conocida por los trabajadores argentinos: la libertad de morirse de hambre. (2)

La Revolución ha de actuar en lo político, en lo económico y en lo social. En lo político hemos de llevar al país a una avanzada por la que llegarán al gobierno los hombres de talento, pero de talento calificado por la virtud. En lo económico, hemos de equilibrar la economía de tal forma, que sin perjudicar a los que trabajan con su capital, se beneficie a los que trabajan con su esfuerzo y con su músculo. En lo social, pretendemos que no haya un solo argentino que sea un andrajoso, que se arrastre por los caminos, sino que tenga el derecho y el honor de ganarse la vida con el sudor de su frente, en esta tierra en la que debemos dar gracias a Dios por haberle dado tantos bienes a manos llenas. Esa trilogía representa las conquistas de esta Revolución que está en marcha y que cualesquiera sean los acontecimientos, no podrá ser desvirtuada en su contenido fundamental. (3)

El pueblo: receptor de la palabra de Perón.

Los pueblos sacrificados no son felices. Ya los pueblos no pueden ser felices si se los somete a un sacrificio, porque se rebelan. A eso estamos asistiendo en el mundo actual. ¿Qué es lo que hay que hacer? Hay que suprimir esos sacrificios. Es necesario un esfuerzo, porque sin él nada andaría, ni para atrás ni para adelante, pero ese esfuerzo debe ser sin sacrificio, o sea que debe ser realizado con intensidad y capacidad y justamente compensado por los beneficios que acarrea. Ese debe ser el trabajo moderno. Si se consigue conciliar perfectamente ese esfuerzo, los pueblos lo realizarán conscientemente y con alegría. Pero ya no es posible seguir imponiéndoles sacrificios, porque se los ha disimulado de cincuenta maneras distintas. Todos decían: “trabajemos diez horas diarias para que nuestros hijos después sean felices.” No fueron nunca felices. El sistema demoliberalcapitalista no ha practicado lo que lógicamente debe ser el concepto de gobierno. El que ha sido elegido para gobernar, los hombres que tienen que gobernar, deben tener bien arraigado el concepto de que es el esfuerzo el que debe llevar adelante a la comunidad y no el sacrificio. Muchos han sacrificado a los pueblos para alcanzar un alto objetivo político y de desarrollo del país. Otros en cambio, quizá porque no han sacrificado a su pueblo, no han desarrollado un esfuerzo suficiente. Esos son los dos extremos. Lo justo es un pueblo que, alcanzado un índice suficiente de felicidad y de dignidad, elabora la grandeza de la Nación sin apuros y sin hesitaciones, sin obligar a nadie a hacer lo que no quiere y no debe. Es decir que en esto hay un término justo. (4)

Solamente puede ser un país pobre si todos se dedican a no hacer nada. Tenemos el oro al alcance de la mano y es necesario que atinemos a asirlo, porque el oro no va a subir hasta nuestras manos. Ese esfuerzo debe ser de todos. No lo pueden hacer ni los gobernantes solos, ni los empresarios solos, ni los trabajadores también solos: lo tenemos que hace entre todos. Y para hacerlo, pongámonos de acuerdo y realicemos lo que sea posible para ir mejorando esta situación. (5)

Perfeccionar los conocimientos técnicos, aumentar el rendimiento individual, mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores, fomentar el progreso de la clase media y estimular el capital privado. Mantener una firme decisión en lo económico, lograr nuevos avances que intensifiquen la riqueza general y mejorar el nivel de la población, son tareas que requieren una vasta preparación técnica que no puede improvisarse. Pero exigen, también, un verdadero denuedo para hacer frente a las malévolas insinuaciones de quienes quieren obtener nuevas riquezas, a costa del sufrimiento ajeno. (6)

Así como decimos que no existe verdad electoral si no hay libertad política, tampoco puede ésta realizarse sin contar con la verdad social. No es posible vivir formas democráticas de gobierno, si existe privilegio a favor de unos pocos y para la inmensa mayoría el dolor como el abandono o la incertidumbre. No se puede conjugar el verbo igualar, sin proporcionar posibilidades iguales a todos los argentinos. (7)

Esto es pueblo; esto es el pueblo sufriente que representa el dolor de la madre tierra, al que hemos de reivindicar. Es el pueblo de la patria, el mismo que en esta histórica plaza pidió frente al Cabildo que se respetara su voluntad y su derecho. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no habrá perfidia ni maldad humana que pueda someter a esta masa grandiosa en sentimiento y en número. Esta es la verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha a pie durante horas para llegar a pedir a sus funcionarios que cumplan con el deber de respetar a sus auténticos derechos. (8)

El Movimiento Peronista también comparte la responsabilidad de una decisión adecuada y así lo hemos venido sosteniendo desde hace veinte años a esta parte. Nuestra lucha no puede decaer precisamente cuando todo indica que nos acercamos a esa decisión. Por eso creo que los dirigentes peronistas, ya sean sindicales como políticos, deben pensar con grandeza, para alejarse de las pequeñas cosas y los despreciables intereses personales y de círculo, dedicándose a interpretar el deber de la hora y cumplir su misión al servicio del Movimiento en su conjunto. La falta de unidad entre los dirigentes, que caracteriza este momento del Peronismo, nos perjudica a todos los dirigentes peronistas, porque nadie ha de realizarse en un peronismo que no se realice. Hoy, como siempre, solo unidos y solidarios podremos vencer a nuestros enemigos y salvar al país de las acechanzas que pesan sobre su destino y de las barbaridades que lo vienen azotando.(9)

Compañeros, con este agradecimiento quiero hacer llegar a todo el pueblo de la República nuestro deseo de seguir trabajando para reconstruir nuestro país y para liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el último aliento. Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino'.(10)

 

  • (1) Plaza de Mayo, 15/04/1953.
  • (2) Plaza de Mayo 01/05/1951.
  • (3) San Andrés de Giles, 30/11/1944.
  • (4)CGT, 02/11/1973
  • (5) CGT 25/10/1973.
  • (6) Secretaría de Trabajo y Previsión social, 06/09/1944.
  • (7) Instituto Nacional de Previsión Social,  15/12/1944.
  • (8) Plaza de Mato, 17/10/1945.
  • (9) Madrid, 12/01/1967.
  • (10) Plaza de Mayo, 12/06/1974.

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